Viaje en bus al sur...

Luego de mucho decidí ir en busca de mi amante virtual al sur...

E ra temprano en la mañana, hacia el frío típico de estas fechas por las mañanas, pero mi felicidad por la aventura que estaba a punto de comenzar me tenía lo suficientemente caliente como para no sentir ese frío mañanero.

Allí estaba yo, con mis pantalones de chándal cómodos para la ocasión que sutilmente cubrían mi colita divertida, que estaba solo protegida por una micro tanga de algodón súper linda y cómoda para este viaje largo… una camiseta sin mangas y arriba un suéter con capucha de color rosa eléctrico. Estaba yo totalmente a descubierto, abierta y libre, quería que el mundo supiera mis gustos, quería que el mundo descubriera que esa era yo, una hembra hambrienta en busca de su amante virtual.

Llevaba ya varios meses escribiéndome por mail con un hombre maduro que con tanto agasajo me hacía con su prosa… que ya quería sentir su carne en mi… estoy loca por él, iba en busca de su encuentro… y así hacer realidad todos nuestros mails de sexo virtual.

Subí al bus que me llevaría a mi destino, las costas de Murcia…

Subí al bus y busqué mi asiento, estaba al final… esperaba que el asiento al lado del mío estuviera vacío y así poder ir más cómoda durante el largo viaje de más de 6 horas desde Barcelona…

Ya por fin salimos, venia muy poca gente en el viaje, el bus era hermoso y muy cómodo, y gracias a la suerte estaba sola no solo en mi asiento contiguo, toda la fila mía estaba sin nadie. En el asiento de atrás venía un hombre seguramente que africano, por su hermoso color de piel y del otro lado una fila delante de la mía, en el asiento del pasillo, venía un hombre con rasgos de ser del medio Oriente, su color canela y su atuendo lo decían así. Venía enfundado en una de esas batas que usan la gente que es experta en el calor del desierto, era la típica bata larga de hombre musulmán.

Cerré mis ojos y me decidí a dormir un buen rato, en mi mente solo podía imaginar las descripciones que hacía mi dulce amado virtual en sus cartas, en ellas me describía su pene, de una manera que casi lo podía saborear, me hablaba de su tronco de 11 centímetros y de su glande grande y como ariete vikingo, ya quería verlo en el mundo real y comérmelo con todo y sus jugos de néctar lujurioso, en fin que me estaba poniendo más cachonda que como ya estaba…

No sé cuánto tiempo había pasado ni donde estábamos, me fijé en mi reloj y vi que me había quedado dormida más dos horas… pero mis sueños habían sido súper húmedos y al comenzar a despertarme me percaté que por mi postura ocupando los dos asientos, mi chándal se me había bajado hasta el punto de ir mostrando mi tanga hermosa y mis nalgas apetitosas y hambrientas. No me moví, me hice la dormida y me comencé a divertir de la libertad de mostrarme tal cual era, muy puta, jejejeje que delicia estar en libertad y rodeada de desconocidos, quien sabe si uno de ellos disfrutó de mis vistas a la intemperie… quien sabe…

De reojo y aprovechando la penumbra del bus vi que el hombre de la túnica venía acariciando su entrepierna como si tuviera un gatito allí con él, venía acariciándose la polla, malo, chico malo… seguí observando en modo “stealth”, sin que se diera cuenta, quería ver si era mi postura y mis nalgas lo que lo traían en esa faena personal.

Volteó a verme, siiii, que rico, ya no había dudas, venía gozando de mi cola con su mirada…

Disimuladamente retorcí mis piernas levantando más aun mi cola casi descubierta, haciéndome la dormida… el hombre llevó su mano de nuevo a su entrepierna y vi como su brazo se movía en forma particular… decidí ser más atrevida…

Metí mi mano debajo de mi pantalón como para rascarme una nalga de forma erótica y la dejé allí pasando de rascarme a acariciarme dejando notar que mis dedos jugueteaban conmigo y mis placeres…

Este hombre tenía los ojos como platos, se devoraba mi nalga y mi mano moviéndose dentro de ella le estaba volviendo loco…

Saqué mi mano y decidí ser aún más atrevida, me incorporé estirando mis brazos al cielo y haciendo que tanto mi camiseta como mi suéter se levantarán dejando ver a mi audiencia los finos lazos de algodón de mi tanga alrededor de mi cintura… me levanté…

De forma natural me agaché a atarme mis boticas “converse”, allí estaba yo dándole la mejor vista del comienzo de mi cola agachada dándole la espalda a este hombre del desierto…

Me levanté y fui al final de bus en busca del baño, entré y medio cerré la puerta, me bajé el chándal hasta los muslos, dejando mi cola desnuda solo abrigada por el triangulito de mi tanga, de repente la puerta de abrió de golpe por un movimiento del bus y allí estaba el, mi admirador moro… se asustó y pidiendo disculpas cerró la puerta.

Yo me sonreí, me subí mi chándal y salí del baño para regresar a mi asiento, pero el pasillo era muy estrecho y decidí aprovecharme de eso, pidiéndole disculpas le di la espalda y permití que mi culo se restregara a su túnica, sintiendo cada centímetro de su calentura dibujar en mi cola, cual lápiz enorme. Sin terminar de pasar y dejando su polla justo entre mis nalgas me detuve y volteando a verle le dije; “¿está bien o necesita ayuda con eso? El no respondió, pero yo si moví mis caderas más hacia él y su dura polla entre mis nalgas…

Seguía sin decir nada, estaba como petrificado y después de percatarme que la semi obscuridad jugaba en mi ventaja, además que todo el pasaje venía súper dormido, le tomé su mano y junto con mi mano la puse en la liga del pantalón bajándola un poco e invitándole a meterme mano, la verdad quería que me metiera todo allí mismo…

Esto pareció sacarlo de su trance y metió su mano entre mis nalgas sacándome un gemido que logré silenciar a tiempo… su mano se había adueñado de mi cola, sus dedo medio estaba acariciando la poca tela que cubría la entrada a la felicidad, sentí como trataba de apartar ese minúsculo pedazo de tela hasta que sentí su dedo juguetear con mi ano… moví nuevamente mis caderas para que entrará parte de él dentro de mí, voltee a verle y le hice señas de que me esperara en el baño, sacó su mano de mi cola feliz y se dirigió al baño, yo llegué hasta mi asiento y sacando de mi bolso de mano mi crema hidratante puse un poco en mis dedos y embadurné mi cola y mi flor, que moría por sentirse repleta de carne. Volví al baño, abrí la puerta y allí estaba mi moro con su polla al aire, brillante por los jugos de la excitación adornándole su cabeza… entré, me bajé el chándal y me agaché un poco hasta estar frente a frente de esa carne divina, abrí mi boca y me la metí hasta donde pude en mi garganta, su sabor era entre dulce y salado, su temperatura era caliente y las venas alrededor de su tronco denotaban lo que estaba por venir… me volví a levantar y tomándole sus manos se las puse en las cintas de mi tanga y me la comencé a bajar entregando mi cola a la sublime penetración por llegar, inmediatamente sentí su glande justo entre mis nalgas buscando donde meterse, con mi mano lo puse en su posición correcta y moví mi cola hacia atrás para dejarme enterrar toda su hombría en mi…. Ahhhhh.

El placer recorría desde mis pies hasta mi cuello, me sentía llena y divina… el me abrazó por mi cintura y comenzó a meter y sacar su miembro hermoso que gracias a la crema hidratante se sentía libre mientras entraba y salía de mi interior pulsante, cuando estaba dentro yo apretaba mi cola y cuando lo sacaba la empinaba para que no saliera del todo, así estuvo martillándome, dándome duro y con placer una y otra vez hasta que sentí que ya mi regalo llegaba, me lo saque y me agaché rápido hasta metérmelo en la boca de nuevo justo a tiempo para que me alimentará con su “humus”, rico, tibio y nutritivo…

Lamí su miembro dejándolo bien limpio y levantándome le pedí que regresara a su asiento, apenas salió, tomé mi pollita dura y llena de líquidos de felicidad y solo me bastó con tres o cuatro movimientos para descargar mis néctares en el baño… que bien estaba saliendo este viaje… definitivamente…

Pero muy lejos de satisfacción lo que mi cuerpo más bien pedía era más..., volví a mi asiento, pero seguí una fila más y me senté junto a mi amante moruno…

El solo sonrió al verme a su lado y yo le comencé a preguntar su nombre etc… solo obtuve de su parte más sonrisas y un silencio absoluto, me di cuenta que era más joven de lo que había imaginado, balbuceó una que otra palabra en árabe y me di cuenta que mi amante viajero no solo era más joven sino que  ni siquiera hablaba español… tan solo hablaba un inglés muy rudimentario que fue con el cual disfrutamos del resto del viaje mientras mi mano juguetona paseaba por sus partes, oculta bajo su túnica.

Faltando como 1 hora más de viaje para llegar a Murcia nos detuvimos en una gasolinera que tenía un restaurante y cafetería… Al bajar y pasar al lado del chófer dijo; “serán 20 min solamente y regresamos para seguir camino"

Bajé y me senté en una mesa con un plato de jamón y una caña que ya estaba llegando a su fin cuando de repente se acercó el chófer y me dijo; “creo que necesitas otra de esas, por lo visto traes mucha sed, ¿verdad?”

Era un hombre grande y fuerte, lleno de tatuajes en sus manos y creo que también por el resto de su cuerpo, llegué a ver uno en su cuello. Sus manos eran enormes y su sonrisa muy amable mientras que su mirada era otra cosa;

-Chofer: ¿Eres de Murcia? Yo negué con la cabeza

-Chofer: ahhh vienes de vacaciones, a descansar…

-Yo: la verdad, si y no… vengo a verme con alguien, jejejej que ni siquiera conozco, mientras hablaba dejaba salir por cada poro de mi piel mi feminidad de manera natural, pero sin llegar a ser una loca “fashion”.

-Chofer: mira tú eso, eres una chica valiente por lo visto… me encanto que me tratará en femenino… eso desveló sus intenciones al invitarme esa cerveza.

-Chofer: bueno espero que te lo pases muy bien en mi tierra y si necesitas algo no dudes en llamarme, entregándome una tarjeta con su número…

Este viejo chófer como que me quería para otras cosas, la verdad nunca está demás tener un hombre maduro y cachondo como “plan b" en estos casos y me encantan los hombres así enormes y maduros… ya veremos que termina de pasar…

El chófer estaba en el bus cuando llegó la hora de subirnos para el trayecto que faltaba… subí y le sonreí pícaramente al pasar a su lado. Me senté de nuevo junto a mi príncipe árabe y volviendo a meter mi mano bajo su túnica escuchamos al chófer que se dirigía a nosotros;

-Chofer: estimados viajeros, hay un problema con el motor, no enciende, voy a llamar a la central y ya les aviso que vamos a hacer.

Allí quedé yo tratando de explicarle a mi moro, que el bus estaba mal y que ya nos dirán que hacer… mientras mi mano le tenía su hombría ya lista para otra faena copulatoria…

Regresó el chófer y nos dijo que nos bajáramos, que en 20 min vendría otra unidad a buscarnos.

Bajé y fui de nuevo la cafetería, me pedí otra caña y me la bebí sola con mis pensamientos…

El chófer hablaba por su celular sentado en la barra, sin dejar de verme, me tenía nerviosa y caliente a la vez…

Ya faltaba poco para que llegara el otro bus así que fui al baño. Entré y me dirigí a los urinarios, justo cuando me iba a bajar el chándal entró el chófer que se me acercó y se colocó en el urinario de al lado, entonces bajé mis pantalones más de lo debido, mostrándole mi cola en todo su esplendor, a lo que él me dijo;

-Chofer: ¿tienes prisa por llegar a nuestro destino?

-Yo: la verdad si, ¿por?

-Chofer: pues es que yo debo pasar la noche en el bus, la grúa no podrá venir hasta mañana… decía esto mientras me veía las nalgas sin ningún reparo.

-Chofer: te pregunto por qué vi durante nuestro viaje lo bien que se te dan los baños de los buses y pensé que quizás no tuvieras prisa y te quisieras quedar a acompañarme…

-Yo: pues la verdad creo que debes mejorar tus ofertas… tampoco es que me estas ofreciendo la noche soñada… paso por esta vez… gracias.

Cuando dije esto él se sacó su polla para mear y fue cuando vi a este hermoso animal, gordo, grande y peludo, con una cabeza rosada bella que me trastornó…

-Yo: aunque pensándolo bien, creo que me da pena que se quede toda la noche solo… ¿que más me ofreces?

-Chofer: te invito a cenar divino y luego te invito a que conozcas todo lo que se puede hacer en un bus sin pasajeros…

Seguía con mis nalgas al aire, cuando sentí su enorme mano acariciar mi nalga izquierda…

-Yo: la verdad es muy tentadora su oferta… mucho, pero deje que lo piense un poco más… mientras le quitaba la mano de mi cola y subía mi chándal…

Salí del baño con el corazón en la garganta, desde luego su numerito en el baño me había puesto a mil por hora… y ese monstruo hermoso, erecto debe ser una escultura… me mordí mis labios con dudas y excitación…

Me pedí otra caña, la puse en un vaso plástico y salí de la cafetería a fumarme un cigarrillo… mientras me decidía.

Vi a mi moro a lo lejos buscando su maleta y haciéndome señas de que ya llegaba el otro bus… vi también a mi chófer recibiendo el nuevo bus e indicándole al chófer quienes eran los pasajeros, mientras todo eso pasaba, subí a mi bus original a buscar los cosas, estaba vacío, no había nadie allí y respiré un aire y escuché un silencio que hizo entregarme a esa noche loca, el bus vacío y oscuro era algo con mucho morbo que le ganó a mis prisas, estaba decidido, me quedaría…

Había pasado un cuarto de hora y sentí la puerta del bus abrirse, era mi chófer, me vio, le vi y sin decir nada me levanté de mi asiento y me paré en el pasillo quitándome el pantalón de chándal, mientras escuché la puerta cerrarse, unos pasos y una respiración fuerte que se me acercaba, se arrodilló a mis espaldas y sacó de mi un gemido lleno de aire al sentir su cara meterse entre mis nalgas…

Levanté mi cola ofreciéndome más a mí poderoso amante de turno, que violentamente me bajó la tanga mientras yo disfrutaba del placer que produce la entrega más absoluta, sentí su lengua entrar en mí una y otra vez mientras yo me esforzaba por dirigir mi culo más hacia el haciendo que su lengua se abriera paso dentro de mí,  abriéndome y lubricándome toda…

Se levantó y con sus enormes manos en mis hombros me dio la vuelta, acercándose con la boca llena de jugos me besó apasionadamente mientras se abría su pantalón, al bajarse sus calzoncillos salió de su madriguera esa bestia enorme que me invitaba a que me la comiera toda, poniendo rodilla en tierra comencé a devorar ese animal de carne…

Me levantó mientras él se sentaba en un asiento invitándome a que siguiera en mi tarea, pero más cómodamente, me arrodillé en el asiento al otro lado del pasillo y poniéndome cual puente sobre el pasillo me seguí comiendo ese enorme falo hermoso.

Paré por un segundo para quitarme el pantalón por completo y el suéter quedándome solo con mi camiseta sin mangas, regresé a seguir con mi comida divina, saboreaba cada centímetro de ese animal y con mi lengua le dibujaba mi lujuria entre sus venas palpitantes y llenas de sangre, para volver de nuevo a meterme esa cabeza en mi boca y sentir como si su corazón estuviera allí mismo palpitante en mi boca…

Comenzó a temblar y paré de inmediato, el entendió a la perfección que me detuve porque yo quería otra cosa y metiendo sus manos en mis axilas me levantó en peso cual muñeca de trapo que volando sobre el pasillo y mientras abría mis piernas me llevó a aterrizar sobre su polla divinamente y quedando a merced de su boca en mi boca y su falo en la entrada de mi ano que ya estaba goteando de ganas de ser penetrado.

Puse una pierna a cada lado de las suyas y permití que fuera entrando en mi poco a poco, debía disfrutar al máximo de este momento, suavemente fui dejándome caer sobre el mientras me empalaba con su polla, fue su frondoso pubis quien me avisó que ya había entrado toda en mi… me quedé tranquila, sin moverme, frente a frente a este enorme hombre que con sus manotas en mis nalgas me acercaba a su pecho fuerte y peludo, mientras con mis labios abiertos me dejaba comer mi boca a placer.

Nuestras lenguas dirigían esta orquesta que tocaba la oda a la lujuria, dándonos la pauta de penetración y extracción, subía y bajaba de esa polla, mientras se me comía mi boca y me apretaba mis nalgas, cada vez con más ritmo, cada vez más adentro y cada vez más rápido y violento…

Ya me tenía casi saltando sobre el con toda su carne dentro de mí, sus manos en mis bajas nalgas hacían de palanca para que mis movimientos no cesarán, entraba y salía de mi toda esa carne divina mientras con mi boca llena de su boca gemía y gemía como loca…

De repente levantando sus caderas entró aún más en mi desgarrándome y haciéndome sentir en el cielo de la lujuria, comenzando a temblar y llenándome toda por dentro mientras se corría dentro de mí, yo seguí moviéndome sobre el que con su abdomen me hacía una especie de masturbación que hizo que de una manera frenética y con mi continuo sube y baja con ese adorable y duro falo dentro de mí y que con su eyaculación lo había dejado más lubricado y feliz… exploté después de varias convulsiones sobre el que apretándome las nalgas con fuerza me besaba la boca sin dejarme respirar, en fin fuimos al paraíso y volvimos, quedarme había sido una buena decisión…

Por cierto, la cena estuvo magnífica, como el resto de la noche en nuestro bus de la lujuria…

FIN