Viaje de vacaciones - Parte 1
Un viaje de vacaciones en autobús termina de una manera muy caliente con una pasajera
Este verano decidí irme de vacaciones al sur de España, por la zona de Andalucia, Murcia o Valencia. Planifique el viaje con bastante antelación y con mucha ilusión de conocer nuevas ciudades tras unos meses marcados por la pandemia. Entre mis planes, estaba conocer monumentos, museos, playas, parques de atracciones e incluso conocer el ambiente nocturno de dichas ciudades.
Tras meses planificando y ahorrando, obté por comprar un billete de autobús que me llevase desde mi ciudad a mi primera parada, Valencia. Lo primero que pensaba hacer, es alojarme en un buen hotel y alquilar un vehículo durante las dos semanas que estaría de vacaciones.
Para mi sorpresa (sarcasmo), el viaje se me hizo bastante largo, aburrido y monótono, al menos los primeros 530km. Tras muchos kilómetros y muchas paradas, el bus se iba vaciando y llenando de distintos pasajeros, unos más jóvenes y otros más adultos. Me fije en una chica acompañada de lo que a mi parecer era su pareja.
La chica (Ana) era rubia con el pelo largo y liso, de estatura media y una complexión normal, tenía un buen culo y unos pechos bastante voluminosos, lo cual provocó que me quedara mirándola constantemente mientras recorría, junto con su novio, el pasillo central de autobús mientras se dirigía a sus respectivos asientos.
El novio no tenía un físico destacable, era delgado, alto, pelo rizado y moreno. Sostenía la única maleta que llevaba la pareja dentro del autobús, mientras que la chica, llevaba una mochila a las espaldas.
Mientras el novio acomodaba la maleta en la parte superior de los asientos, yo miraba de arriba abajo el cuerpo de Ana sin disimulación alguna. Obviamente, Ana se percató de mi, la cual frunció el ceño y se dio acto seguido la vuelta ayudando a su torpe novio.
Los próximos minutos me dedique a escuchar música en mi iPod, esperando que el tiempo se me pasase más rápido, pero desafortunadamente eso no ocurrió. Tengo la costumbre de escuchar música con los ojos cerrados, pero en aquella ocasión no me sentía cómodo, me sentía observado. A los pocos minutos de reclinar el asiento para cerrar un poco los ojos, percibí que la chica, sentada en la parte mas lejana de la ventana, me miraba de reojo disimulando que buscaba algo en su mochila.
En ese momento me puse nervioso, me estaba mirando fijamente a los ojos, con una carita de ángel y a la vez diabla. A los pocos segundos dirigió su mirada hacia adelante y empezó a conversar con su novio, el cual se notaba cansado y con somnolencia.
Una hora después, era completamente de noche. En la carretera había muy poca luz, únicamente iluminaban las luces de los coches que pasaban en nuestra misma dirección o en la dirección contraria que pasaban por una autovía muy poco transitada.
Debido a la oscuridad, me entro el sueño y me quedé dormido con el asiento sin reclinar. Cabe destacar que aún tenía los cascos puestos y la música activada, por lo que el ruido de mi alrededor, no era perceptible por mis oídos.
Me desperté somnoliento y con cierta calidez en mi zona pélvica. Al abrir lo ojo noté como Ana estaba sentada a mi lado izquierdo con el cuerpo inclinado totalmente encima de mis piernas. Su boca cubría totalmente mi prepucio y su lengua jugaba lentamente con él. Rápidamente me empalme del todo, cerré los ojos durante un instante sin creerme realmente lo que estaba sucediendo. ¿Qué ocurría? ¿Por qué lo hacía? Pensé que ella creí que era un salido baboso. Pero en lugar de eso, ella dejaba caer sobre mi pene su saliva en forma de baba para meter nuevamente mi polla en su boca. Recorría todo el tronco, introducía casi todo mi pene en su boca, pero evidentemente no podía, posiblemente dejaba como 5-6cm fuera de su boca.
Al cabo de unos minutos, me percaté. ¡¡¡Su novio!!! ¿Sigue dormido?
Miré rápidamente por la zona donde estaban sentados, no lo miraba. En un principio pensé que, al estar sentado alado de la ventana, no lo miraría desde mi asiento. ¡Pero aun así, la preocupación junto con la excitación de estar recibiendo una mamada de una completa desconocida me encantaba!
A los pocos minutos, paró de darme esa rica mamada, mamada que me provoco repetidas veces la sensación de correrme, pero la chica era lista y bajaba el ritmo o incluso pausaba la felación durante unos segundos.
En ese momento, su mirada picantona, su lengua recorriendo sus labios y su mordedura de labio inferior hizo que me volviera loco.
Hubo una cosa que pasé por alto, Ana usaba falda, lo que me provocó tener pensamientos de todo tipo, menos normales. Ella misma se sentó bien en su asiento y lentamente subió su falda acariciando sus piernas y arqueando su espalda. Cuanto más se iba acercando a su pelvis, más arqueaba su espalda y empezaba a tocarse un pecho con su propia mano. Una vez subida la falda, abrió sus piernas de repente y sutilmente, hizo como que se tocaba lentamente cerrando sus ojos y inclinando su cara hacia la ventana del autobús. En ese momento, miraba su cuello como si fuera mi cena. Mi polla empezaba a soltar liquido preseminal.
En ese momento de decisión, giró su cara hacia mi y me dijo:
Ana: ¿A que esperas? Desde que he entrado en el autobús no has parado de comerme con la mirada. ¡Ahora, te doy la oportunidad… Arrodíllate!
En este relato todos los personajes son ficticios y la historia es producto de mi imaginación.
Hola, como siempre vuestra opinión es de gran ayuda. También se agradecen ideas de como debería de continuar la historia. Cualquier chica que quiera continuar la historia por escrito en Skype, mandadme invitación o correo electrónico. Soy un fanático del sexo escrito y en un futuro me gustaría subir un montón de contenido sobre distintos ambitos/temas.