Viaje de trabajo

Es increible que por un viaje de trabajo, fui casi obligada a tener sexo...

Viaje de trabajo

Ante todo gracias a todos mis lectores x sus comentarios y opiniones acerca de mis relatos que aunque han sido pocos, a muchos les ha gustado, y pues tratare de mejorar para que lo disfruten mas.

La experiencia que les relatare me paso hace algunos meses. Todo comenzó un jueves cuando entregue cuentas a mi jefe sobre los movimientos que se hicieron durante todo el anterior mes. Me pidió que se los enviara por mail, y así lo hice. Una hora mas tarde recibí una llamada de su esposa donde de mecía que tendría q acompañarla a un viaje de negocios y que probablemente tardaríamos 15 días.

Huy eso me cayo como un resto de agua fría… como podía ser que me fuera con aquella señora y que tendría que pasar dos puentes festivos aburrida y trabajando todo el tiempo…ah??? Es eso justo? Pues no… no para mí que me toca trabajar con una persona tan aburrida como lo es ella y que para colmo estaba en esos días de calor y efervescencia, es decir que tenía muchas ganas de estar con mi chico desfogándome todos los días. Pero acepte por que en medio de todo ella y mi jefe han sido muy buena onda conmigo y por que no tenia de otra.

Como es de esperar a Carlos no le cayo en gracia, pero al fin a mi que me importa si esta de acuerdo o no?... es mi trabajo y debo cumplirlo. Pues bien que viajamos a Medellín y desde que subimos al avión todo fue trabajo tuve que organizar un resto de cosas que no tienen explicación.

El todo fue que por fin llegamos eso si ya cansada por tanto trabajo. Y eso que el avión no tarda nada en ese vuelo. Cuando llegamos al hotel ya estaban reservadas las habitaciones. Hasta hay todo iba bien. Me pidió que la acompañara a una reunión con algunos de sus clientes y accedí, por lo que me dio una hora para arreglarme y pues por supuesto ella también.

Me vestí con un traje sastre (o x lo menos así le llaman), conformado por una mini-mini falda color negro, chaqueta del mismo color y un pequeño top blanco. Me veía increíble. Esa mini falda estaba bien puta… jajaja y no es para más. A parte que era bien corta estaba bien ajustaba a mi silueta. La chaqueta igual, moldeaba perfectamente mi figura y resaltaba mi cinturita. Y por supuesto zapatillas color blanco igual que el bolso que llevaba. Con un pequeño adorno blanco en mi cabello parecía toda una doctora… hasta podría decir que superaba a mi jefe.

Llegamos a la reunión e inmediatamente me presento ante sus clientes y socios. Me sentía el centro de atención de todos ellos. Y aunque no pronuncie palabra alguna diferente al saludo ya había notado en varios de aquellos tipos la mirada morbosa e insistente con la que trataban de alguna forma hacer contacto conmigo. Yo como niña buena que soy hice como si nada pasara.

Después de cuatro largas horas de discusión y trabajo por fin terminamos. Estaba exhausta y tan solo quería ducharme e ir a la cama. Pero como era de esperar todos incluida mi jefe coincidieron en ir a tomar algunas copitas. A lo que por supuesto no pude negarme ya que insistieron mucho.

Esa noche me vestí muy sexy, tenia el cabello suelto, con un vestido que dejada lucir mis provocativas piernas casi casi hasta el inicio de mis nalgas, color amarillo accesorios (joyas) plateados y zapatillas del mismo color.

Todos quedaron atónitos cuando me vieron, ni yo lo podía creer, Carlos nunca me hubiera dejado usar ese vestido. Un de los socios de mi jefe llamado Julián me extendió su mano para qué yo la tomara y así ser mi acompañante esa noche. No voy a negar que el tipo si estaba buenísimo, como para comérselo a besos, pero como era socio ni de chiste me podría involucrar con el.

Entramos al bar y empezamos a tomar, yo en especial estaba algo ansiosa, como inquieta, hasta hoy no lo se por que. El caso es que en medio de todo el trago ya me había relajado al cabo de una hora, tanto que entre en confianza con todos hasta con mi jefe (aunque la muy puta ya estaba toqueteándose con uno de sus socios llamado Alberto) me di cuenta de eso por que al levantarme vi como Barbara (mi jefe) casi se estremecía cuando Alberto la tocaba por debajo de la mesa.

Cuando regrese del baño Julián estaba aun mas alegre conmigo tanto que no paraba de halagarme y decirme lo buena que estoy y cosas así. Pero aunque llego a excitarme con sus murmullos en mi oído, yo tenia muy claro q nada podía pasar entre el y yo. Dadas las 12-30 me despedí de todos y les dije que me iba a mi cuarto que quería descanzar y aunque insistieron yo me negué a quedarme por mas tiempo (la verdad es que el muy cabròn del Julián ya estaba metiendo mano por donde no debía), así que me retire y justo cuando me dirigía al as

censor Julián apareció y me dijo que el también iría a su cuarto y que me acompañaría al mío.

Seguíamos hablando de su trabajo y sus cosas hasta que llegamos a mi cuarto. Me despedí y me di media vuelta para abrir la puerta sin percatarme que Julián aun seguía allí.

Justo cuando iba entrando dispuesta a dormir Julián se abalanzo sobre mí, cubrió mi boca con su mano e inmediatamente cerro la puerta con llave. Yo aterrorizada trataba desesperadamente de zafarme de el, lo cual era imposible.

Me tiro sobre la cama y se puso arriba de mí, trato de besarme pero yo me opuse y lo rechacé. El muy cabròn me dijo: vamos a ver puta así como te vistes provocando a todos quiero que la pasemos muy bien, yo se que tu también disfrutas de todo esto o me vas a decir que no te excita esta situación?

Yo estaba en shock, no sabia que decir pero no les niego que si, estaba muy excitada y que ya había mojado mi braguita. Pero sentía miedo por lo que aquel tipo podría llegar hacerme pero ya sabia que era lo que me esperaba aquella noche y que probablemente no descansaría como yo quería. Me desvistió lentamente y luego lo hizo el.

Intento besarme nuevamente, esta vez no opuse resistencia. El solo me susurraba "déjate llevar", y así lo hice. Dejo mis labios y empezó a descender deliciosamente por mi cuello, hasta encontrarse con mis pechos los cuales tocaba y saboreaba con ansias desenfrenadas. Mis pezones estaban muy duros, sentía que iban a estallar, la excitación era infinita. Masajeaba mis pechos una y otra vez muy suavemente y volvía a besarlos.

Siguió descendiendo por mi abdomen haciendo una pausa en mi ombligo. Con su lengua se dedico hacer círculos sobre el, me estremecí de una forma increíble, era una nueva sensación para mi. No puedo decir que era una violación por que a mi me estaba gustando y por que me dejaba hacer, no era ya contra mi voluntad.

Siguió descendiendo hasta que llego a mi clítoris, uffff… era increíble, con su lengua jugueteaba una y otra vez succionaba, más… más… y mas yo gemía, casi gritaba por el placer que me estaba dando. Introdujo su lengua en mi rajita penetrándome suavemente, dentro la movía en círculos (el muy hp sabia lo que hacia).

Por mi mente pasaban muchas cosas, hasta le gritaba "déjame cabròn de mierda, suéltame, eres un asqueroso" pero en mi interior rogaba por que no hiciera caso a mis palabras. Prosiguió pasando su lengua por mis piernas, tocándolas, pasando sus manos por mis pechos, pellizcándolos, masajeándolos. Me decía "no digas que no te gusta zorrita si estas muy mojada" a lo que no respondí.

Ubico su pene en mi rajita lo paso por mi clítoris masajeándolo, era sencillamente delicioso, yo estaba al borde del orgasmo, y el lo sabia así que se detuvo por un momento. Estaba muy obscuro así que no podía saber cual era el tamaño de su tronco, y vaya que no sabia lo que me esperaba. Volvió a poner su pene en la entrada de mi vagina y sin más, me penetro frenéticamente. De mi salió un grito de dolor mezclado con placer. El tamaño de su pene era considerable pero mi cuerpo se adapto a el, por que al ritmo de su bombeo me movía desesperadamente buscando llegar a mi deseado orgasmo.

Casi en el clímax de la situación me dijo que me pusiera arriba de el y yo gustosa no me hice rogar. Esa noche estaba irreconocible… como transformada… Sentía que no era yo. Saltaba como loca, gemía, una y otra vez sentía como me penetraba ese rico y duro miembro, era indescriptible como el haberme sentido obligada me había excitado tanto. Julián tocaba y chupaba mis pechos mientras yo me movía cada vez mas y más rápido hasta que sentí como por fin sus jugos me llenaban y los míos se mezclaban. Juntos quedamos rendidos, me puse junto a el y con mi mano tome su pene y lo puse en mi boca, saboreándolo deliciosamente hasta que perdió su firmeza.

Con una risa algo hipócrita dijo "que puta eres, así es que me gustan como tu y si quieres vente conmigo, no regreses a Cali"… pero por obvias razones no pude aceptarlo. Le dije "no mi querido, no acepto pero si puedo decirte que cuando te necesite hablaremos"…. (Que cabròn pensara que me convertí en su puta en verdad…)

Los siguientes 14 días restantes nos veíamos en mi cuarto para seguir nuestro trabajo.