Viaje de Placer

Ella viajo de lejos para poder tener un rato de placer con su amor.

Llegaste y me lo hiciste saber, te alojabas en un hotel, del centro de la ciudad, en el mail solo me pusiste el nombre y el No de habitación, era Sábado 11 de la mañana y yo estaba en el hall, las piernas me temblaban, estaba preparado pero era como si fuera la primera vez.

Fui al ascensor y subí hasta el piso donde estaba tu habitación toque la puerta y ahí estabas tu, parada solo con la bata del hotel, me quede duro no sabia que hacer, tu me despertaste de ese estado de shock con un beso en la boca que duro una eternidad fue suave y apasionado a la vez, así entramos a la habitación, no nos dijimos nada solo nos besamos y nos empezamos a desnudar, rápidamente me sacaste la chomba que llevaba puesta y pronto cayeron al piso los pantalones quede en bóxer y eso no era justo así que sin dejar de besarte desate la bata de toalla que tu tenias y la baje por tus hombros muy despacio.

La ropa quedo atrás nuestro cuando nos dirigimos a la cama, te di vuelta y te hice sentar en ella, me arrodille frente a vos y te saque el corpiño que ya dejaba adivinar lo hermosos de tus pechos por lo transparente, cuando quedaron frente a mi no puede aguantar el deseo de tocarlos muy suavemente solo con la yema de los dedos, tu cuerpo comento a dar señales de las caricias, los pezones se pusieron duros muy rápido.

Me tomaste por la nuca para que acerque mi cara a tus pechos y con mi lengua comencé a acariciarlos, solo mordí muy despacito la punta de tus pezones que reaccionaron al instante con un espasmo de tu cuerpo. Te recosté mas en la cama y fui bajando con los besos por el abdomen, hasta la pancita y me quede jugando un ratito con el ombligo para después seguir hasta que me encontré con el elástico de la tanguita el mismo que con los dientes lo lleve hasta abajo para sacarlo por los pies, desde ahí empecé a subir besando y pasando la lengua por cada cm. de tu piel, hasta que llegue a ese lugar especial, ese centro de placer, que tanto gusto nos daría ese día. Tus piernas se separaron en un acto reflejo para dejarme entrar mi lengua comenzó a transitar por ese camino de placer y con mis manos abrí las puertas del deseo, mi lengua empezó a entrar en ese túnel húmedo y calentito, hasta donde puedo, y después subió para buscar ese botoncito tan ansiado, los espasmos de tu cuerpo ya eran incontrolables y note que estabas llegando al clímax, cuando mi dedo entro en vos no aguantaste mas y dejaste escapar un gemido de placer y tu cuerpo se aflojo.

Te incorporaste en la cama y ahí me di cuenta que ahora me tocaba a mi, yo me levante del piso me pare frente a ti nos volvimos a besar y me besabas por todos lados como si fuera la ultima vez cuello orejas barbilla, para después bajar por mi pecho y mi abdomen, cuando llegaste ahí, al centro de mi cuerpo fue cuando sentí el calor del aliento de tu boca, y enseguida la humedad de tu lengua que toco como tímidamente la punta de mi sexo. No se como describirlo pero fue sublime lo que sentí en ese momento era perfecto no dejaste escapar ni un cm. de mí. Enseguida llego mi clímax yo estaba muy excitado y te mire, con la mirada nos dijimos todo, tu recibiste mis líquidos ansiosamente. Nos acostamos los dos en la cama y solo nos mirábamos y tocábamos muy suavemente, ni sexo se volvió a poner rígido como un mástil y te subiste encima mío no hizo falta dirigirlo ni nada el solito entro en el tuyo, como si estuviéramos echo el uno para el otro, y muy lentamente mientras vos me cabalgabas yo no dejaba de acariciarte con mis manos por todo el cuerpo, espalda, pechos, cola, ahí me detuve un rato y te ofrecí un dedo para que lo humedezcas con tu saliva y rápidamente lo lleve para tu colita y empecé a jugar con ella hasta que el dedo empezó a entrar y tu placer se noto en tu cara.

Y a ti te encantaba ver todo ese placer en mi cara, placer que tu habías provocado, mientras tu dedo seguía explorando muy suavemente mi cola, mis gemidos empezaban a subir de tono pues ya la excitación era muy grande, mi cuerpo se retorcía de placer en espasmos que tu con tus manos en mi cintura tratabas de controlar, no podía aguantar por mas tiempo , así que suavemente apoye mi pecho sobre el tuyo, mi cabeza ladeada reposaba sobre tu hombro mientras te miraba y te susurraba al oído lo mucho que te amaba y el placer tan grande que provocabas en mi,

Nuestras bocas se fundieron en un prolongado beso mientras yo llegaba a el mas delicioso de mis orgasmos, tu me preguntabas si lo había disfrutado pero yo toda sudorosa y excitada no atinaba a pronunciar ninguna palabra, mi cuerpo se quedaba relajado y no quería nada mas que permanecer en esa postura, llenándome de ti y mirándote a los ojos, mientras de fondo sonaba nuestra canción.

Con mucha delicadeza me bajaste de ti y me colocaste doblada sobre mis rodillas y mi cuerpo reposando sobre mis brazos, sabias que esa era mi postura favorita y no dejaste escapar la ocasión, yo protestaba e intentaba girar, quería disfrutar tu pene en mi boca, saborearlo otra vez, sentirlo en mi boca con el sabor de mi sexo en el, sentir otra vez esa cabecita de tu pene tan roja y tan hinchada en mi boca, notar la humedad, jugar con mi lengua en el, recorrerlo todo cada centrimeto, meterlo en mi boca hasta verlo desaparecer… pero tu ya habías fijado tus objetivos en mi cola, así que amarrándome por la cintura me arrastraste suavemente hacia ti y empezaste a introducir tu pene en mi colita, eras muy delicado y lo hacías con mucho cariño y dedicación, de pronto la cabeza de tu pene se introdujo toda dentro de mi cola y allí te paraste mientras me decías : amor, disfrutas?

un sí escapo de mi garganta a la vez que se entremezclaba con mis palabras que te decían que me la metieras mas , tu lo hiciste y en ese preciso instante yo te pedí que te quedaras quieto, que quería sentirte ahí, bien dentro de mi, mientras con tus manos acariciabas mis pechos, sentía tu aliento en mi espalda que empezaba a llenarse de tus besos, escalofríos de placer recorrían mi cuerpo….empecé a sentir como acelerabas tu ritmo a la vez que lo acompañabas de unos gemidos ahogados que salían de tu boca, en ese momento solo deseaba que terminaras ahí en mi cola, te lo pedía por favor, dale mi amor, dale…..quiero que me llenes la colita, como el mejor de los amantes aceptaste mis súplicas y comenzaste a llenarme de ti, era tanta la excitación que no podía dejar de decirte lo mucho que te quería y el inmenso placer que me provocabas.

Nos quedamos en esa posición durante unos minutos, con una mano acariciabas mi espalda mientras que alargabas tu brazo hacia mi cara, que estaba ladeada y mi boca jugaba a morderse el labio inferior, con tus dedos empezaste a recorrer el perfil de mis labios, los dibujabas suavemente, me gustaba esa sensación en mis labios.

Volvimos a acostarnos en la cama. Nos gustaba estar desnudos, abrazándonos y sintiendo la piel del otro en nuestro cuerpo, tu encendiste un cigarro que nos fumamos los dos a medias, mientras hablamos y nos decíamos lo mucho que habíamos esperado ese momento y que por fin se había hecho realidad y así de esa forma el sueño empezó a vencernos y nos quedamos dormidos abrazados muy juntos con una sonrisa reflejada en nuestros rostros.