Viaje de novios con vuelta

Fuimos de viaje de novios a La Habana y pase mi luna de miel al volver en el avión.

Había sido una Luna de Miel inolvidable, quince días en Cuba  maravillosos, repartidos entre La Habana y Varadero. Tropicana, Café Habana, la boite del hotel. Mañanas enteras en la playa y mucha cama. Creo que aquellos 15 días había recorrido todos los caminos del sexo. Por delante, por detrás, encima, debajo, de lado, a gatas, yo se la mamaba, el me la comía, 69 el arriba yo debajo, el debajo yo arriba ¿alguna cosa mas? Creo que Cuba tiene algo especial para el sexo, desde luego no volvió repetirse tan intensamente nunca mas.

Habíamos sido novios durante tres años y por supuesto que yo no llegaba virgen al matrimonio pero nada que ver los polvos del noviazgo con los del viaje a Cuba. De novios no había tenido ni un solo orgasmo, solo calenturones tremendos que siempre se tenían que resolver a mano. Los polvos eran siempre apresurados e incómodos, En el coche eran casi ejercicios gimnásticos, en la playa, aunque pusieras dos tohallas siempre tenías que al llegar a casa lavarte mil veces para quitar las arenas que de una forma misteriosa se metían entre las nalgas y dentro de la vulva, claro que siempre se aprovechaba la limpieza para una buena paja, que con el chorro de agua caliente resultaba estupenda, Entre los pinos la espalda terminaba muy machacada y dolorida y siempre estaba el temor de que alguien te descubriera y en un pueblo pequeño como en el que vivíamos era motivo de escándalo. Pero en Cuba todo había sido distinto y maravilloso. Ya el primer día me había corrido, no se, cinco, seis….no lo recuerdo, pero muchas veces. La primera vez fue cuando me comió, el coño y en aquellas lamidas y aquellos chupeteos me corrí, no se si una vez o muchas seguidas y luego me folló y volví a correrme y luego me corrí cuando me hizo una paja y otra vez cuando le hice una mamada !increible¡ simplemente mamándosela me corrí.

Y así todos los días y recuerdo que cuando me dio por detrás lo que al principio fue un dolor insoportable acabó convirtiéndose en una corrida especta”cular”.

Mi marido se porto como un jabato en todo momento. Hoy no me explico como pudo aguantar aquel ritmo.

Subiendo al  avión comprendí que aquellos 15 días yo no volverían a repetirse.

Nos correspondían los asientos del centro  y nuestro lado se sentó una chica de unos treinta y tantos, morena y muy guapa, a mi me pareció que era algo mulata , nos saludamos con un Hola, pero no cambiamos más palabras, al poco de despegar nos sirvieron la cena  y al rato las luces fueron apagándose dejando el avión en penumbras. Mi marido se cubrió con la manta hasta los ojos y los cinco minutos roncaba plácidamente, yo también empecé a sentir una modorra muy agradable y mucho mas cundo noté una suave caricia en el pecho !que suave¡ la mano se metía por el escote de mi blusa despacio

!que bueno¡ me estaba tocando el pezón, !que duro se me estaba poniendo¡ pero….mi marido estaba a mi izquierda y aquella mano llegaba desde la derecha. Abrí los ojos un poco confusa , la morena que sentaba a mi lado me sonreía beatíficamente.

Que tranquilo duerme tu marido- me dijo en un susurro

Yo estaba boquiabierta, tan sorprendida que  su mano siguió acariciándome el pecho  sin que yo hiciera nada por quitarla.

Pero….pero que hace?

La aparte bruscamente e intenté abrocharme la blusa, metiendo el pecho dentro del sosten. Ella me sujetó la mano.

Vamos…..tápate con la manta y tranquilízate. Vas a despertar a tú marido

Lo miré de reojo .asustada. En aquel momento vi a una azafata que venía por el pasillo en dirección a nosotros, me quedé quieta , aterrorizada, Me subí la manta hasta la barbilla mientras la mano de mi vecina bajaba hasta mi vientre.

Quieren alguna cosa?

Quieres tú algo? - me pregunto la morena

Dije que no con la cabeza, no me salían las palabras, mientras notaba sus dedos moverse sobre mi      vientre

Casi no respiraba, me parecíó que la azafata nos miraba de una manera rara ¿se abría dado cuenta de lo que pasaba?

Que descansen - dijo y se fue .

Haga el favor de dejarme!

Tu marido!

Lo miré, se había movido, abrió los ojos un momento, volvió a cerrarlos y siguió durmiendo plácidamente. Yo estaba paralizada, me había cogido el pezón entre dos dedos y me lo apretaba girándolo

entre ellos.

Oh Dios mío! Si mi marido se despertaba y se daba cuenta de que lo que estaba pasando el escándalo iba a ser mayúsculo  !que vergüenza¡ todo el avión se enteraría, yo no sabía que hacer una gran angustia  me invadió, sentía ganas de llorar porque además no podía impedir que el pezón se me pusiera duro con aquel masaje, La cabeza de mi vecina estaba casi sobre mi hombro con la cara vuelta hacia mí

Tienes un pecho divino - su voz era muy suave, casi inaudible - delicioso para chupar

Por Dios, déjeme en paz!

Chiiiss

Miré una vez hacia mi marido. ¿Que puedo hacer? Ahora estaba realmente asustada, no sabía como salir de aquella situación  y lo peor es que me sentía cada vez mas excitada. Son los nervios, me dije, tienen que ser los nervios, no puede ser que me este mojando porque una desconocida me este sobando los pechos.

Dicen que no hay nadie que chupe los pezones como yo.

Por favor  la van a oir.

Todos duermen, nadie se da cuenta de nada. Disfruta

Me imagino que era una experta en mujeres que sabia que yo no me iba a resistir porque estaba asustada y sin capacidad para reaccionar y por eso su mano bajo hasta mis rodillas y se metió bajo mi falda , yo apretaba mis muslos con fuerza

Por favor, no siga!

No quiero excitarme!….No quiero excitarme!! Me repetía mentalmente notando que cada vez había mas flujo saliendo de mi vagina  y llenando mi vulva. Vengo de joder como una loca 15 días  disfrutando de una buena polla, no puede ser que una mujer me esté poniendo tan caliente, Eso es, me estoy poniendo  tan caliente, precisamente por eso, por haber hecho tanto sexo. Miré a mi marido y luego a mi vecina. Era muy guapa, tenía una boca golosa . ¿En que estaba pensando? En aquel dedo que por debajo de mi braga empujaba tratando de entrar entre mis muslos, lo notaba muy cerquita del inicio de mi coño , revolviendo entre mis pelos, tratando de llegar. De pronto se incorporo un poco y me beso en los labios dándome un lametón con la lengua, yo me asusté, me pareció que todo el avión nos había visto, pero no pasaba nada, solo que su mano se había colado entre mis muslos y aunque yo los había cerrado de nuevo

una de sus dedos estaba entre mis labios y con la punta me acariciaba la entrada de la vagina

Era inutil!  Me gustaba, la excitación me hacía temblar, Es el entorno, es la situación tan increíble lo que me hace sentirme así. Trataba de disculparme de alguna manera porque ya no hacía nada para evitar sus caricias. El dedo entraba en mi vagina y luego subía hasta mi clítoris y con la yema lo acariciaba.

Se te esta poniendo durito. Te lo ha chupado tu marido

Dije si ,con la cabeza

Tiene un tamaño muy rico para chuparlo……Debías quitarte la braga

Si alguien me pregunta por que hice todo aquello, no sabría que contestar , pero me quité la braga, me la bajé hasta las  rodillas y allí ella terminó de quitármela metiéndola bajo su manta.

Yo ahora ya la esperaba con los muslos bien abiertos y la vulva palpitando, sus caricias eran deliciosas, suaves y delicadas , se me erizo hasta el último vello del cuerpo y por supuesto el clítoris. Creo que fue la primera vez en mi vida que me di cuenta de su tamaño porque ella lo apretaba entre sus dedos y lo masturbaba, allí me corrí por primera vez.

Abróchate la blusa, si tu marido se despierta no se dará cuenta de nada.

La obedecí con manos temblorosas, mientras volvía a masturbarme y yo volvía a correrme. Mordí la manta para evitar que se oyeran mis gemidos. Su dedo bajó metiéndose dentro de mi vagina, lo sentí moverse dentro de mi mientras otro acarició mi ano  !iba a gritar¡ porque me estaba entrando, los movió al unísono, uno por delante y otro por detrás  y la corrida fue de órdago.

No puedo mas, vamos al baño.- me dijo

Yo no sabía muy bien lo que hacía, me vi caminando por el pasillo, mientras ella me cogía de la cintura ,todos dormían , nadie se fijo en nosotras. El baño era demasiado pequeño pero conseguimos entrar , me senté sobre el lavabo , me subió la falda y aunque tropezaba con la puerta metió la cabeza entre mis muslos y de los diez minutos que estuvimos dentro me estuve corriendo nueve. Me lamió, metió su lengua en mi vulva me lamió entre los dos labios chupándolos, la pasó por la entrada de la vagina metiéndola dentro moviéndola hasta enloquecerme y después .la mamada en el clítoris. Yo estaba enloquecida, gemía sin importarme si alguien me oía, puso su  boca abierta sobre mi vulva y chupo y trago mi corrida, le apreté la cabeza .

Todo….todo…..chúpalo todo

Tranquila cariño….tranquila.

Me apretó contra su pecho

Tranquilízate

Alguien golpeo la puerta

Pasa algo?

Un momento por favor

Con muchas dificultades conseguimos movernos hasta que ella pudo abrir

Esta muy mareada. Podría traer un té o algo caliente.

No te pongas nerviosa. No se va a enterar de nada

No tardó ni tres minutos en volver. con un té yo estaba sentada en el inodoro y mi……vecina de asiento fuera.

Se encuentra muy mal- me pregunto solicita la azafata arrodillándose.

Me encuentro rara.

La pobre azafata seguro que me encontró rara, estaba despeinada, mi respiración era agitada, aún notaba que los jugos me resbalaban fuera de la vulva y lo cierto es que me sentía mareada después de una corrida tan descomunal. Aún estuve como cinco minutos sentada con la azafata de rodillas frente a mi, acariciándome la mano.

Ya estoy mejor - dije por fin

No se preocupe, yo la acompaño al asiento, estoy junto a ella

La azafata volvió solicita varias veces, hasta que fingí dormir, mi marido no se entero de nada hasta que se despertó casi llegando a Madrid. Antes Katia, así se llamaba mi vecina de asiento, me deleito con otra sabrosa paja. Yo le hubiera dejado hacerme un millón de pajas y sobre todo hubiera repetido la experiencía del baño durante todo mi vida. Al llegar a Madrid y después de recoger los equipajes nos despedimos con un beso en la mejilla.

Ya sabes si vienes por Madrid no dejes de llamarme.

Caray…has hecho tanta amistad con ella? -me preguntó mi marido

No te puedes ni imaginar todo lo que charlamos esta noche, es una mujer increible

Me guarde su tarjeta en la cartera. Una nunca sabe si en algún viaje a Madrid se presenta la ocasión de poder visitarla.