Viaje de egresados 2/2 final.
AGRADECERÍA COMENTARIOS. Mirá Fidel me importa un carajo que seas mi nieto, que seas el hijo de mi hija, de lo prohibido del incesto y todas esas estupideces, quiero que me hagas lo mismo que a mis amigas, que según ellas sos un campeón.
Viaje de egresados 2/2 FINAL.
El 17 de enero me llama Susana.
_Hola Susy, qué alegría poder escucharte, decime.
_Fidel, podemos vernos, necesito hablar con vos.
_Siii, cuándo quieras y dónde.
_Te parece en la confitería que está en ….. a las 11 mañana.
_Genial, pero pasado mañana, que tengo un compromiso.
_Ok, quedamos así.
Lo de postergarlo un día más lo hice de guacho nomás si no tengo nada que hacer, la llamé a Simona, le conté que me llamó Susana, me dijo que viniera a su departamento mañana, no era el día que tocara, “más alegre que mono con dos colas”.
Estaban las dos, primero a lo nuestro, un trío de lo más participativo, que no faltara nada, es increíble cómo me manejo sexualmente, puedo aguantar sin acabar, lamo, chupo, muerdo, acaricio, hago de todo, ellas si me olvido de algo me lo recuerdan, son directoras ja ja.
_Vos lo que tenés que hacer cuando te encuentres con esa chica es lo siguiente.
Con lujo de detalles me fueron indicando cada momento, cada palabra, cada gesto, parecían directoras de una película y guionaban al protagonista.
Me dejaron libre el departamento de Simona que quedaba más cerca de la confitería.
Cuando Susana llegó yo hacía como media hora que estaba, me había tomado una tónica con limón, con mucho hielo.
_Hola Fidel, disculpá la demora.
_Hola Susy, qué linda que estás.
Vino con un enterito verde limón, abajo pantaloncito corto, arriba tipo mameluco ja ja, no sé describir la ropa femenina y una remera también medio verde, estaba preciosa, sus piernas largas, con unas chinelas que parecía que estaba descalza.
Nos besamos en los cachetes, apenas se sentó le pregunté si no quería una tónica, al aceptar pedí dos.
_Fidel, te llamé para hablar con vos porqué tengo un montón de pensamientos que no me dejan tranquila, siempre me gustó que estuvieras “loquito” por mí, a mí me gustabas, pero no me decidía y vos no avanzabas, cuando Miguel me encaró no supe rechazarlo, si todas las chicas estaban locas por él, pero no fue cómo lo esperaba, no estaba conforme, sentía que algo me faltaba, te aclaro que durante el viaje todos fueron besos nada más, cuando volvimos tuvimos sexo y ahí me di cuenta que no me satisfacía, encima en el viaje te vi, de lejos, en la playa, sentí que te había traicionada, después me disculpaba diciendo que no teníamos nada, y cuando te vi encarar para dos mujeres grandes, y bailar los tres espectacularmente, después con la profesora, ahí sentí que me había equivocado al elegir.
Yo solo la miraba y la dejaba hablar, ya van a venir las indicaciones de mis directoras ja ja.
_Fidel, con Miguel ya no somos más novios, me gustaría que si no tenemos algo importante seamos amigos qué decís.
_Susy, tal vez no te diste cuenta, pero me rompiste el corazón, por supuesto que vamos a ser amigos, pero necesito algo más de vos, necesito abrazarte, besarte, sentirte, saber cómo es tenerte, acá no lo puedo hacer, querés venir conmigo.
Todo el principio del libreto de mis directoras, veamos si funciona.
_Siii Fidel, yo también siento que te lo debo.
Funcionó.
Fuimos al departamento de Simona, apenas traspuso la puerta, la tomé de la mano y muy dulcemente la llevé a recorrer el lugar, sigue el libreto, puse en el estéreo, unos boleros del tiempo del pedo y nos pusimos a bailar.
Muy suavemente nos movíamos, cada vez se me ponía más dura la pija, según el libreto y ahí hubo discrepancia entre las dos directoras, una decía que la apoyara directamente, otra que me retirara un poco, tampoco mucho, que notara pero que sintiera como que la respetaba, ahí Simona le dijo a Perla.
_Eso es una estupidez.
Le hice caso a Simona, le puse el bulto en medio de sus pierna, que lo sintiera bien, no dijo nada, creo que me apretó un poco más y la besé, un beso con toda la pasión que podía sentir, estuve mucho pero mucho tiempo enamorado de ella, ese momento me lo imaginé como mil veces.
Me respondió con entrega a mis besos, nos metimos lengua como desaforados, y según el libreto si aceptaba tenía que empezarla a desnudar, así hice.
Terminamos los dos desnudos en la impresionante cama de Simona, nos acariciamos, nos besamos, nos lamimos, nos mordisqueamos, un 69 como de media hora, creo que acabó dos veces, sino tres.
Cuando llegó la hora de meterla, otra discrepancia entre las directoras, una decía que muy suave, a lo misionero, otra que la agarre de los tobillos y adentro.
Hice un poco de cada una la tomé de los tobillos y muy suavemente, mirándola a los ojos se la fui metiendo, gemía, bufaba.
_Siii, así, despacio, dame fuerte.
No se ponía de acuerdo ella misma, me había aclarado que se cuidaba, que tomaba regularmente “la pastilla”, un buen rato estuvimos dándole, cuando le agarró el calambre, la desconexión, empujé y se la metí con todas mis fuerzas, acabó con un squirt que me baño el pecho, se la notaba muy feliz.
Con su cara apoyada sobre mi tetilla, conversábamos sobre las diferentes carreras que seguiríamos, me dijo que se va a anotar en abogacía, yo le dije que no sabía si seguir medicina o el profesorado de educación física.
_Hace las dos cosas Fidel, si no tenés problemas con el dinero, tus padres te bancan.
Me dejó pensando, la puta tiene razón, lo voy a pensar mejor, ahora sigamos el libreto.
Al estar de costado, le empecé a pasar la lengua por la raja del culo, le abrí un poco los cantos y metí la lengua en el asterisco, se sorprendió un poco pero me dejó hacer.
Muy despacio comencé a juguetear con mi dedo en su agujerito, le puse un poco la puntita, se movió queriendo sacarlo, tampoco hizo mucho, de la punta del dedo pasé a meterlo más, entraba y salía, ella no decía nada, notaba que se le ponía la piel de gallina.
Tomé la crema de la mesa de luz, me unté bien el dedo y adentro, no dijo nada, parece que le gustó, a meter y sacar dedo, más crema, dos dedos, besos en los cachetes del culo, mordiscos, tres dedos untados en crema, cuando sintió que se la iba a meter.
_Fidel, despacio que por ahí nunca lo hice y dicen que duele mucho.
_Tranqui Susy, algo te va a doler pero después de un rato vas a ver cómo lo disfrutamos.
Y se la fui metiendo, despacio pero con firmeza, sentía que su esfínter se dilataba, me apretaba la pija, ella gemía y sufría, cuando la tuvo toda adentro me quedé quieto por un buen rato, cada tanto mandaba un poco de sangre a mi pija, se empezó a mover, bien ensartada estuvimos cogiendo como quince minutos.
Mis directoras decían que siguiera suavemente, yo me acordé cómo se besaba con Miguel y le empecé a dar “sin asco” cada vez con más fuerza, le rompí bien el culo…
Después de llenarle de leche las entrañas, de acabar como un enloquecido nos pusimos otra vez a conversar sobre nuestras vidas, quedamos que íbamos a ser “amigos con derecho a roce”, que cuando ella o yo tuviéramos necesidad, nos llamáramos, que no abusáramos ja ja.
E hice lo que marcaba el libreto, la llevé a la bañadera, estaba destruida, el agua le vino bien, la relajó, se durmió, yo sin ningún problema la senté sobre mis piernas y se la metí, bien metida, abrió los ojos y me besó, seguimos cogiendo unos minutos más, la enjaboné, la lavé, la sequé, apenas caminaba, la llevé a su casa, la ayudé a entrar, con la entrada del edificio, con el ascensor y hasta abrir la puerta de su departamento, me fui antes que se despertara alguien, de eso no había libreto ja ja.
Y lo comenté con la familia, mis padres me miraban asombrados, no creían que hablara en serio, que yo el que siempre trató de pasarla bien, sin “hacer nada”, que para que ayudara a “levantar la mesa” era una lucha, ahora quería seguir estudiando “dos carreras”, medicina y educación física.
Mi hermana no aguantó y me lo tiró en la cara.
_Pero que mierda estás diciendo, si para que estudiaras en el secundario toda la familia tenía que estar detrás de ti, no será una estrategia para no hacer nada no.
El asunto es que quedó establecido que iba a seguir las carreras de medicina y el profesorado de educación, la familia no quedó muy convencida de “mis intenciones”.
Parece que el haber entrado “con todo” en el sexo despertó en mí ganas de estudiar, trabajar, ja ja, lo que es estar bien cogido heee.
En la facultad de medicina tuve que hacer el Ciclo Básico Común, una vez aprobado podría entrar a estudiar de médico, iba de mañana, éramos un montón, las aulas abarrotadas de alumnos, los profesores daban las clases sin detenerse mucho en aclarar conceptos, el que entendía bien, el que no, que se joda, de entrada me di cuenta que yo así no iba a poder rendir bien el CBC, me fijé en quiénes eran los que prestaban atención en serio, que tomaban apuntes, que hacían preguntas, ubiqué a dos chicas y dos chicos, y los encaré, les saqué que nos reuniríamos el jueves al mediodía en la confitería de la facultad, andá a saber qué pensarían ellos de porqué los citaba.
Los cinco delante una mesa, después de tomar un café yo y cuatro tés los demás arranqué.
_Chicas y chicos, los he convocado acá para que conversemos un tema, a mi manera de ver el rendir bien el CBC va a ser muy difícil, debido a la cantidad de alumnos que somos, los profesores se ven con pocas ganas de dar muchas explicaciones, y que si llegás tarde y te tenés que sentar atrás no escuchás una mierda.
_Pienso que deberíamos formar un grupo, los he citado después de fijarme que todos estamos muy interesados en estudiar, en prestar atención al profesor, si nos organizamos podremos sacar adelante ésta situación difícil, qué piensan.
Hubo un momento de silencio, todos me miraban como sopesando lo que iban a decir, arrancó Liliana.
_A mí me parece una idea excelente, nos podríamos turnar para llegar bien temprano y tomar apuntes en la primer fila, incluso grabar, no sé.
Siguió Juan, _y los fines de semana podríamos reunirnos para diagramar las tareas, yo no tengo mucho tiempo en la facu, de acá tengo que ir a trabajar, hoy pedí llegar un poco más tarde por la citación de Fidel.
Y quedó formado el grupo de estudio, Liliana, Débora, Juan, Enrique y Fidel, mañana viernes me tocaba a mí llegar temprano para poder sentarme en la primera fila.
Cuando llegué a mi casa busqué un grabador que tenía guardado, lo había usado muy pocas veces, cuando le conté a mi hermana, me miraba asombrada, me prestó una especie de cámara para filmar las clases, en la cena mis padres no lo podían creer, el nene había cambiado, lo que es estar bien cogido heee.
El profesorado de educación física comenzaba a mediados de marzo, tenía tiempo, igual me había anotado en el curso nocturno, aunque algunas prácticas más adelante serían de mañana, vería cómo hacía con la facultad.
Se me fue la mano en llegar temprano, no estaba abierta el aula cuando llegué, me paré en la puerta siendo el primero, pensé en dónde ubicarme, si frente al inmenso pizarrón, de costado, lo digo para ver si grabar el audio me imagino que lo más cerca posible, pero para filmar el pizarrón no de tan cerca, una lucha esto de estudiar ja ja.
Resultó cómo lo pensé, el audio bien, la filmación más o menos, no se alcanzó a ver todo el pizarrón, habría que mover la cámara, pero si te ocupabas de filmar no prestabas atención al profesor, como digo una lucha.
Lo solucionamos viniendo dos temprano, uno en primera fila para grabar otro en la octava fila para filmar.
Liliana 18 años, mi compañera es una morocha muy bonita, debe medir 1,70 con cuerpo estilizado, tetas no muy grandes, lindo culito, piernas largas, cabello largo, se lo ata tipo “cola de caballo”, algo seria, cuando entra en confianza un poco más dada.
Débora 18 años, es una rubia gordita, de cachetes rojos, ojos claros, más baja que yo, buen par de tetas, gran culo, muy simpática, siempre dispuesta, muy solidaria.
Juan, 20 años, es el más serio de los cinco, de mi estatura, pelo negro, piel blanca, muy responsable.
Enrique 18 años, es el típico estudiante, bajo, gordito, de anteojos con mucho aumento, rubio cobrizo su pelo, también muy responsable.
Y yo 18 años, que pasé de ser un “tiro al aire” a organizador del grupo, como cambió mi manera de ser por “culpa” de las directoras Perla y Simona, amigas de mi abuela ja ja.
Bueno voy a contar más o menos cómo fue nuestro año de estudio haciendo el CBC, íbamos dos temprano por día para grabar y filmar, nos rotábamos, al ser cinco cambiábamos de pareja siempre, los sábados nos encontrábamos en dónde fuera, muchísimas veces vinieron a casa, teníamos lugar amplio y pileta, mi hermana quedó prendada de Juan, que era un año menor que ella.
Tanto estar juntos que empezamos “a gustarnos”, mi hermana dejó bien claro que Juan era para ella, él tampoco dijo “no me gusta” a las cuatro o cinco veces de juntarnos en casa empezaron a salir los sábados a la noche y domingos, después se besaban delante de nosotros.
Yo pensé en “encarar”, como Liliana que es la que mejor está no da mucha bola la encaré a Débora, ella con mucha simpatía me dejó bien claro que a ella el que le gusta es Enrique, _pero el boludo no me dice nada me dijo.
Nobleza obliga lo encaré a Enrique y le comenté cómo era la situación, primero creyó que lo estaba cargando, después se sinceró, que él nunca había estado con una chica y que no sabía nada del tema, y yo igual que mis directoras guioné al protagonista, resultó que son novios, también se besas de nosotros.
Como quedábamos Liliana y yo, nos mirábamos, le dije de salir a bailar el sábado.
_Mirá Fidel, podemos salir, coger, hacer de novios, pero tenés que tener algo bien claro, yo no quiero compromiso con vos, tengo mi novio en Jujuy, cuando me reciba me voy a ir a vivir con él, lo amo mucho, si te sirve bien, sino no.
Claro que me sirvió, quién no iba a querer tener “únicamente sexo con ella”, es una potrita.
Esta vez la que me prestó el departamento fue Simona, hice casi todo lo mismo que con Susanita, claro Liliana no se deja llevar así nomás, es mandona en la cama, le gusta dirigir, cuando lo conversé con mis directoras, me dijeron que un buen rato la deje llevar el mando, dijeron hasta que acabe dos veces, después que dominara yo.
Y ahí nos pasábamos algunas noches, tratando de tomar el mando de “los polvos”, ella no tiene problemas de dormir fuera, vive en una pensión con dos amigas más.
Es muy experimentada en el sexo, no le “hace asco a nada”, con el transcurso de los polvos me enteré que el novio tiene “una taralila” de pija, con razón está tan enamorada.
Varios sábados íbamos a bailar las tres parejas, le tuve que dar clases de baile a Juan y a Enrique, miralo vos al boludo.
Cuando comencé el profesorado de educación física era el más chico de los alumnos, de edad, todos me llevaban dos o tres años, algunos hasta diez, sobre todo los muchachos.
Nuestra división era de 23 alumnos, 13 varones y 10 mujeres, todos más o menos en forma, un chico y dos chicas con unos pocos kilos de más, claro la carrera que emprendíamos era de mucho ejercicio, las clases comenzaban a las 19 horas y terminaban a las 22, no era muy lejos de mi casa.
En una reunión en casa, un almuerzo de domingo, mi abuela Inés, me dice que necesita hablar conmigo, que la llame en la semana.
Cuando la llamé me pidió que tiene que hacer un trabajito en su departamento, sino podía venir el viernes a la noche y quedarme a dormir, no tuve ningún problema, de chico varias veces dormí en su casa, mi hermana lo mismo, aunque ella no quería con los dos al mismo tiempo, decía que nos peleábamos y que no disfrutaba de la compañía de los nietos de esa manera.
Al segundo día de comenzado el curso en la facultad de medicina mi padre me llevó al garaje de casa y me hizo entrega formal de su moto, un gesto de amor total, creo que la ama más que a mi madre, que la cuidara, que revisara el aceite, el agua todos los días, el inflado de las gomas, sí que fue un acto de amor, dijo que hacía como un año que no la usaba y creía que no la iba a usar más, un desprendimiento desgarrador para él.
Una hermosa moto, potente, cuidada al máximo, yo había sacado el registro de conducir apenas cumplí años, aunque muy pocas veces tanto mi padre como mi madre me dejaron conducir sus autos, a mi hermana sí mi madre le presta su auto.
Después que salí del profesorado, con la moto tardé unos quince minutos en llegar a lo de mi abuela Inés, puse la moto en el estacionamiento del edificio, ella aunque no tiene auto tiene un lugar fijo.
Me esperó con milanesa napolitana con papas fritas, una de mis comidas preferida, dos latitas de cerveza, conversábamos de boludeces, del profesorado, de la facu, cuando tocó el tema de sus amigas se me erizaron los pelos.
_Fidel, con Perla y Simona somos amigas hace como cuarenta años, nos contamos todo (más erización de pelos), y de tanto “pisar el palito” y yo recontra preguntar me lo tuvieron que contar, me contaron todo, con lujo de detalles, todo Fidel, todo, de la playa y de después de la playa, lo entendés, lo entendés Fidel.
_Lo entiendo abuela, sí que lo entiendo, qué querés que haga.
_Mirá Fidel, me importa un carajo, que seas mi nieto, que seas el hijo de mi hija, de lo prohibido del incesto y todas esas estupideces, quiero que me hagas lo mismo que a mis amigas, que según ellas sos un campeón.
En la puta vida hubiera pensado que me iba a decir eso, yo esperaba una reprimenda, un lavado de cabeza, me dejó anonadado, embobado, más todavía, abrí la boca sin saber qué decir.
_Respondeme Fidel, qué pensás hacer.
Me miraba con esos ojos casi azules, esa sonrisa cautivadora, me acordaba cuando dormía en sus brazos, hasta como a los doce años.
_Poné música Inés, le dije, la llamé por su nombre con toda intención, unos boleros por favor.
Se levantó como con un resorte, abrió el semejante tocadiscos que tiene del tiempo del pedo pero que suena como una orquesta, agarró un “lomplay” un disco grande de vinilo y empezó a sonar una canción por Armando Manzanero.
Me levanté y la abracé para que bailemos, sin reparo la apreté bien, tenía la pija dura como un hierro, se la acomodé entre sus piernas, ella suspiró y gimió suavemente, bajé mi mano a su culo y empujé con firmeza para mí, estaba desatado, cuando terminó la canción, sin separarnos mucho la besé con pasión, me correspondió inmediatamente, nuestras lenguas se trenzaron en una lucha de lo más amistosa, se nota que mi abuela sabe del tema.
Y a aplicar todo el repertorio que tantas veces me enseñaron sus amigas, que beso en el cuello, morder las orejas, meterle mano entre los pelos, acariciarle los pechos, la hice dar vuelta y bailábamos al revés, yo con mi pija metida en los cantos del culo de mi abuela Inés y con mis manos en sus tetas, apretando sus pezones.
De esa manera no tuve muchos inconvenientes en desabrocharles los botones de su camisa, le bajé el cierre de su pollera, hizo un movimiento de caderas y quedó en tanga, de color violeta con puntillas, de una patadita tiró su pollera cerca del tocadiscos, se dio vuelta y empezó a desabotonar mi camisa, siempre moviéndonos bailando, aunque muy suavemente, creo que lo hacíamos por inercia, ni escuchaba la música, tenía los ojos metidos entre sus tetas, con la camisa abierta veía su corpiño haciendo juego con la tanga, creo que voy a acabar.
Y mientras pasaban los boleros nos íbamos desnudando, la tomé como una novia en noche de bodas, a upa de mis brazos la llevé hasta su cama, un poco más grande que la mía, la deposité muy suavemente y le saqué la tanga que era lo único que le quedaba, le empecé a pasar la lengua por cada milímetro de su piel, tenía semejante calentura que no quería ni siquiera arrimar mi pija para no acabar, por todos lados lamí, mordí, chupé, desde la punta de los dedos de sus pies hasta sus orejas, me detuve mucho tiempo en sus tetas, en su vagina, con su clítoris hice demostración de todo lo que me enseñaron las directoras, Inés acabó dos veces primero y después algo parecido a que se meó, un squirt, parecía la meada de un bebé.
No subí a la cama, atraje su cabeza a mi pija y le llené la boca de leche, se tragó todo, ahora sí me acosté a su lado, ella puso su cara sobre mi pecho y me empezó a masturbar, no tardé mucho en acabar enchastrando su mano, mi estómago y piernas, no tardé ni unos minutos en estar otra vez “preparado”, me acomodé sobre ella, a lo “misionero”, muy suavemente se la fui metiendo, nos mirábamos a los ojos, qué sensación de entrega, de amor, veía en sus iris un brillo especial, creo que estoy enamorado de mi abuela.
Como había acabado varias veces, no tuve problema para aguantar todo lo que quisiera, le subí las piernas a mis hombros, después la hice poner arrodillada al costado de la cama, cuando se la metí por el culo acabamos juntos.
No solo me quedé a dormir el viernes a la noche, el sábado y el domingo, el lunes temprano salí “bien cogido” para la facultad, pasamos un fin de semana de la cama al baño, a veces a la cocina.
Me pidió que no les contara nada a sus amigas, que ella iba a ver cómo lo encaraba el asunto, y si mis padres se enteran por indiscreción mía me la cortaba, creo que lo dijo en serio.
En el profesorado de educación física dictaban un curso para ser guardavida, tuve que hacer algunos arreglos con los horarios, como era alumno del profesorado me lo permitieron, eso sí, después de tomarme las clases de natación, era un delfín en el agua ja ja.
A los dos meses ya tenía el título de guardavidas, en un principio lo pensé hacer para poder trabajar, pero con la facultad de medicina a la mañana, el profesorado a la noche, estudiar y atender a mis tres amantes sesentonas, a Liliana y a veces a Susanita no podía, creo que lo de trabajar quedaría para más adelante, que me siguieran bancando mis padres, las que me daban “algunos pesitos” eran mis directoras y mi abuela, al principio no quise aceptar, después de dejarlas hablar, imposible negarse.
No hay mucho más para contar, han pasado unos años, ya me he recibido de profesor de educación física, mis directoras y mi abuela me consiguieron trabajo en una escuela parroquial.
Sigo teniendo sexo con ella aunque no tan seguido, el novio de Liliana vino a verla algunas veces, salíamos en parejas, yo con Susanita.
Espero tener nuevas experiencias en mi carrera como docente para contarles.
De paso incluiría lo de ser practicante de medicina.
Hasta la próxima.
FIN.
AGRADECERÍA COMENTARIOS Y ALGUNAS IDEAS PARA SEGUIR CON UNA SEGUNDA PARTE.