Viaje Caliente

Mientras el me deslizaba su verga que yo sentía más grande que otras veces, me murmuraba en el oído que estaba muy mojada, logro un aumento en mi excitación, yo estaba loca por continuar, buscaba más satisfacción, que me cogiera como quisiera y por donde quisiera, él se levantó, me puso la verga en

Habíamos madrugado mucho ya que teníamos que recorrer varios kilómetros hasta llegar a nuestro destino, un lugar muy lejano Aunque el clima de la zona donde nos dirigíamos es algo que le gusta a mi amor.

Antes de repasar todo lo que habíamos metido en el carro, dirigí un vistazo a mi compañero de viaje, para mi sorpresa había elegido una camisa que me encanta como le quedaba y se le ven esos vellos de su pecho que existan a cualquier mujer que se pueden entre ver y darle rienda suelta a la imaginación; al sentarse a mi lado sus bellos muslos  abiertos eran como un acantilado sobre el abismo de su calzoncillo.

Mientras el conducía por la carretera me recreaba en el espléndido espectáculo de su cuello y su escote, tan profundamente me absorbieron sus bellos hipnotizantes el no tardó en darse cuenta que lo veía que mis ojos no tenía otro uso que perderse entre sus bellos y sus manos, una mirada de complicidad se cruzó entre nosotros y un beso en mis labios me indicó que mientras no nos me estrelláramos, podría recrearme cuanto quisiera.

Dos llamas ardían en su mirada cuando se cruzaron con la mía, y en su sonrisa se reconocía la satisfacción de la noche anterior. Mis hormonas brindaron a su salud y mi cuerpo entero sintió el sabor de sus besos que nunca olvidaba mi paladar.

Mientras mi boca rememoraba su sabor, el mordió sus labios con picardía y desvergüenza. Sus dedos tocaron mis labios y pidieron entrar para acariciar mi lengua y tomar un poco de mi savia. Con su líquido volvieron victoriosos hacia su origen y mi saliva rodeó su lengua permitiendo una cálida y suave caricia. Luego nuestras salivas se mezclaron en nuestras bocas y sus dedos recorrieron sus perlas erizadas por el placer.

Cuando llegamos al bendito y glorioso kilómetro 90. 5 no resistimos más iniciamos nuestro encuentro el inicio con su mano, llevo la zona de su vientre, antes de hacerlo volví a ver las llamas de sus ojos y me quemé de nuevo nos comenzamos a desnudar con tan solo vernos, ahora una mano desaparecía por dentro de mi camisa y la otra tocaba mi pierna derecha sobre mi pantalón. En el tiempo que transcurrió entre que miré a la carretera y aquella mano en mi pierna, algo salió volando en el interior del coche y aterrizó entre mis piernas, no necesité ayuda para saber que sobre mí había terminado su camisa.

Ahora mis ojos no podían separarse de aquel hombre que me vuelve loca que me hace sentir una mujer completa y mientras entre sus piernas se hundía para mayor deleite de cualquiera que pudiera contemplarlo.

Un tráiler pitó ruidosamente cuando paso debido a la lentitud del tránsito que pasaba, y es que yo no quería perder un segundo de aquel espectáculo.

El espectáculo continúo tras un largo beso en la boca y un intento de tocarme con  aquel cuerpo excitante que se retorcía a mí por tenerlo entre mis brazos y piernas. Sus manos fueron aceptadas y le pedí  que me siguiera besando Y eso era lo que hacía al ver sus manos estirar la tela de mi tanga y acariciar mi vello y eso era lo que me hacía al ver sus manos entrar en la puerta del cielo de su sexo.

Aquel pantalón debía impedir bien el movimiento de sus manos pues luego terminaría en el volante... y mis piernas deseaban terminar sobre él. Yo me a recosté contra su puerta, dejando su sexo a la altura de la palanca de cambios. Sus manos me acariciaban mientras yo sentía estallar de éxtasis Una zona sin curvas hizo que su mano acariciara mis muslos y que sus dedos se hundieran en mi interior. Probé el sabor de su deseo cuando a continuación los hundí en mi boca, mi saliva recogió toda su savia y aportó más leña al fuego de su sexo.

Sus manos trataron de masturbarme, sin mucho éxito pues al poco de comenzar a jugar sobre mí, vi como sus ojos se movían al ritmo conocido del clímax, su voz se entrecortó y sus quejidos indicaban la presencia de aquello que fue buscando a cercanos cada vez más sentí sus manos sobre mi sentí nuestro acalorado y excitante encuentro Y gritando se sintió el cielo Sus dedos mojados abrieron su interior a mi vista mientras temblaban por la presencia de hacerme sentir un orgasmo.

Muchos kilómetros faltaban para llegar a aquel lugar Su respiración, sus jadeos y el gemido de su voz indicaron que sin haber llegado, acababa de comenzar sus manos calientes apretaron ligeramente mis senos, Al sentir sus mano me olvidé de la universidad, las ventanas estaban totalmente empañadas y yo seguía mojada, por fuera y empapada por dentro. Con nerviosas risas nos besamos. Yo estaba muy caliente, en mi vagina sentía las cosquillas deliciosas que me hace sentir, estimulada por el roce de mi pantalón mojado y el tremendo espectáculo que ambos estábamos dándonos. De pronto casi obsesivamente me invadió el deseo de besarle su Berga, así que me recosté en sus piernas y le bajé el cierre, que aroma tan rico!! A jabón y piel mojada… eso me excita mucho.

Él de inmediato se levantó un poco para que le pudiera bajar los pantalones y quitarle de inmediato el calzoncillo para dejarme hacer una tarea que me encanta realizar a la perfección y deleitarme con su hermosa y esplendorosa Berga.

Comencé a lamer su glande, grande y rojo, palpitante delicioso, rodeado de esos bellos que le dan el toque perfecto me puse a rodearlo con mis labios calientes. Con una mano empecé a masturbarle sobre el pantalón suavemente y poco a poco fui besando más abajo, yo me calentaba cada vez más y se lo hacía saber soltando mis suspiros agitados y suplicantes, despacito. Tuve que acomodarme correctamente, era un poco incómodo al principio pero no iba a separarme de el hasta que le hiciera gozar demasiado, quedé sentada en el piso del auto entre sus piernas y el otro asiento, haciendo más para adelante el otro asiento. Así que con mi otra mano cargaba sus testículos suavemente, esto le encanta yo no podía más y ahora no me iba a conformar con hacerlo gozar a él, yo necesitaba gozar también. Me termine de quitar la blusa ahora tenía mucho calor, mis senos se sonrojaron mis pezones estaban erectos y mis labios demasiado rojos, mi cabello goteaba todavía un poco dejando gotitas en mi vientre y espalda, al ver esto mi novio me ayudó a levantarme y se pegó a mi cuerpo. Quiero sentir tu cuerpo!! Le dije al oído, entonces él se quitó la camisa.

Yo seguía acariciando su berga apretándolo por la base rítmicamente mientras proporcionaba un leve giro con mi mano, una y otra vez como queriendo exprimirlo para dejarlo totalmente vacío. El termino de desabrochar mi pantalón y lo bajó un totalmente. Tocó mi vagina con dos dedos muy lubricada, y palpitante, casi adolorida de tanta excitación. Sus dedos resbalaban fácilmente y mi clítoris sobresalía un poco deseaba ser acariciado. Ya estaba escrito, teníamos que seguir con todo esto y perdernos en el acto, y así lo hicimos. Él se aproximó a la orilla de su asiento y yo a la de mi asiento y echando el cuerpo hacia las ventanas nos unimos. Yo me senté con cuidado en su berga al sentirla como penetro suavemente y despacio nuestros ojos se encontraron con cierta malicia.

Poco a poco me entro y como tenia forma de hongo quedo firme dentro de mi vagina, el me comenzó a empujar la verga y era una sensación extraña que nunca había sentido, como si me estuvieran clavando una pelota de tenis o algo así porque era bien gorda y dura la cabeza de su verga, además de sentir lo grueso de la verga misma, que es del tamaño justo larga para mí que sentía que llegaba hasta el fondo de la vagina y me abría la cerviz, pero cuando comenzó el fortísimo mete y saca tomándome de la cadera creí que me moriría de placer.

Pero el placer de aquella verga implacable machacándome la pobre cucharita, me empezaba a volver loquita del gusto, me puse frenética y le mame la verga  como si se la fuera a arrancar, mientras con las manos me sobaba las tetas y me halaba los pezones yo misma, estaba que me moría de la calentura sexual que me consumía como fuego, yo me estremecí con los primeros orgasmos, estaba tan excitada que acabe rápidamente, con una serie de orgasmos el uno más rico que el anterior, así hasta que casi pierdo el conocimiento cuando aquella potente verga me hacia estremecer

Así entrelazados como unos cangrejitos comenzamos el movimiento más sensual del mundo. Con su mano sobre mi cuchara, comenzó a masturbarme el clítoris nuevamente haciendo majestuosa su manera de proporcionarme placer. Seguíamos viéndonos a los ojos, la noche  estaba en su máximo y nosotros comenzábamos a sudar.

Mientras el me deslizaba su verga que yo sentía más grande que otras veces, me murmuraba en el oído que estaba muy mojada, logro un aumento en mi excitación, yo estaba loca por continuar, buscaba más satisfacción, que me cogiera como quisiera y por donde quisiera, él se levantó, me puso la verga en la boca para que se la mamara.

Luego cambiamos de posición poniéndome piernas arriba y el sobre mi Yo estaba salida hasta el máximo pero es que el intenso cumulo de placer, lujuria, morbo y todo lo sexual que estaba sintiendo me tenían más allá de la razón!. Así que comencé muy lentamente a rotar mis caderas clavándome hasta la raíz su verga, con mis ojos cerrados y gozando cada centímetro de su dura carne y cada segundo de tiempo, el también disfrutaba de todo mi cuerpo porque sus manos me acariciaban toda, las tetas, los muslos, la cintura, las caderas, todo, todo mi cuerpo hasta hacerme sentir en el cielo, comencé a venirme nuevamente y esta vez era algo tan cálido y profundo que casi lloraba de alegría por las sensaciones que me arropaban y barrían, mientras mi saciado cuerpo temblaba y se estremecía orgasmo tras orgasmo, Que suaves movimientos!! Que profundas penetraciones!! Qué caliente estaba su miembro totalmente lubricado, Pronto supe que me venía, él lo supo de inmediato. Su dedo gordo, comenzó a moverse más rápido su pelvis también. Quería verme llegar… El carro comenzó a rebotar un poco y no nos importó. La humedad nos envolvía y de pronto tuve un orgasmo delicioso y largo que me dejó pasmada. Cambiemos de posición, tenía que recibir su orgasmo.

Me puse en cuatro puntos sobre mi asiento y él me penetraba una y otra vez mas enseguida proporcionándome una penetración más profunda e intensa, pero como tenía la ventana casi en la cara, me sentí un poco asfixiada, entre  el vidrio pude ver un poco la carretera, a estas horas vacía y en medio de la noche. El sereno rebotaba en el vidrio que estaba sobre mi cara y su saliva escurría por mis senos redondos y firmes, aún en esta posición.

Ricardo se abalanzó sobre mí, y gimió en mi oído. Me penetró hasta el fondo y se vino fuertemente encima de mi  cintura temblorosos nos incorporamos y nos secamos. Notamos que el carro estaba bien empañado abrimos un poco la ventana y nos vestimos rápido luego decidimos descansar un poco para luego continuar nuestro recorrido fue tan excitante pensar que teníamos algún espectador secreto, pero al amanecer nos fuimos de ahí. Fue delicioso, realmente excitante y diferente!!!