Viaje caliente (6)

Por fin puedo disfrutar totalmente de Susi.

Tras la sorpresa inicial las cuatro comprendimos como tenia que acabar aquella noche y fue Olga quien tomo la iniciativa:

Bueno chicas, os veo muy cachondas esta noche ¿estaríais dispuestas a todo?

¿A que te refieres con todo?- respondí

Bueno, me refiero a

¿A que? Creo que todas estamos pensando lo mismo pero no nos atrevemos a decirlo y si no nos atrevemos nosotras no creo que haya mucha gente más capaz ni siquiera de contemplar una posibilidad así.

Una orgia!!!!- grito Susi fuera de si- me encantaría, si, mmmmm seria una manera mas que caliente de acabar la noche.

Todo eso esta muy bien-dije- pero para una orgía necesitamos pollas, tenemos a nuestros chicos pero necesitamos más somos cuatro y por supuesto tiene que haber más hombres que mujeres.

Claro-dijo Susi entre sonrisitas- yo necesito por lo menos dos para mi.

Bien yo tengo la solución, tengo el teléfono del taxista y con un vistazo a la guía telefónica también podemos localizar el restaurante y a los camareros.

Muy bien Silvia-dijo Poline, todavía desnuda- vamos a empezar con todo no?. Pero falta un detalle ¿Dónde lo hacemos?

Por eso no te preocupes, Poline- contestó Olga- puedo cerrar el bar, no hay mucha gente y soy la hija del dueño.

Las cosas se estaban poniendo mejor que bien, sin perder tiempo llame al taxista mientras Poline buscaba el teléfono del restaurante en la guía. El hombre no tardo ni dos segundos en decirme que iría encantado que dentro de una hora estaría allí y que fuéramos preparando los culitos. Poline avisó a los camareros y dijeron que irían, pero no mencionó una orgía solo prometió un espectáculo lesbico protagonizado por Susi y por mi, al fin y al cabo una promesa es una promesa. Olga aprovechó para ir cerrando el local y Susi explicó a los chicos lo que pensábamos hacer, ellos se ofrecieron encantados.

El plan era el siguiente, en pocos minutos llegaría el taxista y le explicaríamos que al principio teniamos que estar Susi y yo solas en el bar para que cuando llegaran los camareros estuvieramos listas para el numerito, después entrarían Olga y Poline y por fin el con los chicos. El taxista acudió a la hora acordada, la entrada de mi ano empezaba a palpitar desesperadamente sólo de verle, después de las explicaciones el hombre no tuvo ningun inconveniente en participar en nuestro pequeño ‘engaño’.

A medida que pasaba el tiempo yo me iba poniendo más nerviosa y más cachonda. No solo iba a participar por fin en una orgía sino que me iba a follar a Susi, no me lo podía creer. Estabamos ya las dos solas sentadas encima de la barra esperando a nuestros camareros en silencio, pero Susi por fin hablo:

¿Cómo te sientes?

Nerviosa, como quieres que esté por fin vamos a hacer una orgía.

A mi lo que realmente me pone nerviosa es que por fin me vas a comer el coñito – me respondió

Si, por fin, es lo que llevo deseando años- le contesté yo después de la sorpresa inicial.

Mmmm yo tambien pienso comerte el tuyo tiene que estar bien rico- y mientras decía eso llevó su mano desde mi rodilla hasta la entrepierna. ¿Ya estas mojada?

No se por que lo preguntas Susi, sabes que si, siempre estoy dispuesta jajaja!

De pronto se oyeron unos pequeños golpecitos en la puerta, parecía que nuestros chicos ya habían llegado. Susi saltó de la barra y fue a abrir la puerta con la mejor de sus sonrisas les dio la bienvenida y les preguntó que si estaban dispuestos a pasar la mejor noche de sexo de su vida. Los dos asintieron.

Ya esperabamos encontraros comiéndoos el chochito la una a la otra

No podemos empezar sin vosotros dije yo.

En ese momento me puse a cuatro patas encima de la barra de manera que la faldita se me subiera lo suficiente para que se me viera el coño de mi lado y el agujero de mi culito. Susi dejó a los chicos y vino donde yo estaba, pasó las yemas de sus dedos suavemente por todos los mis labios vaginales hasta la entrada de mi culo donde presionó un poco con su dedo corazón. Me estremecí de arriba abajo.

Susi me subió la falda hasta la cintura y mientras me seguía acariciando el culo se acerco hasta mi cara y me besó. Ella me había besado ya muchas veces, pero en aquellos momentos aquel beso era puro sexo, puro deseo. Nuestros camareros no se creeían lo que estaban viendo, un puro espectáculo lésbico en la barra de un bar.

Mientras los demás miraban la escena como podían metidos en el privado del almacén. Poline y Olga se acariciaban mutuamente sus coñitos por encima de la ropa. Mientras los chicos y el taxista ya tenían sus pollas más que duras, pero intentaban no excitarse demasiado, hasta que no pudieron aguantar más y empezaron a masturbarse.

Ahora era yo la que acariciaba a Susi las tetas por encima de la ropa haciendo que se le notaran bien los pezones. Me senté en la barra con las piernas abiertas entre ellas Susi me besaba y yo la seguía acariciando despacito. Ella llevaba sus manos hasta mi coño y lo acariciaba sin meter los dedos todavía dentro de la rajita "vamos Susi méteme los dedos putita que vas a hacer que explote" le dije al oído.

La separé un poco de mi y lamí sus pezones por encima de la camiseta, ella empezaba a jadear "Siempre has sido una zorra Silvia, yo pensaba que yo era una puta pero como tu no hay ninguna". Me levantó la cara y empezó a besarme y lamerme el cuello, las orejas… mientras rozaban y se apretaban sus tetas con las mías. Estaba muy excitada y deseaba verle los pechos a Susi, dejarlos libres, lamer esos pezones duros y claros.

Le saqué la camiseta a toda velocidad y comenzé a pasar mis labios por todo su pecho izquierdo, después empecé a sacar un poco la lengua pero sin llegar a sus pezones. Ella estrujaba mis tetas por encima de la camiseta. "Silvia quitate la camiseta para notar tus pezones en los míos por favor" Sin lamerle un pezón me quité la camiseta y deje libres mi tetazas. Ella las miró con lujuria, las acarició un poco y después acercó sus pechos a los míos. Su roce era absolutamente delicioso, sus pezones rozaban con los míos y estaban a punto de estallar, en esos momentos ninguna de las dos de los camareros y del número que les estábamos proporcionando.

Después de un rato sobándonos por todas partes de manera desesperada mientras nos besábamos uno de los camareros que parecía harto de nuestra lentitud nos grito "¡Vamos putas, cuando pensaís comeros los coños! Si no lo haceis vosotras lo voy a hacer yo! Susi levantó la cabeza y le miró fijamente "De eso nada, ahora Silvia es mia, ese era el trato" Y sin decir más dirigió dos de sus dedos a mi agujerito y los metió de un golpe, lo que hizo que yo lanzara un pequeño grito. Ahora los movía lentamente en círculos y arriba y abajo y yo jadeaba de manera considerable.

Después de estar un rato sentada en la barra con las piernas abiertas mientras Susi me estimulaba con sus dedos le dije "Vamos Susi, súbete en la barra que me voy a comer ese coñito" Entonces mi amiga me miró fijamente a los ojos pidiéndome que me la comiera entera, que ahora esa solo suya. Susi se tumbó encima de la barra con las piernas dobladas "Abre las piernas cariño" y vaya si las abrió. Vi su coñito rebosante de jugos y su minitanga incrustado en su raja.

Yo seguía sentada encima de la barra mirando de frente al coño de Susi. Agarré el tanga y tiré ligeramente hacia arriba para que se le clavara un poco más, ella suspiró profundamente. A continuación saqué de allí la tela y la aparté hacia un lado. Acaricié suavemente la raja y Susi temblaba "Vamos, Silvia, sigue, eres una zorra de primera"

Le dije que se tumbara con las piernas abiertas y ella lo hizo, le quite el tanga lentamente y me puse a cuatro patas. Mi boca y mi nariz casi rozaban en sus labios vaginales. Era una situación más que morbosa: desde alli podía verlo claramente, su coño totalmente depilado, rojo de excitación y empapado, sus labios eran grandes y los aparté un poco con la mano, vi el clítoris era enorme, mi amiga tenía que estar muy excitada.

Sin pensarlo más rocé el clítoris con una mano y a continuación le di un golpecito con la punta de mi lengua. Susi gritó. "Ahhhhhhhhh, silvia nena, como me estas poniendo, eres mejor que cualquier tio, sigue, mamame, mamame el coño por favor" Empecé a rozarle el coño con los labios y ella notaba mi aliento. Entonces mi lengua paso por su rajita abriendola, Susi gemía.

A partir de ahí ella perdió la noción de todo y yo le comía el coño a Susi desesperadamente ¡¡por fin lo estaba haciendo!! ¡¡por fin le estaba mamando el delicioso chocho a mi amiga!! Pasa mi lengua fuerte por todo su coño hasta que llegaba al clítoris donde me detenía, alli mi lengua se movía en círculos, le daba golpecitos, la movía arriba y abajo. Susi estaba a punto de correrse pero yo no quería apartarme de allí, quería que se corriera en mi cara.

No se como Susi logró articular unas palabras "espera, silvia, espera" Susi se quitó la falda y yo me quité la mía. Ahora las dos estábamos completamente desnudas encima de la barra. "Vamos a hacer un 69 silvia por favor, me estoy muriendo por comértelo yo a ti". Ella seguía tumbada en la barra boca arriba y yo encima de ella con mi coño en su boca. "Silvia tienes un chochito precioso" Y sin más empezó a lamérmelo y es totalmente imposible describir lo que se siente cuando te lo come una mujer.

Puede ser suave y sin embargo salvaje, nunca había experimentado un placer semejante en mi vida. Yo seguía lamiéndoselo a ella sin saber como lo hacía pero al parecer lo hacía bien porque no mucho más tarde Susi se corrió en mi cara y yo era feliz. Se incorporó y yo me senté en la barra con las piernas abiertas. "Ahora te vas a correr tu, no me vas dejar a mi como la más guarra de las dos, porque las dos sabemos que la más puta eres tu" Y sin decir más se puso delante de mi y siguió lamiéndome como yo había hecho antes con ella. Era delicioso, ahora yo podía estar totalmente concentrada en mi placer, ya no tenía que estar pendiente de como chuparla a ella.

Mientras pasaba su lengua desde mi ano hasta mi clítoris donde se detenía y le dedicaba mayores atenciones levantaba su mirada de vez en cuando, aquella cara de putita que ponía me volvía loca. Entonces dirigió su dedo corazón a mi culo ya lubricado por mis propios jugos que llegaban hasta allí. Movía su dedo en círculos y lo metía y lo sacaba rápidamente. Después sin esperar metió en pulgar en el agujero de mi coño y empezó a moverlo arriba abajo. "Ahhhhhhhhhhhhh ¡me corro! ¡me corro!" Ahora eran mis jugos los que estaban en su boca y en su cara.

Susi me besó, nos besamos, su lengua con la mía suaves y apasionadas. Era fantástico. De repente despertamos del sueño, los camareros se acercaban hacia nosotras. "No, todavía no" les dije. Entonces entraron por la puerta Poline y Olga. Poline entraba con los pantalones medio quitados y en su tanga se reflejaba la excitación en una mancha de líquido justo en la zona donde debía rozar su agujerito.