Viaje caliente (5)

Seguimos follando como desesperados.

Se puso delante de ella de pié ella se agacho y le sacó la polla del pantalón. Debía estar realmente excitado porque nunca le había visto de ese modo. "Vamos chupala, Susi, como os gusta chupar zorritas". Susi se la metió en la boca y chupo con fuerza desde el principio. Succionaba como una desesperada. Yo me senté en la encimera de los lavabos con las piernas bien abiertas y mi consolador para ver el espectáculo.

Susi seguía chupándole la polla con desesperación. De vez en cuando sin dejar de chupar le decía "¿Me la vas a meter, me vas a follar?". Cesar casi no podía articular palabra pero le respondía "Tienes muchas ganas Susi, eso no es bueno, eres muy guarra". La agarraba de la cabeza y conducía la tremenda mamada que le estaba proporcionando.

Ahora era yo la que miraba y no Susi. A pesar de mi orgasmo anterior, empezaba a sentirme de nuevo realmente puta y necesitaba tener algo dentro de mi. Cesar me miraba a ver lo que hacía. "Venga, ¿no piensas usarlo? ¿No puedes tener el coño vacío verdad? ¿No puedes ver aguantar ver una polla y no mojarte?" Me metí el consolador despacio en el coño y lo dejé alli puesto sin moverlo.

Empecé a tocarle las tetas a Susi, a lamerme los pezones sin dejar de mirar muy fijamente a Cesar que no me quitaba la vista de encima si no era para mirar a Susi y decirle "venga, mas, chupa mas, sabes hacerlo mejor" Y entonces Susana chupaba más fuerte todavía, como si no tuviera que hacer otra cosa en la vida y Cesar se mordía un poco el labio y respiraba muy fuerte.

La tocaba por encima de la ropa todo el cuerpo, hasta que supongo que se cansó y le quitó la camiseta. Mmmm que tetas como me gustaban, talla 95, redondas, duras, con unas aureolas pequeñitas y blancas y unos pezones siempre duros y rosas. Era una delicia lamerlos. Me gustaban tanto sus tetas creo que por contraste por las mías que son enormes, una 115, con las aureolas oscuras y grandes, igual que los pezones, también muy grandes y oscuros. Seguró el mayor espectáculo sería ver las cuatro tetas juntas mientras se acariciaban unas a otras.

Susi se quitó la falda y se quedo con las botas y el finísimo tanga negro que llevaba. "Muy bien, ponte contra en lavabo" Susi se levanto y se dirigió donde yo estaba, justo delante se apoyó en el lavabo. Sin decir nada Cesar le enchufó la polla en el coño de un golpe apartando a un lado el tanga. "No era eso lo que querías" y empezó a bombear con fuerza. Desde esa perspectiva les podía ver la cara claramente a los dos. Susana tenía la cara de putita viciosa de siempre, y Cesar tenía una expresión animal, como un caballo que estuviera montando a la yegua.

La cara de Susi quedaba justo delante de mis piernas abiertas y de mi coño "Que bien te huele el chocho Silvia, que suerte seria comértelo". Pero no se por que razón no lo hizo. A mi la sola idea me calentaba sobremanera asi que me saque el consolador y mientras Cesar seguí penetrándola el coño de una manera salvaje le puse el consolador en la boca para que lo lamiera. Lo lamió lentamente mientras me miraba como si fuera un tío al que le estuviera comiendo la polla. Lo estaba disfrutando, Susi saboreaba mis jugos.

Cuando esta acabando le limpiar el consolador, empezó a gritar como una loca, por lo que supuse que le venía el orgasmo. Me puse de pie para ver mejor como la penetraba. Tenía mas de media tranca dentro de la vagina del Susi, el tanta forzado al máximo hacia el lado derecho. Guau me calentó muchísimo eso de verla follada con el tanto puesto y decidí en ese momento que yo también debía hacerlo.

Me agaché detrás de César le abrí la raja del culo con mis manos para poder ver bien su ano y me lance a lamerle la entrada de su culo, muy suave y muy rico. Le debió gustar muchísimo porque en nada se corrió dentro del coño de Susana. Ríos de semen le caían a mi amiga entre las piernas. Yo no los podía desaprovechar así que dejé el culo de Cesar y lamí el semen de las piernas de Susana.

  • Muy bien Silvia-me dijo Cesar-No sabia de esa faceta tuya de lamer anos

  • Siempre puedes descubrir algo nuevo

  • Siempre que sea como esto me encanta descubrirlo

  • Si, me ha puesto a mil. No me quiero ni imaginar como debe ser una enculada.

  • Pues a mi ya sabes que me gustan mucho

  • No se, a mi me da mucho corte, ya sabes yo soy un tío

  • Pero existen los consoladores Cesar, que pareces nuevo

  • Bueno, si tu me ayudas estoy dispuesto a todo.

Nos vestimos, cogi el bolso y salimos con Rodrigo y Roberto. Cuando llegamos al bar ya teníamos en la mesa lo que habíamos pedido y algo mas que no habíamos pedido. Con Rodrigo había una francesita rubia de cara pecosa, aparentemente inocente, ojos azules, piel blanca y tetas pequeñitas. Gracias a la camiseta blanca de gasa que llevaba se le notaban claramente dos pequeños pezones. Al lado de Roberto estaba sentada otra chica, en esta ocasión mulata, con unos pechos tan grandes como los míos, un culo redondo y duro. Tenía cara de zorrón.

Nos sentamos con ellos, y después de las presentaciones empezamos a hablar de lo normal: que de donde eran, que que hacían allí… No se porque de repente me vino a la mente todo lo que había pasado en el baño y antes de darme cuenta me frotaba lentamente el coñito por encima de la falda. Pensaba que nadie me estaba viendo, pero la rubia, que se llamaba Poline, era francesa y estaba estudiando en Paris se me quedó mirando fijamente. Ahora estaba segura de que me había visto, pero no solo no apartaba la mirada sino que solo lo hizo para mirarme la entrepierna.

La conversación seguía sin ningún problema mientras yo seguía acariciándome. La mulata que se llamaba Olga era hija de un francés y de una inmigrante Senegalesa. Resultaba que sus padres eran los propietarios del local desde hacía un par de años cuando se lo habían comprado a su anterior propietario. Mis pezones se notaban descaradamente debajo de la camiseta blanca y mis dedos jugaban con mi clítoris, pero no podía alcanzar el orgasmo en una situación así.

Me levanté de la silla a buscar algún sitio donde pudiera acabar. No sabía donde ir, ¿el baño otra vez quiza? Caminaba rápidamente hacia el y notaba como mis jugos corrían entre mis piernas. Al abrir la puerta noté como alguien me agarraba del brazo al volverme vi a la angelical carita de Poline que me miraba fijamente a los pezones duros.

  • ¿Qué te pasa?- Me pregunto. Yo no sabia que decir

  • Al baño

  • Pero si acabas de volver ¿te encuentras bien? Y mientras decía esto acercaba su cara a la mía.

  • Si me encuentro muy bien, bueno realmente estoy un poco cachonda, bueno excitada, ya me entiendes, me has visto ¿no?- entonces era yo la que la miraba fijamente sin apartar su mirada.

Saca suavemente la lengua y lame ligeramente mis labios "muy bien, Silvia, quizá yo pueda ayudarte". Me cogió de la mano y me sacó del pasillo donde estaban los baños. Mientras que pasábamos por la sala donde estaban las mesas mete su mano blanquita y pequeña por debajo de mi falda y toca mi humedad. Después pone su mano en mi nalga y levanta la falda para que todos los que están en el bar puedan verme el culo sin ropa interior.

Me llevó detrás de la barra y abrió la puerta del privado que estaba lleno de bebidas, lo que era lo más normal. Pero dentro del privado había otra puerta. Cuando la abrió descubrí una habitación con una gran cama en el centro apoyada contra la pared. El suelo estaba enmoquetado, la decoración la terminaba un pequeño frigorífico y una mesita.

Poline seguía sobándome el culo suavemente mientras cerraba la puerta detrás de nosotras. Entonces me separé de ella un momento y me quedé mirándola. Al principio, me había parecido una chica de carita de niña inocente, pero ahora gracias a la expresión de su cara me di cuenta de que no era más que una viciosa. Era tan puta como Susi y yo solo que al principio lo disimulaba mejor. Eso me puso muy caliente.

  • ¿Te lo has hecho alguna vez con una tia?- le pregunté

  • Claro que si, varias veces ¿o te crees que Olga y yo solo somos amigas? ¿Susi y tu sólo sois amigas?

  • Pues mas o menos… supongo, nunca nos hemos follado, pero desde luego yo estoy deseando.

  • Así que tienes ganas de tirarte a una chica ¿eh? Eres una putita deliciosa Silvia.

  • Seguro que tu comes coños de primera.

Y mientras la decía esto me pasaba los dedos por encima de mis pezones duros. Poline se acercó a mi y nos besamos. Noté como su lengua recorría toda mi boca y después baja por mi cuello lentamente. Yo la abracé para notar sus pezones contra mis tetas. "Silvia, tienes unas tetas espectaculares, me encantaría lamértelas". Yo era ahora la que la tocaba el culo duro por encima de los vaqueros "Claro que si zorrita, vamos a lamernos todo, cariño"

Su lengua no descansaba y repasaba mi cuello, mis orejas, mi boca… Yo ahora empezaba a desabrochar su pantalón. Se separó de mi un poquito y me sacó la camiseta. Empezó a pasar sus tetas por encima de las mías. Ella todavía llevaba puesta su camiseta y yo le tocaba las tetas y le pellizcaba suavemente los pezones por encima de ella. Le quité entonces yo la camiseta a ella. Allí estaban, pequeñas, blancas y con esos dos pezones rositas y duros que me encantaba sentir rozar con los míos.

Metí mi mano por debajo de su pantalón y por encima del tanga que estaba muy húmedo. Al sacar los dedos los olí y se los di para que los lamiera. Ella los olió también y después acercó mi mano a mi boca para que yo también pudiera disfrutar de ellos. Así mientras las dos chupabamos los dedos nuestras lenguas se juntaban.

Por fin le quité los pantalones y ante mi quedó Poline con un mínimo tanga blanco estilo tirachinas que se clavaba entre sus labios vaginales. Su coñito estaba depilado y parecía delicioso, me moría por comérselo. "Siéntate encima de la mesa". Me obedeció y mientras caminaba hacia la mesa podía ver como su tanga cambiaba ligeramente de color a causa de su humedad. Era deliciosa, una criatura que parecía tan inocente era capaz de cualquier perversión.

Se sentó encima de la mesa con las piernas ligeramente abiertas. Me acerqué a ella y la acaricié los pechos con suavidad mientras no paraba de mirarla a los ojos. Su cara me decía que se moría porque me la follara. La besé primero suave, pero ella pedía más y empezó a mover la lengua dentro de mi boca de manera salvaje lo que hizo que yo la estrujara las tetas. "Ahhhh ahhhhhhhhh siiiiiiii venga Silvia, eres una zorra, follame"

Cogi su tanga y tiré de el hacia arriba para que se le clavara bien en la rajita. "Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh mmmmmmmmmmmm" Poline seguía jadeando como una perrita y todavía no le habia dado ni un segundo de lengua en ese maravilloso coñito depilado. Mientras tenía el tanga clavado en la raja yo le acariciaba los labios de su vagina con suavidad y la besaba y la lamía los pezones eran una auténtica delicia.

Sin dejar el tanga me subí encima de una de sus piernas y empecé a montarla. Yo estaba chorreando así que le dejé la pierna bien mojada con mis jugos mientras me movía arriba y abajo y mis tetas se movían ella las cogía, las subía todo lo que podía con delicadeza para poder lamer y morderme los pezones. La escena era digna de la mejor peli porno. Yo seguía con la falda puesta sobando mi coño en su pierna, montándola. Y ella desnuda con las piernas abiertas y el tanga clavado. Las dos jadeábamos como zorras, que era lo que éramos.

"Mmmmmmmmmmmmm" me encantaba sentir su piel contra mi chocho. Mis jugos hacian que cada vez me pudiera deslizar mejor por su pierna. Dejó mis tetas y empezó a acariciarme el coño. Metía su dedo a lo largo de mi rajita y me rozaba el clítoris. "Ahhhhhhhhhhh" estaba llegando a una excitación casi máxima. "Vamos puta, puta, correte, puta, eres una zorra, ya te lo haces hasta con tías" Ahora su dedo tambien se deslizaba dentro y fuera de mi cueva con una rapidez pasmosa.

Empecé a perder hasta la vista, estaba ya al borde del orgasmo y no podía aguantar más. Me corrí. Por la pierna de Poline escurrían mis jugos. "Ahora cómemelo" Me baje la pierna y puse mi boca justo delante de ese coñito espléndido. Nunca había comido un coño, pero si que sabía lo que me gustaba que mi hicieran a mi así que sin pensarlo dos veces me lance.

Al principio debía calentarla al máximo. Para eso metí mi nariz en su entrepierna, con ella abría un poco su raja y le rozaba los sus labios vaginales con mi boca, notaba mi aliento. Poline empezaba a ponerse muy cachonda. Se pellizcaba los pezones. Decidí dar un paso más y me humedecí los labios y bese su monte de venus y su raja. La abrí un poco con las manos y la besé también por dentro, desde el clítoris baje hasta la puerta de su agujero que palpitaba de excitación. Hice que se recostara un poco en la mesa y seguí besando hasta la entrada de su ano.

  • ¿Te han follado alguna vez el culo Poline?

  • No nunca mmmmmm ahhhhhh

  • Alguien tan zorra como tu ¿y no te han roto el culo? ¿No te da vergüenza? Bueno no te preocupes porque te lo pienso romper yo.

  • Ahhh siiiiii rompeme el culo zorra.

Le besé alli detenidamente, le di una pequeña lamida y se estremeció. Le iba a encantar la enculada. Seguro que era de las mías. Solo le había dado una pequeña lamida y había temblado de arriba abajo. Ahora mi lengua recorría ya toda su rajita arriba y abajo incluyendo el clítoris, donde me detenía un poco mas. Allí pasaba la lengua suavemente en forma de círculos o lo cogía en forma de O con la boca y lo absorbía. Era riquísimo y estábamos disfrutando como locas. Tanto ella como yo.

Me separé un momento y me lamí un par de dedos. Después seguí dedicándome a su clítoris, le daba golpecitos con la lengua y cada vez que lo hacia ella gritaba. Con mis dedos busqué la entrada de su coño y los metí de un golpe. No hizo falta mucho esfuerzo y entraron fácil mientras ella suspiraba. Poline empezó a mover las caderas en círculos mientras que yo seguía su chocho como podía para poder seguir comiéndoselo.

Saqué mis dedos y decidí por fin que iba a hacer eso que a mi me volvia loca. Mientras yo intentaba abarcar con mi boca y mi lengua todo su coño metí mi dedo indice en su culo totalmente lubricado ya que sus jugos habían llegado hasta allí hacía rato. Moví el dedo que tenía allí en círculos y ella comenzó a saltar ligeramente encima de el.

Se notaba que estaba llegando al clímax gritaba, jadeaba "siiiiiiiiiii dame mas dedo en mi ano" Así que le hice casi y le metí otro dedo. Costo un poco al principio pero estaba tan excitada que no se quejó y siguió saltando encima de mis dedos. Yo metía mi lengua un poco por el agujero de su coñito. Sus tetas pequeñas y firmes botaban. "Eres una zorra pervertida Silvia, no deberías enseñarme estas cosas, eres una niña mala"

Yo estaba demasiado ocupaba como para contestar, me estaba dedicando a beber sus maravillosos jugos. Ese coñito que me volvía loca completamente. "Si claro Poline, eres una perra, ¿no ves como gimes? Ahora no me vengas con bobadas. Ahora Poline tenía los ojos cerrados y seguía gritando. De repente noté una explosión de líquido en mi cara. Salía por su agujerito yo metí bien la lengua en la entrada de su vagina y abrí la boca para poder tomar lo más posible.

Después del enorme orgasmo me dediqué a limpiarla bien con mi lengua mientras ella me acariciaba la cabeza. En ese momento alguien abrió la puerta del privado. Eran Olga y Susi. Por sus caras parecía que venian a lo mismo que nosotras. Nos quedamos mirando sin decir nada.