Viaje caliente (2)

Sigo con mis aventurillas en las vacaciones. Esta vez en un restaurante.

Así salíamos los cinco del hotel en busca de un restaurante no muy caro a poder ser. Los chicos se reían, supongo que pensaban que la cosa había empezado muy pero que muy bien y querían seguir por ese camino. Y nosotras también por supuesto.

Comenzamos a caminar y encontramos un restaurante bastante normalito a unos 300 metros del hotel y decidimos cenar allí. Además tendríamos que preguntar a alguien por donde se salía porque no teníamos ni idea. Entramos y nos sentamos en una mesa. No había mucha gente, solo una pareja de novios y una familia con dos niñas que apuraban ya los postres.

Nos acomodamos y vino el camarero, que para nuestra sorpresa lo primero que hizo fue extender la servilleta encima de las piernas de mi amiga. Nos sorprendió pero nos pareció divertido. Evidentemente al chico le había gustado Susana. Nos dejó las cartas para que eligiéramos y se marchó. Cada uno hizo su elección y vino para beber.

Ordenamos lo que queríamos y nos pusimos a comer tranquilamente. Mientras tanto al cocina parecía bastante revolucionada, supongo que por las faldas o por nuestros escotes pero no lo podría jurar. Mientras comíamos el primer plato la familia y la pareja que quedaba en el restaurante se marcharon.

En ese momento fue cuando todo se desató. Susi me dijo "¿empezamos con el show?" si responderla la besé en la boca como si fuera mi novia. Eso debió dejar a todo el personal del restaurante bastante sorprendido, pero nuestros amigos se reían por lo bajo. César había empezado a jugar con sus pies entre nuestras piernas desde hacia un rato. Subía y bajaba su pie desde los tobillos hasta casi el coñito pero sin llegar. Llevaba así un rato y nosotras estábamos más que preparadas para la fiesta.

Susi metió su mano debajo de mi falda y yo la besaba el cuello. Mientras nuestros amigos se marcharon a la calle "esto es cosa vuestra, os esperamos fuera" Cuando miré el restaurante me encontré a tres camareros mirándonos entre sorprendidos y excitados. Se les notaba en la cara. Por fin, el que había tapado las piernas a mi amiga preguntó:

  • ¿Pero sois novias?

  • No. Claro que no. ¿Hace falta serlo?

  • Bueno… yo pensaba… que

  • No me digas que no te ha gustado el numerito

  • Si, si claro que si. Pero preferiría continuarlo yo

  • ¿Alguien te ha dicho que no puedas?

Sin pensárselo dos veces el tío se acercó a Susana y empezó a meterla mano. Desató la camiseta y dejó a la vista los estupendos pechos de mi amiga, esos que a mi siempre me habían encantado. Le lamía con la punta de la lengua los pezones y mientras que con la mano izquierda la sujetaba firmemente la derecha se perdía debajo de la falda, supongo que estimulándola, porque ella empezaba a gemir ligeramente.

Yo no sabia que hacer para que alguno de los otros dos camareros me hiciera algo de caso a mi. Supongo que estas situaciones no son muy habituales pero necesitaba sexo yo también y urgentemente. De pronto uno de los desapareció, se asustaría y se metió en la cocina. Pero el otro allí seguía delante de mi. Tenía cara de niño bueno. Pelirrojo, con pecas, delgadito… me parecía bastante mono. Pero no reaccionaba así que decidí hacerle reaccionar yo.

Sin más dejé de mirarle y me puse a ver el espectáculo que ofrecía Susi, que ahora sentada en la silla con las piernas abiertas enseñaba a su camarero lo que tenia que ofrecerle mientras le miraba con esa cara que tanto gusta a los hombres de Lolita viciosa. El hombre no se lo pensó dos veces y metió su cara entre los muslos de mi amiga. Ella se acariciaba las tetas, cosa que comencé a hacer yo con las mías mientras les miraba.

No miraba al pelirrojo, hacía como si no me importara lo que hiciera, pero estaba dispuesta a ponerle tan caliente que me tuviera que suplicar que me le follara. El camarero de Susi apartaba el tanga de mi amiga hacia un lado mientras metía su lengua suavemente por su rajita. Los jadeos de Susana empezaron a causar en mi un efecto aún mayor que el simple hecho de verles.

Si más dirigí mi mano hacia mi coño que ya estaba más que mojado. De pronto, de espaldas a mi noté que alguien me cogía por la cintura y bajaba su mano hasta la entrada de mi vagina y metía un par de dedos. Era el pelirrojo que por fin se había decidido a dar el paso.

Sujeté su polla con una mano y le empecé a pajear mientras que con la otra seguía acariciándome yo misma. El empezó a meter su mano por debajo de mi camiseta, hasta que decidí quitármela. "Tienes unas tetas espectaculares" y sin decir mas se lanzó a besarlas y a lamerlas.

Susana seguía disfrutando del sexo oral que le estaba proporcionando el camarero y se corrió con unos gritos que estoy segura de que los chicos los oyeron. Entonces salióla verdadera Susana y empezó a pedirle por favor que se la follara. El camarero le quitó la falda y el tanga y la dejó completamente desnuda en medio del restaurante.

Yo ya había empezado a lamer la polla al pelirrojo mientras el seguía con sus dedos dentro de mí. Estaba muy excitada asi que decidí pedirle algo que me encanta. "¿Puedes hacer lo que ha hecho tu amigo a mi amiga?" Automáticamente dejó de besar mis pechos y saco sus dedos de mi. Me dijo que los limpiara y yo lo hice. Le chupé los dedos mientras le miraba a los ojos.

Se puso delante de mi, justo en la misma posición que Susi y su camarero y empezó a pasar su lengua por mi rajita, pero sin llegar dentro. Me estaba poniendo a 1000. "¿Te gusta mucho, verdad?. A todas les encanta, sois muy guarras, tu y tu amiga ¿Nunca te lo han dicho" Yo ni siquiera le podía responder que si, que muchas veces.

El camarero de Susana la miraba ahora y le pidió que se pusiera de pie. Susana le hizo caso y fue hasta la pared de espaldas a el. Sin más el metió su polla dentro de mi amiga y empezó a moverse. Desde esa posición la podía acariciar las tetas fácilmente y besarla el cuello. El camarero empezó despacito pero cada vez le daba con más fuerza y mi amiga sudaba considerablemente.

Yo seguía abierta de piernas mientras el pelirrojo me lamía despacito la rajita. Al fin metió su lengua dentro de ella. Primero le dio unas lamidas bien profundas y lentas. Después de eso se dedico a hacer circulitos con su lengua encima de mi clítoris, después lo absorbía y volvía a los círculos. Yo me corrí por segunda vez esa noche, después de lo de Rodrigo. El pelirrojo no paró y mientras yo emanaba jugos el se dedicó a meter un poco la lengua dentro de mi vagina lo que hizo que casi sin pausa alcanzara un nuevo orgasmo que tapó los gritos de mi amiga en el otro extremo del restaurante.

Por cierto, allí seguía Susi, apoyada contra la pared mientras el otro tío la sujetaba fuerte para que no se cayera. Se la estaba follando ahora de una manera salvaje, pero a ella no parecía importarle y le pedía más "Si, venga, sigue, fóllame más" Y el tio le hacia caso hasta el punto de que ya no podía darle más fuerte.

Yo les veía y a pesar de mis dos orgasmos no tenía ninguna intención de parar. "Venga follate a esta putita" le dije al pelirrojo. "Vale, pero será como yo quiera". Sin más te tumbó en el suelo con la polla apuntando al techo y me dijo que me sentara. Lo hice y empecé a moverme despacio en círculos muy lentos. Quería sentirle bien y que él me sintiera a mi. Ahora era él el que estaba fuera de si. "Vamos muévete puta, mas rápido ¿O es que no ves a tu amiga?"

Susi estaba ahora en el suelo de rodillas y el camarero se estaba corriendo en su cara. Ella hacía lo que podía para recoger el semen que le caía cerca de la boca, pero no podía. Esa escena me puso tan cachonda que empecé a moverme arriba y abajo sin parar como si estuviera montando a caballo. El chico cogía mis pechos cuando podía aunque supongo que le excitaría más ver aquellas enormes tetas botar tan cerca de su cara. A mi me alcanzó otro tremendo orgasmo, ya el último mientras que Susana limpiaba la polla al camarero.

"Muy bien, ahora vas a hacer tu lo mismo" Le cogí la polla y empecé a lamerla para dejarla libre de mi propio flujo. Lo hacía despacio y mirándole con cara de viciosa a los ojos. Le pensaba dejar bien cachondo, quizá le volviera a ver, quien sabe y quería tenerle preparado. Susana terminaba de hacer lo mismo con el suyo y las dos fuimos al baño a arreglarnos un poco y lavarnos lo que pudiéramos.

Al salir allí estaban los dos.

  • De verdad sois las dos unas buenas zorritas ¿verdad?

  • Creo que ya lo habéis podido comprobar ¿no?

  • Nos gustaría veros a las dos follando, las dos solas, ya sabéis nosotros de espectadores.

  • Bueno-dijo Susi- ya veremos. Si no tenemos nada más que hacer vendremos a haceros otra visita.

Entonces las dos sabíamos lo que estábamos pensando. Susi y yo nos dimos otro beso bien húmedo pero esta vez dejamos que los dos vieran de una manera clara como entraba, salían y se juntaban nuestras lenguas. Salimos a la calle donde nos esperaban los chicos y cogimos un taxi.