Viaje al sur con la Suegra

Inesperados acontecimientos entre un yerno y su suegra, en un viaje al Sur de Chile.

Mi hijo mayor entró estudiar a la universidad, pero lamentablemente su puntaje no alcanzó para estudiar es Santiago y quedó dentro de las vacantes de la universidad de Valdivia. Nuestra situación económica era buena, y nos permitía darnos el lujo de pagar la universidad de mi hijo, pero ya viendo el tema de hospedaje y alimentación se nos tornaba la cosa muy difícil. Afortunadamente mi señora tenía una tía que vivía en Valdivia, y luego de unas cuantas llamadas, acordaron que mi hijo viviría en su casa, pagando nosotros una mesada a la tía, para ayudarla con los gastos que mi hijo le generarían.

Llego el día en que mi hijo tenía que partir, y como llevaba tal cantidad de cosas y yo tenía unos días libres pendientes en la oficina, lo iría a dejar, aprovechando pasear un poco y distraerme de esta estresante ciudad.

Todo estaba listo para viajar, mi señora había conseguido permiso en el trabajo, e incluso viajaríamos con mi suegra, que hace años no veía a su hermana. Sin embargo se presentaron unos problemas en el trabajo de mi señora, por lo cual no pudo viajar. Fue a si, como emprendimos el viaje al sur, mi suegra, mi hijo y yo.

El viaje muy placentero, sin embargo ya casi llegando a Chillán nos agarró una lluvia, que no paró ni un momento. Llegamos a Valdivia, nos costó un poco encontrar la casa, pero al fin dejamos a mi hijo instalado con su Tía abuela. Pasamos la noche en la casa de la hermana de mi suegra. La idea era salir temprano al otro día de allá , pero por una y otra cosa, nos fuimos atrasando y a las finales nos quedamos a almorzar, y luego de eso emprendimos el retorno a Santiago, dejando a mi amado hijo a muchos kilómetros de distancia. Mi suegra, lloró mucho al tener que dejarlo, siempre Carlos había sido su preferido, su primer nieto, incluso ella lo cuidó los primeros años cuando yo y mi señora trabajábamos.

Comenzamos a viajar y al rato nuevamente nos agarro la lluvia. Parecía que estaban tirando agua con balde desde el cielo y la visibilidad era muy poca. Ya estaba empezando a oscurecer. Comenzamos a buscar donde quedarnos, pero en la carretera lo único que encontramos fue un motel. Paramos con la idea de arrendar dos cabañas distintas, pero el costo era muy elevado, y fue mi misma suegra la que dijo que pidiera solo una y que adentro veríamos como nos acomodábamos. La muchacha que nos atendió, se dio cuenta que éramos yerno y suegra y nos cedió una cabaña que tenía dos camas, una matrimonial y una chica de una plaza.

Las cabañas era preciosas, muy bien decoradas, todo alfombrado y con calefacción. Todo estaba perfecto, hasta que nos dimos cuenta que la pared del baño, que quedaba al lado de la cama matrimonial, estaba echa de vidrio, claro que no permitía la visión acalla el otro lado, pero si se notaba perfectamente la silueta. Nos dio mucha risa con mi suegra el espectáculo que tendríamos al bañarnos, pero no le dimos mucha importancia al asunto.

Salimos a comer algo, a un pequeño restaurante. Afuera aun llovía a si que fuimos en auto, aunque el restaurante quedaba solo a una cuadra de las cabañas. Aprovechamos de llamar a mi señora indicándole más menos a que hora estaríamos llegando. Mi suegra también llamó a mi suegro, avisándole de nuestra llegada.

La relación con mis suegros siempre fue excelente, incluso muchas veces habíamos salido de vacaciones juntos incluso de campamento. Mi suegra con sus 55 años, era una mujer muy jovial, siempre alegre, a diferencia de mi suegro que siempre andaba como enojado, mantenía un físico acorde a su edad. Ancha de caderas, con nalgas muy prominente, algo sueltas debido al tamaño, como había podido ver en más de alguna oportunidad cunado íbamos a la playa, vientre un poco abultado, pero no tanto y un gran par de tetas, que siempre le gustaba mostrar a través de generosos escotes. De cabellera rubia obtenida a través de tinturas, su rostro con algunas arrugas propias de su edad

Al volver al hotel, ya había oscurecido completamente y luego de ver una muy buena película, ella me dice que tenía ganas de bañarse, pero que igual le daba algo de vergüenza hacerlo a través de esa pared.

Yo hasta ese momento no pensaba en nada sexual con ella, aunque reconozco que muchas veces cuando estábamos en la playa, la veía en su traje de baño, con sus anchas caderas, su gruesas piernas un poco sueltas y con algo de celulitis , con su gran delantera, me imaginé mas de alguna vez, como sería tener sexo con ella e igual me excitaba, pero no pasaba de mínimas imaginaciones, nunca pensando en concretarlas.

Ella entró a bañarse y yo permanecía acostado en la cama, viendo como a través de la pared de vidrio, la silueta de mi suegra iba sacándose la ropa. La imagen en realidad me excitó mucho, y sin darme cuenta comencé a tocarme por sobre el pantalón. Cuando sacó su sostén dos tremendas tetas quedaron colgando cosa que me calentó en extremo. Luego entró a la ducha. Veía como sus manos se frotaban su generoso cuerpo, La imagen a veces se perdía cunado mi suegra se alejaba mucho de la pared, pero hubo varias veces que se acercó mucho, teniendo una excelente imagen de sus anchas caderas.

Siento que el agua deja de correr y mi suegra saliendo, comienza a secarse y a vestirse.

Salió con un pijama de satín color azul oscuro (pantalón y blusa) y la toalla envuelta en su pelo. Me comentó que el agua estaba exquisita. Por mi parte también entré a bañarme. Al meterme a la ducha, sabiendo que mi suegra me estaría viendo, me comencé a enjabonar por todas partes, dándole especial atención a mi pene, haciéndolo fuertemente para que este despertara. No me costo mucho que mi amigo adquiriera su mayor tamaño, apuntando al techo.

Trataba de acercarme lo más posible a los vidrios de la pared, para que mi suegra viera la imagen del pene erecto de su yerno. Reconozco que la sensación de estar brindándole un espectáculo a si a mi suegra me calentaba aun más. Mientras me secaba, pensaba como podía hacer, para meterme en la misma cama de mi suegra.

Lo único que se me ocurrió fue bajar al mínimo la calefacción y quizás abrir un poco la ventana. Yo sabía que ella era en extremo friolenta, y quizás, con la confianza que teníamos, podría insinuarle que acostándonos juntos, podríamos dormir más calientitos.

Pero como hacerlo para que mi suegra no se diera cuenta, era mi problema.

Yo también tuve la precaución de llevar mi pijama y vestirme en el baño. Al salir mi suegra aun continuaba secando se el cabello con el secador. Me acosté a su lado sobre la cama a ver televisión. Al darle mas volumen a la tele, mi suegra me dijo que terminaría de secrse el pelo en el baño, para no meter ruido. Esta era mi oportunidad. Cunado ella cerró la puerta y echo andar el secador, me levanté rápidamente y corte el flujo de gas de la calefacción. Luego silenciosamente deje un poco abierta la ventana, que quedó oculta tras la cortina.

Mi suegra volvió a la pieza y se metió bajo la ropa. Comenzamos a ver una película yo acostado sobre la cama de ella, ya que de la posición donde estaba la cama chica, no me permitía ver la TV.

Mi suegra me dijo que me metiera bajo la ropa, por que si no me iba a resfriar. Así lo hice. Mientras transcurría la película, la temperatura del cuarto fue descendiendo, hasta que mi suegra hizo el comentario. Me levanté a ver el calefactor y le indiqué que este se había apagado. Hice todo un show tratando de prenderlo, hasta que a las finales argumenté que se debía haber acabado el gas.

La película terminó y haciendo un comentario del frió de la habitación, me levanté para irme a la cama chica.

¿Sabes Daniel?, me da pena que te vayas a esa cama que esta toda fría. Acá hay suficiente espacio para los dos, y así dormimos mas calientitos

Tiene razón suegra, mejor me quedo acá , pero eso si debe prometerme algo

¿Qué?

Que no se va a propasar conmigo

Ja ja ja , ¡ Que eres ridículo!

Apagamos la luz y mi suegra me dio la espalda. Se movió varias veces tratando de acomodarse, mientras yo acostado de lado tenía la verga completamente dura, pensando en sus nalgas que estaban como a 30 CMS de mi.

Daniel, parece que esta la ventana abierta

No creo ..

Si, parece que si , por que me pareció que la cortina se movió

Y diciendo eso, se levantó y caminó a la ventana, encontrando que esta estaba abierta unos centímetros. La cerró y volvió en la oscuridad a meterse en la cama, con mas frió aun.

Con razón hacía tanto frió

Claro … seguro no la sentimos por que estaba la calefacción encendida

Uhhh tengo los pies súper helados , mira ( y sentí uno de sus helados pies apoyarse junto a los míos )

Los tiene muy helados , haber préstemelos para acá ( Y metiendo mi mano encontré su pié y se lo empecé a frotar )

Tienes las manso muy calientitas

Soy de temperatura alta. Su hija es igual de friolenta que usted.

Si, yo soy súper friolenta

Su hija en invierno se me pega como una lapa, para sentir mi calor

Ja ja , yo con tu suegro igual, no puedo dormir con frió, a si que lo obligo a dormir abrazándome por detrás

A mi igual me obligan ja ja

Esta muy liviana la ropa, ¿no habrá otra frazada?

Me levanté y desarmé la cama chica tirando las frazadas de esta sobre la matrimonial

Gracias Daniel … si te hubiese acostado en la cama chica me hubiese muerto de frió

Ohh , me dio frió levantarme

Haber niño, pégate a mi espalda , a si nos damos calor el uno al otro

Demás esta decirle que enseguida apoyé todo mi cuerpo en la espalda de mi suegra. Como teníamos mucha confianza, en anos de conocerla, no puso ninguna objeción cuando mi brazo paso por sobre ella y la abracé por detrás, apoyando mi mano en su vientre, por sobre la suave tela de su pijama.

Nos quedamos callados tratando de conciliar el sueño, pero sentir sus generosas nalgas apoyadas contra mi sexo, hizo que este nuevamente comenzase a despertar. Debe haber pasado como media hora más menos en esta posición, con mi verga completamente dura apoyada contra las nalgas de mi suegra, sin que ella se moviera ni un solo centímetro. Su respiración pausada, me indicó que estaba durmiendo. Y la mía trataba que se notara igual.

Seguramente mi suegra sentía perfectamente como me había puesto, a través de la delgada y suave tela de su pijama. Haciéndome el dormido en un movimiento, metí mi mano por debajo de su blusa hasta dejara directamente con la piel de su vientre, sin que ella reaccionara en lo más mínimo. Pero no conforme con esto, comencé a moverla suavemente en movimientos circulares. Cualquier comentario que hubiese echo mi suegra me hubiese disculpado diciendo que estaba dormido y que debía haber pensado que era su hija, lo mismo debe haber pensado ella, ya que en ningún momento dijo nada, pero eso si sentí que su respiración cambiaba.

Mi avance era en extremo cauteloso, tomándome mucho tiempo en avanzar, pero sin dejar de acariciarla, fui bajando la mano, en una tarea que me llevó como 20 minutos, hasta que mis dedos rozaron el comienzo de sus pantalones de pijama. La mantuve ahí sin moverla, completamente quieta, aun simulando que dormía. Dejé pasar otro rato y bajé mi mano extendida, una par de centímetros mas, quedando ya dentro del pantalón. En este movimiento mi suegra anduvo reaccionado un poco y se movió, pero no dijo nada ni sacó mi mano de ese lugar.

Sabía que solo a un poco mas abajo, me encontraría con la vellosidad de mi suegra, y eso me calentó mas aun, e inconscientemente mi pene se movió. Al hacerlo, la respiración de mi suegra cambió. Yo sabía que ella estaba despierta y que sintió perfectamente ese movimiento. Ahora voluntariamente hice que mi pene se moviera dos o tres veces, sintiendo la respiración de mi suegra un poco más intranquila

En otro movimiento, bajé mi mano un poco más y efectivamente me encontré con el comienzo de una abundante mata de pelos. Mi suegra se movió un poco más, pero mi mano inmóvil no se movió de donde estaba.

Mis siguientes movimientos serían los decisivos. Estaba muy nervioso sin saber como reaccionaría ella, pero mi excitación pudo más que mis nervios, y comencé a jugar con mis dedos sobre esa frondosa mata de pelos, acariciándolos con la punta de mis dedos. Estar así detrás de mi suegra, con la mano en su concha y sus nalgas apoyadas contra mi cuerpo me tenían en extremos caliente y mi respiración, por más que trataba de que sonara normal, se estaba acelerando, al igual que la de ella. Comencé a hacer que mi pene se moviera, ejerciendo más presión sobre ella, mientras mis dedos no paraban de acariciarla.

Fue acá cunado mi suegra hizo un moviendo que me dio pie a seguir avanzando. Sus nalgas se juntaron, colocándose mas dura por un momento y luego las soltó. Volví a mover mi pene y ella volvió a hacer el mismo movimiento. Una y otra vez yo movía mi pene y mi suegra me respondía con el mismo movimiento, hasta que comenzamos a tomar un lento ritmo.

Poco a poco mis dedos siguieron bajando, cada vez, mas ahora no solo con el movimiento de mi pene, si no con toda mi cintura y mi suegra por su lado echando el culo más atrás para que nuestros choquen fueran más profundos. Ya nuestros movimientos eran para nada disimulados, estábamos frotándonos cada vez mas fuerte, ambos sabíamos perfectamente lo que estaba sucediendo.

Mi mano descaradamente se metió entre sus piernas encontrándose con una concha que estilaba de jugos. Comencé a masturbarla degeneradamente con todos mis dedos, subiendo hasta sus tetas. Sus tetas era increíbles, grandes, redondas, con uso pezones durísimos, que eran tirados por mis dedos. En un rápido movimiento le baje su pantalón y me baje los míos. Mi cuerpo sintió esas grandes y heladas nalgas, que se sentían exquisitas contra mi ardiente cuerpo. Mi verga enseguida encontró ubicación entre ella metiéndose y saliendo de entre ellas, mientras mi mano volvía a meterse en esa jugosa concha.

Mi suegra no decía nada, ni siquiera se quejaba, solo respiraba muy fuerte y echaba el culo hacia atrás.

Luego se colocó boca abajo y yo me incorporé un poco mas sacándole completamente el pantalón. Sin pensarlo dos veces, me subí sobre su espalda, haciendo que ella separara las piernas y tomando mí verga con mis manos la coloque a la entrada de esa vieja concha metiéndosela de un solo golpe hasta el fondo. Sus nalgas era un exquisito colchón que amortiguaba mis embestidas.

Una y otra vez la penetré, saliéndome completamente para luego volver a introducirle todo mi erecto miembro. Ella se quejaba en silencio, sin moverse, aguantando que su yerno saciara su sed de sexo con ella, besándole su cuello, ya que no me daba la cara. Quedé acostado sobre ella y metí mis manos bajo su vientre llegando al lugar donde mi verga entraba. Puede sentir su tajo completamente mojado, con mi verga adentro, tocándonos a los dos con mis dos manos, hacia que esta ejerciera más presión. En esta posición ya no se la saqué, solo aprisionaba mas mi cuerpo contra el de ella, jugando con mis dedos en su clítoris.

La eyaculación era inminente, aunque me hubiese gustado hacerla durar mas, pero todo el rato que había estado punteándomela por detrás me había dejado en extremo sensible. A si que aumenté mis caricias contra su sexo, que estilaba de jugos, frotándole toda mi mano y metiéndole casi hasta los huevos dentro de la concha de mi suegra. Ella se dio cuneta que me me corría y sentí como apretó sus nalgas, dejándome las bolas aprisionadas por estas grandes masas carnes, de una manera sensacional.

Comencé a llenarle la concha de semen, jadeando fuertemente, mientras ella gimiendo un poco más también alcanzaba su orgasmo, al mismo tiempo que yo.

Esa parte de nuestro cuerpo se mojó completamente. Mi suegra era un volcán al momento de acabar. Sentí como de su concha salían a borbotones, grandes cantidades de jugos, que mezclados con mi leche se juntaban y nos mojaban las piernas y nuestros sexos.

Igual después de haber acabado, continué metiéndosela suavemente, ahora apoyado en mis brazos para no cargar mí peso sobre ella. Me hubiese encantado que la luz hubiese estado encendía, pero igual, por la tenue luz que entraba a través de la ventana podía ver las grandes caderas de mi suegra bajo mi cuerpo y mi verga entrando a través de esas nalgas que se movían mientras esta pasaba por ellas.

Ambos en silencio, sin decir nada, hasta que mi suegra se salió de debajo mió. Sin decirme nada tomo su pantalón de pijama y se fue al baño. Al encender la Luz, vi por solo unos segundos su gran culo desnudo.

Sentí como abrió el agua de la ducha y luego de permanecer mucho rato bajo el agua, se secó y volvió a la pieza. Se acostó a mi lado de espaldas a mi. Cuando me acerqué a ella y traté de tocarla, su mano corre bruscamente la mía. Intenté volver hacerlo, pero nuevamente su mano me corre, moviéndose más lejos de mí.

No sabía que decir, a si que no dije nada. Tampoco sabía que pensaba mi suegra, seguramente tenía un peso de conciencia por haber engañado a su marido y con su hija por haber tenido sexo conmigo.

Desperté al otro día cunado mi suegra cerró la puerta del cuarto. La vi a través de la ventana y esperaba de pie afuera de la cabaña. Cunado salí de la ducha, ella ya había arreglado su bolso y me quitaba la mirada. Quise hablar con ella, pero muy molesta me dijo que se quería marchar de ese lugar. Mi bolso también esta hecho a si que tomé mi ropa y me vestí rápidamente en el baño.

Salimos de la cabaña y tomamos rumbo a Santiago. Durante todo el camino (que fue eterno) ella no dijo nada. Cunado yo trataba de decirle algo, me decía solo que no quería hablar, mirando todo el camino hacia el lado de su ventanilla.

Llegamos a mi casa, y ahí nos esperaba mi señora con mi suegro. Mi suegra, artísticamente cambio por completo, como si nada hubiese pasado. Luego de conversar un rato mi suegros se fueron y ella se despidió de mi con total naturalidad, dándome un beso en la mejilla como siempre, pero con una mirada, que no supe interpretar.