Viaje a un internado (3)

Mari, empieza a arrepentirse de haber ido al internado a tratar su adiccion al sexo.

Una vez que salieron del restaurante, Mari, nuestra protagonista y Jusepe, su chofer e inesperado sodomizador, salieron en dirección al internado Bookworm. Al llegar a la puerta a Mari le pareció muy bonito ya que era una construcción muy antigua, estilo a un castillo, con murallas y con incluso un cobertizo donde seguramente tendrían caballos y otros tipos de animales.

Aparcó la furgoneta frente a la puerta de entrada del castillo - internado y salimos los dos. Recogí mi maleta de la parte de atrás y me dispuse a seguir al conserje, que aunque estaba en los treinta y muchos años, se conservaba muy bien, a lo mejor debido al frío suizo. Su nombre era Aurelio y note como casi me desnudaba con la vista. Parecía que no había visto una chica en su vida y yo me sentí un poco contrariada por ese examen ocular que iba desde mi cara de ángel y mi larga melena hasta mi trasero respingón, pasando por mis turgentes pechos. Al fin llegamos a una puerta negra en la que se podía ver "Dirección" escrito en oro. Llamo dos veces y al fin contesto alguien desde dentro con voz ronca:

  • Adelante Aurelio, ¿qué tripa se te ha roto ahora?

No pude sino taparme la boca y sonreír, a lo que el conserje me respondió:

-¿De que te ríes puta? Te vas a reír menos, ya veras, ya.

Al entrar me dejó pasar a mi primero y me sobo el culo.

  • Pasa marrana, que ese culo va a terminar por ser mío.

Me lo dijo casi al oído y el director no se enteró.

  • Vaya Aurelio ¿Qué me traes aquí? ¿Quién es esta preciosidad?

  • Se llama María Times. Es la española que esperábamos.

Oí cerrar la puerta del despacho tras de mí y sin mas preámbulos, el director, que por cierto estaba bastante bueno, se levanto, se acerco y me dijo:

  • Mari ¿no? Mira, tus padres me dijeron que te enviaban aquí porque eres una chica mala y tienes un comportamiento antisocial según ello ¿Es verdad?

Yo no sabia que decir así que mirando al suelo le conteste que no tenia ni idea, que yo creía que estaba aquí porque mis padres me querían quitar de en medio.

Un puñetazo en toda la boca del estomago me dobló y me hizo caer de rodillas en el suelo.

  • Mira puta – Me decía el director- Solo te lo voy a decir una vez y espero que lo recuerdes. Me llamo Paco y te han traído tus padres hasta aquí para que te enseñe modales y para que odies el sexo. Por que me han dicho que eres muy puta así que esas ganas de sexo te las vamos a quitar por las buenas o por las malas. Veremos lo que resistes.

De repente note como me estaba empapando. El muy cabrón se estaba meando sobre mí. A lo que respondí con asco, pero al intentar moverme, Aurelio me pegó una patada en las costillas para que me estuviera quieta. Cuando termino de mearme, el muy cabrón dijo que se la limpiara. Y me dispuse a hacerlo con desgana, pero cuando levante los ojos vi un pollón enorme, flácido, pero que parecía el de un burro. Madre mía, me estaba imaginando que tamaño alcanzaría al ponerse dura.

La cogí con una mano y empece a lamerle la puntita que aun goteaba meada. Notaba como se iba poniendo tiesa y fui poco a poco mordisqueando el glande, subiendo y bajando las manos, lamiendo cada centímetro de su descomunal nabo hasta que se puso como un mástil. Solo le faltaba colgar la bandera. Era totalmente desproporcionada, pero el cabrón me agarro del pelo y me empujó hacia su polla, así que me metía centímetro a centímetro su miembro en mi boca, que aunque estaba entrenada para tragarse lo que le echasen, esta le estaba costando trabajo. Cuando el director vio que no me entraba mas, me empujo un poco mas y empezaron a darme arcadas, con lo que la sacaba y la metía como si me estuviese follando de una forma salvaje.

De repente, Aurelio, se puso detrás de mí y empezó a manosear mi jersey de lana, sobre mis tetas. Enseguida noto que no llevaba sujetador y me las magreaba con mas ansia.

  • Puta, te vamos a ensartar como un pollo asado, veras como te dejamos.

Notaba que mi coño estaba poniéndose húmedo con ese lenguaje que usaban, me estaba excitando mucho. En un abrir y cerrar de ojos, mientras el director seguía follándome la boca, Aurelio, me desato los cordeles de mi pantalón vaquero y empezó a quitármelos. Primero una pierna y después otra. Así se le que do a la vista mi culo respingón en pompa, solo tapado por el minúsculo tanga que apenas podía tapar nada. De un tirón me lo rasgo y empezó a manosearme mi trasero. Descendió su cabeza hasta que con su lengua llego a mi nalga derecha y recorriéndola descendió hasta mi ano. Mientras una mano me magreaba las tetas por debajo de mi jersey blanco y con la otra se divertía sobando mi coñito, que a esas alturas estaba ya goteando de calentura. Siguió con su juego de lengua por todo mi ano hasta que descendió a mi rajita a beber todo lo que salía de allí.

  • Director, como esta la puta. Esta muy caliente. Chorrea por su coño como yo no había visto nunca.

  • Si, nos vamos a divertir, me la esta chupando de una forma espectacular la cerda española. Esta tiene mas experiencia de la que sus padres nos comentaron.

-Puta, prepárate porque te voy a meter mi cipote en tu coño hasta que estés dolorida.

Una mano la usaba para bajarse los pantalones, mientras que con la otra me metía en mi coño tres dedos sacándolos y metiéndolos como una locomotora. Me rasgaba un poco, peor estaba a punto de correrme, cuando de repente me encontré casi ahogada, porque la tranca del director empezó a soltar leche que no pude mas que tragármela porque me tenia la cabeza sujeta y su polla dentro de mi boca. El esófago me quemaba. Pronto noté como Aurelio acercaba su polla a mi agujero de Venus. Y después de intentar meterme su polla dijo:

Coño nena, aquí te cabe mucha carne. Estas mas abierta de lo que pensábamos.

Y de un solo empujón me ensarto su miembro hasta que sus huevos tocaron mis labios vaginales. Yo no podía decir nada, porque el cabrón del director me tenia todavía atrapada en su polla. Aurelio empezó a bombear, pero no hizo falta mucho hasta que me corrí una vez, recorriéndome una corriente por toda la espalda. Un orgasmo muy bueno. Él seguía metiendo y sacando. Hasta que me la sacó, se acostó en la alfombra y el director me ensartó en la polla de su conserje en peso y me obligo a cabalgarle, mientras él se masajeaba su enorme mástil que empezaba a estar tieso de nuevo y me dijo:

  • Vamos a ver, porque esta puta nos va a hacer disfrutar mucho.

De un tirón me saco mi jersey y mis pechos rebotaron por la gravedad. Descendió su cara y empezó a chuparme los senos con fuerza, a mordisquearme los pezones que aun los tenia doloridos debido a las descargas de las pinzas a las que me había sometido Jusepe en la furgoneta. Yo seguía cabalgando a Aurelio y notaba como estaba apunto de tener otro orgasmo hasta sin decir nada, el director se puso a mi espalda y empezó a tocarme el culo. Empezó metiéndome un dedo y después dos. Me estaba dando un placer tremendo, y los saco.

  • Oh, no – grité

Note que intentaba taladrarme con su mástil por mi ojete y como estaba cabalgando a Aurelio, el ano lo tenia bastante lubricado así que con un poco de trabajo encontró con su glande la entrada trasera y de un golpetazo me metió la mitad, ya que dada la postura no podía introducir mas, pero empujo de nuevo y toda la polla me desapareció dentro de mí. Esa polla me hizo recordar lo dolorido que tenia mi culo tras la experiencia del bate en la furgoneta, pero allí estaba, recién llegada al internado siendo insertada por dos mástiles en el despacho del director.

-Ahhh, no paréis, seguir cabrones, que me corro ahhh ahhhh aggggggghhhh.

Cinco minutos después se corrieron los dos a la vez. Y me sobrevinieron dos orgasmos simultáneos. Estaba quedándome exhausta. Cuando se separaron de mí y me dejaron tirada en la alfombra.

  • Vaya Paco, tenemos aquí a una profesional. Ha sido el mejor polvo de mi vida.

-¿El mejor? Puede ser, pero solo hasta ahora, porque a base de polvos y sufrimiento haremos a esta puta que se le quite el ansia de sexo que tiene. Es insaciable. Mírala.

Yo estaba allí tendida en la alfombra, desnuda taladrada, dolorida y a la vez rematadamente agotada por los orgasmos y sin poder taparme ya que mi ropa no se donde la habían dejado.

-¿Sabes Aurelio? Esta yo creo que seria capaz de acabar con Claudio

-¿Con Claudio? Jajaja, que va. A esa no le entra ni un tercio de la polla de ese portento de la naturaleza.

-Pues tiene que entrarle porque él tiene siempre que meterla del todo jajajaja.

Yo no sabia de que estaban hablando pero me estaban asustando un poco porque al oir que no me cabia ni un tercio de su polla, me impresiono bastante, porque yo habia sido capaz de enterrar en mis fueros internos, muchos centimetros de carne.

  • Bueno puta, levantate que te voy a llevar a tus aposentos.

El muy cabron de Aurelio, me sobaba las tetas mientras me levantaba. Iba a vestirme cuando me dijo:

-No cariño, mira lo que hacemos con tu maleta y tu ropa.

Mire horrorizada que Pao lo habia cogido todo y me lo habia tirado a la chimenea y empezaba a quemarse con ganas.

  • Hasta que lo decidamos, vas a estar asi, como Dios te trajo al mundo- Dijo mientras me pellizcaba un pezón.- que por cierto te trajo muy bien puta. Estas buenisima.

  • Cerdos deprabados –les chillé.

  • Ni se te ocurra levantar la voz puerca sin derechos.

Me dio un guantazo y me tiro contra la pared de la fuerza con la que me dio. Abrió la puerta y me cogió del brazo. Casi a rastras me llevaba hacia mi estancia. Sin saber donde ibamos, entramos en un sitio que parecía una caballeriza. Y me tiro contra dos montones de paja que habia en el suelo

  • Bueno, puta Mari, este va a ser tu hogar por ahora. Asi Claudio y tu os ireis conociendo mas a "fondo".

Antes de irse se abalanzo sobre mi y sujetandome las manos empezo a pasar su lengua por mi cara. Me junto las muñecas y mientras me las sujetaba con una mano, con la otra se bajaba los pantalones y se le quedo el nabo tieso fuera de su casita. Asi que ya sabia yo lo que iba a hacer. Me iba a follar como un loco en celo. Yo quería gritar, pero me puso una mano en la boca, mientras con la otra colocaba su polla en mi entrada y empujaba con ganas. Comenzó el mete saca con rapidez, como si de un perro se tratase. Me chupaba las tetas y de un mordisquillo, me hizo sangre en el pezón derecho. Yo aullé de dolor ahogada por su mano y mientras él seguía taladrándome con ganas y mis pechos se iban arriba y abajo. Cuando termino y se vino en mi, se quedo un rato tendido sobre mi manoseando todo mi cuerpo, desde mi culo, mi cintura, hasta mis pechos. Se levantó y me dijo:

  • Buenas noches cielo, mañana será otro día. A ver si duermes un poco jajaja.

Se fue y cerro la puerta con llave. Yo intentaba abrirla pero nada, estaba bien cerrada.

Allí estaba yo, como Dios me trajo al mundo, desnuda totalmente sentada en un montón de paja como una yegua. De repente oí un ruido. Estaba iluminado donde yo estaba, pero al fondo no se podía ver nada...

-¿Quién es? ¿Hay alguien? ¿Claudio?

Si era Claudio o no, lo sabréis en la siguiente entrega.

(Continuara)