Viaje a Mazatlán (2)
Continuo el relato de mis cuernos en un viaje a mazatlán (busquen la primera parte en los relatos que he publicado)
Viaje a Mazatlán Parte 2
A las 5:00 A.M. del sábado sonó el despertador, me levanté a bañarme y en el cuarto de baño estaba su tanga; la revisé, aún estaba húmeda, olorosa. - Que rico la has de haber pasado puta desgraciada.
Terminé de bañarme y me vestí rápido ya que Agustín pasaría por mí a las 5:30 para dirigirnos a la sierra a visitar algunos ranchos.
Salí del cuarto atinando solamente a mandarle un beso al descubrir que no se había despertado con el ruido que hice.
Regresé a nuestra habitación a las 8:30 de la noche; ella no estaba, recorrí todo el espacio buscando "cosas" que me hablaran de ella, de su presencia. Abrí su cajón toque sus prendas íntimas, ¿en dónde estás, qué estarás haciendo?. Descubrí en el closet la bolsa de ropa sucia, la vacié sobre la cama y pude observar la ropa que yo había dejado tirada quién sabe dónde, la ropa que ella usó el día anterior. Pero, claro, él está hospedado en este hotel, tal vez desayunó con él, a la orilla de la playa. Pero ¿cómo iba vestida?. No pasó mucho tiempo con esa incertidumbre, descubrí sobre la otra cama la minifalda roja floreada, esa que le ajusta muy bien; una blusa y zapatillas. Dejó todo a la vista para que yo fantaseara. Que bien me conoce¡¡¡¡.
Salí a cenar y después me fui al bar a gozar de mi situación de cornudo; yo ahí solitario tomando una copa mientras mi esposa quién sabe dónde está con el "tímido" de su jefe; sí como no, tímido mi huevo derecho.
Regresé como a las 10:30 a mi cuarto; no cabe duda que todos los turistas somos iguales de inconscientes, dejé todas las luces del cuarto encendidas, hasta la del baño y la del guardarropa, sin olvidar que la T.V. también la dejé encendida. Que valerme madre el derroche de energía, la segunda ley de la termodinámica.
Me acosté a ver la televisión; que belleza, no hay nada más patético que un cabrón acostado frente a la tele con no sé cuántos canales para poder ver y que solo se pasa los minutos saltando de canal en canal sin ver nada.
Ya harto de mi hartazgo, apagué la tele y al querer apagar mi lámpara descubrí un parpadeo rojo en el teléfono; un recado para mí:
Amor, estoy en la cena de clausura, estoy bien, ojalá todo te haya salido bien. Duérmete, no me esperes (una voz susurrándome) "no sé si duerma en otro cuarto del hotel, ya sabes", bueno, tu me entiendes ¿no?, Adiós, te amo......... (otro susurro) "mi cornudito".
Bueno, cuando menos desea que todo me haya salido bien; noté mi erección, vaya, que manera de calentarme de mi mujer.
Vi la hora, las 11:45, ¿ya vendrán para acá?;me vestí apresuradamente y me dirigí al estacionamiento, abrí mi carro y me senté a escuchar algo de música con la esperanza de verla llegar; pero quien llegó fue un vigilante que me preguntó si yo estaba hospedado en el hotel
Si señor, solo que estoy un poco aburrido y salí a fumar (lo que sí estaba haciendo) y a oír un poco de música. O debí de haber dicho, "fíjese que soy tan degenerado que estoy esperando a que llegue mi esposa, que salió con su jefe, y quiero ver si puedo verla como se cachondea con él aquí en el estacionamiento"
¿ Por qué será que todo lo que haga una persona por fumar es un argumento válido?; quién fuma te lo cree y quién no solo te ve con lástima, al fin que él ha sabido que es un vicio tan fuerte que los que fuman hacen muchas estupideces por fumar. El vigilante se sonrió y se alejó moviendo la cabeza.
No sé cuanto tiempo pasó, ni canciones ni cigarros; al fin, parece ser que en ese carro que va llegando viene ella. Pinche suerte, tengo que agacharme deprisa, ella si conoce el carro. Valió madre, quedaron a unos metros de mí, iluso que según yo quedarían enfrente; si me muevo con mucha cautela puedo ir a ver que hacen.
Salí de mi carro y me escondí entre los arbustos del jardín; si me ve el vigilante le diré: - Ya me iba al cuarto y decidí orinar y miré usted la película porno que estoy viendo.
Estaban adentro del carro de él. - Que delicia, que besos tan sabrosos y vaya forma que tiene mi mujer de besarlo mientras le acaricia la verga; que sensación tan rara, es muy excitante estar fisgoneando a la puta de tu mujer mientras se faja al jefe en su carro. Mira nada más que manera de mamarle la verga.
Salieron del carro y él la recargó mientras le subía su minifalda para acariciar tus nalgas y sus caderas, ahh¡¡¡ esas caderas que tanto me encantan se ven mejor desde aquí viendo como otro tipo la está gozando. No paran de besarse y vaya manera de hacerlo, se ve que se tienen ganas. Tranquilos ya casi llegan a la cama.
En eso estaba cuando siento la presencia de alguien detrás de mi, Que chinga, era el vigilante, Quiúbo, me dice, ¿ viendo sexo?
- si mire, estaba orinado cuando los vi y decidí darme un taco de ojo.
Los hubiera visto ayer, por eso cuando los vi entrar, los seguí porque ayer si que cogieron estos dos.
¿ ayer también cogieron? deben de estar de luna de miel
No, no vienen juntos. Yo los seguí y ella está en un cuarto y él en otro, de hecho afuera del cuarto de ella mi "compa" se la cogió paradita, recargadita en la pared.
Y por qué no pasarían a coger al cuarto de ella
Quién sabe, algo se traen, porque él le decía que se fueran a su cuarto y ella no quería. Mire nomás como chupa esta vieja; eso es mamar verga no cabe duda.
No creo que sepa, ni se imagine que yo soy el esposo de esa gran chupadora de verga a la que él vió coger en la puerta de mi habitación.
Y el vigilante continuaba:
- Dice mi compañero que viene con un buey que no sabe qué pasa con su mujer
Pero se lo ha de imaginar no?
Quién sabe. Ya sabe cómo son las mujeres, cuando quieren lo cuenten a uno. Pero de que está rica y coge rico, pues si.
Ya ni presté atención a las sandeces del vigilante, yo solo quería disfrutar a mi mujer a la distancia y vaya que si lo estaba haciendo. De pronto, dejaron de fajarse y empezaron a caminar, yo quiero seguirla, pero ¿y qué hago con este estúpido vigilante?.
Venga, me dijo, los vamos a seguir por acá. Regáleme un cigarro ¿no?, "alcabos" que ya nos tenemos confianza. ¡Mire¡ no le dije, si ya conocen sus lugarcitos para cachondearse.
El jefe de mi mujer se sentó en una banca y ella lo montó subiendo su minifalda a la cintura, recorriendo la tanga a un lado y desabrochando su blusa para que le mamara sus pezones. Que espectáculo, sus movimientos eran rítmicos, dulces y como cerraba sus ojos y dejaba caer su cabeza y su larga cabellera negra hacia atrás, mientras él le besaba los pezones y la subía y bajaba en su verga.
La sentí acabar, pude sentirla por esa forma tan fojoza que tiene de anunciar sus orgasmos; él le tapaba la boca mientras metía más ritmo a su penetración.
Quedaron así unos minutos, tan abrazados que no se descubrían dos figuras en esa semi-oscuridad. Mi mujer se levantó y arregló la falda y su blusa mientras él guardaba su verga. Se abrazaron y se volvieron a besar.
Si que se tienen ganas.me dijo el vigilante. Y que sabroso terminó la muy puta, ¿no?
Si, muy rico.
Empezaron a caminar y me dice el vigilante;
No van al cuarto de ella, parece que ahora si se la va a llevar a su cuarto el compa.
Los seguimos y ví como mi mujer iba recargada en su pecho; llegaron, se volvieron a besar y él metió su tarjeta en la cerradura de su habitación. Abrió la puerta y entraron para dar rienda suelta a las ganas que se traen.
Bueno, se nos acabó el cine me dijo el vigilante.
Empecé a caminar por el lasillo del jardín, rumbo a mi habitación, mientras él me decía que esas cosas no estaban permitidas en el hotel pero que a él le gustaba mucho observarlas. Y así platicando llegamos a la puerta de mi cuarto y me dijo
Pero, EHH, AHH, balbuceaba el vigilante, ayer ella entró aquí, o sea, usted la conoce. ¿o no?
Buenas noches le dije, mientras cerraba mi puerta y veía con gracia los grandes ojos de incredulidad que tenía el señor.
Me masturbé pensando todas las cosas que había visto; que excitante, que delicia. Tardé mucho en dormirme sin poder dejar de masturbarme.
Lobo cornudo