Viaje a la aventura con mi novia (3)

Os cuento el viaje en que nos volvimos un poco locos pero disfrutamos a tope. Esa dividido en tres partes ya que el viaje fue una autentica maravilla.

Cuando el sol invadió las paredes de la habitación la escena era extraña. Los tres estábamos desnudos bajo las sabanas y todos sabíamos que los demás lo estaban. Todos parecíamos pensar quien iba a ser el primero en levantarse. Clara fue que la que se decidió. Recogió la ropa de la maleta que iba a ponerse y se dirigió desnuda al baño. Se me levantó viendo su culo alejarse de mi cama. Cuando escuché el ruido de los chorros del agua de la ducha, Laura se levantó de la cama y cubriéndose con una sabana vino a la mía.

  • ¿Té gustó el espectáculo de anoche? – Su acento extranjero, su olor, y el saberla desnuda debajo de aquella sabana me excito muchísimo. Se recostó en mi cama y acercando mucho su boca a la mía continuó- Te vi mirarme y me encantaron tus ojos.

Yo solo acerté a mirarla con un mas que evidente deseo. Laura introdujo su mano por debajo de la sabana y acercó su boca a mi cuello. Cerré los ojos mientras sentía su aliento en mi piel y su mano acariciándome la pierna y subiendo hacia arriba, suavemente mis testículos… mi pene. El grifo de la ducha cesó. Laura se levanto dejándome medio loco en la cama, tiró la sabana en su cama, se mostró desnuda, me sonrió, me guiñó un ojo y le pidió a Clara permiso para entrar en el baño con ella. La voz de Clara la autorizó desde dentro y yo la perdí de vista.

Cinco minutos después Clara salió del baño. Se había puesto unos pantaloncitos cortos muy ceñidos y un suéter blanco que dejaba transparentar su sujetador también blanco. Se acercó hasta la cama y descubrió mi erección. Me sonrió y me preguntó si eso lo había causado la visión de laura desnuda. No contesté. No me gusta mentirle. A sabiendas de que nuestra anfitriona estaba en la ducha, y tal y como había hecho Laura unos momentos atrás, se acercó a la cama y me destapo observándome en toda mi plenitud. Clara tuvo la feliz idea de no dejarme así. Me beso en los pechos y poco a poco fue bajando, pasando la lengua por mis testículos para al final ponérsela en la boca. En mi mente le agradecí que lo hiciese tan rápido como lo estaba haciendo, ya que yo estaba muy caliente, aunque seguramente lo hacía para terminar antes de que saliese Laura de la ducha. Me acordé de Laura y miré hacia la puerta del baño. Ella estaba allí mirándonos mientras había dejado el agua correr. Ver sus ojos mirándonos fue suficiente aliciente para irme. Al gemir, Laura entro en el baño y Clara retuvo el semen en su boca como siempre hacía.

Salimos los tres de casa. Laura había quedado con Francisco y sus amigos para pasar juntos el día festivo. Nosotros nos íbamos de turismo. Laura dijo que si nos apetecía hablaría con Francisco para que nos llevase por la noche a cenar a un cortijo reformado como restaurante en las afueras de la ciudad y nosotros aceptamos la invitación.

El día fue bonito pero no de vuestro interés. Turismo, gran comida (y barata) en un bar tipito a base de tapas y quintos de cerveza. Querréis que pasemos a la noche


Francisco y yo tomábamos un vino en el bar de bajo mientras las chicas se preparaban. Bueno en realidad fueron dos o tres porque se tomaron su tiempo. Era la primera vez que tenia la oportunidad e hablar con Francisco a solas. Esperaba que no sacase el tema de mi novia desnuda, ya que metido en faena soy atrevido, pero así en frío me corto bastante. No tuve suerte:

tu novia esta muy buena ¿sabes? - La frase me pillo algo descolocado- Se nota que lleváis muy buen rollo. Me di cuenta que te lo dijo así que te lo suelo… mi amigo sigue pajeándose con su tanga.

Sí. Clara está buen y no me importa que la miren. Te vi hacerlo por cierto.

No pude evitarlo… estaba muy a mano.

Nos sonreímos como niños que han hecho una gamberrada y seguimos con las tapas. Al poco aparecieron ellas. El vestido verde que me encanta, el más sexy que Clara tiene, lo lucía Laura. Es de una pieza muy, muy, corto. Con el es imposible que se agache sin mostrar absolutamente todo. Claudia se había puesto ropa de Laura. Una minifalda tipo cinturón largo y un top negro con una especie de camisa que caía por los lados pero que por el centro enseñaba el ombligo.

Invitados por Francisco cenamos en un muy buen restaurante. Regamos la carne con un par de botellas de Azpilicueta reserva. El vino nos alegró el alma y soltó la lengua. Yo reconocí que les había visto follar, Francisco que había visto a Clara desnuda y Clara que me había hecho una mamada mañanera y que estaba pensando que laura iba a pillarnos… y que le gustaba la idea. Me alegré de que Laura no dijese nada sobre el tocamiento que me había realizado. Fue muy inteligente. En ese ataque de sinceridad Francisco volvió a mencionar el incidente del tanga de Clara y su amigo. Clara se estremeció al enterarse de que él la había visto y Laura se partió de la risa… "¿eso hiciste? Conociéndole con lo salido que está, aun debe de estar en el baño"- Se volvió a Francisco "¿a ti te gustaría que le diese las mías a Carlos?" Francisco asintió con la mirada encendida y Laura movió ligeramente el trasero sobre la silla para liberar su tanga y dármelo en mano disimuladamente."¡hey! ¡pues yo también!" Clara con algunos problemas que hicieron muy evidente lo que hacia para ojos extraños, la imitó y le dio su tanga a Francisco. Este no fue tan discreto como yo, lo miró, lo besó, y se lo guardo en el bolsillo mientras mi novia se lamentaba que a este paso iba a quedarse sin ropa interior.

Salimos del restaurante. Francisco y yo nos sentíamos dos cabrones muy afortunados de tener a aquellos dos bombones sin ropa interior. Entramos en un pub abarrotado. Los chicos pedimos una ronda mientras nuestras mujeres bailaban detrás de nosotros. Mientras Francisco coqueteaba con la camarera las miré. Las dos se mantenían la mirada y sonreían mientras bailaban. Laura se acercó a Clara y la tomó por la cintura sin dejar de bailar. Realizaban movimientos circulares de cadera rozándose. Laura se dio la vuelta quedando las dos frente a mí. Clara tenía sus manos sobre los hombros de Laura, le toco los brazos desnudos, la cadera y en ese momento me miró a lo ojos y esbozó una picara sonrisa. Su cabeza desapareció detrás de la espalda de la otra chica. Desde mi posición solo veía sus manos que acariciando otro cuerpo ya habían llegado a las piernas y ahora volvían a subir pero por la parte interior de los muslos. Al llegar otra vez a estar erguida tiró de la minifalda hacia arriba dejándome ver lo que ocultaba. Laura había ladeado su cabeza hacia ella disfrutando del momento. En ese momento no supe si entender con ese gesto que mi novia en verdad me estaba ofreciendo otro cuerpo o solo calentándome. Lo segundo lo había conseguido con creces.

No sería la última vez esa noche que observaría un baile tan sexy. Tras muchas copas bailes y toqueteos en general (incluyendo uno muy descarado de Laura en mi paquete) llegamos al estudio de Laura a dormir… bien, eso de dormir parecía que no lo tenía nadie en mente. El primero en reconocerlo fue, como no, Francisco al decirle descaradamente a Laura:

Vamos a ver como lo arreglamos pero quiero pegarte un polvo mi niña. Hoy me has puesto a mil.

Yo intervine en la conversación que debiera haber sido mas privada:

No te quejes que tú no las has visto bailar… buuf. ¡Casi reviento!

¿Cuándo fue eso que me lo perdí?

En el primer pub que fuimos – Dijo Clara –

Ehh no es justo, ¡eso tenéis que repetirlo!

Y las chicas accedieron.

Nada mas entrar al piso laura se encaminó a la cadena de música y enchufó la radio. Al girarse Clara ya le había alargado un brazo mientras con la cadera hacía movimientos obscenos. Laura tomó su mano y la llevó a su boca. Sin perder el ritmo del baile le chupaba los dedos. Francisco y yo nos sentamos inteligentemente en el suelo. Desde allí la perspectiva iba a ser aún mejor. Ellas ofrecían lo mejor de si. Durante el baile se abrazaban, se tocaban los pechos, se agachaban dando perfectas panorámicas de sus sexos… nosotros no aguantamos mucho allí. Alentado por Francisco nos levantamos y nos pusimos a bailar con ellas. Estábamos locos, cambiábamos de pareja, acercábamos y por supuesto tocábamos nuestros cuerpos. Era consciente que el amigo andaluz se estaría dando con Clara el mismo recital de sobeteo que yo me estaba dando con Laura. Y no me importaba, repartía entre las dos mis caricias, carantoñas y coqueteos. Se me ocurrió una idea… me acerqué a la cama y saque la funda del cojín… acercándome a Clara se lo anudé en los ojos. No opuso la más mínima resistencia y continuó su baile, aunque algo más lento para asegurar el siguiente paso. Una luz paso por los ojos de Francisco e hizo lo mismo con su novia. Las dos reían y bailaban mientras nosotros dábamos vueltas a su alrededor. Me paré delante de Clara que seguía bailando y le metí la mano entre las piernas Ella no podía saber a ciencia cierta quien la estaba tocando y aun así acepto de buen grado las caricias. Estaba mojadísima. Con cuidado de que no se le cayera el velo de los ojos la desnudé completamente y ella se dejó hacer. Notaba su respiración muy excitada. Francisco había seguido mis pasos y Laura también estaba desnuda.

Me recree una vez mas mirando su cuerpo y Francisco me descubrió en ello y me llamó con un gesto. Dejando a Clara bailar desnuda abracé a laura, siguiendo las indicaciones de Francisco, mientras él desaparecía tras mi espalda en busca sin duda ninguna de mi novia. Cuando puse mi mano sobre su hombro ella dio un respingo. De alguna forma se había dado cuenta que era yo. La arrastre hacia mi, sus manos fueron directas a mi trasero y sus labios se acercaron a los míos. Sin decir una palabra la besé. Torpemente por la falta de visión ella empezó a desnudarme. Al llegar al pantalón tuve que colaborar con ella que de un tirón bajó pantalones y calzoncillos. Me besó el cuello y empezó a manosearme el sexo. Tuve que escapar o me hubiese corrido. Me puse a su espalda para ver como le estaba yendo a Clara. Y no le iba mal Francisco la había tumbado en la cama y la acariciaba todo el cuerpo. Levantaba las caderas solicitando con ese gesto caricias entre las piernas que Francisco aún no le hacía. Lleve a Laura de la cintura a la misma cama, al lado contrario al que estaba su novio. Suavemente deposité sus manos sobre el cuerpo de mi novia, que ahora era acariciada por cuatro manos y ninguna de ellas era mía. Las mías estaban entretenidas en el culo de Laura. Vi como le tocaban los pechos y lo que mas me excito fue cuando la mano de Laura se escondía entre sus piernas.

Con un dedo tocó la línea de pelo y fue bajando, y fue entrando y empezó a mover su mano. Clara se mordía el labio inferior ¿Sería verdad eso de que las mujeres saben mejor que nosotros donde hacerlo? De cualquier manera era evidente que Clara disfrutaba pero ahora era mi momento. Tumbé a Laura al lado de Clara y les quité a amabas el antifaz. Primero a Laura y después a Clara. Ambas me besaron apasionantemente cuando lo hice. Especial fue el beso de mi novia que estaba recibiendo los besos de otra lengua, la de Francisco, en sus otros labios. Me puse un preservativo y me puse sobre Laura, que me pedía por favor que se lo hiciese ya. Al entrar estaba mojadísima, se escurrió dentro sin problemas. Laura era salvaje, me arañaba se movía, casi saltaba. A mi lado Francisco había puesto a Clara sobre sus rodillas y por los gestos de su cara le gustaba aunque, según me confeso mas tarde, le decepcionó un poco el aguante de su amante.

La última noche del viaje acabó tan genial como podía acabar. Francisco tuvo que cambiarse e irse al rato. Yo me quedé durmiendo con las dos mujeres e la misma cama. Fue toda una experiencia.