Viaje a Europa I
Se concreta el primer viaje junto con mi jefe luego de que me ofreciera "viáticos" por acompañarlo. Como pase a ser fundamental en el cierre de los negocios para la empresa, y excelente compañía para mi jefe y sus nuevos socios.
La sensación de que mi marido e hijo estuvieran despidiéndome en el aeropuerto, y que me jefe me estuviese esperando a escasos metros era de por si extraña.
Llegue al aeropuerto cerca de las 15:30hs. El vuelo salía hora y media después. Al rato me suena el celular, era mi jefe. Nos encontramos con el en un café del aeropuerto. Mi marido le estrecho la mano y el tuvo tiempo de bromear con mi nene. Yo me sentía extraña. Puta por decirlo literalmente. Nos quedamos tomando un café hasta que llegó el momento de embarcar. Estoy acostumbrada a viajar sola, tal vez no tantos días, pero es una situación que ya domino. Viajar sola. Eso es a lo que estoy acostumbrada. Viajar con mi jefe, y que encima vaya como su amante, y que mi marido lo sepa no es algo a lo que este acostumbrada. Aunque voy a tener que empezar a acostumbrarme ya que este, en teoría, es el primero de varios viajes.
Una vez en la sala de pre embarque mi jefe se saludó con un conocido. Este conocido resulto ser un socio de otro negocio que tiene mi jefe. Yo desconocía que el viajara con nosotros hasta ese momento. Mi jefe nos presentó. Se llamaba Gerardo. Tendría unos 50 años. Era bastante grande físicamente. Me pareció bastante simpático ya que enseguida se puso a conversar conmigo.
Llego el momento de subir al avión y mi jefe y yo viajamos juntos, mientras que Gerardo estaba en otra parte. En un momento le pregunte a mi jefe porque no me había dicho que vendría con alguien más, a lo que me respondió que en realidad él tampoco sabía que viajaría hasta hace dos días en que habían acordado una reunión por otra empresa que tiene mi jefe. No le preste más importancia y el tema quedo ahí.
El viaje fue tranquilo pero cansador. Aproveche para dormir bastante por lo que no se me hizo tan largo.
Al llegar enseguida note que salir con verano y llegar con invierno es bastante chocante. Sobre todo cuando todo tu abrigo está en la valija. De todos modos mi jefe había alquilado un auto, asi que enseguida nos subimos y enfilamos al hotel.
El hotel está buenísimo. Obviamente no voy a decir el nombre, pero si que es de una reconocida cadena internacional. Como era de esperar nos tocó compartir la habitación, pero esto yo ya lo sabía.
Mi jefe me dijo que iba a aprovechar la tarde para tener dos reuniones a las que yo podía no asistir. (Correspondían a otra empresa y yo no tengo relación con ella). Aproveche para quedarme en el hotel, trabajar un poco con los mails y terminar con un relato que había comenzado durante el fin de semana. Mi jefe me habrá llamado tres veces solo para preguntarme como estaba. La última vez fue para avisarme que estaba volviendo al hotel.
Al llegar me dijo que esa noche iríamos a cenar a afuera, que me vistiera bien porque era un lugar bastante importante. Él se tiro en la cama y yo aproveche para ir a bañarme. Al salir envuelta solo en un toallon mi jefe se quedó contemplándome y me dijo a secas, “sos una mujer hermosa”. Realmente me sedujo la forma en que me lo dijo, y lentamente deje caer el toallon para quedar completamente desnuda ante él. Mi jefe se reincorporo de la cama y vino a besarme. Estuvimos besándonos un rato largo hasta que el solo cortó el momento para decirme que se tenía que bañar porque se sentía sucio. Entendí su comentario y hasta lo agradecí.
Mientras él se bañaba yo seleccione la ropa para esa noche. Me decidí por un pantalón negro de vestir, una camisa de seda blanca. No me puse corpiño, por lo que estaba bastante sugerente, una linda tanga, zapatos de taco animal print y una cartera ídem. Como abrigo había elegido un saco negro. Me maquille. Me ate el pelo con una cola caballo como siempre y me quede esperándolo.
Todavía no sabía si era una cena entre nosotros dos o si participaría alguien más. Mucho menos si era de negocios o solo de placer.
Mi jefe salió del baño ya cambiado. Me dijo que se tenía que reunir con alguien en el bar del hotel pero que en un rato se liberaba. Me invito a acompañarlos pero preferí quedarme en la habitación hasta que se hiciera la hora.
A las 20:30hs bajo y mi jefe estaba esperándome con su socio y un alemán que no recuerdo como se llamaba. Me miraron de arriba abajo y el alemán dijo algo que no entendí a lo que mi jefe y Gerardo rieron. Luego de presentarme como su asistente, decidimos salir en busca del auto.
Subimos al auto de mi jefe, y me toco ir adelante por lo que me sentí más cómoda. Durante el viaje iban hablando mitad en alemán, donde yo no entendía nada, y parte en inglés. Por lo que logre entender hablaban de negocios hasta que en un momento note que estaban hablando de mí, pero sin poder distinguir lo que decían.
Llegamos al restaurant. El lugar era realmente imponente. La mesa era redonda. Mi jefe se sentó a mi derecha, a mi izquierda Gerardo y el Alemán frente mío. En medio de Gerardo y mi jefe.
Realmente me estaba aburriendo. Cuando hablaban en alemán no entendía nada, y cuando hablaban en Ingles era todo de negocios. En un momento agarre mi teléfono para ver los mensajes o mails y mi jefe riendo me pregunto, “estas muy aburrida?”. A lo que le respondí, - “no, pero no entiendo lo que hablan”. Tranquilizándome me dijo que ya terminaban. Hasta ese momento estaba con el saco puesto ya que nunca había entrado en calor, pero en ese momento decidí quitármelo. Enseguida se acercó un mozo y me ayudo. Cuando tire los brazos para atrás mis tetas parecieron querer reventar la camisa. El Alemán que estaba frente a mi se quedó mirándomelas sin importarle que todos nos diéramos cuenta. Mi jefe le dijo algo en alemán y este empezó a reírse junto con Gerardo. No sé qué le había dicho, pero me siguió mirando con ganas. Yo no sabía qué hacer ni que decir. Tenía miedo de decir algo y que esto arruinara un negocio. Estaba ahí solamente como compañía. Se pusieron a hablar en alemán durante 2 o 3 minutos más hasta que mi jefe dice en español me dice, “este está loco con tus tetas y me acaba de preguntar qué relación tengo con vos”. No dije nada, solo lo mire y lo mire a Gerardo quien había escuchado lo que había dicho mi jefe. En eso vuelve a decirme “si cerramos el negocio vamos a festejar”. No supe que decirle. No sabía a qué se refería con festejar. No sabía si era festejar con él, festejar con él y con Gerardo, o festejar con el alemán también. La idea no me desagradaba, y sabía que era una posibilidad, pero no había tomado una gota de alcohol y necesitaba desinhibirme. Por eso le indico a mi jefe que me sirva un poco de vino del que ellos estaban tomando. Empecé a tomar lo más rápido posible mientras ellos hablaban de trabajo. No tengo mucha cultura alcohólica por lo que enseguida sentí el efecto. Sentí la necesidad de ir al baño. Mientras caminaba pude sentir el vaivén de mis tetas debajo de la camisa. Caminar con decisión a paso firme y sin corpiño las había moverse de forma natural. Pude notar como todo el salón me miraba. Incluido los mozos. Obviamente al volver la situación fue la misma, pero esta vez incluyendo a mis tres compañeros de mesa. Ya me sentía más desinhibida y me empezaba a gustar la idea de acostarme con uno o con los tres. En eso pidieron otra botella de vino más. Yo volví a tomar y ahora quería irme de ahí al hotel. En mi cabeza, mientras estos hombres hablaban de cosas que no me interesaban, yo ya había imaginado cada una de las situaciones que podrían tener lugar esa noche. Estaba mojada y podía sentirlo. Disimuladamente me desabroche un botón de la camisa. No se veía nada, pero era aún más sexy que antes. El Aleman no podía sacarme los ojos de encima y yo le devolvía la mirada. Mi jefe enseguida se dio cuenta e hizo un comentario. El alemán respondió algo sin sacarme los ojos de encima. Mi jefe tradujo, “quiere saber si estas casada”. Sin responder mostré mi mano izquierda donde claramente se ve mi anillo de matrimonio. Pero sonreí dejando una puerta abierta. El alemán respondió algo y mi jefe rio. Volvió a traducir, “que lastima, pero yo también”. Todos reímos. Y volvió a hacer un comentario que mi jefe tradujo, “una mujer hermosa, difícilmente no este casada. Ojala podamos conocernos mejor”.
De ahí decidimos, o mejor dicho decidieron, ir a tomar algo a un bar cercano. Fuimos caminando ya que solo era 1 cuadra. En el bar tomamos un par de cervezas más y ya el ambiente se empezaba a calentar. Mi jefe empezó a ser más “cariñoso” y en algunas ocasiones me abrazaba o me tocaba de más. Además, la música y el ruido ayudaban a que se acercara para conversarme. El alemán estaba sentado a mi izquierda y también aprovechaba para hablarme al oído. Como yo no sé alemán empezamos a hablar en inglés. En un momento me di cuenta de que estaba sentada en medio de dos hombres que me querían coger. Era evidente. Y a mí ese juego me gustaba. Pedí disculpas y me levante para ir al baño. Antes de volver a la mesa me cruce con Gerardo que estaba charlando amablemente con dos chicas. Nos sonreímos y seguí para mi mesa. Al llegar veo que solo estaba el alemán. Pido permiso para sentarme en el mismo lugar que antes, pero el alemán en lugar de levantarse se tira un poco para atrás, de manera de que cuando pasase, mi culo quedara a centímetros de su cara. Mientras paso, y de manera adrede, lo rozo un poco con mi culo en su cara. Me siento y sonriendo le pido disculpas. En eso me dice al oído, “sé que estas con tu jefe, pero realmente me gustaría terminar la noche con vos”. Yo lo miro y le digo al oído, “para eso vas a tener que hablar con mi jefe”. Ni bien termino de decirle se queda mirándome como si no hubiese entendido, por lo que vuelvo a acercarme, apoyando mi mano en su pierna, y le digo, “yo vine con mi jefe, pero habla con él”. En eso vuelve mi jefe y se sienta pero enfrente nuestro. Yo me saco el zapato y por debajo de la mesa empiezo a jugar con mi pie derecho en su entrepierna. El me mira y se sonríe. Se acomoda para que llegue mejor. Estábamos todo un poco tomados y eso ayudaba a crear el clima ideal. En español le digo, “me parece que me quiere llevar a la cama, le dije que hablara con vos”. A lo que me jeje me responde, “esta noche solo vas a estar conmigo, pero si queres calentalo un poco más que mañana firmo el contrato”. Entendí el mensaje. Quería cogerme solo el, pero me dejaba jugar con el alemán. Mientras tanto yo seguía masajeándole la pija con mi pie a mi jefe. El alemán pareció darse cuenta pero no dijo nada. En eso vino Gerardo y nos dijo que se iba. Que se tomaba un taxi. Me jefe le dijo que nosotros nos íbamos en un ratito, que nos esperara. Pareció aceptar y se volvió a levantar para ir a la barra donde estaban sus “amigas”. En eso apoyo mi mano nuevamente en la pierna del alemán, pero esta vez más cerca de su pija, y le digo, “vas a hablar con mi jefe?”. El alemán se sonrió, y sin decirme nada se levanta para ir a sentarse del otro lado, al lado de mi jefe.
Ni bien se sienta empiezan a hablar pero en alemán. Yo aprovecho y me saco el otro zapato y con la otra pierna empiezo a masajear la pija del alemán. Este al principio reacción tirándose contra el respaldo, como alejándose. Una vez entendió el juego, se acomodó como mi jefe de forma de que pudiese masajear a los dos. Enseguida note como la pija del alemán se endureció. Se notaba bastante grande, acorde a su tamaño corporal. Estuvimos asi un rato mientras ellos hablaban y cada tanto sonreían y me miraban. En eso mi jefe se incorpora, y me dice, “vamos Nati?”. Me pongo ambos zapatos, me paro y encaramos para la salida donde enseguida se nos sumó Gerardo.
Cuando llegamos al auto yo estaba helada. Sinceramente me dolían los pezones, por lo que mi jefe en los últimos metros me había llevado abrazada. Antes de subirnos mi jefe mí dice que me suba atrás, ya que adelante iría Gerardo. Lo tome como un, “anda atrás con el alemán y ponelo contento”. Me subí y enseguida me senté lo más al medio posible, para estar cerca del alemán. Con la excusa del frio me le pegue y todos rieron. Disimuladamente puse mi mano en su pija. Estaba blanda pero con mi tacto se endureció. Empecé a masajearla y parecía querer salir de ese pantalón. En un momento pensé en sacarla y empezar a chuparla, pero estaba Gerardo y no sabía hasta donde mi jefe quería que avanzara. El alemán empezó a tocarme la espalda por dentro de la camisa, y enseguida la movió de forma de poder tocar el costado de mi teta. Cuando ya estábamos poniendo realmente calientes llegamos al hotel y en ese momento pensé que terminaría, al menos, en la cama con el alemán y mi jefe.
Gerardo se nos despidió y enseguida subió al ascensor. El alemán fue un poco más “afectivo” y me dio un abrazo donde sentí su pija dura en mi panza. Es que es bastante más alto que yo. Y luego saco las llaves de su auto y se fue caminando por el estacionamiento hacia el. Me quede sola con mi jefe y juntos nos subimos al ascensor. Una vez arriba le pregunte si estaba todo bien, a lo que me respondió que, “no bien, excelente”. Llegamos a la habitación y yo seguía helada, pero sabía que estando con el saco puesto no ayudaba a la situación, así que me lo saque y mis pezones duros quedaron al descubierto. Enseguida mi jefe me dijo, “tenes frio de verdad!!!”. La calefacción estaba prendida, pero no lograba entrar en calor. Mi jefe se acerca y abrazándome me dice que por ahí tomándome una ducha lograba recuperar la temperatura.
Me lleva al baño y prende la ducha. Luego mientras el agua se calentaba me empezó a ayudar a desvestirme. Una vez estuve desnuda me miro de arriba abajo y me dijo, “no tenes nada que envidiarle a una pendeja de 20”. Lo tome como un cumplido aunque sé que en el fondo mentía. Me metí en la ducha y pude notar como me volvía el calor al cuerpo. Mi jefe se quedó en el baño y ni bien termine con la ducha me ayudo a secarme, aprovechando a manosearme todo el cuerpo. Yo me sentía excitada, y lo tome de la mano para llevarlo a la habitación. Una vez en ella lo empuje en la cama y empecé a desvestirlo. En poco tiempo estaba desnudo como yo y empecé a chuparle la pija. Se la debo haber chupado muy bien porque enseguida me pidió que parara porque estaba por acabar. Sin dejarlo levantar me subi encima de el y con una mano agarre su pija para que me penetrara. Empezó a penetrarme con ganas, pero el ritmo lo mantenía yo. De nuevo me dice que está por acabar, asi que salgo como para que no pase. Me acomodo de costado y mi jefe me empieza a penetrar en esa posición. Mientras me penetra con su mano derecha masajea mi teta pellizcándome los pezones. Me levanto y le pongo mis tetas a la altura de su cara obligándolo a que me las chupe. Mientras me las chupa empieza a jugar con su mano en mi vagina y con un dedo en mi culo. Yo empujo para debajo de forma que se metan aún más adentro. En ese momento empiezo a acabar y se lo hago saber. Me acomodo y bajo para empezar a chupársela nuevamente. En eso siento ya dos dedos o más en mi culo y mi jefe me dice que tiene ganas de metérmela por ahí. No le digo nada, pero mi silencio es la manera de darle el ok. Me empieza a decir un montón de cosas, como, “vos sabes que cuando te tome en la empresa fue porque me volvió loco tu culo?”, o, “sabias como te dicen en la empresa?, la bomba”. Mientras me decía esto dejo de chupársela y me pongo en posición como diciéndole, “dale, métemela”, a lo que mi jefe me toma por la cintura y me penetra de un empujón por la vagina. Mientras me penetra con fuerza sigue jugando con el agujero de mi culo, y en un momento siento como saca su pija de mu vagina y empieza a tratar de ponérmela por el culo. Pero se empieza a complicar ya que no estábamos usando nada de lubricación. En eso me corro, voy a mi valija, y ante la mirada sorprendida de mi jefe le alcanzo un pomo de un gel lubricante que había traído de mi casa. Mi jefe sorprendido me dice, “mujer precavida vale por dos”, a lo que le respondo, “ya te dije que soy la empleada perfecta”. Y mientras reíamos mi jefe empieza a aplicarme el gel. Mi ano ya estaba dilatado, por lo que solo hubo que lubricarlo. Enseguida logro penetrarme analmente, y sus gemidos de placer eran incontrolables. Me confeso que mi culo lo volvía loco y que siempre había fantaseado con garcharme. Mientras me decía esto yo empujaba con más fuerza ya que quería sentir esa pija bien adentro. No habrán pasado más de 2´ y mi jefe me dice que está por acabar, a lo que le digo que me acabara adentro. En breve empiezo a sentir como su pija comienza a achicarse casi hasta salir de mi culo. Mi jefe se tira a mi lado en la cama exhausto. Yo me tiro a su lado. Me quedo dormida.
Me levanto al rato con ganas de ir al baño. Mi jefe dormía a mi lado, todavía desnudo. Yo me pongo un camisón que había llevado para la ocasión (en mi casa duermo con un short y una remera) y me vuelvo a acostar.
Esta mañana me despertó mi jefe. El desayuno ya estaba en el living. Teníamos una reunión temprano y él ya estaba cambiado.
Me ducho rápido, me cambio y arreglo mientras desayuno algo. Mi jefe no hace mención de la noche anterior hasta que yo le pregunto como lo había pasado. Me dice secamente, “perfecto”. Y me aclara, “vos y yo todavía no hablamos de tus viáticos, pensaste en lo que vas a querer?”. Tímidamente le digo que no. Tengo miedo de quedar como una abusadora. Le pregunto si $1000 por día está bien, a lo que me responde. “Me estas cargando?, eso es una miseria. Yo pensaba pagarte $20000 por los 4 días”. Mi cara debe haberlo sorprendido ya que me pregunto a continuación, “te parece bien o te estoy insultando?”. – “No, para nada, me parece bien, pensaba en algo menos, por eso mi sorpresa”. – “Ya anda preparándote la liquidación con el estudio, lo hacemos todo legal, te parece?”. – “ok” respondí.
Hoy tenemos varias reuniones, pero la de la tarde es la más importante. Necesito que seas el centro porque tenemos que cerrar ese negocio. “El alemán”, me volvió a decir el nombre (Peter), “está loco por vos, necesito que esta tarde lo vuelvas loco, así cuanto menos se concentre en el contrato más rápido liquidamos el tema”. – “Alfredo, no te preocupes, voy a hacer lo posible”. Y poniendo cara de ingenua y tímidamente le pregunto, “me tengo que acostar con el?”. En eso mi jefe me mira y se empieza a reír. “No Nati, eso no es lo que te estoy pidiendo. Para eso estoy yo. Seducilo, jugale, y llévalo al límite dentro de las circunstancias. Ahora si vos te queres acostar con el yo no te puedo decir nada, pero con el precio que estoy pagando quiero exclusividad”, me dijo en broma y nos reímos los dos. “hablando en serio, vos viniste de viaje conmigo y en teoría yo te puedo pedir lo que quiera. Ese es el arreglo inicial. Pero vos sabes que yo jamás te pediría algo que vos no quisieras. Lo único que necesito es que lo distraigas así el trámite es rápido”. Mientras yo terminaba de arreglarme y ya estábamos preparados para salir.
Continuara