Viaje a Barcelona
Mi sorpresa fue algo maravilloso.
Aquel día todo fue fatal.
La visita que estaba haciendo no marchaba como debía. Yo estaba espeso y no acertaba a hacer las cosas como debía. Tanto es así que después de comer, decidí finalizar mi visita y continuarla al día siguiente.
Por ese motivo me fui al hotel y después de estar un buen rato, decidí salir a tomar el aire y pasear por las Ramblas. La habitación cada vez era mas pequeña y las paredes parecían querer aplastarme.
Aquella calurosa tarde en la Ciudad Condal, me llevo al interior de la cafetería para tomar una cerveza. Sentado en la barra, pedí mi bebida y fue entonces cuando apercibí que a mi lado estaba sentada una linda mujer, alta, morena a la que se le adivinaba un cuerpo de diosa a través de sus tejanos y su blusa. "Yo pensé que no llevaba sujetador"
A través del espejo de la barra, notaba que sus preciosos ojos tenían un halo de tristeza próxima al llanto. Eso me impactó, por lo que a pesar de que soy tímido en exceso, me atreví a entablar conversación.
.-Hola soy José. Estoy notando que no estas alegre. Yo también estoy pasando un día fatal, pero si quieres un hombro para descargar tu pena yo te ofrezco el mío. No soy un gran conversador pero si puedo ayudarte .
.- Muchas gracias pero no tengo ganas de conversación
:- siento haberte molestado pero no era mi intención. Si tu no quieres yo no te digo nada mas, pero veo tristeza en tus preciosos ojos y eso no me gusta.
.- No, no me has molestado pero no me encuentro con ánimo de charlar.
Fue entonces cuando observe que ella estaba tomando un Wisqui y al terminar vi su intención de pedir otro.
.- Mira se que es meterme donde no me llaman, pero beber en exceso no te ayuda. Primero te alegra pero después creo que es peor. La tristeza regresa más fuerte.
¿Por qué no te vienes a dar un paseo por las ramblas y vemos la gente divertirse? Puede ser entretenido
.- No quiero parecerte grosera pero es que no quiero hablar
.- No insisto, pero si quieres te invito a una copita de cava y a una pulguita en un bar al final de las Ramblas. Anda anímate
No se si mi insistencia, o si ella también tenia ganas pero aceptó salir conmigo a la calle.
En las ramblas vimos tres payasos haciendo una actuación de mímica que levantaba las risas del público. Nos acercamos y estos pusieron unas risas en nuestros rostros. Parecía que íbamos a ser capaces de tirar nuestra tristeza. Esto fue el primer síntoma.
Después de esto mi bella acompañante me dijo que había tenido una gran pelea con un amigo especial y que se habían dicho cosas que la habían marcado. Me dijo se llamaba Manolita y que normalmente sus amigos la llamaban Loli
Llegamos al bar que habíamos dicho y aceptó tomar una copita de cava y un pequeño tente en pie. Una pulguita
.- Loli, yo trabajo en Madrid y estoy en Barcelona para visita una empresa . ¿Me aceptas compartir una ensalada una pizza y una botella de vino en Moka? Me gustaría invitarte a cenar en serio, pero mi dieta es escasísima y no me da para mucho más
.- Mira Jose, yo había preparado una cena con mi amigo y la verdad, no se que hacer con la misma. ¿Por que no te vienes y la compartimos?
Yo pensé que esa invitación no era verdad y cuando le dije encantado, esperé a escuchar sus carcajadas por iluso, pero ella me dijo.
¿Tomamos el metro hasta mi apartamento?
:- Si te parece tomamos un Taxi. Lo que me ahorro de la cena me puede permitir llevarte en taxi
Ella dio la dirección al taxista y en pocos minutos estábamos a la puerta de su apartamento.
La merienda /cena fue deliciosa y el ambiente fabuloso. La música que había escogido provocaba sensaciones de placer invitando a mover los pies suavemente. Por eso Loli me invitó a bailar
.- Mira yo soy un topo bailando, puedo destrozarte los pies, La dije
:- Bueno pues nos descalzamos y así no me haces daño.
Nuestros cuerpos se juntaron en un abrazo moviéndonos a través de la música. Notaba sus pechos firmes sobre mi pecho y tuve la certeza de que había acertado en la cafetería.
Mis labios casi sin darme cuenta estaban apoyados en su precioso cuello y ascendiendo un poco mi cabeza, mordisquearon el lóbulo de su oreja izquierda.
Loli se apretó mas aun y yo decidí aprovecharme de la situación de desamparo que la discusión con su chico la había dejado.
Mis manos se deslizaron por debajo de su blusa, acariciando su espalda.
Su boca beso mi cuello y de pronto nuestros labios se encontraron. Nuestras lenguas juguetearon la una con la otra en una danza de caricias entrelazándose, y mezclando nuestra saliva.
Mis manos levantaron su blusa y la deslicé por su cabeza. Tenía unos pechos mas lindos que lo que yo había pensado. Mis labios tomaron sus pezones mordiéndolos suavemente. Eran duros y largos sabrosos y poco a poco me hicieron enloquecer.
Mi camisa, no se como, pronto estaba encima del sofá y Loli me mordió mis pezoncillos rodeando con su lengua en un roce divino alrededor de mi aureola. Sus manos descendieron desabrochando el cinturón y los botones de mi pantalón. Aquello no podía ser verdad. ¿Cuándo me iba a despertar?
Los pantalones cayeron y Loli fue dibujando con su lengua figuras y arabescos en mi torso. Su lengua exploró el interior de mi ombligo y sus manos me desprendieron de mis calzoncillos.
Que maravilla cuando su lengua paladeo mi glande como si de un caramelo se tratara.
Mi pene se introdujo profundamente en su boca y sus labios fueron haciéndome la mas fantástica masturbación que nadie pueda imaginar
.- Si, Si Sigue, que bien lo haces me gusta. Más por favor mas rápido.
Pronto su boca soltó mi pene y con sus manos me empujó hasta quedar sentado en el sofá.
Levantando mis piernas por encima de sus hombros, mordisqueaba la piel que recubre mis testículos y pronto su lengua se deslizó por mi escroto hasta el ano.
La punta de su lengua se introdujo dentro de mi esfínter y después de lubricar fue su dedo el que inicio la aventura de exploración del mismo.
Yo notaba cada vez más excitación. Nuevamente, mientras su dedo jugaba a buscar mi punto "G" su boca nuevamente se apoderó de mi falo. La masturbación bucal se reinició donde lo había dejado, y yo sentí que en unos momentos explotaría.
Huyyyyy que rico. Me gusta mucho. Aaag no puedo quita me voy me voy.
Loli entonces además de lamer mi miembro se puso a chuparlos con fruición.
Yo no pude más y con un grito de felicidad descargue todo el semen que ella me había provocado, en su boca. Ella se tragó con glotonería mi semen, degustándolo con ostentación
Unos hilos de liquido le salía por la comisura de los labios y Loli juntando su boca a la mía me dio a degustar mi propio jugo. Era la primera vez que yo probaba el semen de un hombre y no me desagradó. Lógicamente no me dio asco y mi lengua limpió todo el resto que en su cara había quedado.
Nuevamente mis labios tomaron sus pezones, saboreándolos con pasión. La actuación se invirtió y fue entonces cuando mi boca y mi lengua dibujaron filigranas en su ombligo en su vientre. Mis manos desabrocharon sus tejanos que aun estaban puestos en sus marmóreas piernas.
Cuando Loli se quedo solo con su minúsculo tanga, mi pene al verla nuevamente creció. Que bonita era. Que buena estaba. ¿Cómo era posible que un pardillo como yo pudiera estar haciendo el amor con aquella mujer? No era posible.
Mi boca tomó el elástico de su tanga y lo fui bajando buscando su cueva con mi lengua. Sus muslos prietos obligados por el tanga no me permitían ceder al interior de su seguro precioso coñito.
Arrodillándome, de un tirón quite totalmente su minúscula prenda y abrí sus piernas completamente.
Un monstruo negro gordo y largo salio de entre sus muslos.
De un brinco quede de pie.
Mi cuerpo estaba totalmente paralizado. Mi cabeza me decía, vete que es un tio, pero mi cuerpo era incapaz de reaccionar. Varias veces traté de marcharme. Pero estaba totalmente paralizado. Mi pene perdió toda su lozanía.
Ella / El se levanto del sofá. Intentó abrazarme pero mi cuerpo logró rechazar ese contacto. A pesar de todo, sus palabras iban dándome calma y el temblor que notaba en mi cuerpo fue apagándose.
Loli nuevamente trató de acariciarme, diciéndome
.- Cariño no te asustes, nada que no quieras va a suceder. No importa que yo naciera chico.
Sus manos acariciaban mi cara y poco a poco se acercó a abrazarme. Nuevamente note sus duros pechos clavándose en mi pecho. En mi muslo notaba un duro cilindro caliente que no quería pensar en que era.
Sus labios tomaron el lóbulo de mi oreja y sus manos acariciaron mi espalda y mis nalgas.
Tímidamente mis manos se posaron en sus maravillosos glúteos. No reaccionaba y no estaba haciendo aquellos que mi cabeza me indicaba. Era mayor mi deseo
Mis labios nuevamente se cerraron en sus duros pezones mientras mis manos acariciaban su espalda. Loli, puso sus manos en mis hombros inicio una presión firme pero suave que me obligaba a arrodillarme
Mis piernas se doblaban poco a poco, mientras mis labios recorrían su vientre y se entretenían en su ombligo. Por fin mis rodillas se posaron en el suelo y quede postrado ante la diosa Hermafrodita que tenia delante de mi.. Con decisión tome su semi flácido pene con mis manos. Era la primera vez que mis dedos rodeaban una polla diferente a la mía. Mis dedos retiraron sus pieles hacia la base, descubriendo un rojo capullos sobre el que mi lengua se posó saboreando tímidamente sus textura y salubre y calido sabor. Este no me desagradó y el tacto de su glande lo percibí con un tacto aterciopelado y suave. Realmente no se describirlo.
Mi lengua paladeo todo su rojo capullo y recorrió la base de su glande.
Después de esto abrí mi boca y me introduje de un tirón ese semierecto falo.
Mis labios realizaban una masturbación con decisión y yo noté como su masculinidad de hermafrodita se alargaba y engordaba en mi boca.
Con mi lengua lamía toda la largura de su polla desde la cabeza a la base y mordisqueaba la piel que cubre sus testículos.
Ella se tiró en el sofá subiendo sus piernas por encima de mis hombros.
Como en otras ocasiones había hecho con amigas, mi lengua saboreó su escroto y lamiendo su ano se adentro en su agujero marrón. Esa era una sensación ya conocida. Introduje un dedo primero en lo profundo de su esfínter, después dos y tres, metiéndolos y sacándolos con el mismo ritmo que mi boca masturbaba su pene, Yo notaba el mío a punto de estallar.
Loli pronunciaba exclamaciones cada vez mas agitadas. Así si méteme tus dedos mas chúmamela así así agggg que rico mas deprisa chupa aaaaaaggg como me gusta , tus dedos sigue, sigue.
Pronto estos lamidos cambiaros de tono y moviendo sus caderas con fuerza me pidió. Sácala me corro, agggg me corro no, no, si, si.
Yo como ella había hecho deje de masturbarle y apretando mis labios succioné su polla.
Ella explotó en mi boca, llenándola de su semen. Cuando terminó me incorporé y bese sus labios compartiendo con ella aquella lava espesa y ardiente que su pene había dejado en mi boca. Bebimos con fruición aquel néctar que era la primera vez que yo sentía deslizarse por mi garganta.
Acabado nuestro sexual trago, me icé y acercando la punta de mi erecta verga a su ano fui apretando sobre el y fui introduciéndola dentro.
.- Si mi amor, métemela toda la quiero, aprieta más. Y así diciéndome y abriéndose cuanto podía le metí mi pene en su esfínter.
Movimientos de vaivén, sacaba, metía, apretaba a fondo golpeado con mis testículos sus muslos con un ruido que parecía estaba aplaudiendo, fui poniéndome cada vez mas cachondo, mientras ella con sus manos se meneaba su pene.
Ambos llegamos nuevamente al orgasmo y con un fuerte movimiento introduje al fondo de sus tripas mi polla y descargue, una oleada de semen en su interior, mientras ella derramaba su leche en sus manos su vientre y mi vientre.
Después de descansar un pequeño periodo, yo me levante del sofá y me di una ducha, Mi cuerpo estaba empapado. Loli me pidió me quedara a pasar la noche, pero yo tenía que al día siguiente terminar mi trabajo y a las 8,30 me recogían en mi hotel.
Aquella noche no dormí demasiado. Rememoré mi gratísima experiencia y masturbe mi virilidad en diversas ocasiones.
Yo me prometí que la próxima visita a la ciudad Condal sería plena. Tenía que contactar con Loli y tenía que probar a recibir su polla en mis dos orificios naturales, pero eso será en otra ocasión. Prometo contároslo cuando suceda, Ella me tiene que desvirgar.