Vestuarios del Real Madrid

Un poco de alegría para esos esforzados jugadores.

En el Real Madrid estaban llegando cambios, uno de ellos, los nuevos jugadores que se incorporaban al equipo. Un jugador que venía de las bases con apenas 19 años se incorporaba como suplente del portero. El muchacho era bastante alto y musculoso, con una piel blanca y limpia y cara de tímido pero risueño. Íker, que es como se llama, se sentía excitado por la situación y estar al lado de los jugadores que él había admirado desde que tenía apenas seis años. La mayoría de los jugadores lo recibieron con un poco de frialdad mientras los saludaba, pero Íker seguía observando la situación con total expectación. Llegó a los vestuarios y le asignaron una de las taquillas previo a uno de los entrenamientos diarios. Antes había pasado por un tumulto de gente que se agolpaba a las puertas del estadio para presenciar a sus jugadores, pero Íker pasó ese día inadvertido y pensó si algún día le pasaría lo mismo. Estando en los vestuarios se ruborizó al ver como sus compañeros se cambiaban de ropa mientras se hablaban. Íker bajó la cabeza e hizo lo mismo, solo se encontró con la mirada de Hierro, uno de los veteranos, que le miraba desde algunos metros atrás. Íker se dio la vuelta y cogió de la taquilla los meybas, mientras Hierro seguía contemplando el cuerpo del muchacho y no dejó de hacer una exclamación en silencio sobre el culo redondo, duro y algo respingón, sin apenas bello alguno. El entrenamiento fue algo duro y terminaron rendidos, pero Íker había dado muestras que él pertenecía a esa plantilla por su solidez y capacidad para jugar entre los grandes. Pronto los vestuarios se llenó de todos los jugadores que se metían en las duchas rápidamente, Íker seguía tímido ante la situación y mantenía una mirada cabizbaja, cuando se dirigió a las duchas sintió temor si su excitación por lo acontecido en el día tuviera consecuencias en su pene y que aún no controlaba lo suficiente para que no se le levantara, tal era asía que al día se masturbaba como tres veces mínimo. Cuando se dirigía a las duchas Hierro lo abordó y le dio nuevamente la bienvenida y se colocó a su lado en las duchas mientras comentaban cosas del entrenamiento. Íker se metió en la ducha y al bajar la cabeza vio que Hierro poseía una polla enorme. En su anterior equipo no había visto algo de esas dimensiones. Hierro se enjabonaba y comprobó la mirada que Íker le propinó mirando su polla. Íker se dio la vuelta para intentar no excitarse, en ese momento Hierro terminó se le acercó y se despidió con un golpe en la cintura y descuidadamente su polla rozó el culo de Íker. Íker quedó como tartamudo y se despidió hasta el sábado que se concentraban para el partido. Llegó el sábado, la primera salida de Íker, en el reparto de habitaciones dobles, Hierro cogió una de las llaves y le dijo a Íker que se fuera con él, que iba a compartir habitación. El suplente se sintió encantado con la idea, porque se veía solo. Después de cenar algunos se marcharon a dar una vuelta por los jardines del hotel. Íker se vio obligado a ir a la habitación y en un momento se quedó dormido en su cama. Había pasado como una hora y Hierro volvió al cuarto, no quiso encender la luz para no despertar al muchacho, fue al baño y se quitó la ropa quedándose en calzoncillos. Se miró al espejo y comprobó que tenía buen cuerpo y que las dimensiones de su polla le proporcionaba orgullo, y presumía de ello. La cortina del balcón estaba abierta y entraba luz de alguna lámpara del exterior, entonces miró a la cama de Íker y vio el cuerpo espectacular del muchacho luciendo un buen trasero solo tapado con unos calzoncillos blancos. Se quedó de pie mirando y se metió su mano dentro de los calzoncillos y acarició su polla mientras observaba, hasta que su polla fue creciendo y se despojó de los calzoncillos y dejó su polla al aire creciendo sus casi 25 cms. Que hacía que se sintiera orgulloso.

Íker permanecía durmiendo boca abajo con sus piernas un poco entreabiertas, la mano de Hierro fue despacio hasta sus muslos y con el torso acarició sus muslos y su culo que estaban calientes. Hierro siguió masturbándose hasta que no aguantó más y se corrió encima de las sábanas, cogiendo parte de los muslos de Íker. Terminó agotado, fue al baño se limpió se puso los calzoncillos y se acostó extasiado quedando dormido al momento. Íker se despertó un poco sobresaltado por la excitación del día siguiente, aun sabiendo que no iba a jugar, se volteó y comprobó que Hierro ya había regresado y dormía boca arriba. Al darse vuelta sintió al lado de sus muslos algo líquido, extendió la mano y toco y lo llevó hasta su nariz y volvió a coger tacto, no se lo podía creer, aquello era semen, no sabía como había llegado. Se limpio en la sábana y comprobó el lugar, había mucho más semen y en sus muslos también, aún estaba caliente y se excitó un poco. Miró a su lado, le parecía increíble dormir al lado de Hierro, recorrió su cuerpo con la mirada, realmente Hierro tenía un cuerpo grande y espectacular sobre todo el bulto que permanecía dentro de sus calzoncillos. Posiblemente el semen era de él, de quien sino. Íker metió su mano en sus calzoncillos y comenzó a masturbarse en silencio mientras miraba el cuerpo de Hierro.

Nunca había tenido una situación como la que estaba viviendo, sabía que lo que sucedía era una locura, él tenía novia y Hierro estaba más que casado, pero dejó a un lado estos pensamientos y siguió masturbándose. La excitación quiso que Íker se acercara a Hierro y tocase sus calzoncillos y palpase su polla. Su corazón comenzó a latir rápidamente y sintió miedo, podrían echarlo del equipo, su deseo se impuso y alargó la mano y tocó los calzoncillos y el bulto que estaba caliente y cerró los ojos. Hierro no estaba dormido del todo y sintió la mano era el momento de aprovechar la oportunidad y la agarró con fuerza. Íker se asustó y tartamudeó, Hierro lo amenazó y le dijo que ahora tendría que hacer lo que él quería, Íker accedió rápidamente y lo atrajo hasta si. Lo puso encima de él y la polla de Hierro comenzó a crecer mientras le acariciaba el culo a Íker y le metía la mano en la raja caliente, lo apartó a un lado y se quitó los calzoncillos, lo volvió a poner encima, Íker sintió el monstruo que escondía Hierro y se asustó de semejante miembro.

Hierro lo mandó al baño a traer una crema que tenía en su bolsa, vio el cuerpo de Íker y lo deseó más aún, su culo como se movía y se levantó rápidamente y se puso detrás rozándole su polla, lo apoyó en el lavabo y le metió la crema en su culo y su polla descomunal quiso meterse, Íker se asustó y suplicó, pero era tarde, Hierro comenzó a penetrarlo y a desvirgarlo, lo hizo despacio, la saco y la volvió a meter abriéndole los muslos y acariciándolo mientras intentaba meter nuevamente y relajarle los músculos, Íker casi lloraba y aguantaba el dolor, pronto se abandonó y la polla de Hierro se metía con facilidad como vara al rojo vivo. Agarró la polla de Íker que tampoco era pequeña y lo masturbaba, el muchacho se agarraba a los extremos del lavabo y comenzó a gozar y arqueaba la espalda musculosa mientras seguía recibiendo la estaca de Hierro, hasta que este aceleró y sacó todo su miembro y le esparció su semen en el culo redondo y fuerte y la espalda. Íker terminó corriéndose mientras lo masturbaba en la mano de Hierro, que lamió su semen. Terminaron agotados, pero Hierro quería aún más. Esa misma experiencia la había tenido también con Raúl hacía un mes donde una discusión puso fin al romance que vivía en las habitaciones y de las que la mayoría de la plantilla sabía pero no hacían comentarios. Hierro cogió nuevamente a Íker y se lo llevó a la cama, lo acostó boca abajo y le abrió las piernas pasó su lengua por su culo mientras el muchacho se agarraba al cabezal de la cama y se mojaba los labios, luego dio paso a su polla que se fue metiendo nuevamente, el cuerpo de Hierro quedó totalmente tendido sobre el de Íker, sentía como los pezones se le clavaban en la espalda pero se sentía feliz, nuevamente Hierro explosionó pero esta vez dentro de su culo y su semen corría por sus muslos y su culo. Íker se había corrido sin masturbarse y terminaron abrazados hasta el día siguiente. Íker despertó y comprobó que Hierro ya había abandonado la habitación y se duchó rápidamente y fue al comedor a desayunar. Cuando entró Hierro compartía mesa con otros compañeros y se encontró con la mirada de Raúl que le miraba con cara de enfado, Hierro le desvió la mirada y el muchacho se sintió desconcertado. El partido fue muy agobiante por el calor, pero ganaron, aunque Íker solo jugó los últimos minutos, en los vestuarios se felicitaron, Hierro lo hizo como cualquier otro. Todos corrieron hacia las duchas, menos Raúl que permanecía cambiándose y miró hacia todos ellos. Raúl buscaba a Íker lo vio, quería ver su trasero. Íker no se había dado cuenta que su agujero estaba bastante rojo por las sacudidas de la noche anterior, pero Raúl si lo vio y se enfadó lo bastante, seguramente por no haber estado en su lugar. Todos fueron abandonando las duchas y Raúl se situó al lado de Íker y le dijo - se nota que ayer te hicieron gozar como una puta -. Íker no supo si era una broma o Hierro le había contado algo. Íker le preguntó por qué decía eso, y Raúl le contestó - deberías echarte alguna crema en tu culo para que no se te irrite, lo tienes como una fresa -. Íker ruborizado volvió a su taquilla y se vistió. Raúl aun tuvo tiempo para quedarse uno de los últimos y dirigirle una mirada de odio a Hierro que estaba muy alegre. Hierro se sintió satisfecho, lo había puesto celoso y además seguramente sabía lo que había pasado.

Hierro se retrasó más que el debido ordenando sus cosas en su bolsa hasta encontrarse a solas con Raúl. Éste fue derecho a Hierro y comenzó a discutir sobre sus deseos incontrolables de sexo con los jugadores más jóvenes, Hierro no decía nada mientras se peinaba en su espejo solo en calzoncillos, Raúl seguía hablándole enfadado, hasta que se dio la vuelta y lo miró, realmente Raúl lo ponía cachondo y seguía deseándolo como la primera vez, se acercó hasta él hasta quedar uno junto al otro y Raúl quiso empujarle pero le agarró las manos y le preguntó si estaba celoso, Raúl comenzó a llorar y lo abrazó, la boca de Hierro se junto con los labios carnosos de Raúl y su lengua maravillosa que jugaba con ella. Allí mismo recostó a Raúl en uno de los bancos y le bajó los calzoncillos y lo sentó encima de él, pasaba la lengua por sus pezones, Raúl sentía la polla debajo de sus muslos como crecía y se la sacó, Hierro aprovechó y la colocó en el agujero y la introdujo poco a poco, mientras se besaban. Hierro se estiró y Raúl quedó montado encima, comenzó a moverse como solo él sabía encima de aquella polla de veinticinco centímetros sintiéndose el más feliz, pronto sintió dentro de su culo como la leche caliente lo inundaba. Hierro masturbaba la polla de Raúl, delgada, larga y muy suave al tacto hasta que su leche le llegó hasta su cara y lamió su semen. Se besaron nuevamente y se vistieron rápidamente mientras los demás esperaban en el autobús protestando por su tardanza. Raúl se sentó atrás al lado de Íker, que miraba hacia fuera, le esperaba un viaje de algo más de seis horas.