Vestuario
Saqué el dedo de su culo haciendo que suspirase y pegase su frente a la mía. En esa posición acerqué su dedo a mi boca y así, pegados como estábamos lo chupé.
Después de la noche con Yonathan, Jorge no hacía más que tomarme el pelo. Cada vez que nos veíamos en la recepción o íbamos a tomar algo sacaba el tema y bromeaba; yo me ponía rojo y le insultaba mientras me reía.
Aquella noche se me hizo tarde en el trabajo y eran las 12 cuando bajaba a cambiarme. Abrí la taquilla, saqué la bolsa y me fui al baño donde estaba la única ducha del vestuario, me desnudé, puse música en el móvil y me metí bajo el agua caliente.
Llevaba un rato cuando se abrió la puerta.
+
¿Quién está ocupando mi ducha?
- escuche preguntar a Jorge mientras abría su taquilla.
-
Uno que ha llegado antes que tú lento, ¿no ves que ya estás viejo?
- contesté entre risas.
+
Hostia niño, ¿tú que haces aquí? Ya es tarde para los de cocina
- escuché caer su cinturón al suelo.
-
Buah
pues que me ha tocado limpiar solo y mira la hora.
+
Joder, que putada tío.
-su voz sonaba al lado de la ducha, había entrado al baño -
Pero no es excusa, espabila en ducharte que quiero irme a mi puta casa a fumarme un peta y a tirarme en el sofá a ver una peli.
-
Tío, llevo toda la tarde en cocina, deja que me
dé
una
ducha tranquilo
que tú has estado en recepción sentado como un señor.
Una risa sonó y la cortina de la ducha se abrió dejando mi cuerpo desnudo al descubierto y mostrándome el suyo también desnudo, tapando sus partes solamente con el neceser.
Me había fijado otras veces en él, cuando habíamos coincidido en el vestuario, pero siempre le había visto como mucho sin la parte de arriba. Jorge, era guapo, no se podía negar. Con treinta y pico de años ya tenía una pequeña cantidad de canas en el pelo y en la
barba
pero le quedaba bien, era de esas personas a las que las canas le suben el atractivo; unos ojos verdes que le iluminaban la cara y un cuerpo de
gimnasio
pero sin excederse remataban el conjunto. Pectorales marcados y un poco de barriga, todo recubierto de una liguera capa de pelo eran la guinda del pastel.
+
Venga, echa a un lado, si no vas a salir rápido me meto yo
y mientras tú acabas me ducho yo también
dijo mientras me echaba una mirada rápida y me cogía de la cintura para empujarme contra la pared de la pequeña ducha para meterse él.
Joder Jorge
sentí calor en mi cara y un escalofrío me recorrió el cuerpo mientras me arrinconaba contra la pared, el agua le empezó a mojar la cabeza y a resbalarle por el cuerpo - ¿qué haces?, que s
olamente me he de lavar el pelo y aclarar el cuerpo, ¿no puedes esperar un poco?
Me miró, sonrío, dejó el neceser en la repisa y se puso frente a mi mientras se apartaba el pelo mojado de la cara.
+
¡No, que eres muy lento! Es más
- bajo el tono de voz mientras me cogía de la cintura y me daba la vuelta haciéndome quedar de espaldas a él -
si
quieres te
ayudo
a enjabonarte el pelo así me aseguro de que te des más prisa.
-
¿Qué dices tío?
- reí mientras me giraba para mirarle, la situación me parecía imposible -
Mira que esto en las películas porno acaba mal eh.
- Bueno - contestó mientras me ponía las manos en la cintura y me miraba a los ojos -
de momento no vamos a llegar a ese punto, ya veremos.
- dijo mientras ladeaba ligeramente la cabeza y bajaba la mirada hacía mi cintura.
Me atrajo para ponerme debajo del chorro de agua junto a él, pegando
más
nuestros cuerpos y haciendo que inevitablemente mi polla empezase a despertar.
Cerró la ducha, se puso champú en la mano y la restregó con la otra, las puso en mi cabeza y empezó a expandir el producto por mi pelo, usaba las yemas de los dedos, apretando ligeramente y esparciéndomelo por toda la cabeza. Partiendo de que me encanta que me toquen la cabeza y que le sentía cerca no pude si no cerrar los ojos y soltar el aire que había tenido contenido hasta el momento. Escuché como echaba también aire y abrí los ojos para ver
cómo
me miraba y sonreía, me miraba fijamente y yo no podía más que sonrojarme mientras me tapaba las partes con ambas manos para controlar mi erección. Al notar mi movimiento bajo la vista y acentuó más la sonrisa al verme en esa situación.
- ¿
Has visto? Hace un momento protestabas y ahora te encanta.
- Susurró mientras se acercaba más a mi para empezar a masajearme y enjabonarme la nuca.
Su aliento se sentía cerca y su cuerpo me rozaba, se sentía caliente. Volvía a cerrar los ojos y eché la cabeza adelante, apoyándola en su hombro mientras él volvía a subir las manos a la parte de arriba de mi cabeza, masajeándome sin parar.
Algo duro rozó mi mano y abrí los ojos para ver, sinceramente, la polla más perfecta que había visto nunca. Recta, no demasiado larga ni demasiado gruesa, con
unas pocas venas
que se le marcaban y coronada por una buena mata de pelo. Volví a soltar aire y alcé la cabeza echándome hacía atrás para mirarle a los ojos. Encendió la ducha haciendo que el agua le cayese encima y me atrajo hacia él de nuevo, poniéndome una mano en la nuca mientras
que
con la otra, en la frente, echaba mi cabeza atrás para que el agua se llevase el jabón.
De repente noté un beso en el cuello. Puso las manos a ambos lados de mi cara y me la inclino hacía la izquierda para plantarme un beso al otro lado del cuello, me puso la cabeza recta y abrí los ojos para ver
como
me miraba la boca y luego a los ojos.
Liberé mi polla para cogerle por la cintura y atraerle hacía mi haciendo que nuestras pollas chocasen. Una
última
sonrisa se nos escapó antes de juntar nuestras bocas.
Nos besábamos con un ansia repentina, él era quizás más agresivo, me cogía el pelo y me mordía los labios. Yo por mi parte le apretaba las nalgas con una mano mientras que con la otra le abrazaba y le atraía hacía
mi
. Nuestras lenguas se chocaban y nuestros cuerpos se rozaban mientras el agua no para de caer sobre nosotros. Me cogió del pelo y me estiró la cabeza hacia atrás mientras me miraba y se mordía el labio. Volvió a echar mi cabeza hacia atrás para recorrer mi cuello plantando besos. Recorrió mi mandíbula hasta llegar a mi oreja para morderme y chuparme el lóbulo. Deslizó una mano hacia mi culo para empezar a tocarme la nalga derecha, la apretaba y la azotaba. Yo ya empezaba a impacientarme, quería pasar al siguiente nivel, le empezaba a arañar la espalda mientras me seguía besando y marcando el cuello. Me soltó el pelo, puso ambas manos en mi culo, lo apretó y me atrajo hacia él para volver a plantarme un beso antes de empezar a bajar por mi cuello de nuevo.
+
Tu culo es mil veces mejor en persona que en la foto esa que vi
- me susurró -
seguro que aquel chaval disfrutó follándote.
Volvió a besarme y esta vez siguió bajando hacia mi pecho, me besó y mordisqueo los pezones, se puso de rodillas y besó mi vientre mientras con una mano agarraba mi culo y con la otra acariciaba mi pierna, mientras yo resoplaba, echaba la cabeza atrás con los ojos cerrados y me mordía la boca. Por fin llego a mi polla, estando de rodillas se sentó sobre sus talones y me cogió la polla. Me miró, le devolví la mirada y le acaricié la cara. Me planto un beso suave y húmedo en la punta. Me volvió a plantar un segundo y un tercer beso mientras nos mirábamos y le seguía acariciando la cara. Repaso toda mi polla a base de besos, besos delicados, masajeando mis huevos, acariciando mis piernas, hundiendo su cara en los pelos que tenía alrededor de mi miembro, volvía a cogerla y la volvía a besar con dulzura.
Poco a poco fue subiendo hasta la punta y se la introdujo sensualmente en la boca, sin apartar su mirada de la mía. Sacaba y metía mi polla de su bica lentamente, mientras me masturbaba y me acariciaba los huevos, pero sin perder mis ojos de vista en ningún momento.
Que vista más perfecta tenía: él estaba ahí, arrodillado, chupándome la polla cómo nunca me la habían chupado, casi con devoción.
De repente se levantó, apagó la ducha, me planto otro largo beso y me cogió de la polla sacándome de la ducha. Me sentó sobre el WC cerrado y se subió encima mío, dejando mi polla en la entrada de su culo.
Me cogía la cara con una mano mientras nos besábamos, con la otra me masturbaba y se restregaba mi polla por su entrada. Yo por mi parte no hacía más que arañarle la espalda y apretarle las nalgas, me estaba volviendo loco.
Seguimos besándonos por un rato hasta que le empujé y le hice ponerse en pie. Me senté al borde del WC, le cogí la polla y me la llevé a la boca; un gemido escapó de su garganta mientras llevaba ambas manos a mi cabeza.
Estuve chupándosela durante un rato mientras él jugaba con mi pelo y a veces marcaba el ritmo, por mi parte mientras le acariciaba los huevos y masajeaba el culo. Me tragaba toda su polla, no me costaba, parecía hecha para mi boca y garganta y disfrutaba de ello.
En cierto momento le empecé a acariciar el torso y el me cogió la mano y se la acercó a la boca se metió dos dedos y empezó a chuparlos, a humedecerlos con la lengua, se los sacaba y metía. Paré de trabajar su polla para ver cómo se los introducía en la boca. Me hizo sentarme de nuevo en el WC y se volvió a sentar en mis rodillas, se sacó mis dedos de la boca y los condujo hacia la entrada de su ano. Cómo buen entendido empecé a masajearle el esfínter, acariciándolo, presionándolo, haciendo círculos; mientras le besaba el cuello, le plantaba ligeros mordiscos. Él suspiraba y cerraba los ojos, agarrándose a mi espalda.
Dejé de besarle el cuello para volver a besarle en la boca, me aparté y le volví a meter los dedos en la boca para que los chupara y humedeciera de nuevo. No dejaba de mirarme, esta vez mientras me chupaba los dedos agarraba ambas pollas y nos masturbaba a los dos mientras yo le seguía apretando el culo.
Al cabo de un rato saqué los dedos de mi boca, los llevé a su entrada y le atraje para besarle. En medio del beso le introduje uno de los dedos. Un gruñido salió de su boca, me mordió el labio y me cogió del pelo mientras me pegaba a él.
Movía el dedo en su interior, sin llegar a sacarlo del todo. Lo metía más profundo y lo sacaba un poco, hacía círculos, lo volvía a meter hasta el fondo. Seguíamos besándonos, seguíamos apretándonos el uno contra el otro. Saqué el dedo de su culo haciendo que suspirase y pegase su frente a la mía. En esa posición acerqué su dedo a mi boca y así, pegados como estábamos lo chupé.
Sus pupilas se dilataron, alejó un poco su frente de la mía y me observó mientras chupaba y saboreaba su interior. Se acercó a mi boca y lamió la comisura de mi labio, extrajo el dedo de mi boca y se lo llevo a la suya para saborearlo mientras me acariciaba los labios con sus dedos. Volvió a sacarse mi dedo, me planto un beso y se levantó, se puso contra la pared de delante, dándome la espalda, se inclinó sacando el culo, separo las piernas y mientras con la mano derecha se apoyaba en la pared con la izquierda se separaba las nalgas.
Las vistas eran impresionantes: sus piernas y culo también tenían pelo y su entrada estaba rodeada por una fina capa del mismo, oscuro y rizado.
Le miré, me puse de rodillas detrás suyo y le aparté la mano cogiendo ambas nalgas y separándoselas, le lancé una última mirada antes de hundirme en ese paraíso.
Acerqué mi nariz y aspiré, olía a él y a sudor. Acerqué la legua y me puse a trabajar con ella, lamía y chupaba, hundía mi cara entre sus nalgas. Las separaba, las juntaba contra mi cara, las apretaba, sacaba mi cara y se las golpeaba, se la besaba y se las mordía. Volvía a hundir mi cara en sus nalgas y volvía a trabajar su entrada. Empecé a empujar su esfínter con mi lengua provocando que los suspiros, gemidos y gruñidos que había estado lanzando hasta ahora se intensificarán al notar como le penetraba con la lengua y le humedecía el interior. Una mano se apoyó en mi cabeza empujándola más hacia su culo. Yo suspiraba de placer al ver cómo le gustaba que le hiciese lo que mejor se me daba.
+
¡Métemela ya por favor!
- dijo con voz entrecortada -
¡Quiero que me folles!
Separé mi cara de su culo, le pegué un último lametazo y le golpeé en la nalga izquierda haciendo que se le pusiese roja y gimiese.
Me levante y me coloque entre sus piernas, le agarre del pecho atrayéndolo hacia
mi
para besarle.
No tengo lubricante ni condones, así que va a ser duro
le dije.
No obtuve más respuesta que su culo frotando mi polla así que no le hice esperar. Le empuje de nuevo contra la pared, flexione un poco las piernas, le agarre el hombro izquierdo y con la mano derecha guíe mi polla hacia su ano.
Poco a poco empecé a empujar, llevó una de sus manos a la que yo tenía en su hombro y me la cogió fuerte mientras bufaba. Le veía ponerse rojo, la cara y el cuello se le enrojecían, su mano me apretaba fuerte.
Seguí empujando hasta que lanzó un pequeño gemido de dolor y sus piernas temblaron. Paré de
metérsela
pero la mantuve dentro, le devolví un apretón suave y le acaricié el torso de la mano con la que me agarraba, la otra se la puse en el pecho y me incliné sobre él para besarle la espalda y la nuca.
-
Avísame cuando queráis que siga
- le dije -
a tu ritmo, si quieres paramos.
Negó con la cabeza y me devolvió el apretón de mano.
Empecé a notar cómo empujaba su culo contra mi polla, me volvía a apretar la
mano
pero no tan fuerte, bufaba y
resoplaba
pero seguía empujando. De golpe me soltó la mano, me la pasó por la cintura y me atrajo hacia él provocando que se la terminase de meter de golpe. Gimió fuerte, demasiado fuerte. Se paró en seco y al poco empezó un mete saca mientras yo le seguía acariciando el pecho y dando besos.
- Ya, ya puedes, hazlo, quiero sentirte.
No dudé un segundo en hacerle caso, le cogí por la cintura y empecé un mete-saca más rápido. Le apretaba la cintura, clavándole las uñas, le empujaba haciendo que su cara quedase contra la pared mientras apoyaba sus manos también contra la pared para no perder el equilibrio.
Seguía metiéndosela.
Poco a poco fui aumentando el ritmo, las estocadas eran más fuertes. A veces la sacaba del todo y se la volvía a clavar hasta el fondo, dejándola ahí, apretando,
otras la movía rápido
, sin sacarla del todo.
Me escupí en una mano y le cogí la polla, esa perfecta polla y le empecé a masturbar. Se la meneaba con fuerza mientras la apretaba. Él suspiraba, rápido, muy rápido. Cada vez más rápido y fuerte, gemía y gruñía. Yo se guía con ese mete-saca rápido, sin piedad.
De repente su espalda se tensó, su polla se endureció aún más y gruñó. El semen empezó a salir de su polla mojándome la mano, salía mucho, muchísimo, caliente y espeso mientras él seguía gruñendo y yo seguía metiéndosela.
Sus piernas y su respiración se
relajaron
pero seguía gimiendo con mis estocadas y yo no iba a durar mucho más.
No voy a durar mucho Jorge
dije entre suspiros.
+
Pues sal,
- dijo mientras me apartaba -
quiero ver cómo te corres.
Me puso contra la pared y se puso de rodillas delante mío, a la altura de mi polla.
Me empecé a masturbar con la mano que tenía llena de su semen y que sensación tan increíble, la polla me resbalaba en la mano.
Empecé a suspirar, él se acercó más a
mi
y se colocó debajo de mi polla mientras me acariciaba los muslos.
Gruñí, dos
lefazos
cayeron encima de su cara y el resto de mi semen se me escurrió en la mano mezclándose con el suyo.
Me arrodillé delante de él, le miré mientras ambos resoplábamos agotados y me llevé la mano llena de nuestras corridas a la boca para chuparla, saboreé nuestro semen y me lo tragué. Entonces él se acercó, cogió mi mano, chupo lo que me quedaba y me besó, juntando nuestras lenguas, saboreando nuestras corridas y el sabor de su culo.
Poco después estábamos metidos de nuevo en la ducha, enjabonándonos el uno al otro y besándonos mientras nuestras pollas se volvían a endurecer un poco.
Ese día salimos casi a la una de la noche, nos fumamos un cigarro y nos despedimos dándonos la mano como siempre.
Cuando estaba llegando a casa recibí un WhatsApp:
"Oye, he disfrutado, me he quedado con ganas de más. A la próxima quiero ser yo el afortunado en follarte el culo ;)"
¿Qué tal chicos? Espero que os esten gustando mis relatos y este sobre todo, no sabría decir porque pero disfrute escribiendolo y quedé bastante comntento con el resultado.
No os olvidéis de seguir votandome y dejándome comentario para dsaber si os gustan o no.