Veronica, su esposo y el P. R. D.

Mi amigo me hospeda en su casa pero esta ocupado en manifestaciones y el Partido Político. Su mujer me seduce. Mis mejores vacaciones.

Les voy a contar algo que me sucedió hace poco cuando me fui a pasar unos días en casa de un amigo. Él se llama Roberto, su mujer Verónica y tienen dos niños de corta edad. Como tenia vacaciones, le llame a Roberto y le pedí hospedaje. Aceptó.

Ellos están en el D.F. y yo, en Pachuca.

Antes de casarse,  yo estuve coqueteando con Verónica, pero la cosa no funciono, puesto que Roberto y Vero  comenzaron una relación que acabó en matrimonio ya que ella  quedó embarazada. Roberto y yo seguimos siendo amigos y fui padrino de boda.

A pesar del paso del tiempo Vero sigue estando buenona, tiene 32 años, se tiñe el pelo de rubio , mide 1.65 m, es delgada, tiene  buen pecho, caderas redonditas  y sobre todo una sonrisa muy dulce.

Cuando la vi solo pude pensar en lo que había perdido.

El recibimiento fue muy agradable, Roberto y yo nos dimos un gran abrazo y me llevaron a mi cuarto..

Para poder alojarme habían trasladado a su hija menor al dormitorio del niño y me habían dejado la habitación que estaba pegada al cuarto del matrimonio. El día se desarrolló con normalidad, me contaron como iban sus vidas y yo les expliqué un poco mis últimas aventuras, sigo soltero tonteando con todas las que se me ponen  y con la vida de siempre. A lo largo de la conversación noté como Vero ponía mucho interés en todo lo que contaba y de vez en cuando decía que me envidiaba por todas las experiencias y aventuras que tenía. Cuando nos fuimos a dormir y como la cabecera de mi cama estaba pegado a la pared del dormitorio de ellos no pude evitar oír la conversación que mantenían los dos (casa de infonavit con paredes de carton)  y en la que Roberto la reprendía por sus continuos comentarios de envidia, ella contestaba que porqué iba a mentir, echaba de menos todas esas experiencias que no había podido disfrutar por haberse casado tan jóvenes y que encima (deduje, sin mala onda) en cuestión de sexo él era medio sonzo.

A la mañana siguiente, cuando me levanté, beto se había ido a trabajar al PRD , (le gusta la grilla) los niños estaban ya en la escuela y Vero se encontraba en la cocina preparando la comida. Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina, al llegar a la puerta me quedé parado y observé como estaba de espaldas a mi ligeramente inclinada sobre el fregadero y con una camiseta larga que apenas le tapaba las nalgas, por lo que se veía ligeramente un calzoncito blanco. Ella se dio la vuelta y me vio allí en la puerta parado mirándola.

V.- ¡Buenos días Javier! No te oí llegar, pensaba que no te ibas a levantar. Siéntate que te preparo el desayuno.

Rápidamente me acerqué, desayuné solo, Verónica había acabado de desayunar, me fui a vestir a mi dormitorio. A continuación salí a dar un paseo pues tenía tiempo de no tener vacaciones. El D.F. es bueno como opción cultural, ya que concentra la mayor oferta de todo el país.

Durante la comida Vero comentó que quería ir de compras y Roberto dijo que el tenía trabajo, pues había una marcha que organizar y no podía, pero que yo podía acompañarla.

J.- Por mi parte no hay problema, no tengo nada mejor que hacer.

V.- Estupendo, así me dices que tal me queda la ropa.

Vero dejo a los peques con la chacha .A eso de las cinco salimos los dos. Ella iba con un vestido fino y que se ajustaba mucho a su cuerpo, por lo que marcaba perfectamente su maravilloso trasero y sus pechos ya que llevaba un amplio escote.

Nos dirigimos al metro Chapultepec y esperamos unos minutos, cuando llegó venía repleto, por lo que le dije que era mejor esperar al siguiente, pero Vero me cogió de la mano y me dijo.

V.- A esta hora vienen todos a tope, así que vamos a subir rápido y empuja  para hacer hueco.

Sin decir más nos apretamos contra la gente que iba en la puerta y fuimos entrando poco a poco, eso si, totalmente apretujados. Como ella no alcanzaba ninguna barra para sujetarse me indicó que la agarrase bien para que no se cayese sobre los pasajeros (algo difícil dadas las apreturas en que nos encontrábamos). Cuando arrancó el metro se pegó a mi de forma que nuestros cuerpos estaban frente a frente y sus pechos se pegaban a mi, al igual que su pelvis, por lo que sin yo quererlo y como consecuencia del rozamiento producido por el movimiento del metro, mi pene fue creciendo hasta tal punto que se notaba descaradamente y empujaba el vientre de Veronica a cada momento. Estaba tan avergonzado que no me atrevía ni a mirarla y eso que estábamos con las caras casi pegadas. En un movimiento brusco del metro ella tomó mi mano y se la llevó a su cadera diciéndome:

V.- Sujétame fuerte o voy a acabar encima de otro pasajero.

Llegamos a la siguiente estación donde yo esperaba que se bajaran pero en vez de eso lo que ocurrió fue que subió más gente.

Si ya no cabia nadie!!!!

Por lo que Vero se pegó más a mi y mi mano cayó sobre su culo, quedando presionada por los pasajeros vecinos, por lo que no pude hacer nada para quitarla. Yo esperaba alguna reacción molesta de ella, pero en cambio noté que comenzó a moverse un poco hasta que mi mano se situó entre los dos cachetes rozando por fuera la tanga que llevaba puesta. Yo ya no podía más, mi mano acariciando su culo que se movía acompasadamente al ritmo que marcaban los vaivenes del metro, mi pito que se frotaba contra su pelvis y sus pechos que estaban pegados a mí y con una vista espectacular debido al escote tan generoso. Debía estar rojo como un tomate, pero ella no decía nada y además a cada momento se pegaba más contra mí presionando mi verga que estaba a punto de reventar. No se cuanto tiempo transcurrió, pero yo estaba a punto de venirme si seguía en esa situación.

V.- Nos bajamos dentro de dos paradas.

(para paradas….hay Vero…)

Esta frase me sacó de mi estado y vi como ella se giraba para prepararse para salir.

Yo no podía quedarme a medias, así que sin pensarlo dos veces pasé mi mano por delante de su pecho y la empujé ligeramente hacia atrás de forma que me pegué a su culo y comencé a moverme de forma que mi verga ajustó perfectamente entre los dos cachetes. Para mi sorpresa ella no dijo nada y comenzó un ligero movimiento rítmico de sube y baja de forma que en escasos minutos tuve un orgasmo descomunal que disimulé lo mejor que pude para que los pasajeros no se percatasen.

Al llegar a la estación nos bajamos y yo esperaba que ella se enojara o me cacheteara…

Vero:- Bueno,dime que hago. Todos los días la casa, los niños, la comida y por la noche nada, llevamos casi un mes sin cuchiplanchar. ¡Estoy harta! Y tu amigo solo habla de marchas y plantones, del Partido , de Lopez Obrador...ya hasta pienso en él como símbolo sexual. Asi de desesperada estoy…

A la mañana siguiente me levanté, me dirigí a la cocina para desayunar y allí estaba de nuevo Veronica con la camiseta hasta la cadera y sus calzoncitos, esta vez, negros, apareciendo por debajo cada vez que hacia algún movimiento en sus tareas.

V.- Buenos días Javier. ¿Qué quieres desayunar?

De buena gana le hubiese dicho que me la comería a ella, pero no era lo más adecuado.

J.- Un café y huevos con jamon. Gracias.

V.- Luego tienes que ayudarme a bajar algunas mantas y lonas del PRD (partido político de Mexico) y tengo que subirme en la escalera y yo sola no puedo, pesan mucho. ¿Te importa?

J.- No, como quieras.

Cuando acabé de desayunar nos fuimos al garage, cogimos la escalera y comenzamos la tarea de mi amigo le había dejado a Vero.

V.- Gracias por ayudarme. Hazme el favor, sujeta la escalera y yo me subo por las mantas.

Vi que las mantas estaban hasta arriba de los estantes.

J.- Espera, es mejor que suba yo.

V.- ¡No! Tu sujeta abajo para que no se mueva la escalera y yo subo por ellas. No sabes cuales son.

Dicho esto, se subió a la escalera y yo me quedé abajo contemplando sus maravillosas piernas y con un primer plano de sus chones que me quedaban justo a la altura de la vista. En ese mismo momento había tenido una erección y ya no sabía para donde mirar, me daba vergüenza que ella pudiese girarse hacia abajo y me viese con los ojos fijos en su culo.

V.-Javier, voy a subir un poco más, haz el favor de sujetarme a mí, no vaya a caerme. Tomo una lona y saco mucho polvo.

Ella subió el pie derecho un peldaño más y yo inmediatamente la sujeté por las caderas, teniendo ahora mi cara pegada a su trasero, con una visión aún mejor que la anterior ya que al subir el escalón, la braguita se le había deslizado entre los cachetes y yo tenía mi nariz metida prácticamente en el culo. Vero inició unos lentos movimientos para sacar las lonas atoradas lo que hizo que su culo fuese arriba y abajo dándome ligeros toques en mi cara. Mi erección iba en aumento y estaba a punto de lanzarme a comer ese apetitoso culito que tenía al alcance de mi boca, mis manos, casi sin darme cuenta se habían deslizado por su cadera y estaban apoyadas sobre su piel justo por debajo de sus braguitas. Ya no podía más y aprovechando sus movimientos fui subiendo hasta colocarlas justo en su cintura bajo la camiseta. Ella seguía moviéndose y continuaba ese deslizamiento aproximando mis dedos a su monte de venus, mi cara se pegó a su trasero y pude notar el olor de su sexo, mi nariz estaba ya pegada a su orificio anal y se rozaba con los pliegues de su braguita. ¡Uuummmm!!!!

Ya no podía más, estaba totalmente excitado y ella no me decía nada. De repente se dejó caer ligeramente hacia atrás de forma que mi nariz se metió profundamente en su ano. Yo aproveché para rodearla más con los brazos y llegar con mis manos a la parte anterior de su calzoncito,  ahora no lo dudé y deslicé dos dedos dentro acariciando su vello púbico, inicié un pequeño movimiento rotatorio y me fui aproximando a su clítoris. Ella se inclinó sobre la escalera de forma que su culo se me abrió obteniendo una maravillosa vista. Mis dedos ya habían llegado a su clítoris que yo estaba acariciando con suavidad. Mi lengua lamía el contorno de su agujerito trasero apartando su calzon como podía. Veronica se movía adelante y atrás haciendo que mi lengua se introdujese por momentos en ese delicioso culito, pero para mala fortuna debimos suspender ya que llegó Roberto.

Rápidamente bajo de las escaleras y lo recibió con dos besos, nos preguntó que tal la mañana y actuó con total normalidad. Tomo las lonas y las subio a la camioneta. Atrás venia otra llena de maestros inconformes con la reforma educativa, según ellos. Algunos oliendo a chivo.

Vero salio a dejar algunas mantas y los maestros se la cogieron con la mirada. Roberto seguía obsesionado con el Partidazo.

Regreso con nosotros y nos dijo que al día siguiente tenía una cena del PRD a la que estaban invitadas las mujeres, por lo que yo les dije que salieran los dos y yo me quedaba cuidando a los niños. Es lo menos que podía hacer para pagarle a mi cuate la hospitalidad.

La tarde pasó sin ninguna novedad y a la mañana siguiente Vero se fue al salón de belleza, por lo que cuando me levanté no había nadie en casa, así que decidí salir a pasear y comer fuera.

Por la tarde Roberto y Veronica se arreglaron para salir y yo me senté en la salita a ver la televisión. Cuando se iban, me quedé admirado al verla como iba vestida. Llevaba zapatos de tacón con unas medias de encaje y una minifalda negra de tablas que acababa en su cintura,  un bra de esos que levantan as tetas y lucía un amplio escote por el que se veían casi al completo unos estupendos pechos que a mi me dejaron boquiabierto.

Estaba impresionante, parecía una teibolera  de clase.

No podía entender como Roberto no se la cogia a todas horas.

V.- ¡Bueno, nos vamos! Te he dejado una pizza en el microondas.

J.- Que la pasen bien, yo me quedo viendo la tele y cuidando a los niños.

R.- Hoy ponen una porno en el canal adulto ¡A ver lo que haces! No vayas a manchar el sofá.

J.- Si, seguro. Ustedes pasándola bien y yo haciéndome justicia.

Vero: ¡Que vulgares son! No hablen de esas cosas. Hasta luego Javier

Allí me quedé comiendo pizza y pensando en la suerte que tenía mí amigo por tener una mujer tan escultural. Pasado un buen rato y como no tenía sueño me decidí a poner el canal adulto y esperar a que pusieran la porno. Total, mis amigos iban a llegar tarde y no tenía nada mejor que ver y la verdad es que mereció la pena, la película era buena. Cuando estaba en lo mejor (una escena de doble penetración) oí que se abría la puerta de la calle, por lo que cambié rápidamente de canal, me levanté para ver quien era, pero al estar totalmente firmes me senté de inmediato y me tapé con un cojín. La puerta del salón se abrió y entró Veronica.

V.- ¡Hola!

J.- ¿Qué haces tan pronto en casa?

V.- Roberto estaba muy animado con sus amigos del partido y me ha dicho que se quedaba y que te espera allí, así que yo me vine a cuidar a los niños.

J.- ¡No inventes! Yo  no salgo, vuelve tú si quieres.

V.- No , yo no voy tampoco. Tu amigo se lo pasa mejor con los amarillos que conmigo.

La verdad es que no entendía a Ricardo, tenía delante un culo de mujer y la ignoraba por completo. Ahora mismo, delante de mí estaba un auténtico bombón, con esa minifalda, el escote que dejaba ver todo ese pecho, no podía entenderlo y yo estaba sin palabras.

V.- Bueno, ¿Qué estabas viendo?

Y dicho esto cogió el control de la tele y pasó los canales hasta llegar al porno. Al verla se quedó quieta mirando fijamente y sin mover ni un músculo.

V.- ¿Estabas viendo esto?

Había una escena en que una chica se encontraba con dos hombres.

V.- Que suerte tienen algunas.

Al oír esto me levanté y me puse detrás de ella, puse mi brazo izquierdo en su cadera y pasé el derecho por encima de su hombro introduciendo mi mano en su escote y sacando uno de sus pechos. Ella no se movió por lo que mi mano izquierda descendió hasta el borde de su falda y la fui subiendo por el exterior de su pierna acariciándola por encima de sus medias que para mi sorpresa terminaban justo por encima del borde de la minifalda, por lo que mi mano entró en contacto con su piel.

¡Que delicia!

Se sento en el sofá, me y bajándome el pants, tomo mi pene que ya estaba parado y se lo metio a la boca. Con una mano sujetaba mi pene y con la otra me empujaba las nalgas para que mis embestidas fuesen más violentas en su boca. Me iba a venir  de un momento a otro, así que la retiré hacia atrás sacándosela de la boca.

V.- ¡¡No!! No me la quites ahora. Deja que te la chupe bien hasta que te vengas en mi boca.

J.- Ya tendrás tiempo luego.

V.- No por favor, déjame acabar, necesito sentir como te vienes en mi boca.

Y sin casi darme cuenta se la metió de nuevo y continuó una mamada que me hacía volver loco. Yo miraba desde arriba y veía su boca que lamía mi glande y de repente se tragaba mi miembro al completo. Su cabeza se movía con rapidez y su boca devoraba mi verga produciéndome un tremendo placer, tanto visual como físico. Ya no podía aguantar más.

J.- Me voy a correr.

V.- ¡Si mi amor! ¡Hazlo en mi boca!

J.- Pero no prefieres que lo haga fuera.

V.- ¡¡¡NO!!! Quiero sentir tu leche, notar su sabor, deseo que te vengas en mis labios, poder lamer tu líquido espeso y blanco.

J.- ¡¡¡Ahhhhh!!! Me vengo- ¡Ummmmm!

V.- ¡Siiii!! ¡Dame tu leche mi amor! ¡Que rica!!! ¡SIIII!! Déjame que te la chupe, que no se pierda ni una gota. ¡Ummmm!! ¡Toda mía!!! ¡Toda mía!!!

Y mientras yo expulsaba toda mi leche ella se esmeraba en lamerme la punta y tragarse todo lo que salía por allí.

J.- Ahora te toca a ti mi niña. Ven…

V.- ¡No! Yo no.

J.- ¿Qué? No Veronica, no puedes quedarte así.

V.- ¡No, por favor!

Se puso de pie y quiso de salir de la sala, pero yo la cogí de la mano, la acerqué y la tomé por detrás apretando mi verga contra su cuerpo y sacando sus pechos del wonderbra. Tenía los pezones paraditos así que no me cabía duda, estaba excitada y tenía que devolver lo que ella había hecho por mí. Mi mano derecha se metió bajo su faldita y mis dedos comenzaron a jugar con su clítoris.

Juntó sus piernas en un vano intento de evitar mis caricias, pero ante la insistencia de mis dedos por tocar su botoncito, cedió y se abandonó en mis brazos. Mi mano izquierda pasaba de un pecho a otro apretando sus pezones y acariciando todo el contorno de sus tetas, mi boca mordía su cuello y mi mano derecha se movía libremente entre sus piernas, di dos pasos con ella, la puse de rodillas y la incliné de forma que su pecho se apoyó contra el sofá, subí su falda hasta la cintura y pude observar una diminuta tanga de encaje que se incrustaba entre sus piernas, la separé y acerqué mis labios al delicioso agujerito trasero, mis labios y mi lengua comenzaron a jugar con él, lo besaba y lamía para producirle el mayor placer posible, fui deslizándome hacia abajo y por fin pude saborear su concha, que en ese momento estaba inundada de sus flujos y me llenaba los labios con un rico sabor a sexo.

Veronica comenzó a moverse, llevó sus manos atrás y cogiéndose los cachetes, abrió su culo de forma que yo pudiese tener acceso a lo más profundo de su sexo.

V.- ¡SI! ¡Cómetelo! ¡SI! Me encanta.

J.- ¿Te gusta? Mi amor.

V.- ¡SI! ¡SIGUE! ¡Que rico mi vida! ¡No pares!

J.- ¡No! Voy a comerte entera. Quiero que disfrutes como nunca lo has hecho.

V.- ¡SI! Hazlo por favor. Quiero ser toda tuya.

Como ya estaba bastante lubricada me incorporé, llevé mi pito a a la entrada de su concha y se la metí poco a poco hasta que estuvo toda dentro.

V.- ¡SI! La siento dentro de mi. Me gusta. ¡UUUMMMM! Que bien. Ahora muévete por favor.

J.- Si, voy a darte todo el placer que necesitas.

Y comencé un suave movimiento deslizándome, hacia mucho tiempo que no sentía de esta manera.

Vi el tremedo culo que Vero tenia. Yo sabia el secreto de porque la ignoraba su marido. Cuando ellos se fueron, me quede un rato en la portátil de mi amigo , para ver las noticias de mi face. Cuando quise publicar unas fotos, por error las envía a la papelera de reciclaje y tuve que utilizar un programita para recuperarlas. Ahí aparecieron varias fotos que en mi vida pensé encontrar.

Mi amigo estaba en las casas de campaña de los maestros, desnudo, mientras varios de ellos lo cogían. Y también era activo, pues en otras salía sodomizando.

Pero ese secreto no lo diría. Vero no lo merecia. Ni sus hijos tampoco.

Me cogi a Vero con fé. Como si mi vida dependería de ello. Y le saque mas de 10 orgasmos. Le di una cogida que me dejo con las piernas mas que entumidas. Como ya e había venido en su boca, mi erección duro lo suficiente.

Aun asi, no me vine. Vero estaba que no se la creía y me dijo:

-Te voy a devolver el placer que me has dado.

Dicho esto me eché en el sofá, ella tomó su tanga lo enrolló alrededor de mi verga y comenzó a deslizarla suavemente arriba y abajo, de forma que me producía una gran excitación. El rozamiento que producía en el prepucio me hacía sentir una sensación electrizante. Bajó su mano entre mis piernas frotando la tanga en mis testículos, a continuación descendió hasta llegar a mi ano y aquí se entretuvo.

Yo estaba terriblemente excitado y ella no paraba.

J.- ¡Estoy a punto de venirme nuevamente!

V.- Espera no tengas prisa, déjame…..

Acercó sus labios a mi verga y comenzó a dar lametadas alrededor para por fin, introducírselo en la boca y volver a mamar con verdadero arte.

Por un momento paró, me miró a los ojos y se rió.

V.- ¿Te gusta? ¿Quieres venirte ya?

J.- ¡SIIII! No puedo más

V.- Pues hazlo en mi tanga, mójala con tu leche.

Tomó de nuevo su tanga, envolvió mi verga con élla, se la metió a la boca y continuó con esa estupenda mamada hasta que no pude más y expulsé mi leche que se derramó en esa prenda negra que ahora mezclaba sus flujos con mi líquido blanco.

No puedo expresar el tremendo placer que sentí, pero cuando acabó me quedé tendido en el sofá sin poder moverme.

V.- Te dejo, Roberto puede llegar y no es conveniente que nos vea en esta situación.

J.- No te vayas, quédate un poco más.

V.- No mi amor. Buenas noches.

Ni como explicarle que Roberto estaría ahorita en una manifestación gay…

Estuve viendo un poco la televisión y finalmente me dormi en el sofá. Pegue mi rostro ahí, donde habían estado las nalgas de Vero y aspire. Si, tenia el olor. Y me quede dormido.

Roberto llego a las 10 de la mañana. Puedo jurar que cuando subio las escaleras, vi una actitud muy femenina en el modo que las subio. Estuvimos con los niños en el Parque de Chapultepec  y un día después se acabaron mis vacaciones y volví a mi casa.

Ahora no hago más que pensar en Vero. Tal vez porque me envía por el face fotos…..

Y mas fotos….