Veronica, medium ninfomana e investigadora I
Veronica, una medium al servicio de la policia, tiene un curioso sistema de resolver casos. Si gusta pondre el resto.
Estaba siendo una semana muy difícil. Una adolescente había aparecido muerta con signos de violencia, y nadie había reclamado su desaparición y nadie sabia absolutamente nada de ella, estaban completamente perdidos.
En la comisaria, se habían reunido casi todos los que eran, en aquella pequeña ciudad, e intentaban organizarse para sacar algo de luz sobre aquel complicado asunto, sin tener que recurrir al reconocimiento de que no tenían ni experiencia ni medios para casos como ese. El capitán, junto a su teniente, miraba la cara aburrida de sus principales subalternos. Hombres en su mayoría, de mediana edad, que no estaban acostumbrados a cosas como aquella. Se les escapaba de las manos, si era algo más difícil que detener a un borracho. No, no era para nada una situación normal.
La puerta de la oficina se abrió poco a poco, y una figura femenina entro con paso calmado y decidido, sensual, moviendo las caderas y un trasero pequeño pero firme. Levantando de inmediato la mirada de todos los agentes, que contuvieron la respiración. Pasó dando un rodeo, caminando entre los policías, acariciando a cada uno de ellos, excepto a dos, de los que se apartó como si olieran mal.
- Mike, Nik. - Dijo acercándose a dos policías que se habian puesto en pie.- Hoy no os necesitare.
Los dos guardias parecían temblar ante la atractiva figura angelical. Salieron de la reunión sin mirar a su capitán, o pedirle consentimiento
¿Quien cojones es?- Preguntó el capitán molesto a su teniente.
Pensaba que ya conocía a Verónica.- Le respondió con una sonrisa.
¿Ha llamado a su médium?
No es mi medium!!- Le dijo con cierto enfado.- Ella viene sola, cuando le parece.
Se acercó a los dos superiores, y saludo al teniente con un beso que parecía destinado a ir a la boca, pero él se aparto lo suficiente como para que el beso fuera a parar en la mejilla, pero tocando parcialmente los labios.
- Chicos, os podéis marchar. - Dijo ella como una orden.
Todos se levantaron y se fueron sin dudarlo. Salieron por la puerta de manera organizada, sin mirar a tras. Los dos a los que no había tocado se giraron a unisono con una especie de mirada rabiosa, dudando en si salir.
Has de hacer algo con esos dos Sam. Son malignos.
Luego hablaremos de eso, Verónica.
Caminando de nuevo con ese paso sensual que le daba unos tacones altos y su propia gracia natural, ella entro en el despacho del capitán, como si fuera uno más del equipo, y espero a que ellos pasaran sujetando la puerta, con cierto aire de superioridad.
- Me tiene que explicar muchas cosas teniente. No me gusta que mis hombres obedezcan de esta manera a una civil.
Él mismo no se estaba dando cuenta que también obedecía las ordenes de aquella muchacha. Había algo en aquellos ojos pardos, o la sonrisa permanente, o en el atractivo de su cuerpo, que hacia que fuera imposible oponerse a lo que te decía. Era como si metiera la idea a presión en tu cabeza y sacara fuera todas las opuestas.
Dejó que pasaran los dos hombres, cerro la puerta, corrió las cortinas, y preparó dos sillas una frente a la otra. No se podía negar que tenia una fe propia increíble, al actuar de aquella manera en una comisaria delante del principal responsable.
- Capitán, creo que ahora lo entenderá todo.- Dijo el teniente sabiendo que iba a suceder.
Verónica había sido esencial hacia dos años, cuando el teniente, recién salido de la academia, volvió a su población natal, para ocupar el cargo que tenia en aquel momento. Tenían un caso de asesinato, muy difícil de resolver. Un hombre había muerto de un disparo, y no tenían pistas. Era el caso más complicado que se habían encontrado hasta la fecha. Verónica descubrió que el asesino era un agente compañero, pero además era también el asesino de su propia mujer. Había sido sospechoso de la muerte del hombre desde el principio, pues pensaban que el hombre era el asesino de la mujer del agente, pero ella descubrió una complicada trama de encubrimiento, en la que se vieron implicadas varias personas. El agente al ser descubierto se suicidó. Un caso que aun estaba reciente en las mentes de todos.
Entonces, capitán, ¿fue usted la primera persona que vio a la victima muerta?- Fue directa a por lo que había venido.
Si, yo encontré su cuerpo. - El capitán, no quería mirar los ojos de aquella chica.- Agradezco tu colaboración en el pasado, pero no creo en estas cosas. Además luego los informes se vuelven complicadisimos, pues no se pueden presentar pruebas de una médium a un juez.
Ella se apartó, como enfadada, cogió la silla y se sentó, sin importarle si el ceñido vestido dejaba ver demasiado sus piernas.
- Sam, explicale tu por favor!!.
El teniente eligió la mesa como asiento y le indico al capitán que se sentara en la otra silla frente a Verónica. Él tampoco parecía alterado por la erótica posición de Verónica al sentarse, no así el Capitán, que tenia que controlarse para no mirar aquellos muslos blancos en los que asomaba el inicio de la ingle y algo más.
Ella tiene un don muy particular. Usa objetos o personas como canal para recibir información. Solo funciona en un sentido, pero necesita un detonante, algo que abra el canal. Normalmente han de ser objetos cercanos a lo que se busca, o personas, como en este caso. Una vez abierto el canal puede recibir información de diferentes partes, y puede ir construyendo una historia. El canal es como una especie de vehículo que trasporta la mente en trance de Verónica al pasado, con lo que ve escenas. Si el canal es muy fuerte, puede ver también el futuro. El canal solo puede abrirse una vez, y no se cierra, es permanente, luego no puede ser usado para otra historia.
Creo que no he entendido nada.- Reconoció el capitán.
Establezco un vinculo, un enlace con la historia que buscamos. No siempre sale a la primera, pero da pistas. A veces una historia más fuerte e importante se cuela, que es lo que pasó hace dos años…- Dejó que entendieran que se refería a aquella desagradable historia- El caso es que nada puede salir de aquí, solo Sam puede saber que sucede, o que he encontrado. Nadie ha de saber nada de esto, ni su mujer. El canal puede romperse y suceder cosas muy graves.
Entienda capitán, que lo que va a suceder aquí, es algo privado, solo entre nosotros. No es nada fácil para mi, ni para ella, y no lo será para usted. Si es agradable, o desagradable, dependerá de como sea capaz usted de adaptarse a la situación. Puede ser que también reciba información que va dirigida a ella. Borre su mente y olvide todo lo que vea. Solo ella puede gestionar esa información. Cuando termine la sesión hablaremos de que tenemos.
Ella, se levanto, y camino por el pequeño despacho. Él capitán se fijo en ella ahora detenidamente, con curiosidad. El ceñido vestido negro, se le marcaba en el vientre, y dejaba ver un abdomen bien formado. El pecho redondo y de pequeño tamaño, era acorde a su tamaño. El vestido no tenia tela suficiente para ocultar los dos pezones que se marcaban de forma casi obscena. Tenia el pelo de color cobre, ondulado, en una gran melena que era casi más grande que ella misma. Eso le daba una apariencia más adulta de lo que realmente era. Un lunar cerca de la boca, enmarcaban aquella sonrisa juvenil permanente.
Era una chica preciosa, con un cuerpazo, capaz de volver loco a cualquier hombre. Si no fuese por la altura, aquella chica podría estar desfilando. No entendía que había podido pasar para que el teniente terminase su relación con ella.
De golpe, casi le da un infarto, al ver que la joven se sacó el vestido por la cabeza, y se quedó sin ningún tipo de pudor, en ropa interior. Llevaba un precioso conjunto rojo de encaje, con transparencias. En los pechos se le marcaban los dos pezones, que se veían duros, pequeños y oscuros. En las bragitas, se le marcaba claramente su sexo, y se trasparentaba ligeramente el inicio de sus labios.
¿Pero que?.- Comenzó a decir el capitán.- No tiene gracia, podemos acabar los dos en la calle.
Por eso es importante no decir nada. - Le dijo el teniente apoyando una mano en el hombro y obligandolo a tomar asiento.
Ella se sentó muy cerca de él y le tomo de las manos, que temblaban nerviosamente. Parecía arrepentido de haberse dejado enredar. Era un hombre casado, y alguien importante. Que una chica tan joven, a la que le doblaba la edad, se sentara en ropa interior, con las pierna abiertas en su propio despacho, era una situación muy comprometida, muy difícil de explicar, absurda, demasiado obscena. Se removió intentando salir de allí, pero era imposible resistirse a aquella cara
¿Sam, te quedas?
Sabes que no lo soporto, Verónica. Avisame cuando termines, y me explicas que has visto.
Salio del despacho y los dejo a solas.
- Cierra los ojos, podrás abrirlos más tarde. No hables en ningún momento. Y no digas nada de lo que veas. Yo le explicaré a Sam la información importante. Puedes ver cosas desagradables, el pasado, tu pasado, recuerdos… ignora todo. Sobretodo no intentes despertarme del trance, dejame terminar.
Por algún motivo hizo lo que le decía, no podía hacer nada más que obedecer. Cerro los ojos, y sintió como ella le soltaba una de las manos, pero la otra se la sujetaba fuertemente. Esperaba oír las típicas murmuraciones de vidente, pero lo que sintió fueron ¿gemidos? Sentía la voz de la chica como si estuviera excitándose. Abrió los ojos y se la encontró sentada en el borde de la silla, con las piernas muy abiertas, con una mano metida entre sus bragitas, masturbándose fuertemente. Ella lo miraba fijamente sonriendo.
- Te he dicho que no abras los ojos, aun no se ha establecido el enlace.
El obedeció sin entender nada, cada vez más arrepentido de todo. Aquello le iba a costar el puesto y el matrimonio. Estaba decidido a salir de allí, pero en ese momento empezaron a venirle imágenes de la chica asesinada, del dolor que había sentido, estaba presenciando una escena de sexo, en la que la chica le realizaba una felación a un hombre. Al momento empezaron a llegarle imágenes de su infancia, y su juventud, también del momento en el que conoció a su mujer. Pero constantemente, veía a esa mujer teniendo sexo oral. Ahora la mujer se había transformado en la cara de la angelical Verónica que le estaba realizando un agradable trabajo bucal. Se dio cuenta que tenia los ojos abiertos, y que efectivamente se la estaba comiendo en un estado de éxtasis. Estaba de rodillas en el suelo, con la cabeza metida entre sus piernas, con la mano metida aun en su sexo masturbándose de forma intensa, meneando la caderas de forma sensual. Parecía no importarle que su polla ya no se pusiera dura como la de un joven, o que fuese pequeña y arrugada. No pudo luchar contra sus instintos, y tomó una postura un poco más cómoda. La cogió de la cabeza, apartándole el pelo, y la guio en el ritmo para darse más placer. Poder ver aquel cuerpo esbelto, aquella espalda blanca acabada en un trasero en forma de corazón, era lo más lejos que había estado nunca de la felicidad. Aquello debería ser lo que llamaba ella el trance, pues tenia los ojos en blanco y estaba completamente perdida en su propio orgasmo, sin prestar atención a su alrededor.
Aquello era demasiado para él, no aguantó y explotó dentro de su boca, sin poder controlarse, como si en realidad controlara Verónica cuando tenia que correrse y en que cantidad. Ella continuo, sin inmutarse, aun en trance. Solo cuando llegó a un ultimo orgasmo intenso, pareció recobrar el sentido.
- O valla- dijo apartándose.- Podría haber sido peor, pero a Sam no le va hacer gracia, ninguna.
Se retiró como si no hubiera pasado nada, limpiándose los restos de semen de las manos y la boca. No parecía asqueada, pero tampoco parecía que aquello le gustase. Más bien el problema lo veía en lo que el teniente pudiera pensar de aquello.
- Parece que me he divertido.- Dijo medio riendo mirando sus mojadas bragas. - Recuerda que nada de lo que ha pasado debe salir de aquí. Tampoco es necesario que me expliques nada de lo que ha sucedido. Guardatelo para ti.
Miró el reloj, habían sido menos de 5 minutos de sesión y aun así había sido muy productiva. Sin ningún tipo de pudor, se quito las braguitas, y de una bolsa extrajo otras idénticas. Se mostró así de natural frente al capitán, mientras hablaba, sin importarle que este no apartara ojo de su depilado coño. Volvió a vestirse.
- Entonces… - El capitán parecía volver a ser el mismo.- ¿Es por esto que el teniente y tu os habéis separado?
Ella no se sorprendió por la pregunta. Ignoró el hecho de que aun no se hubiera guardado la polla llena de semen, o de que al hacerlo lo hiciera sin limpiarse. Entendía que el cerebro del Capitán estuviera en una situación de autentico estrés, uno del que le era totalmente nuevo.
El se ha apartado, pero yo no me he separado de él. Para mi siempre sera él mismo. Es mi alma para el resto de la vida. - Se sentó frente a él de nuevo.- Es duro para él, pero acabara entendiéndolo. Nunca encontrara otra mujer, ni peor ni mejor. Yo nunca encontraré otro hombre.
No entiendo.
Todo mi poder esta vinculado a él. Es el canal principal. Mi poder no funciona sin él. Todos los casos que hemos resuelto, están siempre vinculados a esta oficina, porque él trabaja aquí. No funciona mi poder en otras circunstancias.
Sigo sin entender.
Él fue el primero, el me desvirgó cuando tenia quince años. Este poder no se despierta si quien posee el don, no se inicia con una pareja a la que se ama profundamente. El canal se abrió aquel día, y durará para siempre. He conocido a otras chicas con el mismo don, pero muy disminuido por culpa de no haber sido la primera vez con un chico adecuado.
Entonces… Joder, el estuvo contigo cuando estaba en la academia. Eras una cría.
Entienda que nos conocemos desde niños, y hemos sido novios prácticamente toda la vida. Todo se torció con aquel primer caso. Pero he visto el futuro, y se que ira bien.
Se acercó a la puerta y llamó a su exnovio. En se acercó y ella se abalanzó sobre él, besandole, frotándose contra su cuerpo como si quisiera sexo allí mismo con el teniente.
- Vale, Veronica, ya está!! - Dijo apartándola.- He tenido suficiente.
Vio como su Capitán intentaba adecentarse, incomodo. Sudaba y estaba alterado. Veronica se retiro a un lado y se puso a llorar de forma repentina de forma histérica.
¿Pero que? - El capitán cada vez entendía menos. - Estáis como cabras!!!!!.
Capitán, déjeme explicar.- Le indico que no se moviera de la silla y comenzó a hablar. Se le veia ligeramente alterado, intentando controlar algo impulsivo.
“Verónica, a través de otros, puede ver imágenes y fragmentos de historias que busca. Los orgasmos, ayudan a focalizar la información. Buena parte de nuestros deseos son muy básicos y animales. Comer, dormir, vivir y procrearse. Si en él caso que investigamos ha existido violencia sexual, las imágenes son muy vivas y la conexión muy fuerte. Pero ella no recuerda nada de lo que ve, o ha hecho. Solo cuando esta conmigo, las imágenes cobran sentido y las recuerda. No todo, muchas vienen a mi y juntos podemos confeccionar la historia.
- Entonces…. - El capitán no acababa de entender que sabían.- Entonces saben que ha sido algún tipo de agresión sexual lo de la joven?
El Capitán se aferro a la realidad, lo demás era muy retorcido. No podia soportar más aquella situación, no lo habían entrenado para eso.
Si efectivamente lo ha sido. Ha sido una muerte brutal, pero no hemos podido ver a su asesino porque iba con la cara tapada.
Creo que había un robo. No se si preparándose, o después de el. - Dijo Verónica entre sollozos.
La chica no es del pueblo. Es una adolescente de otra ciudad y creo, por lo que hemos visto, que hay algún tipo de organización de trata de blancas aquí.
¿Una menor retenida como esclava sexual aquí?- Eso sería demasiado.
Verónica parecía descomponerse, romperse por dentro, salio de allí corriendo, sin parar de llorar.
Es un caso muy fuerte. Ha sido demasiado para ella.
Joder!!! soy incapaz de entender nada. Esto es la ostia!!.- Se levanto de la silla y caminó por su oficina.- Esto no se como tratarlo. Como se gestiona todo este lio? Ahora no se si es culpa mia.
Ella acaba de revivir la muerte de la joven. Su dolor, su angustia. Ha sentido como la violaban. Eso es difícil de soportar. - Hizo una pausa.- Pero no se preocupe. De lo que le ha hecho, no recuerda nada. Sabe que ha hecho, evidentemente notaba el sabor en la boca, pero del resto no es consciente.
Miró al capitán, sabiendo exactamente que clase de sesión habían tenido. No estaba molesto, bueno o quizás si un poco, era más bien asco lo que reflejaba su rostro.
Quieres decir…. Por favor, no quería, casi me ha obligado.
Normalmente, de esto no se entera nadie, pero siendo mi superior es necesario que sepa de forma precisa como funciona esto. - Se sentó en la silla que había pertenecido a Verónica, ignorando el hecho que parecía ligeramente mojada de fluidos. - Lo que Verónica olvida lo recuerdo yo.
Joder no!!!
Si, ahora mismo es como si hubiera tenido una experiencia homosexual. Aunque usted no lo sepa.
Dios, Dios dios. Esto es demasiado. Joder!!!! - Cada vez sudaba más.- Pero vosotros no soys normales.
Recuerda aquel agente que se marchó y luego supimos que había tenido un accidente de coche y se mató?
Si no recuerdo su nombre.- Dijo Capitán agradeciendo que cambiara de tema.
Estuvo implicado en el asesinato de hace dos años, pero no era culpable. Solo fue culpable de montar un trío con nuestra victima y el otro hombre también asesinado por nuestro compañero. Verónica sabia que necesitaba dos hombres para resolver el caso, pero no sabia por que. Mik y Nike fueron los que encontraron los cadáveres. Verónica nunca tiene sexo real en sus sesiones, o eso pensábamos. Parece que lo que no hace es tener sexo vaginal. Nuestros chicos se montaron una buena fiesta con Verónica.
Tomo aliento y observó la cara desencajada de su Capitán. Estaba disfrutando de la situación.
No le deseo esto a nadie.
Prometo darle más festivos, es lo único que puedo hacer. Realmente se lo merece.
Ni se lo imagina. Esos dos son unos auténticos sementales. Una orgía de 5 horas. Dos veces cada uno se corrió en la boca. Una vez cada uno en el culo. No he podido volver a tener relaciones con ella ni con nadie desde entonces.
Permanecieron un rato callados. Ahora los dos se sentían mas próximos. Por algo ahora el Teniente conocía con precisión como sabia el semen de su capitán.
¿Y ahora?- El Capitán quería volver al trabajo ya.
Deje que Verónica se reponga. No tardará mucho. Recordará escenas y sitios cuando pasee por la calle, y podrá darnos más datos. De mientras yo voy a investigar esa organización criminal de prostitución. Era una chica muy joven y guapa, no puede haber llegado aquí así fácilmente y es posible que encontremos algún cliente que tuviera sexo con ella días antes de su muerte.
Espero que no tengamos que volver a necesitar a Verónica desde este punto.
Tranquilo, usted no volverá a tener ningún encuentro con ella. Al menos de este tipo. Eso solo pasa una vez. El enlace está establecido. Solo esperar que el caso no se complique y necesite un nuevo enlace……….