Verificación de obra y la embarazada

Una mujer me pregunto… “Me follas”, respondiendo… “Yo no follo, yo te hago el amor, te daré placer, satisfacción y gozaras”, respondiéndome ella… “Yo no quiero amor de eso tengo bastante, yo lo que quiero es que me follen y todo lo demás”.

Verificación de obra y la embarazada

En mi vida laboral he tocado muchos palos y dentro de mi profesión laboral he echó casi todo, desde estar en equipamiento hasta instalación y desde diseño hasta replanteo, teniendo mis pinitos en diversos campos, habiendo más éxito en replanteos, donde hacía desde aceptaciones hasta visitas de altas o seguimiento.

Esto último me hace recordar algunas anécdotas, siendo algunas más jugosas que otras y sí me permitís os hago saber una ahora. Mirad comenzare por haceros saber que cuando comencé iba de un lado al otro, observando y haciendo seguimiento de obras ya finalizadas o en proceso de desinstalación.

Aun recuerdo aquella visita que tuve que ir, me mandaron a un seguimiento en la Magdalena, cuya instalación se encontraba en la cubierta del edificio. Era un punto algo conflictivo no por la dificultad de aparcamiento, sino por ser considerado casco antiguo. Nada más meter mi coche en un aparcamiento, me desplace hacia la Plaza de la Magdalena cuyo edificio se encontraba en la calle San Pablo. Cuando me presente allí, ya iba con la primera dificultad, pues ignoraba si estaba el presidente de la comunidad por lo que debía de buscar al presidente, nada más encontrarlo y gracias a los vecinos. Llame al porterillo y una voz de mujer se puso, haciéndome saber que era su marido y que este no se encontraba al estar trabajando.

Recuerdo que estuve hablando con esta señora atreves del telefonillo pues se negaba a que yo accediera, le hice saber que solo deseaba que me abriera el acceso a la cubierta. Informándome esta de forma reiterada que ella es la mujer del presidente y como tal no tenia potestad, replicándole con conjeturas que ella tenía tanto cargo como su marido, contestándome con excusas hasta finalmente y después de estar al menos media hora, acabo por abrirme el portal por pesado que estuve.

Nada más coger el ascensor y pulsar el sexto, pensé que esta debía de ser una estirada cabrona. Llegue a la planta y pulse el timbre del “Presidente”, abriéndose la puerta y apareciendo ante mí la mujer del presidente, siendo esta aparición mi primer recuerdo y como se diría eslabón de aquella anécdota. Imaginaros cuando esta abrió la puerta, apareció ante mí con una camisón prácticamente transparente, cuyo estado para nada oculta y muestra su estado de buena esperanza, estado que por el tamaño de su barriga eche 6 meses.

A esta mujer cuya edad la enmarque entre los 30 y 35 años, mostraba sin pudor alguno de semejante manera, quizás fuera por verlo como algo natural o quizás era por no poderlo evitar. Esta que nada más abrirme la puerta se excuso por la ausencia de su marido, comenzando nuevamente a poner trabas ante la posibilidad de que yo subiera a la azotea, pues no dejaba de decirme que para que yo pudiera subir debía de hacerlo acompañado por el presidente, vicepresidente, secretario o alguna persona que supuestamente fuera autorizada, haciendo hincapié esto último. Le hice saber que ante la ausencia de todos estos… “Ella debía de abrirme”, confesándome esta…

-         “Mi negativa a acompañarle es sobre todo mi malestar debido a mí embarazo, pues lógicamente como usted comprenderá no me encuentro bien, me duelen muchas las piernas y sobre todo es el sofocante calor”.

Hizo una pausa y prosiguió…

-         “Debe saber usted que desde esta planta hasta la azotea (cubierta para nosotros los técnicos) son dos tramos de escalera, siendo el ultimo el acceso al castillete que da acceso a la azotea. Estos dos tramos son mortales para mí, no diciéndote el tremendo calor que hace arriba y no queriendo”.

Conteste a esta mujer con educación y de una manera que me pudiera comprender, no queriendo que se molestara aun más de lo necesario…

-         “Mire usted, no quisiera que una mujer tan hermosa como tu se sintiera mal, no le deseo nada malo solo pretendo hacer mi trabajo. Le propongo una cosa… si no le parece mal, mire usted… Me acompaña hasta el acceso a la cubierta (azotea para aquellas personas que no sean tan técnicas), quedándose usted en el castillete a cubierto del sofocante calor, mientras yo superviso lo instalado y hago fotos. ¿Qué le parece a usted?”, digo y pregunto.

Mientras le hablaba no pude remediar mirarla de arriba a abajo, no pudiendo evitar fijar mí vista no solo en su prominente barriga, sino también en sus enormes senos con esos oscuros e hinchados pezones. Detalle que ella creo que noto más aun al presentarse ella de semejante manera, contestándome primero ante mí piropo y luego ante la propuesta…

-         “Gracias por lo de hermosa, pero por favor no me mienta ni pida las cosas decorándola con palabras, esos piropos se los dirá usted a todas sobre todo con la idea de sacar algo o la intención de llevársela a la cama. Sé que estoy horrible ya que ni mí propio marido me dice algo bonito por no decir algo más, pues ni le parezco hermosa y mucho menos sexy”, siguiendo.

-         “Bueno y en referencia a su propuesta me parece bien, le acompaño hasta la azotea y mientras usted haga lo que tiene que hacer, yo me quedo dentro del castillete”.

Lógicamente no puedo reprimirme ante su contestación, soltándole…

-         “Mire usted, me parece una mujer muy bonita y para nada la veo, ni fea y menos aun poco sexy, sino todo lo contrario. Digo lo que siento y usted me perdonara si le digo que su marido no le merece, pues siempre me ha parecido las mujeres embarazadas muy sexy, no importándome hacerles el amor”.

Mientras le dije todo esto le vi sonrojada e incluso avergonzada quizás por mis palabras, soltándome…

-         “Espere un momento que voy a coger las llaves”.

Tras desaparecer… dejando la puerta entornada, apareció nuevamente con un manojo de llaves en una mano y en la otra una botella de agua. Cerrando la puerta de su casa y me dijo… “Acompáñeme usted”, replicándole con rapidez yo… “Por favor no me hable de usted, mi nombre es José”.

Antes de subir los dos tramos de escaleras que nos conducirían al castillete, esta me pidió disculpa ante su indumentaria, explicándome que es lo único con lo cual se sienta bien por no decir lo fresquita que se siente. Aparte también me pidió disculpa por su estado de buena esperanza, disculpa que no acepte y que le dije…

-         “Soy yo quien le debe disculpa por haber interrumpido en el día de hoy. Usted debe de llevar lo que mejor se sienta, pues yo he llegado a ver mujeres embarazadas de compras por un Centro Comercial con su madre y marido e iba como usted vestida. Y le digo otra vez, para nada me debe de pedir usted disculpa por su estado… pues ya me gustaría tener a mi lado una mujer como usted, pues no dejaría de mimarla y estar atento a ella, complaciéndola en todo y hacer posible satisfaciéndola”.

Esta nuevamente callo y avergonzada por mis palabras continuaba subiendo, iniciando a raíz de estas palabras una conversación bastante amena, comenzando por decirme el buen trabajo que tengo y preguntándome por mi labor, respondiéndole al tiempo que no apartaba la vista de esta mujer. Mi vista se perdía en ese tremendo culo que se veía a través de ese camisón premamá, observaba con todo detenimiento y detalle como sus braguitas se incrustaban entre sus glúteos por no decir, como aquella visión de ver como los pliegues de estas se introducían por sus hinchados labios vaginales. Fui sorprendido en más de una ocasión por esta bella mujer al girar su cuello al preguntarme algo, mujer que más que recriminarme callaba y continuaba subiendo, haciéndome saber…

-         “Uuuffff!!!, no se imagina usted lo difícil que me hace subir los peldaños, me cuesta mucho y lo peor de todo es lo lenta que estoy. Debe perdonarme usted si le estoy haciendo retrasando en su trabajo”.

Lógicamente le tranquilice a modo de hacerle saber que para nada me retrasaba, además de decirle…

-         “Tomase usted su tiempo, no se preocupe… aquí lo importante es usted, bastante mal me siento al hacerla mover”, dije y continúe.

-         “Menuda suerte tiene su marido al tener una mujer tan hermosa como usted, sabría usted que una mujer se vuelve más hermosa si el bebe que va a tener es niño… pues es niño”.

Me respondió afirmativamente continuando por agradecer mis cumplidos, pues según ella su marido ni eso le decía, ni se acerca para acariciarle el vientre y que todas aquellas palabras le habían sentido muy bien a pesar de provenir de un extraño.

Le explique que para mí opinión el embarazo es una hermosa etapa en la vida de una mujer, comprendiendo que es una etapa difícil y que lógicamente trae consigo una serie de cambios, ya sean psicológicos como fisiológicos pero con la ayuda de su pareja se pueden conllevar. Ella me decía…

-         “Tienes razón pero en parte, pues mi pareja me ayudaba al principio pero desde el quinto mes de embarazo ha desaparecido totalmente, incluso te digo que se ha marchado al sofá a dormir. Comprendo que tenga miedo sobre mi estado, pero debería de comprender que yo tengo aun mas, no comprendiendo que su actitud me está suponiendo un estrés que no debo de tener, pues mas creo que me está rechazando y lo necesito”.

Se detiene y tras girarse me mira, continuando por decirme…

-         “Perdona si te estoy molestando o agobiando con mis problemas sentimentales, pero desde que hemos comenzado a hablar, me has hecho soltarme y no sé porque me haces sentirme bien. Te pido que me disculpes, sé que somos unos extraño y que seguramente ya no nos veremos más, pero en estos minutos hemos hablado más que en los últimos tres meses con mi marido”.

Continúo hablándome y explicándome los detalles de su embarazo, contándome…

-         “Me encuentro en el último trimestre, estoy en la semana 24 de gestación o sea en el sexto mes”.

Le pregunte si la ginecóloga o ginecólogo ve normal los cambios o si tendría aun más cambios. Contestándome ella…

-         “Mi ginecóloga me ha asegurado que este trimestre es el más cómodo, explicándome que voy a tener más cambios no solo en mí sino también en mí bebe. Cambio que me informo sobre todo en el crecimiento de mis pechos y que las encías me pueden hasta sangrar, posiblemente por la falta de hierro”.

Preguntándole lo inevitable…

-         “No quisiera pecar de entrometido o pervertido, pero el sexo estando embarazada si no hay ningún tipo de problemas es muy bueno, además los médicos lo recomiendan muchísimo. A mí en particular y creo que a muchos de los hombres… me resulta la barriguita muy erótica, puedo decirte sin afán de molestarte ni ofenderte que he tenido experiencias con mujeres embarazadas y ha sido fantástico, motivo por el cual precisamente te lo digo, anima a tu marido y veras como ambos disfrutáis”.

Contestándome ella…

-         “Sí me lo ha dicho mi ginecóloga, dice que estando en mí último trimestre el sexo es mucho más placentero y recomendable. Pero según ella que no es el hecho por hacerlo sino por el derroche de sentimientos, cercanía que es especialmente importante y sobre todo por las caricias, los masajes, los roces tiernos… todo cuenta”, dice y tras pausar unos segundos continua.

-         “Pero todo eso es importante cuando tienes a una persona que te comprende y aun mas en esta etapa. Mi marido son de esos con mentalidad protectora, mi marido son de esos que piensan que el sexo es perjudicial para el embarazo… o sea para el bebe, pues piensa que puede llegar a provocarle daño con la penetración, incluso a provocar un aborto”.

Noto su tono nostálgico y su rostro triste me hacen pensar que quizás no he acertado con la pregunta, cosa que me da por cambiar el tipo de la conversación y tras darse cuenta ella de mi propósito. Tras agradecerme el detalle me dice…

-         “No te preocupes me viene bien desahogarme aunque lo único que siento que tengas que soportar que una ballena como yo… te de la paliza”, acabando por sonreír y me pregunta.

-         “Dices que has mantenido relaciones con mujeres embarazadas, pienso que no ha sido con tu mujer ya que no veo anillo en tu dedo. Me imagino que estas mujeres deben de ser casadas, no descartando solteras o viudas… bueno eso, pero si no es mucha discreción me gustaría saber que posturas han practicado”, dice enrojecida.

Contesto envalentonado antes de salir a la cubierta, mientras preparo el material que me va a hacer falta…

-         “Pues si te soy sincero te voy a decir que han sido mujeres solteras que no han deseado casarse pues no lo ven necesario, como mujeres casadas que sus maridos no le colman de lo que necesitan. Con estas mujeres he practicado la postura del misionero … no hace falta explicarte como es, pero te digo que yo encima de ellas resultaba bastante difícil e incluso molesto”, digo y continuo.

-          “Te podría recomendar que seas tú quien se siente encima o si te parece más cómodo… tumbarte, también colocarte a cuatro patas o sea la posición del perrito… siendo la penetración desde atrás, pero en este caso debes de tener más cuidado pues la penetración suele ser más profunda, debiendo ir despacio en las penetraciones”.

Tras finalizar mi explicación, me suelta…

-         “Sabes me encuentro muy a gusto contigo, conversar me conforta y me tonifica, parece como si nos conociéramos de hace años, creo que no he hablado de esta manera con alguien desde hace años”, me confiesa y prosigue.

-         “Te voy a hacer una petición que a pocos les he hecho… te gustaría tocar mi barriguita, si quieres me puede acariciar mi vientre y quizás puedas notar a mí niño“

Conteste nervioso… “Bueno”.

Recuerdo como esta hermosa mujer se me acerca… alarga el brazo hasta coger mi mano izquierda con su mano derecha, conduciéndola hasta su barriga y tras posarla me suelta…

-         “Lo notas, se sincero por favor… no mientas si no lo notas, no hagas cumplidos… di la verdad por favor, te lo suplico”. Respondo… “Si lo noto, es un bichito… por las patadas que noto, este va para futbolista”. La veo sonreír mientras suelta algunas lagrimas y me dice-

-         “No te imaginas lo que me ha alegrado escucharte decir eso, se que lo has dicho de corazón y que es verdad, pues hasta yo he notado las patadas. Me gustas la verdad, pues ni mi marido se atreve a acariciar el vientre y la ultima vez, ni noto las patadas… cosa que me dolió bastante”.

Dicho esto, abro la puerta de acceso a la cubierta o azotea como deseáis y me encamino hacia la instalación, comenzando a tomar notas, medidas y fotos. Mientras ella se encuentra apoyada en el marco de la puerta… mirando hacia mí, imagen que me resulta bastante erótica e incluso sexy, sintiendo como mí polla tiembla dentro de mi ropa interior… mmm.

Tras algo más de media hora de trabajo técnico doy por finalizada mi visita de obra más aun tras a ver visto su cara pálida, pues cada un cuarto de hora aproximadamente me acercaba hasta donde estaba ella y le preguntaba por su estado. Estado que ella me contestaba que bien, pero su rostro fatigado me hacía pensar que era todo lo contrario, volviendo hacia la instalación. En mi segundo acercamiento hacia el castillete a modo de volver a ver su estado, recuerdo que me asuste un poco al no verla al principio, tranquilizándome al verla echada al fondo del castillete, estaba resguardada del tremendo calor que emanaba de la cubierta.

Observe como su camisón premamá prácticamente era su segunda piel, pues este estaba totalmente empapado en sudor por no hablar de sus braguitas, braguitas que dejaba entrever lo que supuestamente debía de ocultar y que no era otra cosa que un hermoso pubis poco poblado de vello púbico. Tal visión me dejo aun peor de lo que estaba, tal fue la erección que tuve que hasta ella se dio cuenta, girando el rostro hacia un lado avergonzada y nuevamente enrojecida, volviendo yo nuevamente al castillete a finalizar la visita.

Tras finalizar la visita de la instalación me quede en la puerta del castillete y observaba como esta bella mujer dormía, recuerdo que me agache hasta sentarme sobre el pretil del marco de la puerta. Me quede mirando su desnudes… mmm, pues aunque como sabéis llevaba camisón premamá pero este estaba mojado debido al sudor, recuerdo que me quede contemplando aquellos enormes senos y por no decir sus enormes e hinchados pezones… uuummm, bajando la vista hasta su ingle y observar como sus braguitas se encontraban introducida en sus labios vaginales. Comenzando yo a tocar mi entrepierna, deslizando la yema de algunos de mis dedos sobre mi duro miembro… mmm, sintiendo las gruesas venas y la sed de sexo que sentía, deseando cogerla y follármela si fuera posible… mmm. Sorprendiéndome esta al creerme que dormía soltándome…

-         “Te excitas lo vez”.

Contesto sin tapujo… “SI”, volviéndome a preguntar.

-         “Te gustó”

Con lógica conteste… “SI”-

Volviendo a preguntar está… “Me follarías”.

Respondiéndole… “NO, yo te haría el amor, te daría placer, satisfacción y de haría gozar”.

Respondiéndome ella… “Yo no quiero amor… de eso tengo bastante, yo lo que quiero es que me follen… quiero que me satisfagan y que me hagan gemir de placer, que me dices”. Me mira de una forma angelical al tiempo que me  dice… “Si quieres acariciar nuevamente mi vientre, tendrás que acercarte y agacharte”.

No dije nada, solo camine hasta donde estaba ella y me arrodille, fui a colocar mi mano izquierda sobre su vientre cuando ella me soltó… “Espera”. Me detuve al tiempo que ella como podía tiro de su camisón premamá hacia arriba hasta sacárselo por la cabeza, acto seguido sin decir palabra alguna tomo mi mano y la condujo hacia su vientre. Comenzando ella misma a deslizarla alrededor de su gran barriga, descendiendo hasta rozar con las yemas de mis dedos su ombligo e incluso con estos mismos… mmm, pude sentir su clítoris empapado a pesar de sus braguitas. Esta sin dejarme retirar mi mano, ayudándose con su otra mano al tirar de sus braguitas hacia un lado, me hizo introducir mi mano hasta que toque con mi dedo corazón su prepucio del clítoris… soltando esta un gemido, continuando sin ayuda alguna por presionar ese pequeño bultito que no es otra cosa que su glande clitorial… mmm.  Soltó tal gemido de placer que juraría que hasta tuvo un orgasmo, comencé a juguetear con este… presionando y moviéndolo de un lado hacia el otro al tiempo que esta botaba del placer que estaba obteniendo… ooohhh.

Descendí algunos centímetros… lo justo para introducir uno de mis dedos dentro de su orificio vaginal, comenzándolo a mover lentamente al compa de sus botes, llegándole a prevenir del posible golpe en su hueso cuqui (también llamado hueso coxis). Sacando mi dedo impregnado ya sea debido a la excitación o alguna mucosa, comencé a deslizarlo por sus labios vaginales al tiempo que dirigí mis labios a los suyos… mmm.

Aun recuerdo que al principio no quiso besarme… quizás por no confrentizar demasiado, pero cuando pose finalmente mis labios en su cuello y comencé a besarlo deslizando ya sea hacia sus hombros como hacia los lóbulos de sus orejas, fui notando como caía su resistencia… posando finalmente mis labios en los suyos. Comiéndome su boca y mí lengua se hacía con la suya… ooohhh, mientras mi mano derecha rodeaba su espalda… acariciándole desde la cintura hasta su nuca al tiempo que con la izquierda… mmm, alternaba sus enormes senos con perderse entre sus muslos… aaahhh.

Ella respiraba con gemidos de placer al tiempo que me masturbaba, no tuvo reparo en magrear mi miembro sobre la tela de mi pantalón, menos aun cuando torpemente intentaba bajarme la cremallera… siendo yo quien finalmente me la baje, introducir mi mano y bordeando el bóxer acabe por sacármela. Mientras ella se había entretenido en soltar el cinturón y sacarlo de la hebilla, desabotonar el botón del pantalón y abrírmelo… uuummm. Cuando su mano rodeo mi miembro… llego a hacerme algo de daño debido a la torpeza de pajearmela, llegando a ser yo quien la tuve que instruir inicialmente… ooohhh.

Aun tengo en la retina cuando ella intentaba levantarse y como torpeza debido a su enorme no llegaba a levantarse, aquel vientre no le daba esa agilidad que deseaba en ese momento, soltándome esta…

-         “Quiero chuparla, quiero metérmela en la boca… mmm. Ayúdame”.

Claro está que le ayude, siendo yo quien se incorporo y me puse arrodillado ante ella, teniendo mi glande a la altura de su boca… aaahhh, pero en vez de chupármelo o introducírselo dentro de su boca, opto por dirigir su mano derecha hacia mi tronco… rodeándolo con su mano, sentí su delicada mano tomarlo… mmm, sentí como su mano izquierda magrear mis genitales… acariciándomelo con suavidad… ooohhh. Por mi parte no deje de acariciarle con mi mano izquierda el clítoris… mmm, mientras con la derecha magreaba sus senos y acariciaba sus pezones, llegándole a introducir uno de mis dedos dentro de su boca, chupándomelo esta… emulando que era una mamada mientras me miraba con ojos de deseo… ooohhh (joder que manera de mirar, aquella mirada difundía su estado de excitación).

Comenzó a masturbarme… a mover aquella mano a lo largo de mi tronco… ooohhh, llevándose mi prepusión una vez tras otra hacia atrás al tiempo que soltaba esta… “Qué grueso es… no hará daño”. Teniéndole que decir entre susurros al oído… “No hace daño… mi vida, te dará mucho placer y pedirás que no me detenga”. Pidiéndome nuevamente una vez, como si yo le impidiera hacerlo… “Deseo chuparla, quiero probarla… déjame por favor”, claro esta no me hice rogar y tras apartar mi dedo del interior de su boca… coloque mi glande.

Esta tras agarrarlo con su mano izquierda con fuerza… condujo mi glande contra sus labios, restregándose de un lado hacia el otro al tiempo que la masturbaba… aaahhh. Ver a esa mujer y en su estado era todo morbo, no digo que no haya tenido experiencia con mujeres embarazadas pero nunca como ella, estaba fuera de sí… esta falta de cariño… falta de sexo y como cualquier hombre, aprovecho su oportunidad… mmm. Joder, como me ponía ver a esa mujer como me la comía… uuuffff, como sacaba la lengua y lamia mi glande, rodeándolo para posar sus labios en este… aaahhh, finalizando por separar sus labios y dejar que mi glande desapareciera dentro de su boca… uuummm. Estuvo chupándome mi miembro durante un rato… rato que para nada mire el reloj, pero que se me hizo eterno… uuummm. Mientras me magreaba los genitales… yo, no dejaba de magrearle los pechos y de acariciarle los pezones… ooohhh. Soltándome esta una vez que se saco mi polla de su boca…

-         “Fóllame ya, penétrame o como coño quieras decirlo, pero hazme disfrutar… joder, no me seas cabrón… ooohhh”.

Recuerdo aquella escena bien ya que es algo difícil de olvidar. Mirad tras descalzarme, acabe por quitarme los pantalones y calzoncillo, sentándome a su lado sobre el frío suelo al tiempo que apoye mi espalda contra la pared del castillete. Ella se acerco a mí prácticamente gateando hasta colocarse a horcaja sobre mí, sentí su vientre presionar el mío al tiempo que su mano agarrar mi polla, note claramente como se la coloco en su entrada vaginal y como fue cayéndose hasta introducirse mi glande en su orificio anal… aaahhh. Ambos jadeamos al mismo tiempo y ambos gemíamos, sentí sus ardientes labios vaginales al tiempo que ella sintió mi grueso tronco entrar, casi en susurros me soltó…

-         “Despacio por favor… despacio, trátame con ternura… ooohhh, deseo disfrutar pero sin sufrir… uuummm”.

Pero en verdad fue ella misma quien dejo caer el peso de su cuerpo sobre mis piernas, fue ella quien se sentó sobre mi miembro de tal forma que fue marcándose el ritmo… uuuffff, introduciéndose mi miembro dentro de su orificio vaginal lentamente hasta sentir como el peso de su cuerpo descansar sobre mis muslos… mmm. Comenzando esta a moverse despacio e incrementando los movimientos… ooohhh. Sintiendo la brusquedad de las embestidas que se estaba proporcionando, notando como mi glande golpeaba lo que yo entendí como su útero y no queriendo pensar que pudiera ser su bebe… ooohhh.

Gemía una vez tras otra sin dejar de botar sobre mi polla… ooohhh, mientras yo le sujetaba por sus nalgas al tiempo que chupaba y succionaba sus pezones, ella jadeaba y decía obscenidades al tiempo que comenzó a acelerar, tiempo que no dejo de sujetarse la barriga… ooohhh. Entre alaridos tuvo su segundo orgasmo pues el primero fue tan repentino que ni tan siquiera pudo disfrutarlo, no queriéndose parar y dando a parecer lo necesitaba que estaba de sexo, comenzando yo a introducir uno de mis dedos en su orificio anal… aaahhh. Estuvimos de esta manera durante al menos treinta minutos al o más, no dejándome de decirme que no deseaba que me viniese dentro, prometiéndome hacerlo dentro de su boca o en todo caso en su orificio anal… ooohhh.

Tras el tercer orgasmo de ella y el mío… mmm, orgasmo inevitable que acabe por descargar en su boca, tragándose todo lo que pudo y lo que no fue cayendo sobre sus enormes pechos. Descansamos un buen rato, cubriéndola como pude con mis ropas, no dejando que cogiera frio, bajamos la escalera hasta su piso y le ayude en todo lo que pude dentro de su casa, desde prepararle un baño y ayudarla luego a secarse, hasta prepararle algo de comer para finalizar por meterla en la cama.

Antes de marcharme volvió a comérmela en esta ocasión ella echada sobre mi… mmm, mientras yo le hacia un dedo tanto vaginal como anal, prometiéndole volverla a ver una vez que ella me lo pidió. Después ella me pidió que le comiese los pezones, mientras me ponía la mano en la base del pene y volvía a introducírselo dentro de su boca, tragándose en su totalidad a pesar de las arcadas. Aguato como una campeona cuando volví a descarga y cuando fueron dos los dedos que introduje en su orificio anal. Cuando nos despedimos me prometió darme aquello que aun su marido no ha estrenado, aquello que yo sería el primero y quizás incluso me dejara correrme dentro de su coñito… mmm.

Tras esa primera visita como seguimiento de obra… viniera otras más, otras en que aun no siendo la mujer del presidente parecía ejercer como tal. En nuestro segundo encuentro pregunte por su marido y el comportamiento de este, deseaba saber si seguía igual o ya habían mantenido relaciones. Su respuesta fue todo un poema pues me dejo caer que ya eso no le importaba, me confesó que al principio se sentía mal por haberle puesto los cuernos a su marido, pero tras dos rechazos por su parte cuando esta se le acerco, como que poco falto mandarle a la mierda. Deseando verme una vez más, esa vez volvió a hacer el amor… perdón… volvimos a follar, colocándose ella en esta ocasión a cuatro patas en posición cómoda para ella debido a su embarazo. Comprobando que le era una posición muy cómoda y confortable para ella, tanto que pude comprobar cómo mí miembro entro sin resistencia alguna, no refiriéndome solo a su orificio vaginal sino hasta el anal… ooohhh.

Bueno os dejo hasta una nueva experiencia… vale, ya me contáis que os aparecido y hacer posible me lo hagáis saber, bueno os dejo y hasta pronto. Espero que os haya gustado tanto como me gusto a mí, vale os dejo y espero que no seáis muy crueles conmigo, mi email es Jhosua 1970 @ gmail . com , lógicamente va todo junto, hasta pronto.