Vergüenza

Vergüenzas de mujer.

VERGÜENZA

Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa

como la hierba a que bajó el rocío,

y desconocerán mi faz gloriosa

las altas cañas cuando baje al río.

Tengo vergüenza de mi boca triste,

de mi voz rota y mis rodillas rudas;

ahora que me miraste y que viniste,

me encontré pobre y me palpé desnuda.

Ninguna piedra en el camino hallaste

más desnuda de luz en la alborada

que esta mujer a la que levantaste,

porque oíste su canto, la mirada.

Yo callaré para que no conozcan

mi dicha los que pasan por el llano,

en el fulgor que da a mi frente tosca

en la tremolación que hay en mi mano...

Es noche y baja a la hierba el rocío;

mírame largo y habla con ternura,

¡que ya mañana al descender al río

lo que besaste llevará hermosura!