Verga Loca (03)

El consuelo de mi tía

Como les comenté, tras los problemas de mi padre, las deudas que dejo al perder su trabajo, me habían hecho cargo de esas deudas con los bancos, y los gastos de la casa. Mi viejo termino muy mal tras eso, años trabajando en esa empresa y que lo despidan por una falsa acusación, se sintió muy traicionado.

En parte no tuvo apoyo de su jefe, porque en algún momento tuvo líos de egos, por cuestiones académicas, mi padre era bastante inteligente y hábil, sin embargo, no lo ascendieron porque le dieron prioridad a un recomendado del dueño, a todas luces un incapaz, pero así pasa a veces.

Este tipo había llevado casi a la quiebra a esa área, quiso escudar sus malos manejos a su personal, entre ellos mi padre, so pretexto de que él no había podido elegir a su personal, pero en el fondo también ese tipo quiso meter a sus amigos. Así fue que mi padre y otros 2 colaboradores que no eran afines a ese inepto jefe, fueron despedidos.

Mi padre no quiso entrar en líos legales con esa empresa, no pensaba dilapidar el dinero que obtuvo como compensación en una batalla legal con una de las empresas más grandes del país, que lo podía tener en litigios por años. Decidió amortizar parte de sus deudas, y luego invertir en la hacienda del abuelo, que manejaba su hermano.

Así se embarcó en ese proyecto, con fe de que pudiera dar frutos. Hablo conmigo de hombre a hombre, incluso se disculpó por su actuar…

-        Hijo sé que no es la herencia que debí dejarte… deudas y estas cosas… dijo apenado.

-        Lo entiendo… dije, no había sido un mal padre, nunca me falto nada, creía que era mi momento de retribuirle lo que me dio.

-        A pesar de los problemas que tuve con mi padre, no me gustaría tener que vender esa hacienda… igual sigue siendo un patrimonio de la familia... me dijo más animado.

Entendí su proceder, en realidad no tuve mucha fe en su proyecto, pero creí que era lo mejor que vaya y se entretenga en esas cosas, en vez de estar en casa maldiciendo su suerte y estresando a mi madre. A fin de cuentas, siguió el concejo que alguna vez me dijo... No te quedes así, haz algo.

Fue así que me quede con mi madre, en una casa de 2 pisos. Al principio mi madre andaba triste, pero luego fue tomando de hobbie dedicarse a su jardín y meterse a algunos comités de la comunidad. Alguna vez le pregunte por qué no quiso ir con mi padre, me dijo que prefirió quedarse conmigo mientras mi padre sanaba sus heridas y aparte que si me dejaban solo quizás encontraban la casa hecha un desastre a su regreso… sincera mi vieja.

Como parte de su pasatiempo con las plantas, se mudó al primer piso, en lo que fue alguna vez un cuarto de estudio, amoldo su dormitorio, para estar cerca del jardín. Así me quede solo en el segundo piso, con algo más de libertad, con otro cuarto vacío (el que fue el dormitorio de mis padres) y una pequeña sala vacía y una amplia terraza.

Al poco tiempo nos visitó mi tía Consuelo, era hermana menor de mi madre, que vivía en una ciudad de la costa norte del país. Llevaba un par de años separada de su esposo… eso decía ella, aunque no se sabía porque iban y volvían.

Esta vez llego con un primo, un puberto, aprovecho sus vacaciones del colegio para huir también de su ciudad y sus problemas con su pareja. De paso quería que le muestre mi universidad, le hable sobre las profesiones y así su hijo vaya definiendo su futuro, ya que no le quedaba mucho para terminar el colegio. Sin embargo, mi primo se veía más interesado en los juegos y los animes.

Mi tía Consuelo en su juventud fue bastante guapa, gano algunos concursos de belleza en su juventud, lamentablemente se casó con un idiota, que hasta ahora no sabemos por qué... solo sabíamos que la engatuso en poco tiempo. Fue un dolor de cabaza para mi abuela, por la cantidad de pretendientes que tuvo y que rechazo, incluso uno de ellos llego a ser un conocido político.

Recuerdo que en mi infancia había sido de mis primeros amores, era hermosa, alguna vez la vi con su vestido para concurso de belleza y quizás fue el primer amago de erección que tuve en mi corta existencia. A manera de juego, a veces me escondía en su amplia falda… no sabía que repetiría alguno de esos inocentes juegos.

Se conservaba muy bien a sus casi 40 años, era de piel clara, alta (1.75m), ojos verdes, labios carnosos y rosados, cabello castaño, aunque ahora algo rubio gracias a un buen tinte, y no le quedaba mal… mi tía tenía un gran busto, quizás su mejor atributo, y caderas regulares, aunque con el tiempo me parecía que habían ensanchado. Le gustaba vestirse bien, ropa entallada… lo que contrastaba con mi madre que era muy conservadora.

Mi tía consuelo era bastante risueña, habladora, muy cariñosa y por momentos coqueta. Creo que su presencia y estadía le vino bien al ánimo de mi madre.

-        Ay sobrino… estas enorme… me dijo mirándome sorprendida.

Recordé que la última vez que me vio, era puberto como su hijo, casi de su tamaño ahora ya me veía convertido en hombre, más alto que ella. Me dio un cariñoso abrazo, como solía hacer, pude sentir su gran atributo en mi pecho… y tal como en mi infancia, tuve un amago de erección.

-        Que guapo tu muchacho… le dijo a mi madre.

-        Por Usted no pasan los años… se conserva linda, como siempre… le devolví el cumplido.

-        Encima galante, el muy bribón… respondió mi tía coqueta.

Mi tía logro hacerme enrojecer, como la última vez que la visite en su calurosa ciudad, cuando de puberto me atrapo mirándola, con sus shorts cortos y también me sonrió coqueta, entendiendo el efecto que aun causaba en los hombres jóvenes, quizás alimentaba su ego también.

En los siguientes días, me di un tiempo de llevar a mi primito a mi universidad a que me acompañé en mis tramites. Le mostré algunas facultades, contesté sus curiosidades sobre las profesiones, diferencias, en que se aplicaba lo que se aprendía.

-        Hola… ¿Qué tal?... me dijo algo nerviosa Emma.

-        Emma, venía a mostrarle la biblioteca mi primo… le decía.

Al menos mi primo menor fue un pretexto para volver a conversar con Emma, que de alguna manera le enterneció viéndome en papel de hermano mayor. Al menos limamos el nerviosismo generado en ese encuentro entre los libros, lo cual me gusto porque igual tenía en la mira, llevar una maestría y seguiría encontrándome con Emma.

En los siguientes días, seguí con mi papel de hermano mayor, lo lleve al cine, incluso a un centro comercial, donde averiguo que había un campeonato de cartas, de esos animes que el veía. Ese sábado lo llevaría a su campeonato, ya que ese día por la noche regresaba a su ciudad.

Mi tía estaba muy agradecida por el paternalismo con que cuidaba a su hijo, cada vez me abrazaba más fuerte y daba unos besos más efusivos en la mejilla… cosa que me hacía más difícil amagar algunas erecciones.

La noche del viernes tuvimos una cena familiar agradable, a manera de despedida, mi primo estaba emocionado por su torneo de cartas, así que se fue al dormitorio a practicar. Mi madre, tenía una reunión de su comité por la mañana y se fue a dormir temprano. Al final quedamos mi tía y yo conversando…

-        Supe lo de tu novia… me dijo apenada.

-        Me imaginaba… mi madre se lo cuenta a todo el mundo… respondí algo abrumado.

-        Tu madre se preocupa por ti… ¿Cómo estás?...

-        Bueno un poco mejor… enfocado en sacar adelante las cosas de la familia… respondí.

-        Qué lindo oírte hablar así… me dijo emocionada.

Luego ya con mayor confianza me atreví a preguntarle…

-        Tía… eras la chica más guapa de la ciudad… la mujer más bonita que he visto… dije recordando mi infancia, luego agregué… ¿Cómo así te casaste con ese tipo?

Mi tía sonrió bonachonamente, los ojos le brillaron quizás recordando los certámenes de belleza que gano… incluso ganándole a una chica que luego (tras el retiro de mi tía de los concursos) seria representante de belleza del país en el extranjero…

-        ¿La más bonita que has visto?… sobrino te falta conocer más mujeres… dijo burlona.

Su carácter era así, jovial, alegre, quizás herede parte de ese carácter, que a Mili le gustaba porque la hacía reír de cualquier cosa con mis ocurrencias. Y bueno mi tía se había casado con una persona un poco mayor a ella y poco agraciado.

-        No se sobrino… creo que tu abuela me presionaba mucho con los pretendientes que ella quería (médicos, ingenieros, políticos, militares, etc.). Cuando me fui a un evento conocí a tu tío (con el que se casó)… y sentí que no tenía que fingir nada, podía ser yo misma, el tampoco me quiso impresionar… fue algo natural… lo que sí creo es que me case muy joven, quizá debí esperar a conocerlo más … dijo reflexivamente.

Mi abuela la presionaba mucho sobre como vestir, comportarse, etc., siempre la entreno para ser reina de belleza. Cuando tuvo oportunidad de trabajar y viajar, se sintió más liberada… y en esa libertad conoció alguien con el cual pensó que podía seguir teniendo esa libertad. Por eso se casó rápido, un poco también para escapar del yugo de mi abuela y tener su propia vida.

-        ¿Te hubiera gustado casarte con esa chica?... me pregunto.

-        Quizás cuando se fue no lo pensé… pero si tuviera la oportunidad ahora… quizás se lo habría propuesto… pero mi situación es un desastre… le confesé.

-        No te preocupes sobrino… las cosas van a mejorar… tampoco creas que el matrimonio es la solución a todo… te lo digo por experiencia… repuso un poco triste.

Luego me dijo, que yo ya era un adulto, así que quizás ya podía oír estas historias. Entonces me conto alguna de sus malas experiencias con su esposo… básicamente ese tipo con el tiempo se fue volviendo un maniático celoso.

Mi tía atraía muchas miradas y galantería a donde fuera, cosa que ella no retribuía por respeto a su esposo, cosa que recuerdo perfectamente, como en restaurantes, tiendas, toda las personas siempre la trataban muy bien, aparte de su belleza, era su carisma y humildad, el buen trato a los demás… Cosa que a su esposo, sintiéndose poco atractivo, comenzó a hacer mella en su estima… ¿Qué culpa tenia mi tía de que su esposo no se sintiera seguro de el mismo?

Particularmente no creo que es necesario ser guapo para atraer a una mujer bonita, algunos dirán dinero, depende si la mujer es interesada… sino que basta tener algo de personalidad… lo mismo para conservarla… si sales o te casas con una mujer guapa, igual que tú la miraste, otros la verán… así que acostúmbrate, que ella no tiene la culpa… y viceversa.

El carácter de mi tía, jovial, conversadora, amistosa… tampoco ayudo… el tipo comenzó a envenenarse solo, empezó a creer que mi tía coqueteaba con todo el mundo y que hasta tenia amantes... ya veía fantasmas por todos lados. En sus peleas continuas por celos… el comenzó a agredirla verbalmente… tratándola desde puta, mujerzuela, etc…

Al final esos celos enfermizos hicieron que mi tía opte por dejarlo… no quería que su hijo crezca oyendo a su padre tratarla así, porque parecía que mi primo ya comenzaba a querer defender a su madre en sus discusiones. Tras la separación mi primo se fue refugiando en sus historietas.

Terminando su historia, la vi lagrimear un poco…

-        Ay sobrino… a veces una mujer hace todo por conservar su matrimonio… cosas que no pensé que haría… cosas que se podrían considerar denigrantes… repuso.

-        Vamos tía… usted fue una reina (de belleza)… no vale la pena llorar por un sapo… le dije tratando de animarla.

-        Gracias… creo que es hora de dormir… me dijo, sonriendo.

Nos levantamos y subimos al segundo piso. En el pasillo, entre ambos dormitorios, mi tía me dio un abrazo, aunque estuvo un tiempo más aferrada a mí, con sus manos en mi espalda, yo la tome de la cintura, me dieron ganas de bajar las manos a sus nalgas, pero me contuve... Creo que ella necesitaba una muestra de cariño para sentirse reconfortada… luego me dio un beso en la mejilla que roso mis labios y se fue.

Basto eso para llegar a mi dormitorio con una erección… la cual tuve que bajarme con una buena masturbada, en parte recordando las formas de mi tía, que resaltaban mucho en su bata de dormir y que pude sentir más en su último abrazo.

Al día siguiente en la mañana lleve a mi primo a su torneo de cartas, en realidad el evento duraba casi todo el día. Mientras él estaba en su torneo, yo me estaba aburriendo dando vueltas. Cerca de mediodía le lleve una hamburguesa y una soda para que almuerce. Mientras yo hice lo propio… sin embargo, por momentos me invadieron los recuerdos del día anterior…

En mi soñar despierto, aprete demasiado mi hamburguesa… casi como si apretara los senos de mi tía… lo que causo que las cremas salieran por los costados, manchándome el pantalón y camisa… Diablos… y no era una mancha disimulable… al terminar de comer fui al baño intentando limpiar ese desastre, pero nada, tendría que regresar a casa a cambiarme. Lo bueno es que no era muy lejos.

Le avise a mi primo, que casi ni se inmuto, creo que ni se fijó en mi ropa o en lo que le dije, seguía concentrado en su juego con sus nuevos amigos. Incluso por estar entretenido, ni caso le había hecho a la hamburguesa que le compre. Mi primo tenia para un par de horas… así que ni notaria mi ausencia, así como no lo noto en las horas anteriores.

Llegue a mi casa, estaba vacía, seguro mi tía acompaño a mi madre a su reunión. Como hacía calor, aprovecharía en bañarme. Entre a mi habitación, me desnude, tome una tolla y me la puse en la cintura, por de costumbre… hasta que oí un pequeño murmullo… casi como un canto… volteé entre asustado y sorprendido.

-        ¿Qué hace aquí?... solo pude alcanzar a decir.

Vi salir del baño a mi tía desnuda… sus redondos senos, sus anchas caderas, sus bien formadas piernas y su pubis poblado. Luego mi tía reaccionando, con una mano se cubrió los senos y con la otra, se cubrió el pubis.

Era como la imagen del nacimiento de Venus, esa belleza de los cuadros del renacimiento, me refiero a que, evidentemente no era el cuerpo de una joven con todo firme y estrecha cintura, pero se conservaba muy bien, sus formas eran armónicas y se veía abultado donde debía.

-        No estabas con mi hijo… dijo sorprendida.

-        Vine a cambiarme… me excusé.

-        Ah disculpa… es que la ducha del otro dormitorio no tiene buena presión… y ya que estabas afuera, quise bañarme acá… me explico.

-        Ah ok... solo atine a decir sin dejar de recorrer sus formas.

-        Pero… ¿Qué es eso?... exclamo algo avergonzada.

Justamente hablando de presiones, la presión de la sangre en mi organismo termino desembocando en mi verga… la cual estaba bien erecta ante el espéctalo de las carnosas formas de mi tía. Por suerte traía la tolla, pero ya estaba levantada.

-        ¿Y su toalla?… dije intentando desviar la conversación.

-        Me la olvide en el otro cuarto… dijo sin dejar de mirar la forma que dibujaba mi verga.

Avergonzado, me sentía como en los sueños en que eres un niño desnudo frente a un salón de clases… intente cubrirme o acomodar mi pene, para arriba, para que no fuera tan notorio… luego de la sorpresa inicial, ante mi erección… mi tía se sonrió un poco… quizás tomo como halago que despertara esas sensaciones en un joven como yo.

-        Danny… se bueno y dame tu toalla… se atrevió a decirme.

-        ¿Y yo?... me atreví a decir por reflejo, frente a ella me sentía como un niño.

-        Sobrino… yo estoy más desnuda… solo déjame cubrirme un poco… me dijo.

-        Está bien…

Por un momento pensé que quería equiparar las cosas, si yo ya la había visto desnuda, ahora le tocaba a ella verme a mi desnudo. Le pase mi toalla y ella se fue cubriendo, luego entendí que su idea era que yo usara cualquier otra ropa del cuarto para cubrirme, pero me quede embobado viendo las formas de mi tía, solo atine a taparme mis genitales con mis manos.

Era mi amor de infancia, la que siempre me pareció la mujer más linda, no solo por belleza sino también por carisma. Ya de adolescente y adulto, siempre quise buscar una mujer como ella, bonita y con carisma como mi tía. Viviana, una novia de universidad, tenía algo de eso, pero le faltaba un poco de esa coquetería y gracia de mi tía. Mili también tenía algo de su coquetería y gracia, solo que un carácter más impulsivo y celoso.

Mi tía ya con la toalla amarrada al busto y cubriendo su pubis… me miro algo curiosa…

-        A ver muchacho… a ver eso… me dijo.

-        ¿Cómo?... dije sin entender.

-        Vamos… que yo te bañaba desde bebe… respondió, haciendo a un lado mi mano.

No sé si esperaba encontrar el pene de un bebe o un niño… el asunto es que mi verga salió disparada… como resorte…

-        Vaya muchacho… que afortunada tu novia… me dijo gratamente sorprendida y me guiño un ojo de manera algo coqueta.

En un arranque de morbo quizás, se atrevió a tocar con sus dedos la dureza de mi miembro viril, como para comprobar que no fuera una ilusión… eso me dio un escalofrió… sentí su nerviosismo también… ¿hace cuánto no tocaría una verga así de dura? ¿hace cuánto no estaría con un hombre?... llevaba tiempo separada de su esposo.

Me hacía sentido en mi alucinada cabeza, por la excitación del momento, que los coqueteos de los últimos días, los abrazos prolongados y apretándome su pecho, los besos casi rosando los labios. En realidad, era búsqueda de afecto, de calor de hombre que hace tiempo no tenía. Tal vez mis halagos y forma de mirarla, aun de niño enamorado, la reconfortaban y le recordaban que aún era bella.

Tras unos instantes en silencio, mi tía reacciono de su abstracción, se avergonzó de seguir palpando mi tiesa verga ante mi cara sorprendida o extasiada… se alejó nerviosa y me alcanzo mi camisa manchada para que me cubra…

¿Qué? ¿eso es todo?... pensé… luego mi tía, algo acalorada, se notaba en sus mejillas, quizás eso la había calentado tanto como a mí. Sin salir del cuarto, comenzó a arreglarse el cabello frente al espejo de mi cuarto… qué diablos, me dije… mejor pedir disculpas, que perder esta oportunidad…

-        ¿Qué haces sobrino? ¿estás loco?... pregunto sorprendida mi tía.

-        Si… loco por usted… desde siempre… le insinué al oído y ella dejo sus leves forcejeos.

La había abrazado por detrás, una de mis manos apresaba su cintura y la presionaba contra mí. Mi otra mano estrujaba sus senos por encima de la toalla. Por la altura de mi tía, mi tiesa verga estaba rozando la parte superior de sus nalgas.

Mi tía se nuevamente forcejeo un poco, se liberó… aquí viene mi bofetada, pensé mientras intentaba organizar una excusa o una disculpa por mi accionar… sin embargo mi tía volteo, me miro con pasión y me jalo hacia ella, mientras me besaba…

En pocos segundos, su toalla se fue deslizando hasta caer en el piso, junto a mi camisa. Ahora sentía sus grandes senos desnudos contra mí. Yo la abrazaba por la cintura, luego me atreví a bajar a sus abultadas nalgas, sin mayor oposición.

-        No… ¿que estoy haciendo?... eres mi sobrino… dijo separándose, mientras su mirada se poso en mi verga nuevamente, la volvió a palpar.

-        Nadie se va a enterar… me atreví a decirle.

Antes que pudiera reaccionar nuevamente, la jalé de cuello hacia mí, besándola con mayor pasión, sentí su cuerpo relajarse, dejar de luchar… mis caricias en su cuerpo comenzaban a hacer efecto. A estas alturas, ya habíamos cruzado la línea de la cordura… que mas daba avanzar un poco más… comencé a estrujar sus hinchados senos y luego me atreví a succionar uno de sus pezones…

-        Uyyy… sobrino…. Uhmmm… se quiso quejar, pero termino gimiendo.

En el vaivén de besos y manoseos terminamos contra el escritorio. Ya mi tía había dejado de lado su conciencia y me pajeaba tímidamente la verga. En mi excitación, fui volteando de a pocos a mi tía, para que su trasero quede a mi merced, atrapado entre mi ingle y el escritorio.

-        No sobrino… ¿Qué haces?... respétame… Uhmmm… se quejo excitada.

Ya le había insertado la verga por su húmeda vagina, aunque no quisiera admitirlo, esa situación le había causado tanto morbo como a mí. En parte yo también quería dejar de sentirme un niño ante ella… quería tomar el control de la situación… ya no era el niño que ella baño alguna vez, ahora era el hombre que iba a satisfacerla…

-        Ohhh… ¿qué es esto?... Uhmmm… que ricooo… gemía confundida.

Seguía sin acomodarse bien, quizás en su lucha interna entre dejarse complacer y el tabú de nuestro parentesco. Para no dejar que este ultimo pensamiento la acose, comencé a estrujarle sus grandes senos, me atreví a jalonearle sus pezones… y quise incentivar su morbo también.

-        Que ricas tetas tiene… le susurre al oído y se retorció.

-        ¿Te gustan?... pregunto aturdida.

-        Siempre me gustaron… admití jadeante.

Luego ella volteo el rostro con el ceño fruncido, entre sometida y titubeante, jale un poco su cabello y le robe un beso, que correspondió con su lengua. Mientras yo proseguía castigando su vagina, que parecía hacer aguas por todos lados… quizás había mucho tiempo desde que tuvo un encuentro así.

Mi tía intento voltear nuevamente, yo temí que, al estar frente a mí, otra vez le asalten las dudas y pueda huir, dejándome con la verga en ristre. En su medio forcejeo, logro liberarse de mi verga, sin embargo, no la dejaría tan fácilmente… volví a enfilar mi tieso pene entre sus redondas nalgas y para mi sorpresa… ingreso por donde menos esperaba…

-        Uyyy… nooo… ouuu… exclamo adolorida mi tía.

La había enganchado por el ano, ella salto en su posición casi, la mantuve sujeta con mis manos en su cintura… dejo de forcejar, solo el impacto hizo que se detuviera a asimilarlo… mientras sus manos hacían puño sobre el escritorio, su cuerpo se contraía y sus ojos se entrecerraban.

-        No puede ser… me la metiste… uhmmm… dijo casi llorosa.

A decir verdad, antes de penetrarla por la vagina, había notado que su ano no estaba del todo cerrado… luego le encontré sentido a aquello que dijo la noche anterior… “una mujer hace de todo por conservar su matrimonio… hasta cosas que cree denigrantes”…

-        Ayyy… sobrino… me partes… se quejo sin pugnar por liberarse.

Después me confirmaría que, para intentar nuevamente reavivar la chispa de su matrimonio, dejo que su esposo le haga lo que quiera… permitiéndole sodomizarla con tal de tenerlo a gusto… pero el tipo ya estaba enfermo de celos… tras varios encuentros…. pensó que ella quería aprender para practicarlo con sus supuestos amantes… lo cierto, es que impensadamente esto me beneficio…

-        Nunca le había roto el culo a una reina de belleza… le susurre para volver a incentivarla.

-        Uhmmm… nunca me habían roto el culo así… tan rico… confeso con lujuria.

Yo la seguía estampando contra el mueble, en una prueba de su destreza física y flexibilidad (gracias al yoga que practicaba), mi tía llego a subir una de sus piernas al escritorio… abriendo mas sus nalgas para que la pueda clavar hasta el fondo… mis bolas ya chocaban con sus glúteos.

-        Uyyy… siento tus huevos sobrino…Uhmmm… exclamo sorprendida.

Totalmente sometida, mi tía me jalaba las manos hacia sus senos para que los manosee, los estimule y le haga olvidar lo prohibido de aquel encuentro. Luego sin querer, se percató del espejo a un lado de la habitación… sus desnudas y carnosas formas rebotando sometida contra el mueble… con un joven unos 15 años menor que ella, detrás suyo, poseyéndola salvajemente…

-        ¿Soy bonita?... se animó a preguntar, quizás al fin se dio cuenta y por un momento dudo.

-        La mujer mas hermosa que conocí… le susurré y tembló nerviosa.

Tras eso solo se dedico a saborear mi verga en sus entrañas, mirando por el espejo como jaloneaba sus senos y sus glúteos a placer… mientras las pocas gotas de agua en su cuerpo se deslizaban acariciándola y sus curvas saltaban armónicamente… hasta que no resistimos más…

-        Uhmmm…. ahhhh… ohhh… casi vocifero temblando de pies a cabeza.

-        Ohhh… ufff…. exclame satisfecho.

Mi verga comenzó a inundar su poco experto pero diligente ano, mi tía resoplaba delante mío, con algunos espasmos remanentes de mi leche invadiendo a borbotones su cavidad anal. Tras unos segundos en silencio recuperando la respiración… esperaba el incomodo momento que ella volteara, quizás a reprocharme algo… sin embargo…

-        Creo que necesitaba eso… gracias sobrino… me dijo, me dio un beso en los labios.

Luego acaricio mi mejilla con una sonrisa melancólica, tomo la toalla, se cubrió de nuevo y salió algo caminando nerviosa de la habitación… en realidad no sabia si era nerviosa o acalambrada, quizás adolorida porque le revente su poco experto orto.

Mientras yo me deje caer en mi cama, no dando fe de lo sucedido… descanse un rato recordando viejas imágenes de cómo había estado enamorado en mi niñez de esa mujer y como ahora había podido poseerla… sonreí unos minutos… hasta que oí abrirse la puerta… mi mama regresado.

Eso me regreso a la realidad, me bañe y cambie y Sali a buscar a mi primo que había dejado abandonado en ese centro comercial. Al salir evite cruzarme a mi madre y mi tía, creo que dejaría que asimile lo sucedido… mientras yo también lo hacia.

Encontré a mi primo, con la hamburguesa casi sin probar… estos chicos cuando se envician, se olvidan de comer. Ya una hora después, en el camino de regreso, recién probo su fría hamburguesa, mientras me contaba como le fue. Obviamente mi cabeza está en las nubes tras poseer a mi tía.

Ya en la casa, se dedicaron a ordenar sus cosas para el viaje. Al momento de despedirme, ya no vi vergüenza en mi tía, solo me miro cariñosa y con un nuevo brillo en los ojos. Me abrazo largamente y dio otro de sus besos rosando los labios, me guiño un ojo risueña, como sellando nuestro secreto.

Quizás lo que necesitaba mi tía era sentirse valorada nuevamente, querida, deseada. Estuvo atrapada mucho tiempo intentando salvar una relación sin sentido, hasta que se dio cuenta que ella no tenia que cambiar para su esposo, el que tenia que cambiar era él… e

En ese intento de recuperar su matrimonio, perdió parte de su autoestima, dejo de sentirse bonita... Ahora se daba cuenta que podía levantar pasiones hasta en jóvenes como yo.

Meses después me entere que mi tía comenzó a salir con un empresario de su ciudad, dejo atrás su tormentoso matrimonio y se dio una segunda oportunidad de ser feliz. Años después hicieron un tratamiento para tener hijos… quedando embarazada y dando a luz a una hermosa niña…

Quizás mi primita seria la próxima reina de belleza de la familia, aunque mi tía ya había tenido suficiente de esas cosas, no quería repetir los errores de la abuela… solo me decía que su hija seria lo que ella deseara ser… y que mi tía la iba apoyar en todo, para que no termine escapándose con algún bribón que le malogre la vida… lecciones aprendidas…

Solo me comento con algo de coquetería, que quizás mas adelante me visite nuevamente, cuando su hija fuera adolescente… otra vez con el pretexto de que le dé un tour académico por mi universidad… sería un placer… mutuo, le dije.

Continuara…