Verga Loca (01)
Ángel o loca
Empecé mi travesía de pura casualidad. Con esperanza de recuperar a Mili o ir a verla, me metí a estudiar inglés a un instituto. Obviamente había llevado ingles en el colegio, pero nunca le había dado mucha importancia… quizás no lo entendí como me lo explicaron en su momento.
Sin embargo, durante mucho tiempo oí canciones y películas en inglés, sin querer aquello me sirvió, al menos tenía el oído entrenado para ciertas frases y palabras. Así que recién le agarre el gusto al idioma y no me iba mal.
Al inicio del curso hice grupo con un amigo y dos amigas que conocí ahí. Unas de esas chicas, Gianina parecía que se había interesado en mí. Intente no darle muchas alas a aquello, porque estaba en mi plan de viajar y recuperar a Mili.
Pero igual necesitaba conversar con alguien, ya me sentía muy quejoso con Guille y Marce, no les quería caer mal en su floreciente relación. Aparte que ellos me conocían, y tenían una opinión ya parcializada y obviamente a favor de Mili. Además, no quería ir hablando con ellos de mis problemas económicos.
- Quizás no te pueda ayudar con lo de Mili… pero tal vez te pueda ayudar con unos ingresos extra… me dijo.
- ¿Cómo así?... pregunte interesado.
Por un momento pensé que me iba a pagar como a puto. Gianina era una mestiza algo guapa y de cuerpo promedio… si quizás en algún momento de necesidad le iba, porque genera empatía tener alguien que le gustes y te escuche… la formula del mejor amigo o amiga.
- Mi hermana tiene una tienda y necesita personal extra por esta temporada de vacaciones… me dijo.
- Ah, pero… no soy tan bueno para ventas y eso.
A pesar de eso logro convencerme, con aquello que, si ella siendo tímida pudo, quizás yo también, aparte no solo es cuestión de ventas… también podía ayudar en el almacén, manteniendo el stock de productos en la tienda. Me dijo que iban algunos primos de ella, dos chicos más y una chica.
Como para que no sea muy obvio su interés que aparte de ayudarme parecía romántico, le ofreció lo mismo a los amigos del grupo. Edgar dijo que lo pensaría, Raquel se negó a la primera con excusa de otros compromisos.
Bueno, un ingreso extra no me caería mal para amortiguar algunas deudas que me dejo mi padre antes de irse a su aventura a la hacienda familiar en el sur. Al final saque cuentas y regañadientes por ser solo un trabajo de fines de semana. En los días regulares podría seguir con mi empleo normal que no me iba mal.
De paso, pensé, que era una buena forma de mantenerme ocupado y no pensar en mis problemas, menos aún en Mili. Por las mañanas seguiría estudiando temprano, antes del trabajo, luego a mi empleo regular, de lunes a viernes y los fines de semana en la tienda.
Llegue el fin de semana a su tienda, quedaba en el centro de la ciudad, vendían cosas de tecnología, accesorios, como un RadioShack. Al menos conocía de esas cosas, me dije. Me presento a sus primos… parece que Gianina, ya había estado hablando de mí, en su familia… incluso su hermana mayor ya me quería emparejar con ella.
Diablos… esto va ser incomodo, pero bueno, dinero es dinero, son unas cuantas semanas, aguantar nomas con las indirectas. Luego me dieron algunas tareas, de acomodar algunas cosas y después me traerían unas cosas del almacén.
Luego vi una chica entrar a la tienda, de tez clara, labios gruesos, ojos grandes y pardos, cabello castaño corto, de estatura mediana. No era ni delgada, ni llenita, era una contextura intermedia, pero con unas formas abultadas que sobresalían de su ropa suelta… algo así como le dicen, cuerpo de vedette… a esta la atiendo yo… me dije.
- Hola Angeloca… le dijeron sus primos sonriendo.
- Hola muchachos… dijo sonriendo apenada.
Me hizo un poco de gracia al inicio su apelativo, luego de conocerla me hizo sentido también, tenía una cara de ángel y una actitud un poco loca. Tras esa presentación, cada quien estuvo en sus cosas… hasta que ella misma, se acercó y me miro raro… no me reconocía de su familia… quizás ella también pensó que yo era un cliente…
- Hola soy Angelica… me dijo tímidamente.
- Que tal, soy Danny… le dije sonriendo.
- Bueno, mis amigos me dicen Angie… me dijo casi coqueteando.
- Te dicen Angeloca… dijo uno de sus primos bromeando.
- Ay estos… no les hagas caso… me dijo apenada.
Después me daría cuenta porque le decían Angeloca, era un tanto extrovertida, y hablaba sin pelos en la lengua, quizás inoportuna, distraída... pero su locura tenia gracia... a veces te quedaba viendo con sus grandes ojos, que parecía que te auscultaba el alma.
Sobreviví ese fin de semana, entre bromas que se jugaban entre ellos y tratando de acoplarme, en los días de clase, intenté convencer a Edgar, que se animó, para mi suerte. Creo que él tenía más interés en Gianina, que yo, pero ella estaba un poco mas encaprichada conmigo. Y yo mas bien, me estaba fijando mas en su prima, cuyas formas me comenzaban a causar curiosidad.
- ¿Y no te interesa mi hermana?… me pregunto Julia, hermana de Gianina.
- Ah es una buena amiga… yo tengo mi novia afuera… decía excusándome.
Cada que Gianina se me acercaba, yo procuraba pasársela a Edgar y dejarlos conversando, mientras iba a otro lado a bromear con sus primos o me pegaba a Angie, quien parecía corresponder mis coqueteos. Ella igual que Gianina eran menores que yo, unos 4 años.
Comenzamos a ir juntos al almacén, me contaba sus locuras que hizo en el colegio… sabía que yo había terminado la universidad. Me decía que a ella le gustaría ir también a la universidad. Tenía muchos temas de conversación, le gustaba leer noticias. Solo teníamos que disimular ante sus primos, porque ella también se percató que me querían emparejar con Gianina.
Pero, a decir verdad, Angie era un poco descuidada, llegaba un poco tarde, algo distraída y se gano algunos regaños de Julia, después de todo era su negocio. Aunque en realidad parecía que a Angie no le importaban esos regaños.
Un día era cumpleaños de uno de sus primos, tras el día de trabajo, compartimos unas cervezas antes de cerrar la tienda. Ese día le hicieron bastante bullying a Angie con aquello de Angeloca y sus anécdotas de tonteras que decía y hacía, claro que exageraban… pero parecía que si le estaba molestando… hasta que Julia le llamo la atención por algo que había olvidado acomodar en el almacén… casi le advirtió que arregle ese desorden sino podía despedirse del trabajo.
- Toma la llave… no se si hoy o mañana temprano… pero quiero ver eso ordenado… le dijo.
Creo que ese no fue su día de Angie, pero sería el mío. Ya con ese reproche, la confraternidad se enrareció y la reunión se disipo. Cada quien se fue yendo por su lado, solo Angie andaba un poco con la molestia contenida y se fue. Generalmente ellos se iban juntos, pero esta vez no fue así, por ese problema.
Yo me fui a unas cuadras a tomar el bus a mi casa, la economía no estaba para tomar taxi. Hasta que, por la acera del frente, que era un parque, vi caminando a Angie de brazos cruzados con rostro triste, nunca la había visto así. Me acerque a ver como estaba.
- A veces se pasan… pueden ser muy crueles… me dijo, casi lagrimeando.
- Hey… vamos… no les hagas caso… dije.
- No quiero regresar a mi casa aun… me dijo, quería que le pase el mal humor.
- Te invito algo… le dije, pensando un refresco o algo de comer y sentarnos a conversar.
- Una cerveza no me caería mal… me dijo.
Vaya, si estaba de malas… vimos una tienda abierta, compramos unas latas de cerveza, las escondimos en mi mochila y nos fuimos al parque. Nos sentamos en una banca a conversar, ya más en confianza y bromeando, me dio unos palmazos…
- Ay… que flojera ir mañana a arreglar ese almacén… me dijo.
- ¿Si vamos ahora?... le dije bromeando.
- En serio… ¿me ayudarías?… me dijo alegre.
- Solo bromeaba…
- Vamosss… por favooorrr… me dijo, abriendo sus grandes ojos en expresión triste.
Termine aceptando, en mi floreciente ebriedad, al igual que la de ella. Nos fuimos jugando y tonteando en la calle. Llegamos al almacén, abrimos la pesada puerta de metal y nos quedamos adentro, tomando aun lo que quedaba de cerveza y ordenando las cajas que faltaron.
- ¿Sabes bailar?... parece que no… me dijo.
- Bueno... sí un poco… dije apenado.
- Muéstrame… respondió prendiendo una pequeña radio que había en el almacén
Así, hicimos nuestra propia fiesta en ese almacén. Bailando, cantando y tomando cerveza, hasta que en la radio pusieron una canción romántica. Ella jugando me estiro la mano para que la bese y la saque a bailar como en esas películas antiguas. Entre risas comenzamos a pegarnos y sentir sus medianos senos a través del vestido suelto que traía.
- Ya sé por qué le gustas a mi prima… eres guapo… me dijo en su etílica sinceridad.
- Tu tampoco estas mal… tienes unos ojos hermosos… le dije, mirándola.
- Solo eso… repuso abriendo más sus ojos y acercándose.
- Bueno… también tienes bonitos labios… dije sin apartar mi vista de su boca.
- ¿Te gustaría probarlos?... repuso con ojos soñolientos.
No tuvo que decir más, se empino un poco y yo me incline… comenzamos a besarnos a la luz tenue de ese almacén. Angie me abrazo con fuerza, nuestros besos eran cada vez más efusivos… quizás el alcohol, tal vez el mal día que tuvo… graciosamente, Julia que tanto pugnaba por juntarme con su hermana, termino por acercarme a su prima.
- No… se va molestar Gianina… dijo entre besos, pero acariciándome la espalda.
Yo estaba un poco caliente, Angie sabia besar muy bien, mis manos fueron bajando, me daba curiosidad sus nalgas, serian firmes o suaves. Acaricie sus nalgas por encima del vestido y ella abrió los ojos de sorpresa, pero no se opuso, me dejo actuar...
- Ayyy… Danny… que haces… me decía sin dejar de besarme.
Ya en confianza, le estruje sus nalgas, eran suaves… Angie soltó un gemido entre mis labios, me apretó con mas fuerza. En nuestro baile, ya lujurioso, tropezamos y la llave que estaba sobre una de las cajas… termino en el suelo, metida entre unas rendijas de unas cajas en el piso.
- Nooo… Julia me va matar… me dijo reaccionando.
En su semi mareo, por el alcohol y los besos excitados… trastabillo hasta arrodillarse en el suelo y buscar a tientas la llave. Yo la veía morbosamente, como gateaba en 4 patas, buscando las llaves, su trasero redondeado resaltaba y el vestido levantado mostraba sus bien formadas piernas blancas.
- Vennn… ayudameee… me reprocho graciosamente, preocupada por la llave.
Ya uno con alcohol en la sangre, piensa que está coordinado, pero las cosas fáciles se dificultan… más aún se te vienen ideas cachondas. Me puse detrás de ella y le sobé un poco mi verga que iba endureciendo, a través del vestido…
- Uhmmm no… no juegues… que me van a matar… dijo un poco excitada.
- Hazte a un lado… le dije juguetonamente, la tome de la cintura y la culee a un lado.
Luego me tropecé y me dejé caer de lado, Angie se comenzó a reír de mi torpeza y terminamos en el suelo del almacén que estaba alfombrado por viejas cajas. Se echo al lado mío sin dejar de reír, ella se trepo encima y me comenzó a besar nuevamente entre sonrisas.
- Eres un tonto… jajaja… decía entre besos.
De a pocos los besos se fueron calentando, nuevamente pase mis manos se pasearon por sus nalgas masajeándolas. De a pocos fue pasando mis manos por debajo de su falda, primero acariciando sus blancas y bien formadas piernas, hasta llegar nuevamente a sus glúteos y manosearlos apenas por encima de la ropa interior.
- Uhmmm… que bandido eres… Uhmmm…
A decir verdad, traía una ropa interior de abuelita, de esas mata pasiones, que tapan casi todas las nalgas. No me desanime, intente incentivar indirectamente su pubis, jaloneando su ropa interior para que comenzara a hacer presión en sus labios vaginales.
- Ayyy… nooo… qué diablos… uhmmm… dijo dejándome actuar.
Ante su complicidad, comencé a bajarle su ropa interior, mientras, también me iba bajando el pantalón, intercalando, un poco de cada cosa. Una vez que mi verga estuvo apenas atrapada por mi ropa interior, la acomode encima mío, para que la sienta.
- Uhmmm… que dura la traes… me dijo sorprendida,
- Así me la pones… le dije y se excito más.
En esa posición, con ella echada casi encima mío, me iba ser difícil embocarle mi verga, De a pocos la fui girando para que termine debajo de mí, en la clásica posición del misionero. Ella se dejó llevar sin protestar. Me fui acomodando entre sus piernas, sin dejar de besarla…
- Ohhh… Uhmmm… me la metiste… Uhmmm… exclamo con graciosa mueca.
Ya le había insertado la cabeza de mi verga, por su húmeda vagina. Angie se contrajo y fue resistiendo que la vaya empalando de a pocos. Por momentos se contraía y me arañaba la espalda con pasión, transmitiéndome todo su dolor, no parecía tener mucha experiencia.
- Ohhh… me entro todo… Uhmmm… susurro abriendo sus grandes ojos.
Subí una de sus piernas y empecé a meter y sacar mi verga de su tibio interior. Angie empezaba a estremecerse, no sabía qué hacer para soportar esas sensaciones, por momentos su rostro de lado y yo le besaba el cuello, en otros momentos me besaba, jalándome los labios con pasión.
- Ahhhh… siii… siii… Uhmmm… gemía a un lado de mi oído.
Mientras yo pugnaba por bajarle el vestido en la parte superior para apreciar sus senos que también tenía curiosidad de conocer. Tras un forcejo, logre bajar un poco su brassiere y apreciar, sus magníficos pezones rosados. Los engullí con pasión, eso la hizo temblar de pies a cabeza.
- Queeee… ohhh… Uhmmm… exclamo complacida.
Ya tenía a Angie a mi merced, ella con una pierna apresaba mi cintura para que no la dejara… solo que, de un momento a otro, salió de su trance…
- Ayyy… me gusta… pero necesito otra posición… me dijo desinhibida.
- ¿Cómo te gustaría?... le dije dispuesto hasta colgarme del techo.
- Me gusta encima… me dijo.
Me eche boca arriba y Angie, se ubicó encima mío, clavándose mi verga de a pocos, una vez que la tuvo toda adentro, comenzó a moverse circularmente, luego adelante y atrás… para finalmente empezar a brincar sobre mi verga, mientras yo la tomaba por la cintura y en otros momentos le estrujaba los senos.
- Ohhh… siii… asiii… que ricooo… gemía Angie.
Entendí porque no le gustaba estar echada, la unión de algunos de los cartones de las cajas, hacia incomodo estar así, más aun con el peso de otra persona encima. Me dediqué a soportar esa incomodidad, viendo saltar sus senos y contemplando a Angie en su trance… tras algunos minutos, la vi estremecerse y gritar satisfecha….
- Ohhh… Uhmmm…. ufff… Ayyy Dannyyy… luego se rio nerviosamente.
Había llegado a un rico orgasmo y no sabía cómo actuar… una vez que termino de disfrutarlo, pasándose se la lengua y mordiéndose los labios… reacciono…
- No sabía que se sentía así… me confeso sonriendo aliviada.
- ¿Qué cosa?... dije intrigado.
- Un orgasmo… repuso tímidamente.
- ¿En serio?... pensé que… dije sorprendido, quizás me equivoque y era virgen.
- No… bueno… si lo he hecho… pero nunca llegue.
- Oh… entiende… repuse.
- Pero… ¿Y tú?... me dijo.
- Yo bien… no te preocupes… le dije.
- Te falto mucho… repuso apenada.
- En realidad, un poco… conteste.
- Ya se… ¿Cómo te gustaría (para que llegues)?... me dijo.
- Puede ser… en 4 patas…
- Siii… ya me había excitado sentirte atrás… me confeso.
Parece que mi jugueteo mientras ella buscaba las llaves, la había calentado mucho. Se ubico en 4 patas obedientemente, con los codos en el piso y las piernas abiertas. Debía reconocerle su proactividad, y su deseo democrático de que ambos lleguemos a un orgasmo.
Una vez detrás de ella, vi aquel hermoso paisaje que me ofrecían sus bien formadas nalgas, no eran enormes, pero si carnosas y había de donde agarrar para cabalgarla. Su vestido estaba arremangado en si estrecha cintura y seguía con sus medianas tetas libres.
Nuevamente la penetre y ella se contrajo, no sé si andaba muy sensible por su reciente orgasmo o simplemente le sorprendió que entrara tan rápido en su aun mojada vagina.
- Uhmmm… siii… otra vez… gimió como animándose a llegar a un segundo orgasmo.
Empecé a bombear su blanco y gordo trasero, viendo como rebotaba su piel, Angie comenzó a disfrutarlo y a culearme torpemente, como les dije, por su accionar, se notaba que aún era novata, pero todos empezamos así… ganas no le faltaban de hacerme llegar.
- Ayyy… no sabía que era tan rico asiii… Uhmmm… confeso alucinada.
Parecía que en su corta experiencia era la primera vez que se dejaba clavar por detrás, y lo estaba disfrutando… luego incremento su morbo al voltear a verme. Observo como enloquecido taladraba su vagina, atrayéndola y alejándola cada vez con más fuerza. Esta visión la hizo abrir los ojos y luego entrecerrarlos con la lengua jugando con sus labios.
- No puede ser… nooo… nooo… Uhmmm… exclamo nuevamente Angie temblando, al llegar a su segundo orgasmo.
Esta vez si la pude acompañar… la visión de su bien formado culo blanco, sus tetas saltando de lado y su rostro disfrutándolo, me hizo llegar violentamente, descargando una gran cantidad de semen en su interior. Cosa que la sorprendió, yo también llevaba un tiempo abstemio.
Angie dejo caer su cabeza en el piso acartonado, mientras unos espasmos residuales la recorrían de las nalgas a la coronilla. Una vez pasado el clímax y la recuperación del ritmo normal… me deje caer a un lado de ella.
- Eres un loco… me dijo sonriendo un poco avergonzada de lo que hizo.
- Me contagiaste… me atreví a decirle y se rio de buena gana.
Luego con sus senos aun libres, se echó de lado encima mío y continuamos besándonos, mientras acaricia. Estuvimos un rato así y luego nos acicalamos y terminamos de ordenar las cosas, ya era cerca de media noche. Recuperamos la llave… aun con alcohol en la sangre, no había mucha incomodidad por lo sucedido, más bien seguíamos jugando entre besos y manoseos.
Después Angie me confesaría que tenía un novio, de su barrio, con el que había terminado justo un día antes. A decir verdad, no la había estado pasando bien durante el día, sumado a las bromas de sus primos y el regaño de Julia, por eso la encontré llorosa vagando por el parque.
Me dijo que hacía poco que había perdido su virginidad con ese chico. Además, que, al principio el chico fue muy comprensivo y lindo con ella, la espero, la enamoro, su primera vez fue linda… en un bonito hotel, con pétalos de rosas y demás. Me hizo recordar la primera vez que desvirgue a una novia de universidad, Viviana.
Pero luego me dijo que, tras la primera vez, su novio se volvió un poco torpe y desesperado en el sexo, casi siempre la dejaba a medias mientras él se satisfacía. Bueno, al menos conmigo había cubierto parte de su déficit de orgasmos me dije… me confeso que era un buen chico su novio, que no sabría como lo vería después de eso, parecía que tenía aun deseos de reconciliarse, como es habitual con las chicas que por primera vez lo hacen con el novio que les gusta.
Tampoco es que quisiera tener una relación romántica con ella, quizás coincidimos en nuestras desilusiones. Ya me hacía sentido porque se sorprendió que, tras Angie llegar a su primer orgasmo, yo no estuviera desesperado por llegar, a diferencia de su chico que se satisfacía y no le importaba ella… mientras yo le di la preferencia a ella. Luego también me beneficio, ya que en recompensa me permitió ser el primero en darle por atrás.
Si bien con un poco de vergüenza, me dijo que era la primera y última vez, las semanas siguientes, entre broma y broma, terminamos haciéndolo algunas veces más en ese almacén… mi situación económica no era tan buena como para pagar un hotel, mi casa con mi madre rondando tampoco era buena opción… aparte que nos generaba cierto morbo hacerlo ahí… creo que también era como la revancha de Angie ante los regaños de Julia.
Todo funcionaba bien… hasta que… fuimos descubiertos… por suerte no de manera infraganti…
- ¿Qué es esto?... cochinos… exclamo Julia al darse cuenta.
Parece que, sin avisar, Julia al detectar cosas raras, había mandado a poner cámaras en el almacén… sospechaba que uno de sus primos resulto que le estaba robando mercadería… primero una que otra cosa, al notar que no era descubierto, se fue llevando más y más… a veces ni en la familia se puede confiar, pensé.
Así pues, mientras veía los videos de uno de esos fines de semana, al adelantar la grabación rápidamente, vio algo extraño… primero pensaron que éramos ladrones que habíamos entrado de noche a robar. Luego nos reconoció, pensó que quizás nosotros también le estábamos robando.
Hasta que ahí aparecimos Angie y yo semidesnudos, suerte que las cajas nos taparon un poco, pero era evidente lo que hacíamos… horrorizada Julia casi me manda a sacar a patadas… Gianina quiso defenderme, pero luego se enteró de lo sucedido y se sintió traicionada…
- Es una perra… exclamo con justa razón Julia.
Tras el primer encuentro con Angie, le había gustado ser poseída en 4 patas y se nos hizo una costumbre, hacerla llegar primero como le gustaba y luego como a mí me gustaba, y que Angie había aprendido a saborear también. Claro que, entre ambas posiciones, también exploramos otras, Angie era flexible y muy desinhibida para dejarse guiar y aprender nuevos placeres.
Solo me quedé con ganas de iniciarla analmente, pensé que hasta ese momento era muy pronto, quizás la asustaba… pero estaba en mi agenda desvirgarla analmente… solo que la infidencia de la cámara, frustro mis intenciones… Tanto Julia ni Gianina podían verme en pintura.
Aunque nunca le di expectativas de algo a Gianina, y creo que fui claro con Julia al respecto, a veces algunas chicas (y chicos también) se generan expectativas que, tras ayudar a alguien, pueda surgir el amor… pero tampoco puede ser un chantaje apoyar a alguien… si no te enamoras o sales como yo quiero… te boto… ya deja de ser una ayuda desinteresada, casi hasta acoso.
Como verán termino mal la cosa… Angie que ya se las olía, quizás ya le habían avisado lo de la cámara, no se apareció, al menos se evitó el regaño y el despido que me comí yo… en realidad no la volví a ver, creo que se amisto con su novio o le enseño los trucos que yo practique con ella.
Las semanas siguientes en el instituto, la amistad se rompió en el grupo… al menos Edgar debía agradecerme que ahora Gianina andaba con el más apegada. Solo Raquel me hacía compañía eventualmente. Al final de cuentas tuve que dejar de estudiar inglés para pagar otras deudas…
Así que no me hice gran problema por eso... apenas si los conocía… solo esperaría a tener nuevamente buenos ingresos para retomar los estudios y quizás tentar al ansiado viaje en busca del perdón de Mili.
Continuara…