Verano de Relax (1)

Una chica y su novio alquilan un apartamento para pasar unas vacaciones de relax

Me llamo Beatriz soy una persona de 25 años con una vida tranquila que trabaja como auxiliar administrativo en una importante empresa de Mallorca.

Físicamente soy una chica de un metro sesenta  con melena morena rizada que me llega a media espalda delgada. Mis pechos aunque no muy grandes tienen una forma redondeada coronados por unos bonitos pezones rosaditos, estos cuando se excitan se tornan más oscuro y pequeños, además de quedarse perfectamente erectos mirando hacia adelante. Tengo un trasero con cierto tono brasileño, ni muy gordo ni muy delgado, ligeramente empinado hacia arriba y bastante duro, debido a mis clases de spinning. Mi culo luce perfecto cuando alguna vez me pongo  tacones para salir de marcha, aunque generalmente voy plana, ya que es lo que me resultaba más cómodo en mi día a día.

Soy una persona muy tranquila centrada en su rutina de trabajo, pareja y familia. Mis años de universidad han quedado atrás y ahora junto a mi pareja planeaba comprar una vivienda y asentar la cabeza.

Mi novio es un chico católico, de buena familia, también centrado en su trabajo y su pareja. Vamos lo que suele decirse un buen chico, un poco soso, pero muy buen y atento conmigo. En la cama nada fuera de lo normal, como iba a descubrir más adelante.

Este verano para las vacaciones habíamos alquilado una apartamento en la costa, cerca de portocristo (zona de playa mallorquina), junto a mi chico. Esperábamos relajarnos junto al mar y desconectar de la realidad.

Llegamos a los apartamentos un viernes por la noche con todo lo necesario para pasar dos semanitas de relax. Lo colocamos todo en el apartamento y nos dispusimos a descansar. Ambos estábamos cansados de la mudanza así que nos quedamos en casa para estar a tope al día siguiente.

*Al día siguiente por la tarde bajamos a la piscina a tomar un poco el sol y bañarnos, mi chico se fue sobre las 6 porque quería dar una vuelta por la urbanización en bicicleta y yo me quedé tomando el sol.*

*De repente me fijé en un chico, al principio no lo había visto, estaba en un rincón del césped tirado en su toalla, pero ahora se había incorporado y la verdad que se me heló la sangre.*

*Arturo era un bombero de 1.70, bastante fibrado y con el pelo rapado. Sobretodo tenía una mirada que helaba la sangre, en el momento en que se cruzaron nuestras miradas me sentí desnuda y no pude hacer más que bajar la mirada hacia el suelo y respirar hondo. Al levantar la vista él no había dejado de mirarme y una sonrisa pillina se dibujaba en su rostro.*

*Lo que más me llamaba la atención de él, a parte de sus ojos, era su espalda y sus brazos que se veían fuertes pero sin ser exagerados. Su piel de un tono canela le daba un tono de clase al conjunto de su cuerpo, pero su mirada...su mirada me estaba atravesando.*

  • Por dios! qué tío más bueno! - Pensé

*Pero no le di más importancia, qué estaba pensando! estaba allí con mi novio qué hacía fijándome en otro chico y lo más importante ¿quién era?*

*Cuando se hizo la hora subí a mi apartamento y me empecé a desnudar en la habitación. Mi chico había ido a dar un paseo en bicicleta así que era una situación de lo más relajant e iba a disfrutar a tope de la ducha.*

*De repente cayó algo del bolsillo de mi pantalón.*

“Mañana te espero a las 5 en la piscina, ponte lo que he dejado en la puerta Princesa”

*Respiré  hondo. Tenía muchas preguntas en la cabeza. ¿Quién me había dejado la nota en el bolsillo? ¿Sería el chico de la piscina?¿Sería mi novio, aunque no era propio de su mentalidad sorprenderme? ¿Qué había frente a la puerta del apartamento?*

*Una tormenta de ideas cruzaban mi mente dejándome aturdida, en shock y muy intrigada. Sin poder aguantar más abrí la puerta y allí estaba: una caja pequeña  del tamaño de una caja de zapatos. Un escalofrío recorrió mi espalda, se me aceleró la respiración y podía notar un cosquilleo palpitando, despacio, incesante pero constantemente en mi coño. La cogí sin saber muy bien lo que hacía, ¿en qué me estaba metiendo? ¿porqué cogía aquella caja si ni siquiera estaba segura de lo que había dentro?*

*Abrí la caja y me encontré unas sandalias con unos 7cm de tacón de color rojo, tenían una tira que daba dos vueltas al tobillo y dejaba dos dedos al descubierto.*

  • Pero qué bonitas!

*Me las probé, eran mi número y mi culito se alzó bajo el bikini, pegándose un poco más a la espalda. La verdad es que estaba mucho más sexy con ellas puestas, iban a juego con el traje de baño que me había comprado para el verano en tonos rosa y marrón.*

*Tenía un nudo en el estómago por un lado me encantaban las sandalias, pero por otro lado me resistía a bajar con ellas a la piscina  no eran mi estilo.*

*Durante el día fuimos a una playa que estaba cerca del apartamento. Yo estaba medio nerviosa y excitada, no voy a negar que me calentaba imaginarme entrando en la piscina con las sandalias en plan victoria secret, pero por otro lado no sabía como se tomaría mi chico que me vistiera así para ir a la piscina de los apartamentos.*

*Cuando llegamos él me dijo:*

(Él) - Te importa si no bajo a la piscina, Bea. Es que estoy un poco cansado de Sol

(Yo) - Claro que no cielo, quédate y descansa, Yo voy a darme un chapuzón

(Él) - Un beso guapa, nos vemos luego

Era mi oportunidad! Escondí las sandalias bajo la toalla y salí nerviosa hacia la piscina. Entré en la piscina como si de una pasarela se tratara, vestida únicamente con mi bikina y mis sandalias nuevas. Aunque estaba un poco avergonzada me estaba gustando mucho la admiración que despertaba a cada paso, mis pechos saltaban como jugueteando bajo la tela del sujetador y mi culo se veía mucho más prieto con esos tacones. Esta situación era algo nuevo para mi, no estaba acostumbrada a tener la atención de tanta gente y mucho menos a exibirme en una piscina.

Llegué al sitio que había elegido para extender la toalla y entonces le vi, estaba en la zona menos profunda de la piscina con los brazos apoyados en el borde, su sonrisa era aún más marcada que el día anterior y no me quitaba la mirada de encima.

Ahora estaba segura, era Él!