Verano de 1980

Fue uno de los más importantes de mi vida.

Verano de 1980

1ª Parte

En ese año tan especial para mi, el maestro Hitchcock murió y John Lennon fue asesinado. Rodríguez de la Fuente tuvo un fatal accidente mientras realizaba un vuelo. Me acuerdo perfectamente de esos hechos, porque los tres eran mis ídolos en esa época, y sentí mucho su pérdida. Pero sobre todo me acuerdo de 1980 porque fue el primer año que trabajé la temporada de verano fuera del control paternal. No solo por eso, ese año fue un punto de inflexión en mi vida. Terminada la temporada me matriculé en la facultad y lo más importante de todo, me enamoré y así sigo hasta hoy. Aviso, este relato no está escrito pensando en el sexo, si este aparece es porque existió. No busco complementarlo con escenas inventadas. Me puede fallar la memoria, pero no voy a usar la imaginación (y ojo que tengo mucha...). Al fin y al cabo esto es una especie de confesión. Daré pinceladas de encuentros que sucedieron, otros muchos, por su poca importancia o por ser repetitivos, ni siquiera los mencionaré.

Sonrío mientras termino de escribir en esta especie de extraño relato. Siento que estoy plasmando experiencias de mi adolescencia que aun mantengo frescas en mi memoria. Reconozco que me divierte mucho, aunque también es cierto que me crea un cierto estado de melancolía, me vienen a la cabeza situaciones y vivencias con personas que ya no están con nosotros. Por fin, hace unos días me decidí escribir y colgar relatos eróticos en una web muy conocida en el mundillo hispano. Le estoy cogiendo gusto a esto de inventar historias. Estoy sentado en mi jardín. Tengo la pierna escayolada desde hace días. Mi hijo pequeño animó a los niños de mis vecinos para que me dibujaran en mi yeso. Se han encargado hace un par de días de convertir mi escayola en una obra digna de las peores pesadillas de Miró. Todo son colorines. Me da hasta dolor de cabeza si la miro mucho rato con fijeza. Cuando estoy solo, le pongo un trapo encima. Que descanso...Mi lesión es el resultado de una entupida caída en moto cuando intentaba subir un bordillo resbaladizo por la lluvia. Esa es otra gran pasión. Las dos ruedas. Soy motero desde bien jovencito. He tenido muchas motos. En la actualidad tengo una 1300cc de turismo. Tiene ya 25.000 Km. Mi mujer es aun más motera que yo. Siempre que puede, me acompaña en mis escapadas. A veces me anima a que nos marchemos a desayunar y demos una vuelta por donde sea. Ella también la sabe llevar, de hecho las ha llevado casi todas las que me he comprado, salvo en periodos de embarazo, aunque no es tan tragamillas como yo. Al rato se cansa y se sube otra vez de paquete. Bueno que me enrollo... estaba diciendo que he aprovechado esta situación de impas para colgar varios. Me salen un poco al tum tum, quizás debería reflexionar más antes de darlos por terminados. Mi mujer trabaja media jornada. Es asesora fiscal. Yo tengo mucho tiempo libre por la mañana. Aun me quedan unos días hasta que me quiten el yeso. Mi trabajo lo cubre de momento un compañero. No son mis primeros relatos escritos. Siempre he sido un lector algo compulsivo y he devorado infinidad de libros. Tengo escritas varias series que tratan sobre historias de misterio y de ciencia ficción, temática que me apasiona mucho más que esta, pero esos no los ha leído nunca nadie. Ni creo que suceda en el futuro, los cree para disfrutarlos yo y tampoco se muy bien donde colgarlos, que esa es otra. Hoy mi blog le ha tocado registrar mis vivencias como adolescente en aquel caluroso verano de 1980. Es, el único relato donde me voy a situar de protagonista y salvo el novelado necesario para conectar las diferentes situaciones, por un a vez, se aproximará mucho a la realidad que recuerdo haber vivido en esos momentos. Contaba entonces con 17 años. Terminé el curso con notas regulares pero sin ningún suspenso. Reconozco que estaba bastante cabreado con mi padre y viceversa. El era el director de un camping y cada año le ayudaba en la recepción durante la temporada de verano. La temporada anterior, había resultado bastante complicada para mi y la confianza que mi padre me tenía depositada había bajado muchos enteros. No me extrañaba. Mi madre ese verano llegó a retirarme incluso la palabra. No exagero. Fue un verano realmente tremendo en fiestas y follones. Mis hormonas estaban totalmente desbocadas y me costaba mucho controlarme. Vamos, que estaba caliente todo el día. Me metí en varios líos de faldas y alguna pelea. Al final, mi progenitor me amenazó con ser el último año que trabajaba para el. Me advirtió que me olvidara de no dar golpe en verano. El se encargaría de eso.

Se puso manos a la obra y gracias a sus contactos me buscó una plaza en un gran hotel de lujo que hay cerca de la población. Estaba situado una zona pintoresca y bonita de la costa, su propietario y mi padre eran amigos desde hacía muchos años. Me presenté a la entrevista y parece ser que di el perfil, tanto en imagen como en conocimientos. Durante varias temporadas desde que era casi niño, había bregado con turistas de diversas nacionalidades, aprendiendo a hablar entre regular y bien varios idiomas. La escritura, salvo los dos que siempre he estudiado como lengua extranjera, me resultaba más difícil. Como dice la frase, "Era joven, pero suficientemente preparado". Me mandó visitar a la Gobernanta para que me diera el uniforme. Este consistía en 3 juegos de camisas blancas, 3 corbatas oscuras con la insignia en hilo de plata del establecimiento, una especie de esmoquin gris muy oscuro y dos pantalones grises con raya fina. Me probé el conjunto y me quedé bastante jodido mirándome al espejo, hasta esa fecha, salvo situaciones especiales, no había usado un traje en mi vida. La ropa era ligera pero era verano y en la costa, podemos sufrir temperaturas altas y grados de humedad para quitarte a cualquiera las ganas de salir de casa en todo el día. Al menos trabajaba con aire acondicionado, pero en ocasiones ni aun así evitó que sudara como un pollo. No me quedaba mal, aunque me retocaron varias cosas, siempre he tenido buena planta. Ya en esa época medía metro ochenta y dos y pesaba unos 78 Kg.. Soy moreno, ojos color ámbar, es sido muy deportista toda mi vida. Durante 5 años fui jugador de división nacional en de un deporte que prefiero no mencionar (nunca se sabe quien puede leer esto y empezar a atar cabos).Haciendo un inciso, ahora me doy cuenta que siempre procuro que el protagonista de algunos relatos sean deportistas. Debe ser una obsesiva fijación personal mía por las experiencias reales que he vivido en la competición. En esa época había ayudado al equipo a subir a 1ª nacional y estaba súper satisfecho de la temporada que habíamos hecho. Mi club, se apresuró (al saber el cambio en mi situación laboral) a contactar con el director del centro hotelero y llegaron a un acuerdo para que tuviera licencia unos determinados días del verano, debía jugar en varios torneos. Uno de ellos en Francia.

El primer día, me presentaron a todo el equipo de recepción y de conserjería. Eran casi todos, gentes relativamente jóvenes, muy educados y profesionales. Congenié con un compañero de recepción, estaba estudiando la carrera de turismo y era su segunda temporada en el hotel. Era un tío súper simpático y con bastante atractivo. Muy buena persona. Jugador empedernido de fútbol, militaba en una división regional. Era un poco más alto que yo, uno o dos centímetros y de parecida complexión física. Tenía 18 años. Creo que me adoptó como su nuevo compañero-amigo novato. Aun hoy en día, nos vamos a cenar solos de vez en cuando, con permiso claro está, de mi amada esposa y sus ocasionales parejas. Volvemos temprano y sobrios.....casi siempre.

Esa misma noche, tomándome una copa con el, me advirtió sobre las relaciones empleados-clientes. Era el segundo año que trabajaba allí y tenía hecho un planning personal, paralelo al de recepción, donde por las reservas recibidas en el hotel, sabía cuando le iban llegando sus esperados rollos veraniegos. La hija de no se quien...la mujer de fulano....la separada...joder con el tío, no perdía puntada. Y lo más importante, ya eran repeticiones del año anterior. Seguro que la lista sufriría bajas, pero también habría altas nuevas. Era todo un veterano. Yo a penas podía esconder mi admiración. La verdad es que en esos momentos, todo lo que fuera sexo y relaciones me interesada muchísimo. Antonio estaba claro que jugaba ya en una división superior. Me dijo que si era listo me iba a hinchar de follar, pero tenía que ser inteligente y tener claro algunos conceptos básicos. Lo primero, el disimulo. No debían pillarnos nunca con una cliente en una situación comprometida, ante la duda... mejor no hacer nada. La segunda: la indiferencia. Ante los demás, salvo que ella quisiera entablar conversación con nosotros, muestra actitud debía ser neutra y respetuosa. No comprometer a nadie con miradas fuera de lugar o gestos que denunciaran algún tipo de relación. Y la tercera, la prudencia. Me dijo: te encontrarás en situaciones en las cuales, la acompañante, la hija o la sobrina por ponerte un ejemplo ,buscaran echarte un polvo, a veces para pasar un buen rato, a veces porque le gustas y se han calentado contigo., pero en ocasiones lo harán a para joder a la pareja o a la familia. Ojo con quien te acuestas. Aquí viene gente importante y con mucho dinero. Algunos quizás sean auténticos mafiosos. Ves a lo seguro....no te compliques con gente que puede terminar pegándote un tiro o haciendo que te lo peguen. Noolvides lo que te digo. Por muy buena que esté, si puede haber problemas, no te metas en su cama. Estamos en la costa. A tres kilómetros de este hotel hay más de cincuenta discotecas y cientos de miles de personas. Hay donde elegir, me entiendes, el año pasado, un chaval que estaba en la conserjería fue despedido fulminantemente cuando lo pillaron con una cliente en los lavabos de la playa. Cuando se enteró el marido, no se como, consiguió bajar hasta las zonas de vestuarios, siguiendo al chico como si fuera un perro rabioso.. Tuvieron que separarlo entre varios camareros. Lo amenazó de muerte, incluso apuntadote con el dedo como si fuera una pistola. Vino la policía y todo, te puedes imaginar la que se lió. .

Tomé buena nota. Su mensaje estaba claro. Hay mil presas en el mar, no te tragues al erizo. La verdad es que sin ser conscientes, Antonio y yo empezamos a formar un equipo perfectamente sincronizado. Tanto en nuestro trabajo, nos hicimos respetar por los demás pues éramos bastante rápidos y eficientes, como de compañeros noctámbulos. Os aseguro que la costa siempre ha sido un desmadre de mucho cuidado en verano y siempre lo será. El jefe de recepción, un buen hombre que era un trozo de pan, por cierto fallecido desgraciadamente el pasado año, nos llamaba a nuestras espaldas el "dúo dinámico" . Y no era por lo bien que cantábamos, eso os puedo asegurar que lo comprobé una noche en un karaoke. Ese día celebramos mi décimo octavo cumpleaños. Los cumplo el 1 de julio. Llevaba trabajando casi un mes. Fuimos a ese lugar con dos amigas holandesas que después os hablaré más adelante de ellas. Anda que si tuviéramos que ganarnos la vida cantando....Antonio era realmente terrible, yo me las arreglaba para más o menos mantener el tono y el ritmo. El cantaba por libre, no era capaz de esperar a que comenzara la estrofa. Le daba igual. Pegaba unos alaridos estridentes con tal entusiasmo que cortaba la respiración. Fíjate con el tiempo que ha pasado desde esa noche y el dueño del antro, amiguete mío y bastante anciano ya, aun se acuerda del panzón de reír que nos dimos escuchando las descompasadas baladas de mi colega.

A la semana de trabajar en el hotel, Antonio vino muy excitado y me dijo Pedro, tío, mañana viene la familia XXXX . Eran holandeses. Miré el planning y si, efectivamente, había una entrada de 4 personas con ese apellido, repartida en dos habitaciones dobles. Parece ser que el año anterior había estado saliendo con la hija pequeña durante el tiempo que pasaron de vacaciones en el hotel. Me dijo , tenemos un pequeño problema, hace dos semanas Sofía me mandó una carta a casa y me dijo que este año venía con su hermana mayor. Que estuviera tranquilo que era muy cachonda y potable, pero que no quería ni podía dejarla colgada. Parece ser que ha roto con su novio y está algo tristona. Mira de meter baza. Tiene veintitrés años. Algo mayor para tu gusto, ya lo se, (sabía que me dedicaba a las chicas de mi edad o algo más jóvenes) además, con la planta que tienes no creo que se note en absoluto y si eres un buen amigo como espero que lo seas.... usarás ese pico de oro que tienes cuando quieres conseguir algo, venga..... verás como sale bien, pero macho empieza a despabilar, , recuerda que aquí igual se te presenta un día una de cuarentona requete buena y con ganas de comerte.. Esto va como va, "abre tu mente" (esa y " mierda" son sus dos principales expresiones favoritas). Veremos a ver como nos lo montamos cuando lleguen..

Pues vale... si tú lo dices. Al día siguiente, por la noche, cuando me incorporé a mi puesto, vi que Antonio revoloteaba nervioso por la conserjería. Yo estaba de mal humor, mi moto se había negado a arrancar y le había tenido que pegar un montón de patadas a la palanca para llegar a tiempo al trabajo. Cuando los clientes nos dejaron algo tranquilos, se acercó y me dijo al oído Están cenando en la mesa 8 del primer comedor. Sofía me ha pedido que cuando llegues pases por allí para que la hermana te eche un vistazo. La más tetona es la hermana. Hemos quedado esta noche para salir y si le gustas, nos vamos los cuatro, venga...espabila. Mientras me explicaba el asunto, me ajustaba la corbata como si fuera mi madre. Joder, deja la corbata en paz hostia, me estás poniendo nervioso...venga dame esos papeles y me acercó a facturación. Cuanto antes termine esto mejor. No estaba seguro de que me gustase la idea de la cita a ciegas. ¿Y si no me gustaba ella a mi? Yo hacía mis pinitos de ligón con otro sistema, observar, escoger, aislar a la presa y atacar a fondo. Y veces también, huir precipitadamente con el rabo entre las piernas. Me pasé por el comedor con toda la naturalidad que pude y la suerte me ayudó algo para poder observar con tranquilidad a los recién llegados. En ese momento, flameaban unos crepes y varios clientes salían del comedor. Esperé con educación que pasaran junto a mí.... miré en primer lugar y con detenimiento a la novia temporal de Antonio. Me picaba la curiosidad. Ella me observaba disimuladamente con una media sonrisa. Me repasó de arriba a abajo. Tengo que reconocer, sin falsa modestia que yo era bastante más guapo de cara que mi compañero (dicho por las chicas en general, no es mi opinión, solo lo expongo como un hecho), pero también más serio, aunque bastante irónico, menos dado a la risa fácil. Antonio cuando se reía contagiaba su buen humor a su alrededor, su simpatía atraía a las mujeres como un imán.. Era y es un crack. Estoy seguro que nunca leerá esta historia salvo que yo le indique la forma de hacerlo. Si algún día lo hago, creo que pasaremos un rato realmente agradable y entrañable. Sofía era alta, quizás como el. Guapa de cara, aunque algo delgada para mí gusto. Todo en su sitio pero sin curvas excesivas. Comprobé más tarde que Antonio tenía un estereotipo de mujer y se dedicaba a intentar clonarlo en sus futuras conquistas siempre que podía, con las variaciones lógicas de edad y color de pelo. La hermana era más exuberante. Se llamaba Sonya. Tenía 6 años más y se notaba la diferencia de edad. Era más o menos de la misma altura y con un buen par de tetas. También muy guapa, con esos cabellos sedosos y esas caras tan redondas, típicas de ese país. Me pareció demasiado mujer para mí. Sofía tenía solo 17 años y aun arrastraba algún rasgo de niña. Sonya recibió un discreto codazo de su hermana y me miró con cara de reconocimiento. Me observó con poco disimulo. Me pareció que no había pasado el examen y con mis papeles bajo el brazo, volví a recepción casi aliviado. No me gustó que me trataran como una mercancía. No me acababa de convencer toda esta movida montada a mis espaldas. Me gusta controlar mi entorno, no soporto la manipulación.

Macho, le dije a Antonio, hoy no follas, vas a tener carabina. Me temo que no he pasado el examen. Te veo haciendo de cicerone con las dos, pateando y arrastrándote por todos los antros hasta el amanecer. Antonio me miró con cara contrariada y me dijo que me esperara a que hablara con Sofía. Al rato, estaba yo en los economatos entregando tarjetas de clientes que habían pedido el desayuno al servicio de habitaciones cuando apareció Antonio al trote.

Joder tío, donde coño te metes, oye por cierto....tienes un ojo clínico que es una auténtica mierda... La Sonya dice que le vales de pareja, que por ella ningún problema si tú estás de acuerdo. Menos mal... pensaba que la primera noche con Sofía se iba a la mierda. No va a dejar sola a su hermana la primera noche que están juntas.

Nos encontramos en uno de los jardines bastante alejado de la entrada del hotel y con discreción, subimos a un Simca 1200 color champán, abollado y algo destartalado, propiedad del padre de Antonio. La verdad es que nos entendíamos muy bien con ellas hablando en inglés. Sonya era simpática, muy atenta y noté que tenía la necesidad de divertirse, estaba muy alegre. Íbamos sentados los dos en el asiento trasero. Estaba algo nervioso, ella me observaba constantemente mientras conversábamos. Soy un poco timidón y estaba excitado pero algo incómodo. Reconozco que me impresionaba su inteligencia y en cierta medida, presentía que tenía bastante experiencia con los tíos. La verdad....me sentía ..."pequeño" junto a ella.

Llegamos a una conocida cala donde hay una terraza bar, algo bohemia y famosa por sus cocktails y su música cuidadosamente escogida y pinchada por el propietario. Yo abusando de su amistad, le llamé por teléfono para que me reservara un lugar concreto de la terraza. Nos sentamos en una mesa que estaba algo retirada de las demás. Se encuentra en un rellano de la escalera de paso que conduce al antiguo camino de ronda. Las vistas al mar son realmente impresionantes. En un lateral del reservado hay un botón para avisar al bar si quieres pedir algo. Nos trajeron unas cahipiriñas, bebida brasileña que en ese año empezaba a causar furor y nos tomamos tres jarras casi seguidas. Estábamos bastante contentos. Sonya y yo congeniamos mucho esa noche. Me tocaba con disimulo pero sin cortarse. Yo iba a un ritmo algo más lento con ella. Antonio puso la directa y propuso que nos fuéramos a bañar a una playa que hay cerca de ese bar. Aparcamos el coche en un descampado cercano y en pelota picada nos pusimos a jugar en el agua. Las parejas se formaron con rapidez. Sonya me cogió de la cintura y comenzamos a alejarnos de ellos. Al resguardo de unas rocas me hizo tumbar en la arena. Vio que estaba como un flan y comprendió que me encontraba algo bloqueado con su presencia. Se adaptó al nuevo papel de institutriz con naturalidad... me empezó a besar con ternura y a acariciarme sin prisas. Mis nervios iniciales comenzaron a desaparecer y me puse a colaborar en darle placer con todo mi entusiasmo. Le debo mucho a Sonya por lo que aprendí esa noche. Fue realmente mi primera maestra en el largo y difícil arte de complacer a una mujer. Me enseño a comer un coño como le gusta a una tía que se lo coman, no como muchos creen que les gusta, que es diferente. Fue también la primera mujer que se tragó mi semen. Ya me había corrido en la boca de algunas amigas, a veces por accidente y otras con consentimiento, pero nunca vi que les gustara tragárselo. A ella si le gustaba, creo que se encontraba muy a gusto en su papel materno-sexual, le daba morbo ver en mi a un aplicado alumno que deseaba explorar todos sus rincones y aprender a satisfacerla. Me enseño posturas y caricias que me hicieron mejor como hombre y como amante. Era una chica muy guapa, complaciente y con un cuerpo fuerte y duro como una piedra. Y francamente, muy experimentada e incansable. Ese día, helado de frió, entré en mi casa a las 8 de la mañana. El desespero de mi madre era bastante importante. Mi padre me miró de reojo todo el día, su expresión era una mezcla socarrona entre fingido enfado y comprensiva mirada.

A los pocos días, el recepcionista de noche se cayó con la vespino que tenía para venir a trabajar y se lesionó una muñeca. Como yo era el último en llegar, me tocó sustituirlo durante el tiempo necesario para que se recuperara. Vaya un horario asqueroso. Empezaba a las doce de la noche y terminaba a las ocho de la mañana. Mi reloj biológico estaba totalmente alterado. Me auxiliaban durante la noche, un porta equipajes muy majo que llevaba más tiempo trabajando allí que Cascorro haciendo la mili, (si yo faltaba un rato, la recepción no sufría demasiado, el tenía 10 veces más experiencia que un servidor) y dos vigilantes que hacían rondas por el perímetro. Estaba comatoso, casi extenuado. No dormía a penas. Tenía que abusar del café con frecuencia. Sonya me buscaba a cada momento, durante el día siempre que podíamos, me la tiraba en cualquier rincón relativamente apartado, playa, bosque, piso de familia vacío, etc.. Por las noches, a veces de madrugada, la veía aparecer en el ascensor y dirigirse furtivamente hacia alguno de los acogedores y vacíos salones que estaban al final del gran hall de recepción. Se paraba en la puerta, comprobaba si estaba solo y si así era, me hacía un gesto de "ven" con su mano, yo la seguía hasta el interior y de forma animal y precipitada follábamos rapidito para que nadie nos pillara. Muchas veces bajaba con ropa accesible y sin ropa interior para no perder el tiempo. Terminé reventado pero muy satisfecho. Ella, por lo visto, encantada. Por fin, aunque con bastante pena, (me medio enamoré y curiosamente volvimos a vernos tiempo más tarde de nuevo, aunque en otra situación muy distinta... ), las dos hermanitas se volvieron a su país, tristes pero bien folladas. De eso se encargó .....el dúo dinámico.

La penúltima noche que sustituía al lesionado compañero, sucedió algo insólito, al menos para mi. Me pasó por primera vez aunque no por última, lo que Antonio definía siempre como "una violación consentida por amor al trabajo ". El siempre se vanagloriaba de haberle pasado eso dos veces el año anterior. Yo era bastante escéptico y me burlaba diciéndole que eso lo había soñado en alguna borrachera de "cubatas".... su tercera palabra favorita más pronunciada.

Recibí una llamada de la habitación 203. La señora estaba muy nerviosa, me dijo en francés que su marido estaba mal, que si podía subir a ayudarla. Estuve tentado de mandar a los vigilantes, pero esa noche la cosa estaba muy tranquila y no se esperaban entradas a deshoras. Como estaba ya bastante aburrido de releer por tercera vez una revista de motos, me presenté personalmente para ver que pasaba, me debió mover el morbo. Le dije a mi ayudante que si me necesitaba, estaba en esa habitación. Me apunté el número de la Cruz Roja por si tenía que avisar desde allí a una ambulancia. Está claro que "la curiosidad mató al gato".

La escena no tenía desperdicio. Casi se me escapa la risa delante de la señora. Era para mear y no echar gota. El tío estaba en el suelo completamente en pelotas con el culo al aire. El olor a alcohol en el dormitorio era bastante intenso. Sus ronquidos....realmente monumentales. La señora, de unos treinta y tantos largos le pasaba por la nuca un pañuelo lleno de cubitos de hielo procedentes del mueble bar, el cual estaba abierto y totalmente arrasado. Todas la botellitas de licor estaba vacías. Junto a la televisión vi una botella grande sin una gota de Vodka. Menuda mezcla. La mujer estaba en ropa interior, no muy provocativa, aunque muy ceñida, más bien diría deportiva, parecía un conjunto de gimnasia de dos piezas. Tenía un buen cuerpo, se le notaba que se cuidaba. Muy buenas tetas, morena de cabello rizado en media melena. Algunas arrugas, pero no le quedaban mal, aun la hacía más interesante. Un buen trasero. Muy bronceada. Estaba algo bebida. Por el olor que desprendía, supuse que lo que le ponía a tono era el brandy. Mal compañero de viaje es, lo se por experiencia. Me quité la chaqueta y la corbata para estar más cómodo. Entre los dos y con mucha dificultad lo subimos a la cama. No veas como pesaba el ballenato. Estaba bastante fofo y con 20 Kg. más de lo que su cuerpo y su corazón hubieran agradecido. Se quedó tumbado de lado. Su cuerpo mirando de cara a la ventana.... le escuché resoplar como un elefante. El fulano bostezó abriendo la boca como una morsa y después de asegurarse con dos buenos gruñidos que su órgano especializado en roncar funcionaba perfectamente, retomó la partitura con renovado entusiasmo ... nos dio en un momento una serenata de la hostia vamos. Miré con algo de pena a su señora.... joder lo que tenía que ser dormir cada noche al lado de semejante fenómeno. Ella estaba mirándolo con expresión asqueada, medio recostada en la cama. Le pregunté si quería que viniera un médico. Negó con la cabeza, me dijo con expresión avergonzada que la enfermedad de su marido se curaría en cuando le pasara la borrachera. Me sonrió con un semblante que mi aun poca experiencia no supo interpretar. Descruzó las piernas y se acercó hacia mi, gateando poco a poco por la cama.... me preguntó si tenía mucha prisa.... no me dejó ni contestarla, me cogió de la camisa y con la mirada algo inestable me acercó a ella. Me dio un beso profundo en la boca .... me quedé casi sin respiración y muy colorado. La verdad es que me encantó lo bien que besaba esa mujer. Me hizo tumbarme en la alfombra que había en el lateral y se bajó del colchón para subirse como una gata encima de mí. Me buscó con ansia la cremallera del pantalón y quitándome el cinturón me los bajó con violencia, me miraba con la boca entreabierta, respirando agitadamente, con un mechón rebelde tapando uno de sus ojos. Lo recuerdo aun como si fuera hoy. Ese día aprendí lo que quiere una mujer cuando te mira de esa manera. No se entretuvo en caricias, nada de ternura, se quitó las bragas y se clavó mi polla hasta el fondo de un solo golpe. Noté como su sexo encharcado devoraba por completo mi rabo. Se mordía una mano para apagar sus gemidos, la otra la tenía apoyada en mi pecho. Sus ojos estaban cerrados y la cara contraída en una expresión de placer. Yo estaba excitado y asustado al mismo tiempo, quizás eso me hizo aguantar el demoledor ataque. Joder y el marido roncando como un carretero a un metro de nosotros. Estaba claro que si Antonio me llega a ver en esa situación, me manda al carajo por molestarse en perder el tiempo dándome tantos consejos, claramente inútiles por lo visto hasta ahora. Nunca se lo expliqué. Salvo que lo lea el mismo en un futuro claro. De repente, casi se nos para el corazón. En medio de uno de sus esplendorosos rebuznos, se paró la música en seco y el bello durmiente empezó a volverse hacia nosotros. Ella se tumbó con su cara apretada a mi cuello. Si no se levantaba de la cama el fulano, cosa que dado su estado era bastante difícil, no podría vernos, estábamos por debajo de su campo de visión. Nos quedamos en silencio aguantando la respiración. De verdad.... se me pusieron los huevos por corbata. Afortunadamente, a los pocos segundos escuchamos con alivio un nuevo y poderoso rugido que habría puesto en fuga hasta un león hambriento. A continuación no contento con tortúranos los tímpanos, se soltó el muy cabrón un pedo bastante sonoro y pestilente y comenzó a tocar de nuevo su infernal sinfonía. Ella se rió bajito y me tapó la nariz con sus dedos al ver mi cara de asco.... me dio otro beso y comenzó de nuevo a empalarse. Intenté aguantar lo que buenamente pude...era una auténtica amazona. Al final, con alivio aproveché cuando se estaba corriendo para llenarle el coño de leche caliente. Las clases que me dio Sonya me habían hecho mejorar mucho como amante. Ahora sabía lo que tenía que hacer y sobre todo...muy importante, lo que no se debe hacer nunca. Siguió suspirando y cabalgándome con más lentitud. Al final se quedó quieta y con cara de satisfacción me sonrió. Me hizo levantar y me limpió el rabo con la boca. Solo me dijo Merci garçon , se giró coquetamente y se agachó para coger algo en su bolso. Aun conservaba su top oscuro pero iba desnuda de cintura para abajo. Contemplé súper excitado como un hilo de semen bajaba perezosamente desde su coño y descendía lentamente por su bronceada pierna. Era la primera vez que me fijaba en ese detalle. El contraste entre el color de su piel y la blanca transparencia del esperma me excitó una barbaridad y desde entonces, reconozco que es algo que siempre me mola contemplar. Se giró sonriente y me dio mil pesetas, ojo, un pedazo de propina en esa época. Me acompañó hasta la puerta y dándome un último beso nos despedimos con una sonrisa cómplice. Volví a mi puesto y miré el planning. Lástima...se marchaban mañana.

Yo hacía normalmente horario de mañana y solo tenía que volver al hotel desde las 8 de la tarde hasta las 10 de la noche. Reforzaba el trabajo extra de entrada a cenar. Ese día abrí la llegada de una reserva. A las 9 de la noche se presentó un matrimonio con su hija. Eran belgas. La chica tenía unos 18 años. Era físicamente muy bonita, aunque en mi opinión, más del tipo que le gustaban a Antonio, pero algo en su mirada y su forma de comportarse me llamó la atención. Era medio pelirroja y muy pecosa. Cuerpo estilizado y tanto el culo como los pechos no muy remarcados. Sin embargo, su forma de moverse y la elegancia con que cogía las cosas me tenía encandilado. Era muy atractiva de cara. Los ojos, verde esmeralda te dejaban atontado cuando te miraba. Tenía los labios carnosos y una sonrisa enigmática. La estancia prevista era de 10 días. Sus padres se les notaban a kilómetros que tenían mucho dinero. Ella vestía a la última pero siempre procurando enseñar carne, con clase, pero enseñando.....

La segunda noche de estancia, observé que se sentaba en unas tumbonas muy de diseño que teníamos en el porche de entrada del hotel. Llevaba un libro y se puso a leer. Desde su posición podía ver toda la recepción a través de los grandes cristales de la entrada. Antonio, al que pocas cosas se le escapaban, especialmente si eran temas de faldas, me dio un codazo y me dijo susurrando para que la otra recepcionista no nos escuchase:

Tío, ahora no vayas a mirar, pero la pelirroja no te ha quitado el ojo de encima desde que se sentó en la tumbona. No quise levantar la cabeza y mirarla para evitar coincidir. Susurrando a mi vez le dije mirándole de reojo: Claro, como no te vas a dar cuenta de ese detalle si no has parado de comértela con los ojos desde que salió del comedor. Al rato, la empecé a observar yo también con disimulo. Era cierto, me observaba. Me gustaba lo que estaba viendo. Había bajado con un pantalón muy corto que dejaba a la vista unas piernas largas y bonitas calzadas con unas sandalias muy modernas para la época. Miré la carita de embobado que tenía mi compañero mientras la contemplaba. Vaya, pues esa es de las que te van más a ti, que lástima...para una vez que te enamoras, la tía va y me escoge a mi...tu ves criando cuervos.... Se lo dije socarronamente, con cara de fingida pena, mientras le daba una palmada de vencedor en su abatida espalda. Anda y que te den, no pienso esforzarme, ella parece ser que ya ha escogido por nosotros....

La segunda noche, me enteré de que era sordomuda. Fue toda una sorpresa. Reconozco que para mí en ese momento fue como una especie de desafío morboso. Con razón no sabía aun como era el tono de su voz. Me quedé desconcertado. ¿Como me hago entender?. Decidí que el mejor lenguaje es una buena sonrisa y el sufrido idioma de los gestos. No hacía casi falta, me leía los labios a la perfección cuando le hablaba en francés. No he sabido nunca si era del todo sordomuda. Me sorprendía ese don que tenía. Hemos terminado teniendo una larga relación personal que no explicaré aquí.

Puntual, cada noche aparecía después de cenar, sentada estratégicamente y me miraba mientras fingía leer. Ya no se molestaba en disimular su interés por mí. Me decidí más por los dolorosos codazos que me soltaba Antonio que por iniciativa propia, era y soy tímido con las mujeres, reconozco que me cuesta algo arrancar, luego lo realmente jodido es conseguir pararme. Con algo de nervios le dejé caer disimuladamente al pasar junto a ella una nota que aterrizó encima de su libro abierto. Estaba escrita por mi en francés. Solo decía "esta noche, me voy a bañar en la cala junto a la barca vieja. Si quieres venir, estás invitada. Sobre las once y media". Mientras me alejaba, vi que la leyó y levantando su cara me guiño un ojo con su mejor sonrisa. Bueno, prueba superada. Me daba morbo esa chica...mucho morbo, lo reconozco.

Bajé solo a la cala. Antonio se fue de ruta por las discotecas. No había casi nadie. Eran las once y media de la noche. Puse mi toalla contra la vieja lancha y me quedé solo con el bañador. Más o menos al cuarto de hora vi bajar una figura por el camino de servicio. Era ella. Llevaba puesto una especie de vestido corto sin mangas y unas bambas. La toalla le colgaba del hombro. Se había soltado el pelo y estaba realmente hermosa. Se sentó junto a mí y me miró con algo de timidez. Le empecé a besar y cogiéndola de la mano le señale el mar. Se quitó el vestido y se quedó en pelotas, no llevaba nada debajo. Vaya....y yo de modosito con mi bañador tapando mis vergüenzas. Estaba claro que eso era el pistoletazo de salida. Jugamos y nos acariciamos en el agua. La luna llena iluminaba como un foco y la temperatura del agua del mar era caliente. Parecía un lago de lo quieto que estaba esa noche. Hicimos el amor en la rompiente de las olas, era una mujer muy apasionada. Quizás su minusvalía le hacía gozar a tope de todos los momentos agradables de la vida. Creo sin dudas a equivocarme que es la mujer más cariñosa que he conocido íntimamente. Se entregaba y a pesar no articular palabra, sus gestos y espasmos eran fuertes y algo descontrolados. Te cuidaba más que te exigía. Sobre la una y media de la noche nos despedimos. La acompañe durante toda la subida del camino, bastante oscuro por cierto y solo me alejé de ella cuando entró en los jardines del hotel. Esa noche, el dueño nos vio juntos subir. Me puse bastante nervioso y opté por coger mi sufrida y temperamental Bultaco y volver a casa.

Al día siguiente encontré una nota del director en mi mostrador. Tenía que pasar a ver al propietario sobre las 12 h. Madre mía, ya me veía recogiendo mis cosas de la taquilla y dando muchas explicaciones a mis padres. Bajé a administración y la secretaria me dijo que en cinco minutos me recibiría. Empecé a pasear con más nerviosismo del que me hubiese gustado demostrar. La secre, una chica joven de unos veintidós años, me miraba con interés. Supongo que se me notaba en la cara que no quería entrar a esa reunión. Me fijé en ella con más atención y a pesar de mis nervios, tuve que reconocer que era una auténtica belleza. Encima me estaba hablando sentada junto a las dos telefonistas, excelentes chicas pero poco agraciadas. Esa imagen, aun resaltaba más su privilegiado físico.

Está de buen humor, te lo digo por si te sirve de algo. Me sonreía con picardía mientras me lo comentaba. Joder que guapa era.....y que voz tenía, me entró un cosquilleo en el cuerpo desconocido por mí hasta esa fecha. Fue una revelación. La sonreí por primera vez y me acerqué a ella.

Verás que pronto se le cambia a peor. Me temo que soy el responsable del refrán "hace un día maravilloso pero verás como viene alguien y lo jode", pues creo que yo soy el que le va a joder esta mañana. Lo dije con cara de pena. Se echó a reír de mi ocurrencia. Me iba a decir algo cuando sonó el interfono "que pase" . Humm....el tono era seco. Mal asunto.

Hola Pedro, como estás....siéntate por favor. Esta mañana precisamente he desayunado con tu padre.

Me entro al oírlo un escalofrío. Bien gracias. Mire Sr. García, se que ayer por la noche me vio y si me lo permite quiero que sepa antes de que me diga nada, que entre esa cliente y yo no hay relación de ningún tipo. Tengo por costumbre darme un baño en la cala cuando termino de trabajar por la noche (el me había visto hacerlo varias noches) y Ayer al subir el camino me pareció que la chica miraba la oscuridad con algo de reparo. Me ofrecí a acompañarla hasta el hotel. Solté la mentira con mi mejor cara de tahúr.

Tranquilo, no te he llamado por eso. Tampoco te acuso de nada, no vi en ti ninguna conducta impropia que te tenga que censurar. Te he llamado porque tengo un compromiso con un amigo que tiene un negocio de barcos recreativos y me ha pedido que le eche una mano con una grabación publicitaria en varios idiomas. Te pido como un favor personal que grabes el recorrido en inglés y francés. Se que los hablas muy bien. Diossss....que descanso. Me lo tuvo que notar....me pensaba lo peor y solo me había llamado para esa chorrada de grabación. Tener presente que en esos años, no había tanta gente que realmente dominara varios idiomas, ni siquiera en la costa, los que habían solían ser casi siempre extranjeros y algún nacional, pero pocos. Yo sin ir más lejos había ganado algo de dinero, vendiendo como un mercenario esa habilidad. Cuando salí de su despacho, la secre simpática estaba cogiendo su bolso y se dirigía a la salida. Vi que era alta, un metro setenta y cinco. Toda una mujer. Llevaba puesto unos vaqueros ajustados que le resaltaban sus rotundas curvas y una camiseta morada que le perfilaba el bonito torso. Se paró a hablar con una de las telefonistas y pude disfrutar de su tremenda belleza. Me miró con curiosidad al sentirse observaba. Al menos para mí, era perfecta y lo sigue siendo. Ya entenderéis porque hablo en presente. Pechos grandes y bonitos, cintura estrecha y un culo que visto desde cualquier perspectiva, me hacía volar la imaginación. Pelo negro liso, lo llevaba cortado estilo faraona, brazos largos y manos de pianista. Sus dedos son esbeltos y muy cuidados. Sus ojos.... se me nota un poco, ¿no? .....verdosos y algo rasgados. Ese rasgo, aun lo acentúa más con su forma de maquillárselos. A veces le he pedido que lo extreme y parece casi una oriental . Dejo de hablar más de ella. Si se entera, me mata seguro. Es mi mujer. Ella tenía entonces 22 años y yo 18. Ese día nos vimos por primera vez los dos. He tenido la inmensa fortuna de disfrutar de su compañía y de su amor durante casi treinta años. Espero y deseo hacerlo aun muchos años más. No puedo plasmarlo. No tengo palabras. No hay formato, ni papel suficiente en el mundo para escribir lo que siento por ella. Fin de esta historia.

Antonio me esperaba nervioso en la entrada de recepción. ¿Se puede saber que coño ha pasado para que te llame el dueño? ¿Saben algo de nuestros negocios? Me lo decía con cara preocupada. Se ve que le habían chivado mi cita obligatoria y se pensó lo peor.

Tranquilízate hombre y deja de temblar como una nenaza.... solo quería que grabase en dos idiomas un coñazo de visita que tiene que hacer un barco. Encima se lo tendré que hacer gratis porque es muy amigo de mi padre y me conoce desde pequeño. Me lo ha pedido como un favor. O sea que nada de dinero. Ya ves...

Joder..., Ahora resulta que eres un puto enchufado. Yo aquí jugándome el tipo y preocupado por tu suerte y tu so cabrón, tomando café con el gran jefe.. Nos ha jodido... el protegido. Me lo decía con cara socarrona. Le arree una fuerte patada en el trasero y sin pararme a esperar su segura respuesta, recuerdo que le dije " Venga, una carrera ." Salí corriendo a toda velocidad, necesitaba sacarme la tensión acumulada y ese era un sistema tan bueno como cualquier otro. Me persiguió como una centella y terminamos sentados sudando encima de un banco de los jardines a varios cientos de metros de la salida. Los jardineros nos vieron pasar a toda velocidad. Sus caras lo decían todo, "Estos dos están para encerrarlos" Nos reíamos mientras resoplábamos como búfalos. Es un gran amigo. No le ha tratado la vida muy bien en el tema de relaciones estables. Es una lástima, porque es un gran tipo. Creo que no supo escoger en su momento a la mujer de su vida. Y me consta que pudo hacerlo, porque las he conocido a todas y se que había varias candidatas excelentes que dejó escapar por su mala cabeza. Es trágico que con su experiencia fallara en la elección más importante, pero hasta cierto punto es lógico, no es lo mismo el sexo y el amor, el siempre los ha confundido. El mismo lo reconoce. Como pasaba aquella noche en el Karaoke, siempre cantaba fuera de estrofa. Yo, sinceramente, tuve la suerte de cruzarme en ese momento con alguien muy especial para mí y darme cuenta de que mi vida no seria apasionante si no conseguía enamorarla. No me equivoqué. Confieso sin reparo que rezo cada noche a Dios para que me deje vivir un día más junto a ella. Va...que me estoy poniendo tierno... vamos a seguir...

Crome