Verano con mis primas

1ª Parte del verano con mis primas. En esta ocasión mi prima mayor me pide que haga una cosita delante suyo.

Esta historia es real y me ocurrió un verano maravilloso, cuando yo tenía 14 años y empecé a descubrir el sexo. Todo fue gracias a mi prima Sara, que por entonces tenía 18 años y a mi prima Eva, que tenía un año mas que yo.

Mis padres me dejaron en la casa de mis tíos para que pasara allí un mes de aquel verano. Era una casa de campo, con una piscina en la parte de atrás de la casa. Así que allí me quedé, un poco triste por no poderlo pasar en la ciudad, con mis amigos, sin saber que pronto me daría cuenta de que no hubiera cambiado ese verano por nada del mundo.

Nada más llegar, me llamó mucho la atención lo que había cambiado mi prima Eva, que se había desarrollado y estaba tan buena como su hermana Sara, que no me llamó tanto la atención porque ya la conocía hecha y derecha, pero que seguía siendo un auténtico bombón: morena de ojos negros, pelo largo y rizado, delgada y con un cuerpo de escándalo. No era de extrañar que Sara se estuviera preparando para actriz y ya había dado sus primeros pasos como modelo de fotografía. Era muy guapa.

En cuanto a Eva, era distinta a su hermana Sara, aunque ahora estaba casi tan buena como ella: tenía el pelo más corto y liso, también moreno, y no era tan alta como su hermana, ni tenía sus pechos, pero si que se veía que anunciaba un cuerpo espectacular.

Uno de los primeros días, estábamos los tres tomando el sol y bañándonos en la piscina, Yo estaba tumbado, admirando a mis primas jugar en el agua. Eva y Sara estaban chamuscándose y riéndose. En una de esos empujones, a Eva se le salió un pecho y rápidamente se lo volvió a tapar con el bikini, colocándolo en su sitio. Yo, aunque sólo lo había visto fugazmente y de lejos, me puse como una moto y noté que mi polla saltó como un resorte. No podía ocultar mi erección así que decidí meterme al agua, ya que era el único sitio en el que podría disimular. Mis primas empezaron a chamuscarme a mi también con el agua, y yo les seguí el juego, más contento que unas castañuelas. Pero mi alegría duró poco ya que sus juegos empezaron a ir más allá.

Ví que Sara le decía algo al oído a Eva y las dos cuchicheaban mientras me miraban y se reían. Yo no sabía que estaban tramando. Sara se fue nadando hasta colocarse detrás mio y Eva continuó frente a mi. Empezaron a acercarse.

¿Qué queréis? –pregunté yo sin saber nada- ¿Qué pasa?

Nada –dijo Eva- Es un juego.

Mientras hablaba con Eva, sin darme cuenta Sara desapareció bajo el agua y tiró de mi bañador hacia abajo. Me lo quitó rápidamente y se alejó de mi. Sara salió del agua y luego Eva.

Devolvédmelo. Vamos, no seais así.

Ellas se rieron y me dijeron que si lo que quería que saliera a buscarlo. Yo me mantuve un rato en mi posición hasta que fueron pasando los minutos y no tuve más remedio que salir del agua en pelotas.

Ellas siguieron riéndose, aquello les parecía muy divertido, y se alejaban de mi con el bañador en la mano. Al final cogí mi toalla y me metí hacia la casa.

En otra ocasión, estábamos viendo la tele por la noche. Mis tíos habían salido a cenar por ahí y mi prima Eva se había ido a pasar la noche a casa de una amiga, así que estaba solo con mi prima Sara. En la tele no ponían nada, así que mi prima dijo que si quería que viéramos una película.

Vale –contesté, inocente de mí.

¿De qué? ¿De amor, de terror…?

No sé, pon lo que quieras.

Mi prima sonrió de forma pícara y se fue a su cuarto. Volvió con una cinta de video y la puso en el reproductor. Se sentó a mi lado y puso la película. No podía creer lo que veía en la pantalla: era una película porno. Había visto alguna con mis amigos y eso, pero delante de mi prima no se me hubiera ocurrido jamás.

Pero… Sara, esto es una porno.

¿No te gusta?

Yo me quedé en silencio, viendo como una tía le hacía una mamada a dos tios que estaban de pie, frente a ella, que estaba arrodillada.

¿No te pone cachondo? –me soltó mi prima de repente.

S… sí, claro.

Pues por mi no te cortes. Si quieres hazte una paja.

Yo no sabía que decir. Mi prima me estaba pidiendo que me hiciera una paja delante de ella mientras veíamos una película porno. No me lo podía creer. La verdad es que ganas sí que tenía, porque mi polla estaba a punto de reventar la bragueta de mi pantalón, pero de ahí a sacármela delante de ella.

Vamos –me animó Sara- ¿crees que nunca he visto a un tio hacerse una papa?

Ya pero

Y además ya te he visto desnudo.

Pero Sara, esto es… distinto

Eva se giro hacia mi tumbada boca abajo en el sofá y dejando de mirar la tele me dijo.

Venga, no seas cortado, que prefiero verlo en vivo.

Yo empecé a bajarme la bragueta. La verdad es que ver a mi prima tan insistente y a la vez la mamada de la película, me estaba poniendo a mil. Me quité los pantalones y me quedé solo con la camiseta y los boxers. Estaba con un bulto tremendo.

¡Vaya paquete tienes chaval! –dijo Sara.

gracias.

Me bajé los boxers y mi polla saltó al escenario. Mi prima se sorprendió un poco al ver el tamaño, que no estaba nada mal entonces y mejor está ahora. Empecé a masturbarme despacio, con dos dedos. Allí, delante de mi prima mayor, disfrutando de una paja incríble.

¿Siempre usas dos dedos o también toda la mano? –dijo mi prima.

A veces… toda la mano.

¿A ver cómo lo haces?

Yo cogí mi polla con toda la mano y me masturbé más rápido.

La tienes muy bonita –dijo Sara.

Yo seguía cada vez más rápido. Hasta que no aguanté más y me corrí, soltando varios chorros de semen que mancharon mi camiseta.

¡Qué buena corrida! –sonrió Sara- Bueno, pues ya está. Hala, a limpiarte al baño.

La verdad es que yo me sentía un poco culpable después de haberme masturbado frente a mi prima, pero si a ella le gustó, ¿por qué iba yo a negarme?

CONTINUARÁ