Verano con mi tía. (Parte 2)

Llega Eva, la amiga de Sara y tenemos que convencerla de que se acueste con nosotros… (Recomiendo leer primero “Verano con mi tía”)

El día que Eva llego a casa, nos pasamos la mañana repasando el plan para intentar hacer un trio con ella, en cuanto llego a casa a la hora de comer, nos pusimos en marcha.

Lo primero era saber si la resultábamos atractivos, para eso bastaría con mostrarnos ante ella de una manera no demasiado aparente, para lo cual cuando llego a casa salió Sara a recibirla, yo me quede en la piscina dándome un baño para asegurarme de que me viera bien al salir del agua. Una vez me había visto, nos saludamos y la invite a que se diera un baño, para yo también verla bien, es verdad que no estaba tan buena como Sara, pero también es verdad que era muy atractiva, media alrededor de 1.70, delgada, con unos pechos algo pequeños pero muy sexis con el biquini, unas piernas preciosas tonificadas en el gimnasio pero sin llegar a ser musculosas y un culo también precioso aunque algo menos marcado que el de Sara.

Después de un rato en la piscina me fui a preparar la cena dejándolas a solas para que hablaran y Sara la pudiera sacar información.

Sara: ¿Qué te parece la casa?

Eva: Muy bonita, la piscina y el jardín es lo que más me gusta, si no estuviera tu sobrino, es perfecto para hacer topless y coger un buen moreno.

Sara: No te preocupes, mi sobrino se va todas las mañanas con la bici, cuando me levanto ya no está y no vuelve hasta la hora de comer, tiempo de sobra.

Eva: Mejor, porque me daba corte que me viera haciendo topless.

Sara: No te preocupes, a él le daría igual aunque estuviera… De todas formas, te he visto mirarle cuando salía de la piscina, le has dado un buen repaso.

Eva: (totalmente roja) ¿Qué?, a ver, le he mirado, tu sobrino esta bueno y una no es de piedra, pero tampoco ha sido un buen repaso…

Sara: Jajaja, tranquila… date un baño a ver si te refrescas y se te quita el rojo de la cara.

Ya sabíamos que yo la parecía atractivo, lo cual estaba bien, ahora necesitábamos saber si Sara también, para ello, a la mañana siguiente, me fui con la bici como todos los días, pero me quede cerca de casa. Sara me aviso cuando iban a salirse a la piscina, así que volví a casa y sin hacer ruido me situé donde Eva no me veía pero yo sí que podía verla su reacción cuando Sara se quitara el biquini.

Cuando Sara se quitó el biquini delante de Eva, pude ver como miraba sus pechos con los ojos como platos, lo cual también vio Sara, avanzando en mi plan por su cuenta.

Sara: ¿A ti también te gustan mis pechos?

Eva: Joder, ¡claro que sí! sabes que soy bisexual y me sueltas esas don bombas delante de mi cara… espera, ¿A mí también?, ¿A quién más le gustan tus tetas que no me has contado?

Sara: Pff, no sé si puedo decírtelo, es que es muy fuerte…

Eva: Venga, suéltalo…

Sara: ¡Oye!, cálmate guapa, que ayer bien que no querías hablar del repaso que le diste a mi sobrino, pero ahora bien que quieres saber a quién le gustan mis pechos…

Eva: A ver, si tú me cuentas cosas de ese hombre del que no me quieres contar, yo te cuento lo que quieras del repaso de ayer, ¿trato?

Sara: Vale, te cuento, es un hombre atractivo, a ti también te gustaría, ahora tú, ¿Qué piensas de mi sobrino?

Eva: Tu sobrino es bastante atractivo, vamos, ¡que tiene uno o dos polvos!, ¿Es serio lo tuyo con el hombre misterioso?

Sara: No, no es serio, solo sexo. ¿Así que uno o dos polvos, eh? Pues que sepas que está soltero y que aquí estamos solos, así que si quieres, seguro que se deja.

Eva: No creo que quiera nada con nadie tan mayor como yo… además, es tu sobrino, sería raro…

Sara: De tan mayor nada, ¡que tenemos la misma edad! Además, me da a mí, que no le importa la edad.

Eva: Bueno, bueno, ¡que me toca preguntar!... descríbeme a tu hombre.

Sara: Pues mide en torno al 1.75, pelo moreno, delgado, no muy musculoso, porque no va al gimnasio, pero sí que sale a correr y a montar en bici, así que está en forma, a mí me parece muy guapo y es súper simpático. Entonces, ¿Vas a ir a por mi sobrino?

Eva: Wow, parece que estuvieras describiendo a tu sobrino, se deben de parecer mucho físicamente, ¿Cómo es que llevas aquí todo el verano sin verle? ¿O lo has encontrado por aquí?

Sara: Lo he encontrado por aquí. No me has contestado, ¿Vas a ir a por mi sobrino?

Eva: ¿Tú crees que debería? Si me rechaza me voy corriendo de aquí… Si es de por aquí, ¿Cuándo vas a presentármelo?

Sara: No te va a rechazar… ¿Prometes que no juzgaras? ¿Ni contaras nada a nadie?

Eva: Claro que no contare nada, ni juzgare, soy bisexual, creo que mis actos demuestran que tengo una mente bastante abierta y si no quiero que se me juzgue, ¡quién soy yo para juzgar nada!

Sara: De acuerdo, te lo presento en un rato…

Entonces, aunque yo estaba en el garaje, escuchando la conversación, Sara me envió un mensaje diciéndome que entrara en casa. Así hice, salí con la bici de casa y entre un rato después, haciendo ruido para que quedara claro que acababa de llegar.

Yo: Buenos días.

Eva: ¡Hola!

Sara: Eva, te presento a mi hombre misterioso.

En ese momento Eva miro en todas direcciones, incluso al suelo y al cielo, buscando al hombre misterioso, hasta que se dio cuenta de que era yo.

Eva: Por eso no querías que dijera nada ni que te juzgara… tu hombre misterioso es tu sobrino…

La cara de Eva era un poema, claramente no sabía bien cómo reaccionar, se quedó totalmente bloqueada.

Yo: No te esperabas que pudiera ser yo…

Eva: La verdad… es que no, nunca pensé que Sara fuera capaz de algo así.

Yo: Pues lo es, ¿qué te parece?

Eva: Que no sé qué rollo os traéis vosotros dos, invitándome a venir unos días…

Yo: Te voy a ser sincero, teníamos la esperanza de poder expandir nuestros horizontes contigo, dado que tú eres bisexual y estas soltera, pensamos que jugando bien nuestras cartas y preparando el terreno, tal vez pudiéramos hacer un trio o los que tu quisieras.

Eva: Vale, pero Sara no es bisexual y obviamente no es lesbiana, ¿Pretendías tener a dos mujeres para ti solo?

Sara: Bueno, lesbiana no soy, pero curiosidad por estar con otra mujer sí que tengo y tú eres la única mujer en la que confiaría para hacer algo así por primera vez.

Yo: Obviamente, el plan que teníamos era bastante más sutil, pero se nos ha ido de las manos.

Eva: Claramente se os ha ido de las manos, lo que proponéis es algo que nunca he hecho, he estado con mujeres y con hombres, pero nunca con ambos a la vez, aparte del hecho de ser la primera vez de una de mis mejores amigas, acostarme con su sobrino…

Yo: Entiendo que es mucho, si no quieres, no pasa nada, puedes quedarte por aquí el tiempo que quieras, no volveremos a hablar del tema, ni haremos nada que pueda incomodarte delante de ti, solo te pido que por favor esta conversación nunca salga de aquí, podría destrozar nuestra familia.

Eva: Por eso estar tranquilos, no diré nada. La verdad es que llevo desde que Sara se quedó soltera deseando acostarme con ella y tú, como le decía antes a tu tía, me resultas muy atractivo, así que no me importaría, pero tengo una condición.

Sara: ¿Cuál?

Eva: Antes de hacer un trio, quiero acostarme con cada uno de vosotros por separado, para conocernos en la cama antes de estar juntos, además, que las primeras veces deberían de ser especiales, no grupales.

Sara: De acuerdo, pero yo también tengo una condición. Mi sobrino y yo podremos mirar.

Eva: Me parece bien. Que os parece si nos preparamos algo de comer y después con una copa vamos entrando en calor.

Así lo hicimos, preparamos algo de comer, hablamos de otros temas mientras comíamos y nos comíamos los unos a los otros con la mirada. Cuando terminamos de comer nos fuimos al salón a tomar una copa, dejando que Eva se colocara entre Sara y yo, que decidiera ella con quien iría primero.

No tardó demasiado en decidir, no nos habíamos tomado ni media copa cuando comenzó acariciando la pierna de Sara, muy suavemente, haciendo que a Sara se le erizara la piel, subiendo desde casi la rodilla por el muslo hasta rozar el mini pantalón que llevaba puesto. La cara de Sara mostraba una sonrisa pícara que intentaba ocultar su nerviosismo por lo que estaba a punto de hacer.

Eva comenzó a dar a Sara suaves y dulces besitos en el cuello, acercándose cada vez más a su boca, llegando finalmente a su objetivo, primero fue un piquito tímido, luego otro, así varios hasta que los picos duraban más, acariciándole la cintura a Sara. Cuando Sara comenzó a acariciar la cintura de Eva, esta se lanzó a un beso con lengua, mucho más sensual, más pasional. Después de un rato besándose, Eva se levantó y cogió de la mano a Sara, tirando de ella para levantarla y llevarla a la habitación, indicándome con la mirada que las siguiera.

Ya en la habitación, tiro a Sara a la cama de un pequeño empujón, colocándose encima de ella, besándola esta vez con mucha más pasión. La levanto el torso, quedando Eva sentada sobre las piernas de Sara mientras se besaban, en esa posición, la quito la camiseta, dejando a la vista los preciosos pechos de Sara. El beso continuo durante unos minutos, hasta que Eva volvió a tumbar a Sara en la cama, comenzó a besarle el cuello y fue bajando lentamente hasta llegar a sus pechos, los cuales cogió con las manos, acariciándolos de una manera tan tierna como sensual, subiendo sus besos desde la base hasta llegar a los pezones, los cuales beso y chupo con ansia, dándoles pequeños mordiscos. Continúo su camino dejando los pechos y bajando por el vientre de Sara, la cual estaba con los ojos cerrados soltando pequeños gemidos. Mientras bajaba con sus besos la iba desabrochando el pantalón, cuando llego al pantalón, se lo quito con mucha suavidad, dejando únicamente las braguitas que Sara se había puesto para la ocasión. Dejo las braguitas puestas y fue bajando con sus besos por las piernas de Sara, llegando con tranquilidad hasta sus pies, en los cuales fue besando dedo por dedo, pasando al final la lengua por la planta del pie, haciendo que Sara diera un respingo y soltara una mezcla entre risa y gemido. Volvió a subir por las piernas de Sara hasta llegar a sus braguitas de nuevo, comenzó a besar por encima de las braguitas, bajándolas un poco a veces para besar su pubis pero volviéndolas a colocar en su sitio, beso el coño de Sara y lo chupo por encima de las bragas hasta que ya estaban completamente empapadas, entonces se las quito, dejando, ya si, a Sara completamente desnuda.

Volvió a besarla, esta vez con una pasión desenfrenada, hasta que la pregunto - ¿Quieres que continúe?- la respuesta de Sara fue un sí rotundo, en ese momento, Eva, se fue directamente hasta la entrepierna de Sara, besándola primero alrededor y realizando después un cunnilingus bestial, que con cada mordisquito de Eva al clítoris de Sara hacia que esta se arqueara, llevándola hasta el borde del orgasmo para entonces parar unos segundos, bajar el ritmo y volver a llevarla hasta el borde del orgasmo, estuvieron así durante una media hora, hasta que Eva no pudo seguir controlando el orgasmo de Sara y esta exploto en un grito de éxtasis, arqueando la espalda y apretando la cabeza de Eva con sus muslos.

Cuando Sara volvió a abrir los muslos, Eva se fue a besarla, pero cuando estaba a centímetros de Sara, esta se dio la vuelta, dejando ahora a Eva tumbada en la cama con Sara encima. Esta vez fue Sara quien beso a Eva con pasión, aprovechando que Eva tenía una camisa con botones, la destrozo al abrirla de un tirón, dejando la boca de Eva para bajar por su cuello hasta llegar a sus pechos, chupándolos con ansia, succionando y dando mordisquitos a los pezones hasta que no pudieron estar más duros. Fue bajando hasta llegar al pantalón, el cual retiro de un tirón junto con las braguitas. Sin ningún juego, Sara coloco su cabeza entre las piernas de Eva, besando el coño de Eva de una manera frenética, intentando realizar ella lo que un rato antes había sentido, la costó casi una hora, hasta que consiguió que Eva llegara al orgasmo. Terminaron la primera relación lésbica con un largo y dulce beso las dos tumbadas en la cama, entrelazando las piernas mientras se abrazaban.

Yo había tenido la suerte de poder verlo todo desde un sillón a un lado de la cama, las vistas fueron maravillosas, aunque ahora estaba con una tremenda erección.

Eva se levantó, camino de darse una merecida ducha, Sara y nos quedamos hablando.

Yo: ¿Qué te ha parecido tu primera vez?

Sara: Maravilloso, mucho mejor de lo que esperaba, lo voy a repetir.

Yo: Desde mi punto de vista lo has disfrutado a más no poder, se te veía tremendamente excitada.

Sara: ¿Te ha gustado lo que has visto?

Yo: Por supuesto, ha sido lo más excitante que he visto nunca…

Sara: Jajaja, ¿Cuántas pajas  te has hecho?

Yo: Ninguna, he estado observando, verte disfrutar como has disfrutado me ha dejado una erección tremenda…

Sara: Eso hay que arreglarlo, ¡tienes que tener los huevos llenos!

En ese momento se levantó de la cama, colocándose de rodillas delante de mí, sin si quiera usar las manos y sin dejar de mirarme a los ojos, se metió mi polla en la boca, comenzando a chupar el capullo lentamente, para ir metiéndose cada vez más profunda mi polla en su boca, me realizo una mamada tremenda, aumentando cada vez más el ritmo, hasta que no pude más y me corrí en su boca, sin dejar de mirarme se tragó toda mi corrida. En ese momento salió Eva de la ducha y se fue Sara directa…

Eva: ¿Qué te ha parecido?

Yo: Lo mejor que he visto en mi vida.

Eva: Me alegro que te haya gustado, esta noche después de cenar, si te apetece, nos toca a nosotros…

Yo: Por supuesto que me apetece, esta noche no te escapas…

Pasamos el resto de la tarde en la piscina hasta que salimos a cenar, cuando volvimos, Eva pidió a Sara sentarse delante conmigo en el coche, una vez habíamos salido del pueblo y estábamos en carretera, acerco su mano a mi entrepierna, sacándome la polla del pantalón, haciéndome una paja muy lenta, lo justo para que se mantuviera erecta mi polla pero sin acercarse a nada que me pudiera llevar a correrme.

Según llegamos a casa, subimos a la habitación, en la misma cama en la que antes se habían acostado Sara y Eva, ahora estaba Eva tumbada, se había desnudado por la casa, dejando un rastro de ropa, hasta que llego al borde de la cama, donde estaba su tanga, ella se encontraba completamente desnuda, tumbada en la cama, con las piernas abiertas dejándome ver su coño perfectamente depilado, abierto de par en par para mí, no perdí tiempo en preliminares, me lance directamente a comerla ese precioso coño sin piedad, cuando ya estuvo lo suficientemente cachonda y con el coño bien mojado, me coloque un preservativo y se la metí de un golpe hasta los huevos, haciéndola soltar un grito entre dolor y placer, en esa posición, coloco sus piernas alrededor de mi cintura, impidiéndome sacar más de la mitad de la polla de su interior, mis envestidas eran cada vez más fuertes, siempre entrando hasta que los huevos no me dejaban entrar más.

Me libere de sus piernas y la di la vuelta, colocándola a “cuatro patas”, inmediatamente se la volví a clavar hasta el fondo, ya con movimientos lentos, mientras la introducía un dedo por el ano, luego dos dedos, así hasta que pude introducir 3 dedos sin problemas, entonces se la saque del coño para ir lentamente introduciéndosela en el culo, cuando ya estaba preparada para subir el nivel, la lleve al borde de la cama, colocándonos delante del sillón donde estaba Sara observando mientras se masturbaba. Me senté al borde de la cama, indicándola que fuese ella quien se sentara en mi polla introduciéndosela en el culo lo profunda que quisiera. Mientras subía y bajaba, introduciéndose mi polla cada vez más profunda en su culo, con una mano jugaba con sus pechos, mientras que con la otra la metía 2 dedos en su coño, a estas alturas ya chorreando. Cuando llego al orgasmo, paro de moverse, podía notar en mis dedos como su interior se contraía, una pequeña cantidad de orina se la escapo y mojo mi mano, mientras su culo oprimía mi polla, en cuanto su culo se relajó y se sentó sobre mi polla tuve que tirarla en la cama, me quite el preservativo y me corrí en sus pechos.

(Pasados unos minutos)

Yo: ¿Qué te ha parecido?

Eva: Increíble, me gusta que no te hayas andado con tonterías, directo al tema…

Yo: Aun no hemos terminado, querías estar con los dos por separado para conocernos antes de estar los tres, aún queda algo que Sara y yo hacemos a veces…

Eva: ¿El qué?

Yo: Sígueme, Sara, tú también…

Las dos me siguieron al baño, donde indique a Eva que se tumbara en la ducha, en ese momento Sara se colocó de pie encima de su cara mirando hacia mí,  yo me coloque de pie a la altura de sus rodillas, entonces Sara y yo nos miramos, sonriéndonos, empecé a mear en el vientre de Eva, dirigiendo el chorro hacia su coño y sus piernas, Sara comenzó a mear en sus pechos, dirigiendo el chorro a su cara y pelo, cuando nos vaciamos, nos miramos, sin saber muy bien como reaccionaria Eva a lo que habíamos hecho. En ese momento, Eva se levantó, mirándonos a los dos, e indicándonos con la mano que nos sentáramos contra la pared de la ducha, así lo hicimos, para entrar los dos, apoyamos nuestras espaldas en la pared, pasando un brazo por detrás del otro, cruzando las piernas que teníamos pegadas para dejar una buena vista de nuestros sexos, Eva entonces se acercó a nosotros y comenzó a mear por encima nuestra, comenzando por nuestras cabezas, para ir bajando, empapándonos enteros a Sara y a mí. Los tres completamente empapados en sudor y orina, nos dimos una ducha y nos fuimos a dormir, en la misma cama los tres…

A la mañana siguiente fui el primero en despertarse, dado que dormían plácidamente, decidí bajar a desayunar e irme con la bici un rato. Al volver para comer, estaban las dos en la piscina hablando, cuando me vieron, salieron del agua para ir a preparar la comida.

Mientras preparábamos la comida nos mirábamos entre nosotros, sabiendo lo que pasaría al terminar de comer, así que preparamos la comida y comimos a toda prisa, al terminar de preparar la comida nos sentamos los tres en el sofá a tomar una copa tranquilamente mientras decidíamos como empezar algo que nunca habíamos hecho ninguno…

Sara: Bueno, nunca he hecho un trio, no sé muy bien cómo empezar…

Eva: Yo tampoco lo he hecho nunca, todo será dejarnos llevar y ver cómo se desarrolla.

No espere más, comencé a acariciarlas los muslos, sentado en medio no era complicado, fui acariciándolas, subiendo cada vez más arriba, acercándome lentamente a sus sexos. Fui primero a besar a Sara, mientras acariciaba su coño por encima de sus shorts. Eva no se quedó corta y comenzó a acariciarme la polla por encima del pantalón corto mientras se acariciaba a sí misma. Cambie de posición, dejando de besar a Sara y pasando a besar a Eva, acariciándola su sexo por encima del short. Cuando me di cuenta, Sara ya se había desnudado completamente, así que fui directo a besar sus pechos mientras Eva hacia lo mismo.

Ya sin camiseta dado que Sara me la había quitado y con ellas dos completamente desnudas, me baje del sofá, quedándome de rodillas frente a ellas, lo cual entendieron perfectamente, juntándose entre ellas para poder besarse y abriendo sus piernas para que pudiera comerlas el coño sin problemas.

Mientras ellas se besaban y acariciaban los pechos apasionadamente, yo iba pasando de una a la otra, cuando jugaba con mi lengua en el coño de Sara, mis dedos se introducían en el de Eva y viceversa, cuando ya las dos estaban a punto, nos levantamos y nos fuimos a la habitación, perdiendo mis pantalones de camino.

Ya en la habitación, entre las dos me empujaron a la cama, dejándome tirado boca arriba en la cama, se subieron ellas y comenzaron a chupármela las dos a la vez, cada una por un lado o chupando una mis huevos mientras la otra me chupaba el capullo, continuaron así hasta que me corrí, soltando grandes chorros de semen en sus caras y bocas, cayendo parte sobre mí que Sara recogió rápidamente con su lengua.

Cuando terminaron de limpiarme la polla de restos de semen se besaron apasionadamente, cayendo a un lado de la cama una encima de la otra, cambiando la posición a un 69, podía escuchar como gemían y como sonaban sus besos en el coño de la otra, según se iban mojando cada vez más, podía escuchar el chapoteo de los dedos empapados el saliva entraban y salían del coño, pudiendo ver como Sara se lo hacía a Eva perfectamente, lo cual produjo que en pocos minutos estuviera listo de nuevo con mi pene completamente erecto de nuevo, dejándolas que continuaran en esa posición, me coloque detrás de Sara, introduciéndosela en el coño de un solo golpe, mientras Eva me chupaba los huevos desde abajo.

Después de un rato cambie el coño de Sara por el de Eva, repitiéndose la misma posición de antes, solo que ahora Sara chupaba el clítoris de Eva mientras yo la embestía con mi polla hasta que no entraba más.

Al poco tiempo cogí a Sara por la cintura y la levante para cambiar de postura, nos colocamos en una especie de tren, mientras Eva preparaba el culo de Sara, yo preparaba el de Eva, introduciéndola mis dedos hasta que ya estuvo lista para recibir mi polla, se la introduje lentamente, con cuidado de no hacerla daño, poniendo mucho lubricante para facilitar la entrada, llevábamos ya un rato y yo veía que me iba a correr de nuevo, así que antes de que pasara, salí del culo de Eva y fui a meterme en el de Sara, cambiando de posición en el proceso, lo cual me daba unos segundos de descanso. Se colocaron de nuevo en una posición de 69, Sara rodeaba el coño de Eva con su boca mientras mantenía el culo en pompa, preparado para mi entrada, Eva que estaba debajo de Sara la introducía dos dedos a Sara en el coño y otros dos en el culo, cuando estaban completamente colocadas, dirigí mi polla al culo de Sara, entrando sin ningún problema solo con la lubricación que traía de Eva, ya en esa posición no tarde demasiado en correrme, aprovechando la posición para según la saque sabiendo que ya me corría colocar mi polla encima de la boca de Eva, corriéndome en su boca, corrida que se tragó sin pensárselo dos veces.

Totalmente agotado, me tumbe el hueco que quedaba en la cama, observando como ellas dos continuaban unos minutos hasta que llegaron al orgasmo, besándose tumbadas a mi lado.

Una vez un poco recuperados, nos fuimos a la ducha, disfrutando de una “ducha dorada” maravillosa.

Continuamos a diario haciendo tríos, en muchas ocasiones me corría dentro de Sara, dejando que Eva la chupara el coño justo después o me corría en el culo de cualquiera de las dos, varias veces hicimos más  “lluvias doradas”, en ocasiones Sara y Eva se lo montaban solas, quedándome viéndolas o saliendo a montar en bici, otras veces me acostaba solo con una de las dos mientras la otra tomaba el sol o nos miraba, aunque al final del día, siempre acabábamos juntándonos los tres para follar y dormir. Así llego el día en que Eva tenía que volver a Madrid, quedando en que si el trabajo se lo permitía, volvería antes de que terminaran las vacaciones o que ya quedaríamos en Madrid.

Fueron pasando los días, en los cuales, Sara y yo continuamos como antes de que viniera Eva, fallábamos a diario, cada vez más “sucio”, el sexo anal se convirtió en la estrella, siempre lo hacíamos por detrás al menos una vez al día, parecíamos dos mandriles, como mínimo follábamos 2 veces al día, llegamos a comprar en un sex-shop un plug para que tuviera el ano preparado antes de empezar o jugar con el como parte de los preliminares, en una ocasión, se colocó el plug antes de empezar con la comida, para que nada más terminar de comer tuviera el ano preparado para recibirme, no pude esperar y mientras preparaba la ensalada, la quite el plug (ya nunca llevaba ropa interior o pantalones en casa) y apoyada en la encimera se la clave en el culo, follandomela desde atrás, agarrándola las tetas y apretando sus pezones mientras ella intentaba seguir con la ensalada, cuando me iba a correr, la di la vuelta y la metí el capullo en el coño, corriéndome dentro, dejándola toda la comida con un reguero de semen cayendo por el interior de sus muslos.

Al final paso el verano, llego la hora de que volviéramos, Eva no había podido volver a venir pero habíamos hablado de quedar cuando estuviéramos en Madrid. Sara tenía que reincorporarse al trabajo dado que se la terminaba la excedencia de un año que pidió por el divorcio y yo tenía que volver a preparar todo para la universidad.

Sara: Bueno, ya se acabó el verano…

Yo: Si, se me ha pasado muy rápido, no hemos parado.

Sara: Jajaja, la verdad es que si, se ha pasado muy rápido.

Yo: ¿Qué va a pasar ahora?

Sara: ¿Entre nosotros?

Yo: Claro, ¿Esto ha sido algo de verano, o seguiremos viéndonos como durante el verano?

Sara: Espero que sigamos viéndonos como durante el verano, si tú quieres, claro.

Yo: Claro que quiero, pero yo vivo con mis padres y tú con los abuelos, así que va a ser imposible en una casa y en hotel nos podemos arruinar…

Sara: Había pensado alquilarme un piso ahora que vuelvo al trabajo, ya no tiene sentido seguir con los abuelos.

Yo: Entonces no tendremos problemas para vernos, salvo alguna explicación que otra de por qué quedamos tanto ahora…

Sara: No tienen por qué pedirnos explicaciones, trabajo a media hora de tu universidad y me alquilare el piso cerca del trabajo, así que estoy pensando, que mi casa estará a 15-20 minutos de tu universidad, si quieres podrías venirte a vivir conmigo, por cercanía, gasto de gasolina y tiempo, solo darías explicaciones una vez, además, así me haces compañía y no estoy sola.

En ese momento me quede blanco, me estaba pidiendo que viviéramos juntos, no sabía exactamente a que se refería, al final, no dejábamos de ser tía-sobrino. Sara se dio cuenta de mi cara de pánico.

Sara: A ver, no me refiero a como pareja, no somos una pareja, somos como decís ahora, folla-amigos, o en este caso, folla-familia. Si conoces a alguien no pasara nada, lo nuestro solo es sexo y cariño por ser familia.

Yo: Uff, me tranquilizas, me parece bien la idea, nos vamos a vivir juntos y nadie debería pensar nada raro dado que es lo más conveniente.

Así quedo la cosa, nos volvimos a Madrid y poco después encontró piso y al empezar la universidad me fui a vivir con ella, el primer mes fue genial, las noches, fueron una extensión del verano, luego todo cambio, no a peor, pero cambio definitivamente nuestras vidas…

-Continuara con el ultimo capitulo-