Verano caluroso… MUJER MISTERIOSA

Viaje con encuentro especial y boda sorpresa. Después inicio un merecido descanso y como sanitariamente todavía no está todo bien, decido repetir mi escapada en autocaravana por el norte de España.

Pocas cosas que contar del viaje a la República Checa. Fue un viaje intenso en lo que se refiere a trabajo, pero productivo, por esa parte todo fenomenal y todos contentos. Además dio tiempo para visitar sin prisas Praga y estuve un poco distante con Marina, no por nada, porque iban más personas y no quería demostrar favoritismo con nadie. En el transcurso de nuestra estancia en Praga, una de las personas con las que estuve y buen amigo, me informó de un posible negocio en la ciudad de Brno, en un principio parecía interesante, pero había que saber cuánto de interesante era, por eso llame a Victoria, mandé a todos a España menos a Marina y a otra persona. Que si al final lo decidía me acompañarían a Brno.

Victoria me animó a ir y mi amigo en cuanto le dije que iría, me gestiono un buen vehículo para ir, porque quería ir por carretera y además puso a nuestra disposición a su nuera Lenka. Una mujer de 1,68, 42 años, delgada pecho de tamaño normal y buen culito. Ojos claros y bastante guapa, pelo muy corto, despuntado de líneas suaves de color moreno. Se que la mandaba para enterarse bien de todo, que lo conozco. Con ella tenía buena relación o más bien una relación cordial, porque a su marido, el hijo de mi amigo, solo le vi una vez, estaba siempre de viaje. Lenka se encargaría de hacer de traductora, ya que el español lo hablaba bastante bien. Durante el trayecto que fueron casi dos horas y eso que fueron solo 200 km. Hablamos Marina, Lenka y yo, la otra persona que nos acompañaba era de las personas más inteligentes que conozco, pero es un hombre que siempre está estudiando algo, se pone sus cascos y va a su bola.

Nada más llegar nos comunicaron que la reunión se posponía dos días y pusieron una disculpa plausible, pero no me gustan esas cosas. Cenamos los cuatro juntos y en cuanto pudo nuestro cuarto acompañante se marchó a su habitación, quedándome con las dos mujeres. Lenka nos propuso ir al día siguiente a varios sitios, castillo Spilberky, algún museo, un osario y como ya los conocía, les dije que fueran ellas solas y que nos encontraríamos en la noche. Por el día estuve vagabundeando por la ciudad, iba a mi aire y paré a comer algo típico de allí, para luego ir a un café que me habían recomendado, donde se suponía que ponían cafés de categoría.

Llegué al sitio indicado y el café de categoría era malo hasta decir basta. Lo que sí vi que tenían buena pinta eran unos dulces típicos y los probé, eso sí que estaba de categoría. Seguí mi paseo, encontré una tienda donde se vendían más que antigüedades, cosas viejas antiguas, mi perdición y compre tres cosas. La tienda la regentaba un matrimonio mayor y dentro de lo que cabe nos entendimos bien. Al salir y llevar caminando cinco minutos, me llegó un olor a café, buen olor y encontré un sitio donde tenían un café lo que se dice bastante decente. Llegué al hotel, subí a mi habitación y me bajé, al rato llegaron las dos y Marina venía rendida, además había llevado un calzado nada apropiado para caminatas.

Subieron un momento a la habitación y Lenka nos llevó a cenar a un lugar próximo, para mi gusto demasiado oscuro, una iluminación más apropiada para momentos más “íntimos” pero nos sentamos y dejamos que ella conocedora de la gastronomía pidiera por nosotros. La cena estuvo muy bien, me gustó mucho, cantidad y calidad, lo que más me sorprendió fue el precio, para mi muy barato para lo que consumimos. Quise invitarlas a tomar algo y Marina con cara de estar muy cansada dijo que necesitaba irse a dormir. Fuimos al hotel y Marina se fue, nos quedamos Lenka y yo solos. Me miró sonrientemente, con cierta maldad y después de un brillo de duda en su mirada me dijo… “Eres de confianza, te voy a llevar a un sitio peculiar y que no olvidarás, espero que tu discreción sea absoluta” y pidió un taxi, cuando llegó nos montamos y ella dio una dirección. Era una zona de chalets. Entramos y nos recibió una mujer con una amplia sonrisa de unos 50 años y después de hablar con ella, chapurreo algunas palabras en español, elogiando algunas cosas de Barcelona y Madrid.

Una sala, como el comedor de una vivienda, muy amplio y todo alrededor un sillón corrido, ocupando todas las paredes. Mesas bajas y algún asiento individual pequeño. Había poca gente. Las personas eran bastante correctas, hablaban en grupos pequeños, algunas parecían parejas y otras actuaban como amigos tomando unas copas. Lo que me pareció raro, que tenía entendido que no se podía fumar en lugares públicos y había gente fumando. Llegué a pensar que podía ser casi una secta o un grupo raro. No había nada que me hiciera sospechar lo que luego tuve claro. Empezó a entrar gente y más gente, antes de una hora ya supe que era ese sitio. porque distintas parejas empezaban a interactuar unas con otras. Era un lugar swinger, la diferencia con los que conocía, era que en ese lugar la luz era potente, nada de penumbras y oscuridad.

Lenka acariciaba mi muslo con mucha suavidad y tenía su mirada clavada hacia un grupito, que había hombres y mujeres. Se levantó una mujer más joven, con pecho más grande y rubia, más o menos de su misma altura. Se acercó donde estábamos y empezó a darle un beso suave en la boca a Lenka, que al final se convirtió en un beso con lengua en toda regla. Eran dos mujeres bellísimas y con mucho contraste, las dos blancas de piel, poco les había dado el sol, una morena y otra rubia. El ”festival” que se dieron durante unos minutos fue exagerado, no se cortaron para nada y quisieron que fuéramos a una habitación, pero lo rechace, algo que no se esperaban sobre todo Lenka y me pregunto… “Si quieres algo, tenemos un magnifico hotel, aquí no me apetece” , no es que me diera corte ponerme a follar en público, que me hubiera dado igual, no me fiaba del sitio, porque había adornos, que bien podían ser alguna cam y como que no me apetece aparecer en ningún tipo de grabación no autorizada.

Hablaron entre las dos, la otra mujer se fue con su grupo, hablo algo, cogió su bolso y nos fuimos. En el camino al hotel todo fue muy tranquilo, dentro de la normalidad más absoluta. Subimos a mi habitación y al entrar primero fue Lenka al aseo y antes de que saliera entró la otra, que en ese momento me enteré de que se llamaba Marika, hablaba bien el inglés y por ahí nos pudimos entender bien. Salieron desnudas y de verdad que estaban muy bien, se lanzaron a la cama y no pararon de besarse y acariciarse. Estaban muy compenetradas y lo tomaban con ganas, me desnude y estaba super empalmado, me deje a mano unos preservativos, me gustaba lo que veía y como se daban amor. Acabaron teniendo sendos orgasmos y me confeso Lenka… “¿Te gusta mi amiga Marika? Llevábamos seis años sin vernos” y mientras su amiga me comía la polla, Lenka acariciando su espalda me contó la vida de las dos, habían estudiado juntas.

Marika paraba de comerme la polla y hablaba en checo con Lenka, la cual me decía… “Se ha enamorado de tu…” refiriéndose a mi polla y se puso con ella a comérsela. Si fuera de jurar, juraría que no era su primera vez en esas lides. Después de darse un “homenaje” entre ellas, se dedicaron a mí. estaba de rodillas sobre la cama, con el resto del cuerpo erguido y una la tenía por delante y la otra por detrás, caricias, mordiscos suaves, lametones y por mi parte todas las caricias del mundo. Lenka cogió un preservativo y me lo coloco en un principio con su boca y mucho arte. Una vez lo tuve colocado se tumbó boca arriba, abrió las piernas y con su mirada me invitó a penetrarla. No lo dude y fui metiéndosela poco a poco, hasta que al final de un solo golpe de cadera termine de metérsela. Logrando que soltara un gemido profundo. Marika se colocó a mi altura e iniciamos un buen morreo, largo y profundo. Después se fue por su amiga e hizo lo mismo, pero dejando su culito perfecto a mi altura.

Ese tipo de culitos que tienen buena forma y parecen tan delicados, al ser tan pequeñitos son una buena tentación. No tardé nada en darme cuenta de que ese culito se había tragado todo lo que se tenía que tragar, porque le pude meter mas de un dedo sin ninguna queja. Estuve durante un rato follando su culito y en un momento dado, se apartó y se colocó sobre la boca de Lenka. Al segundo se retorcía con una cara de vicio que no había visto muchas veces. Se acercó a mí y nos morreamos intensamente, hasta que agarro una de mis manos, la llevo a uno de sus pechos y me la movió golpeando su pecho, entendí lo que quería y el azote sus pechos, se derretía del placer que recibía por parte de su amiga y por mi parte. Marika se corrió sin cortarse, no entendí nada de lo que decía pero lo que dijo, lo hizo con mucha intensidad. Lenka y yo nos corrimos a la vez prácticamente.

Hicimos una pequeña parada y me sorprendieron, Marika de su bolso sacó una botella de slivovitz, que nunca la había probado, ni vasos, ni copas, ni nada de nada, a morro. Le metieron las dos potentes tragos y cuando lo probé, aunque no soy de tomar alcohol, me recordó a una bebida irlandesa y aunque era incolora me daba como un sabor a ciruela, pero me parecía una bebida potente. Lenka se estaba adormilando. Hablábamos entre Marika y yo, nuestro inglés nos servía para saber más de los dos y cuando nos dimos cuenta Lenka estaba grogui del todo. Quise darme una ducha y me fui al baño, detrás se vino Marika. La ducha no es que fuera muy amplia, pero nos pudimos meter los dos, nos empezamos a tocar y se lo dije en español… “Que ganas tengo de follarte ese culito tan delicado” ella no me entendía, pero por el tono de mi voz debió de sospechar algo, la delataba su sonrisa y se dio la vuelta.

Mi polla al notar el roce de su culito, se puso erecta rápidamente y al final, acabe en lo que quería hacer, coloque mi polla en la entrada de su culito, ella en todo momento me lo facilitó y una vez que coloque la cabeza de mi polla, hizo lo que más me gusta en una mujer, fue ella la que se empezó a follar el culito, se fue echando hacia atrás sin necesidad de que me tuviera que mover yo. Lo hacía teniendo una mano suya echada para atrás y tocando parte de mi pelvis, hasta que a mitad mas o menos, ella de un solo movimiento se la clavo hasta el fondo de su culito, resoplo y gimió. Ya no deje que siguiera ella, tome el mando, agarre bien sus caderas y no pare de follárselo hasta que nos corrimos, ella alguna vez más que yo. No terminamos de duchar y nos fuimos a echar un rato. Se durmió también y me quedé despierto porque si me dormía ya no me despertaría, estaba cansado.

Me pareció oír la puerta, algo lejano y es que me había quedado dormido. Abrió la puerta Marika, prácticamente desnuda y después oí como Lenka saludaba en español. Abrí los ojos y era marina, con cara de poema por no decir de susto. Una vez más Victoria interrumpiendo, me estaba llamando y mi móvil estaba apagado, norma básica, cuando estoy follando o con una compañía agradable, aunque no hagamos nada más, apago el móvil. Le di las gracias por venir a avisarme y se fue rápida como el rayo. Marika se marchó sin querer desayunar y me bajé antes que Lenka, que se fue a su habitación. Ya estaban desayunando mis dos acompañantes. Di los buenos días y el genio solo me dijo… “He estado revisando todos los datos y no es bueno hacer ningún tipo de negocios con esta empresa, resultaría fallido y con pérdidas importantes…” en contra del resto de opiniones, entre ellas la de Marina.

Aunque estaba un poco pastoso, después de hablar con él, me pidió que en la reunión hiciera unas preguntas básicas y que parecerían inocuas, pero él me dijo lo que me contestarían y si lo hacían así estarían engañándonos o por lo menos intentándolo. Antes de irnos a la reunión llamé a Victoria y le dije que siguiera escarbando. Bajo Lenka y Marina la miraba con asco. Como quien no quiere la cosa le pregunté sobre el empresario que íbamos a visitar y lo único que me dijo… “Aquí se dice (lo dijo en su idioma y luego me lo tradujo)… En todas partes el pan tiene dos cortezas y a quien vas a ver tiene dos buenas cortezas” que entendí que no me fiara mucho y estuviera atento no para ver la corteza que me enseñarían, sino también la otra. Duró poco la reunión, en el momento que pude hice mis preguntas, las que me dijeron y contestaron lo que él dijo que me contestarían. Nos fuimos diciendo que lo estudiaríamos y se acabó, porque no había nada que estudiar. En el avión de vuelta Marina quiso hablar conmigo…

- He tratado de sacar esta conversación , pero no ha habido manera. Es con referencia al viaje en autocaravana.

  • ¿Qué pasa con el viaje?

- Ignacio no para de tratar de convencerme, se ha ilusionado mucho y me tiene la cabeza hecha un embarullamiento, porque tengo muchas dudas.

  • Vamos a ver, supongo que las dudas son, no me conocéis mucho, compartir espacio reducido, si nos enfadaremos, si discutiremos, si se tendrá que hacer siempre lo que yo diga… ¿Es eso verdad?

- Algo de eso, pero no lo más preocupante.

  • ¿Y qué es lo más preocupante?

- Que a Ignacio le caes muy bien, pero a mí no es que me caigas mal, pero bien tampoco. Me gusta tu mundo, pero tienes algo oscuro.

  • ¿Qué tengo oscuro?

- Cómo te desenvuelves en tu vida más…

  • Ya por haberte encontrado en mi habitación con dos mujeres. Tranquila no me interesas en ese sentido y para dejar todo finiquitado. Tengo una boda ya mismo y después de la boda salgo, como tú no tienes las vacaciones todavía, os diré donde estaré y si queréis allí nos encontraremos, ninguna obligación. Tu misma y aquí queda ya zanjado este tema que me cansa ya.

- Vale, se lo comentaré a Ignacio.

Quedó zanjada la conversación y me puse a escribir anotaciones para dejárselas a Victoria. Lo primero que me dijo Victoria al verme es que había acertado en la decisión, descubrió algo más con posterioridad y lo dejamos así, luego me recordó lo de la boda. Era una boda por compromiso y me explico. Se casaban dos personas que trabajaban con nosotros, con él tenía más trato, porque estaba más cercano a mí y con ella menos, que trabajaba en otra área. Era una pareja de las que había retrasado su boda por el COVID-19. Sabía que se celebraba en una finca al aire libre. Victoria acudiría con su mujer y yo lo haría solo. Solo cruzaba los dedos para ver donde me tocaba sentarme. Sabía que a última hora asistirían también Adriana y Tiano, Adri había hecho amistad con ellos y decían las malas lenguas, que habían pasado una pequeña crisis y que ella les ayudó mucho. No es que no me gusten las bodas, es que me fastidian las de asistente de compromiso, porque no me lo suelo pasar bien.

Aunque se ofreció Tiano y Victoria a que fuera en sus respectivos coches, preferí ir en el mío, porque así en cuanto pudiera me iría, también habían puesto algún autobús para que la gente no tuviera que conducir bebido, todo muy estudiado. Me saltaré buena parte de los prolegómenos e iré al grano. Se celebró la boda, llegaron fotos familiares y fuimos pasando a la zona donde se serviría la cena. Me iba a acercar a ver unos pergaminos que habían colocado, donde indicaba en la mesa que te tocaba. Cuando aparece la mujer de Victoria y me dice la mesa tres. En esa mesa nos tocó a Victoria, su mujer, a un matrimonio inglés que no hablaba nada de español de unos 60 años y a dos mujeres de nuestra edad, tal vez unos tres años más jóvenes, casi seguro, que eran una prima del novio y otra de la novia.

Estábamos a tiro de piedra de la mesa nupcial, no había otra mesa de por medio. Adriana estaba en otra mesa más alejada. Con la pareja inglesa aunque trate de entablar conversación, poca hubo, porque él estaba sordo como una tapia y ella no le andaba a la zaga, tampoco me apetecía andar chillando. Estaba deseando que cortaran la dichosa tarta y desvanecerme en la noche. Victoria y su mujer entablaron conversación con las primas. Todo les vino por una “discusión” sobre las trenzas. Poco a poco me di cuenta de que hablaban de una mujer que no me había fijado. No hablaban mal, solo del peinado, miré hacia donde miraban ellas y vi en la mesa nupcial una mujer que no había visto al principio o no me había dado cuenta. Reconozco que era una mujer muy bella. Por lo menos sentada. Todas al final coincidieron y gracias a Google que su peinado era una trenza diadema.

Se levantó y se retiró un poco para hablar por el móvil. Me pude fijar bien. 1,78 de mujer, vestido largo, color azul agua, muy elegante, con una abertura en el vestido que dejaba ver una pierna bonita y larga. La espalda la llevaba abierta y en el corpiño además de la pedrería que le quedaba muy bien, llevaba un escote con transparencias. Las sandalias iban conjuntadas con el vestido y los tacones llamaban la atención, finos y altos. Aunque el vestido tenía algo de vuelo, se le marcaba a la perfección el culito, buena forma y parecía que no llevara debajo absolutamente nada, porque no había nada que se le marcase, como estaba claro que no llevaba sujetador, porque aunque no se le marcaban los pezones, si se intuía un ligero movimiento de sus pechos. Ojos azules intensos, el cabello, que parecía que tenía buena melena de color castaño casi moreno, era como decían las mujeres, tenía forma de diadema, que le dejaba el cuello despejado, un cuello largo y que pedía a gritos un “vampiro”. La envolvía un halo de misterio.

Me intereso y espero el momento apropiado para saber más de ella. Porque lo único que supe hasta el momento es que era hermana de la novia. Su prima al principio no dijo nada fuera de lo normal sobre ella. Nuestras miradas se habían cruzado en la distancia pero ella me ignoró o no quiso saber nada. “Rasque” un poco y la prima empezó a hablar más de la cuenta. “Sabrina es buena chica, pero… es inaccesible, reservada, ahuyenta a quienes se acercan, lo mismo es por su profesión, ya sabéis deformación profesional y le hace no confiar en nadie…” , no creo que Victoria supiera su profesión y desde luego yo tampoco. Victoria no se si pensando en mí le hizo dos preguntas cruciales…. “¿Pero en qué trabaja? ¿Qué está soltera, divorciada o casada?” y esta vez contestó la otra, que aunque no eran primas entre ellas, sabía su vida también… “Es… por eso si os fijáis, no la veréis beber, por no perder los papeles, siempre formal, ella se lo pierde y no está, ni soltera, ni casada, ni divorciada… jajaja… pero tampoco viuda?” y por la cara que puso Victoria se lo aclaró la que si era prima… “Está casada con un norteamericano, el lleva en su país ya va a hacer cuatro años y desde entonces no se han visto… cosas raras que pasan, pero que Sabrina ejerce como casada y no se va con nadie por ahí, que para eso es muy suya y el matrimonio es el matrimonio” no entendía nada, pero tampoco tenía porqué entenderlo, era su vida, lo que no compartía era esa actitud que tenía en su vida si en verdad era por su profesión. Porque conocía bastante gente con esa profesión, que sí, muy importante y de responsabilidad, pero tampoco para vivir amargada.

Llevaba fijándome un rato y con quien más había hablado Sabrina en la mesa, fue con su hermana. Mi impresión es que éramos ella y yo los que menos hablábamos en la cena. Debía estar con las mismas ganas de desaparecer de las que tenía yo. De entrada me había gustado esa mujer, aunque estaba más que seria o distante, evadida. Transcurría la cena y me daba risa la forma de actuar de ella. Porque aparecía algún “moscón” fotos con personas de la mesa y cuando a ella, le pasaban un brazo por encima para la foto o la cogían por la cintura, ella muy sutilmente las quitaba. Tampoco conversaba mucho con los que se acercaban, no podía oír lo que hablaban, pero duraban segundos y se iban con cara de no haber logrado algo más. A excepción de algún abuelito que se acercó y se hablaron con mucha simpatía. La hermana le echaba miradas con un toque de reproche. Corte de tarta y brindis. Ya me podía marchar pero decidí quedarme un poco más. Anunciaron donde se podía bailar y que habría barra libre pero había que servirse. Por el COVID-19, habían puesto varias mesas juntas en un lateral llenas de bebida, hielo, refrescos, alcohol… para que no hubiera mucho personal, ya que solo había un camarero encargado de reponer lo que fuera necesario.

Hubo alguna carrera para ir a por la bebida. En esas carreras no entre yo y por lo que vi ella tampoco. Se agradece la brisa que llegaba y me quede hablando con Victoria y su mujer, ya que el resto desapareció. Sabrina se había quedado hablando con su hermana y otra mujer, mientras el marido se hacía foto con unos compañeros de trabajo. Estando en plena conversación se acercaron los novios para hacerse unas fotos con nosotros, nos las hicimos y Victoria me decía que ya estaba tardando en irme, que le extrañaba. Había perdido de vista a Sabrina, me acerque a donde estaba la bebida y la música por si estaba por esa zona. No la vi, pero de lo que sí me di cuenta es de que un grupo de gente joven se había ido hacia la oscuridad con la bebida y se veían las lumbres de los cigarros.

Por detrás y sin esperármelo se acercaron las dos primas que me invitaron a ir a una fiesta después. Le dije que no creía pero ante su insistencia dije que me lo pensaría y en ese momento vi a Sabrina, que estaba sola con un vaso en la mano y con mirada perdida. No lo dude, me acerque a donde estaba ella. No es que me pegara a ella, pero se giró a ver quién era y volvió a su posición normal. En estas situaciones se puede tratar de iniciar una conversación diciendo alguna tontería, alguna gracieta, alguna ocurrencia… pero ante una mujer así, es difícil no meter la pata. Apoye mi trasero en una mesa que había y la observe con más detalle, fue ella la que en un tono circunspecto…

- Sé quién eres y… ¿Quisiera saber que mira tanto… el jefe de mi hermana?

  • Yo también sé quién eres Sabrina… estaba tratando de dilucidar si eres soltera, casada, divorciada, porque viuda no eres que ya me lo han dejado claro.

- ¿Como te llaman Carlos o Don Carlos?

  • Jajaja… todo depende de quién. Normalmente Carlos, aunque me dicen otras cosas menos agradables.

- Pues bien Carlos, ¿Qué conclusión has sacado de mi estado civil?

  • Que estas en el grupo de las CANSADAS, ABURRIDAS y DESILUSIONADAS.

- Ah ya y tú eres de los que quitan el cansancio, dan alegría e ilusionan. ( Tono chulesco y burla )

  • No qué va… eso sería imposible contigo.

- ¿Por qué sería imposible conmigo?

  • Eres muy guapa, estás físicamente imponente, pero tienes un punto de amargura que te consume y eso te impide ser feliz, además de poner tu profesión por encima de tu vida y esa contención te hará una infeliz.

No se lo dije con la intención de provocar nada en ella, la conversación tuvo más contenido y ese fue el final. Se lo dije porque lo pensaba y por su actitud chulesca, con el toque de burla. Después de decírselo, le di las buenas noches, me di la vuelta y fui hacia donde estaba Victoria con su mujer. Mi intención era despedirme y marcharme, lo estaba haciendo y al ver a los novios quise despedirme de ellos también, fue cuando la novia se empeñó en presentarme a su hermana. Llegó su hermana y le dijo… “Mira Sabrina este es Carlos, Carlos mi hermana Sabrina” iba a decir que ya nos habíamos conocido y ella me dijo que encantada de conocerme, dejándome descolocado y le seguí el rollo. Nos sentamos todo un rato e iniciamos una conversación entretenida y graciosa, de la que todos participamos. No sé cómo, pero al final nos quedamos los dos solos. No creo que fuera intencionado, pero ocurrió de esa manera.

La invité a bailar y con su misma seriedad, aunque menos que al principio me contesto… “Si además te gusta bailar… pero no gracias, aunque no sabias seguro mi estado estoy casada y no bailo con desconocidos, no te molestes, pero si andaría un poco que me cansa estar todo el tiempo sentada” y me puse en pie para que anduviéramos un poco, me fui hacia la parte que veríamos el horizonte, hacia el este. Pero todo estaba cubierto por suelo de madera y el resto césped, ella me dijo que esperara un momento, apoyó una mano sobre mi hombro y se quitó las sandalias. Porque con esos tacones sería imposible andar. Hablamos de cosas mundanas y mirando a las estrellas, la conversación pasó de las constelaciones al horóscopo, algo en lo que no creo y tampoco me preocupo. Me dio una disertación sobre ascendientes, algo sobre casas… ya digo es algo con lo que me pierdo. Como intuía que no iba a haber nada más y al día siguiente tenía dos reuniones importantes, porque la boda la tuvieron que hacer a mitad de semana para poder conseguir sitio donde celebrarlo.

Cierto que por mi parte había habido un tonteo importante y ella aunque no participó lo admitió. Había estado muy a gusto con ella y ella me dijo sin esperármelo… “La primera impresión que me diste cuando te vi era de un ser altivo, creído y con cara de estar por obligación, porque te he visto toda la cena inapetente, pero hacía años que no me reía como me he reído contigo esta noche” y no tardé en contestarla… “Solo has acertado en una cosa que estoy por obligación, pero es que no me podía negar y no es por lo que acabas de decir… pero este creído (por mi) mañana tiene mucho trabajo y necesito descansar, por lo que me voy a marchar, así que no me pidas que continué haciéndote reír” , aunque sé que si hubiera visto una posibilidad me hubiera dado igual no dormir. Ella me dijo si no me importaba acercarla a su hotel, porque había bebido y no quería conducir, le dije que no había problema y nos despedimos de la gente.

En el coche me contó que vivía en Madrid y que cuando llegaba a Valencia prefería ir a un hotel, para no aguantar consejos familiares y también que pronto esperaba tener plaza en Valencia. Eso nos llevó a una conversación sobre Madrid y se quedó sorprendida de mi conocimiento sobre esa ciudad, hasta que le aclaré que había nacido y me había criado allí. Durante todo el camino pude ver al desnudo una de sus piernas y parte del muslo, para comérsela. Llegamos a la puerta del hotel, nos estábamos despidiendo cuando me eche hacia donde estaba ella, que se asustó, se puso en tensión, me aguante la risa, porque debía de pensar que la quería besar o algo mas, estire mi barco y con mi mano cogí un estuche pequeño que le había caído al montarse de su mini bolso. Cuando se lo di quedó cortada y fue la primera inseguridad que vi en la noche y sin saber que decir, por lo que quise quitar hierro al momento… “Tranquila que no soy tan fácil, soy un hombre duro de seducir y tampoco acepto tomar nada en la habitación de un hotel, con una mujer que acabe de conocer, de verdad que lo siento…” se bajó riéndose y dándome las gracias por todo.

Ya era muy tarde para ir al campo, me quedaría a dormir en mi casa y al día siguiente después de la reunión, empezaría a preparar mis vacaciones si no surgía ningún otro contratiempo. Nada más llegar a mi casa, me di una ducha para refrescarme un poco que para mí hacía mucho calor. me fui al congelador y saqué mi granizado de té frío. Me fui a la terraza y me puse a picarlo. Después le añadí te frio líquido, di un primer trago, estaba con la temperatura que me gusta. me costaba dormirme y pensaba en ese monumento de mujer que era Sabrina, debía de ser una mujer complicada y escondía algún “secreto” no inconfesable, que no la veía con ese tipo de secretos, el secreto tenía que ser muy personal. Me llego un whatsapp de Victoria y no el conteste hice una video llamada. Hablamos y en su cara veía o que se estaba poniendo hasta arriba o pergeñando alguna putada contra mí y pensando que era eso le dije… “No hay excusa, mañana tienes que estar en la reunión, lista y sobre todo… DES PE JA DA” y corte la llamada.

Mire el reloj y ya había pasado más de una hora desde que llegué, decidí irme a la cama y por lo menos relajar el cuerpo, que descansase. Abrí los ventanales para que corriera el aire, me puse música instrumental y cuando estaba quedándome ya en los brazos de Morfeo… suena el timbre de la puerta. Es un timbre muy sonoro y con el silencio de la casa se oye mucho más. Brinco de la cama y el primer pensamiento… “Qué coño pasa, para que a estas horas alguien llame a una casa” me acerco a la puerta, miro por la mirilla y no se ve nada, pregunto quién es y por contestación suena de nuevo el timbre. Me echó para atrás, estiró el brazo y abro la puerta, apartándome de ella. Es Sabrina, se ha cambiado de ropa, recuerdo que lleva un vestido floreado, con un amplio escote de barco. Me quedo estupefacto y solo se me ocurre decir… “¿Y tú qué haces aquí?” y ella me dice dos cosas: la primera… “¿No me vas a invitar a pasar?” me aparto para que pase y mientras lo hace me contesta a mi pregunta… “He decidido cruzar mi Rubicón… ¿Sabes lo que es cruzar el Rubicón?”

Cerré la puerta y como me miraba le conteste… “Claro que lo sé. Significa dar un paso decisivo asumiendo riesgos y el Rubicón es un pequeño río que separaba la Galia de Italia y cuando Cesar lo cruzó poniéndose en manos de la diosa Fortuna dijo… Alea iacta est” y Sabrina sonriéndome me dijo… “No he venido a que me des clase de historia, esa puerta que he cruzado es el Rubicón y esto es la suerte está echada” y a continuación me besó en los labios, primero dulcemente y luego con un beso salvaje. Estuvimos en la entrada dándonos una “paliza” monumental, de las que hacen historia, quedando los dos desnudos. Los nervios iniciales que note en ella cuando entro en mi casa desaparecieron.

Fuimos a mi habitación y se puso seria para decirme… “Tengamos cuidado que no tomo ni uso nada, ya me entiendes, CONDÓN… SI o SI” no dije nada y la lleve hasta la cama, hasta ese momento no me había fijado detenidamente en su cuerpo. Ella quería menos luz pero no la hice caso. Una vez tumbada sobre la cama con paciencia, tranquilidad y sabiendo lo que me hacía. Si era verdad lo que decían, llevaba mucho sin estar con nadie y no quería defraudarla. Empecé a acariciar y lamer sus piernas, subiendo sin prisas con mucha paciencia. Cuanto más arriba llegaba, sus piernas se abrían suavemente, invitándome a llegar, pero no iba a ser de esa manera. Cuando las abrió del todo y ella esperaba que llegara, le di la vuelta. Me puse a acariciar su espalda y con una mano, acariciaba su cabeza, su melena, mientras mordía su cuello, lo lamía y de la misma manera lo hacía con sus hombros. Una caricia muy buena si se hace bien, es presionar de una manera específica y determinada más o menos sobre la rabadilla, a la vez que con la boca se sigue besando, lamiendo cuello y hombros. Esa caricia la excitó mucho, estaba provocando que tuviera unas ganas enormes porque la follara.

Todo iba como quería, me estaba dedicando a ella, a darle el mayor placer del que pudiera ser capaz de darle. Al girarla y quedar boca a arriba estaba como rendida, dispuesta a todo, eso me gusta ver en una mujer. Bese sus labios con deseo, intercambiamos nuestras lenguas en una lucha feroz y cuando más encendida estaba, me fui hacia sus lóbulos y después a sus pechos y la zona de sus axilas. Tenía unos pechos más grandes que la media y unos pezones que llamaban a ser lamidos, comidos y cualquier otra cosa. Cuando los tuve en mi boca fue una delicia notarlos y más delicia tuvo ella, que no dejo de contonearse. Su coñito todavía no lo había tocado, pero estaba seguro que tenía que ser todo “agua”. Mis caricias en sus pechos eran de varios tipos, según cómo respondía ella y en la succión de sus pezones se ponía más cachonda, mucho más.

Lamia su tripa hasta llegar a su pubis, su cuerpo se alzaba un poco, de forma instintiva, me pase a sus muslos, a la cara interior. Pequeños mordiscos con los labios y podía ver su coñito húmedo y brillante. Con la punta de la lengua empecé a lamer la parte inferior de los labios, los lamía por todos los lados y ella se movía para que mi lengua llegara a más. Me gustaba verla, su cara, como abría y cerraba su boca, como con espasmos, como también se mordía sus labios. Cuando menos se lo esperaba mi lengua tocó su clítoris, su cuerpo respondió levantándose, su boca abriéndose y soltando un gemido profundo. Se estremecía de placer y no dejaba de hacer movimientos tanto con mi lengua como con mis labios. Unas veces iba más deprisa y otras más despacio. Calibre bien como le gustaba, no tardé en descubrirlo y eso me recompenso oyéndole gemir sin parar. Hay que tener mucho cuidado para que una mujer  no se pueda sentir incómoda, hay que buscar su ritmo. Como al absorber su clítoris, si sabes controlarlas, es muy excitante para la mujer, si no, resultan desagradables. Hay que descifrar el ritmo que marca la mujer y lo encontré rápido con Sabrina.

Creí que lo tenía todo controlado cuando sin esperármelo, tuvo un enorme orgasmo en mi boca, le estalló justo cuando más dentro metí mis dedos. Estiró de mi hacia arriba, me pasó la palma de la mano por mi boca y luego me dio un beso muy sensual diciéndome… “Deja que respire un poco” me eche al lado de ella y mientras reposaba tenía su palma de la mano puesta sobre mi polla, moviéndola de arriba a abajo y me decía… “Está que arde” luego se movió y se fue a lamerme mi polla. Empezó suavemente, sin dejar de mirarme, mirada contra mirada. Recorría con su lengua toda la polla y cuando llegaba arriba, lamía con más intensidad mi capullo, cuando se daba cuenta de que me estaba gustando, dejaba caer la lengua hacia mis testículos y se los metía en la boca. Sabía muy bien como comerse una polla. Por fin empezó a hacer lo que se dice la mamada. Le costó un poco, pero se metía la polla bastante y con la otra mano tocaba mi perineo, sabiendo lo que se hacía. Estuvo un buen rato hasta que me dijo… “Si que tardas en correrte, nunca había visto a nadie aguantar así…”

Me pidió un condón, me lo puso y me dijo que no me moviera. Se puso encima, agarró mi polla se la colocó en la entrada de su coñito y se fue sentando sobre ella. De vez en cuando se levantaba un poco y volvía a meterse algo más. Quería que apagara la luz y me decía que los espejos la hacían sentirse extraña. Alce mi pelvis y le entró el resto de mi polla. Dejó de hablar y se empezó a mover muy suavemente. Poco a poco llevé el ritmo que ella quería, hasta que llegó el buen ritmo, era más potente y su respiración era como si tuviera asma. Toda la noche se había contenido y ahora ya no tanto… “DIOS, DIOS, DIOSSSSS… me estas matando de placer, por favor no pares… SIGUE… SIIIIGUE…” no pude contener mi tentación y di un azote en su culito, ella no me recrimino nada y le di alguno más, notando que no le disgustaba. Le empecé a acariciar su clítoris y esta vez sí que me di cuenta de que se iba a correr, lo hizo de la misma manera que la primera, se vació al hacerlo.

Cambiamos a la velocidad del rayo de postura, quería estar ella boca arriba, aunque yo prefería que estuviera a cuatro patas. Nuestras miradas estaban clavadas la una en la otra. Mis embestidas eran grandes y profundas, ella me comía la boca, estaba fuera de sí, ya no controlaba nada, me agarra mis nalgas, me clavaba las uñas. Estábamos los dos en un punto sin retorno y cachondos al máximo… “Eres una puta fenomenal, como te gusta que te follen, me encanta como lo haces…” y ella mirándome con provocación me dijo con la voz entrecortada… “Pues eres el único que se ha dado cuenta… AAAAAHHHHHHH… ME VIENE… NO TE PARES… HASTA EL FONDO… SIIIIIIIIII” y acelere al máximo mis embestidas corriéndonos los dos a la vez. Nos quedamos como nuevos, relajados y le dije que si quería algo de beber, me preguntó que tomaría yo, le dije que te helado y se apuntó. Mientras lo bebíamos, hablamos…

- Contigo tengo varias curiosidades.

  • Pues pregunta…

- Llevamos diez minutos tomando té y hablando y no me has hecho la pregunta típica… la de si lo he pasado bien y bla, bla, bla…

  • JAJAJA… no lo pregunto nunca. Porque si te ha gustado, probablemente nos veamos, si no te ha gustado no volveremos. Pero te pasa a ti y me pasa a mí.

- Oye pues yo sí tengo curiosidad… ¿Te ha gustado?

  • Mucho. ¿Alguna otra pregunta?

- Si… me da la impresión que en el sexo eres un mandón y que te has contenido, por si fuera de porcelana y no de carne y hueso. Te lo digo porque los espejo impresionan pero luego son el no va más, es super excitante y si los tienes es porque no te vale el sexo típico o lo que se dice normal. ¿Me he equivocado?

  • No te has equivocado, has tenido un porcentaje de acierto muy alto.

- Otra pregunta, la ultima…

  • Dispara…

- Me lo he pensado mejor… no la voy a hacer.

Tampoco me importó mucho qué pregunta era y dejamos la conversación en ese punto. Se levantó para ir al baño y le pedí que se parara, quería verla con detenimiento. Era un cuerpo envidiable, escultural, estaba muy buena y su cuerpo lo veía desde muchos ángulos, porque se reflejaba en los espejos. Al rato oí el agua de la ducha, me levanté rápido y me fui a duchar con ella. Empezamos a ducharnos y al final la empotraba “violentamente” en la ducha y sus gemidos se convertían en gritos de placer. Quise follarme su culito y me dijo que eso si coincidimos alguna vez en nuestras vidas, que ya era muy tarde, acabamos de follar en la cama, porque en el baño no teníamos ningún condón. Luego se quedó relajada, me “suplico” que la dejara dormir solo un poco y se quedó dormida profundamente. Ya era de día y me tenía que ir a trabajar. Le deje una nota disculpándome por dejarla sola y diciéndole que estaba en su casa.

Llegué puntual al trabajo y en el camino iba pensando quien le dio mi dirección a Sabrina. Respuesta que obtuve nada más llegar. estaba en mi despacho cuando llegó Victoria y socarronamente me pregunto qué tal la noche. Mi respuesta la desconcertó, lo vi en su cara… “Pues llegué, me di una ducha refrescante, me puse un té helado y me quedé dormido en la terraza, en pantalones cortos y debe haber habido relente, porque me he levantado con dolor de riñones” y me pregunta… “¿Pero te dormiste solo?” y ahora la socarronería vino por mi parte… “Pues claro, si no contamos con el vecindario… ¿Con quién iba a dormir? Por no tener no tengo ni perro, ni gato…” . Hablamos de los últimos flecos de la primera reunión y cuando se iba me dice… “Es que alguien me pidió tu dirección, bueno alguien no, Sabrina y creía que iba a verte, ya sabes…” y le dije que lo mismo había ido pero que al estar dormido en la terraza, pues no me había enterado y le añadí… “Una pena… ya me podías haber avisado” , se fue totalmente descolocada y me costó no reírme.

Ese al mediodía me marché al campo y me puse a preparar la autocaravana, porque tenía pensado salir a las cinco o cinco y media de la mañana de la mañana. Una vez tuve cargado y preparado todo, fui con Ray y compañía. En un momento dado Elvira decía entre broma y no broma que no le importaría venirse de viaje, no hice ningún comentario. Pensaba en hacer un viaje subiéndome a esa ola de la canción, donde no decir por principio NO  a nada y estar con la mente abierta. Mande un mail a Ignacio, donde le indicaba donde tenía los lugares reservados y las fechas, por si querían o quería ir, que supiera dónde encontrarme. Avisándole que si el móvil estaba apagado o no respondía, es porque pensaba desconectarme. Solo me conectaría a algo electrónico si tuviera algo que publicar. Por eso le recomendé que mejor un mail y cuando leáis esto, estaré al fresquito del norte y en mi primer trayecto me vino a la cabeza varias veces Sabrina esa mujer misteriosa, que guardaba muchos secretos o algún misterio…