Verano caliente, Madre caliente II

Sigue la historia entre Madre e hijo, pero la familia de depravados va aumentando.

Verano caliente, Madre caliente II

Hola, como os explicamos en el anterior relatos somo una familia compuesta por padre y Madre (Sergio y Ana) y dos hijos (José y Neli), hasta hace poco eramos una familia normalita, incluso algo clásica pero si habéis leído el primer capitulo, todo cambio por culpa de unas cervezas, una playa y una calentura que venia de atrás.

Este relato os lo voy a escribir yo (Ana) por que el anterior lo escribió mi Hijo sin yo saberlo y cuando me lo comentó fui a leerlo rápidamente, ¡¡como me calentó el leerlo!!, así que me pidió que este lo escribiese yo, y eso haré.

Aquella noche dormí como una bebé, me levante feliz y contenta pero con algo de dolor en mi culo, como duermo desnuda noté que mis piernas estaban con restos de esperma ya seca de la que me dejaron mi hijo y el tío al que me entregó el día anterior.

Empece a pensar en lo ocurrido y eran sentimientos encontrados, entre lo prohibido y el deseo, sabia que lo que hicimos no era natural, era incesto y eso siempre fue contra mis convicciones y principios, pero tampoco podía descargar la culpa ni contra el alcohol ni contra mi hijo, yo sabia muy bien lo que hacia, pero he de reconocer que me encontraba muy caliente y me dejé llevar.

Empece a recordar como mi hijo me usó (porque aquello no era hacer el amor, era usarme) y como me entregó a un desconocido para que me usara, me daba vergüenza, incluso sentía frustración por haberme comportado así, pero a la vez me calentaba y en el fondo sabia que había disfrutado mucho. Sentía que me estaba humedeciendo con aquellos recuerdos, no quería sentirme sucia pero por otra parte me estaba excitando.

Mis manos ya buscaban mis puntos débiles y terminé pellizcando mis pezones y pasando el dedo por el clítoris, que recuerdos tan gratos los que me estaban viniendo a la cabeza, recordé la promesa aquella que le había hecho a mi hijo, que podía hacérmelo cuando quisiera, casi le prometí que seria su objeto y me ruboricé. “¿Como podría mirar a mi hijo hoy a los ojos?”, tenia que hablar con el y tratar de olvidar todo lo dicho y lo hecho en el día de ayer, por el bien de los dos.

Aun así estaba muy excitada, me estaba mojando toda, el semen que tenia seco en mis muslos ya estaba de nuevo blando al mezclarse con la humedad que salia de mi sexo, no sabia como salir de ese estado de excitación continuo, llegué a desear que regresase mi marido o que mi hija viniese a pasar unos días, eso haría que pudiese evitar el peligro que me acechaba con mi hijo en casa.

Decidí masturbarme para desahogarme y así no pensar en el sexo a todas horas, sabia que no iba a funcionar porque algo se había despertado en mi interior pero quería creer que funcionaria, al menos quería convencerme a mi misma para conseguir el orgasmo que deseaba en esos momentos sin tener el sentimiento de culpa por mis pensamientos pecaminosos con mi hijo.

En el silencio de mi habitación y mordiendo la almohada para no hacer ruido conseguí uno de los mejores orgasmos que se puedan tener masturbándose, termine con los dedos mojados y bajando liquido por mis muñecas, con los pezones tiesos y doloridos hasta casi marcarlos de tanto que me los pellizqué, con un dildo que tengo guardado en mi mesilla de noche metido hasta la empuñadura y a punto de agotarle las pilas de tenerlo con la vibración al máximo, y al final tirada encima de la cama sin un ápice de energía ni para mover un musculo.

Estuve así un rato y me tuve que levantar para ir a desayunar antes de darme una ducha relajada, no sin antes tirar del dildo hacia afuera y sacarlo del fondo de mi sexo del cual salio un chorro que cayo por mis piernas hasta casi los tobillos, en la cama quedo una enorme mancha que delataba lo allí sucedido. Tenia la boca seca de tanto morder la almohada y me levanté con la intención de ducharme para quitarme toda la corrida de encima, estaba apestosa del sudor y del liquido que me corría por los muslos, mi coño estaba encharcado y aun seguía excitadisima “¿que me estaba pasando?, no daba crédito de mi puterío”.

Ya levantada y bebiendo agua en la cocina, decidí tomar un café mientras Jose dormía y luego ya me ducharía, solo me había puesto una camiseta de tirantes de esas que están muy abiertas en los sobacos y que llegan muy poquito por debajo de las nalgas, por supuesto sin nada mas debajo de ella, iba para la ducha así que no necesitaba mas y a parte de eso estaba súper excitada, y andar sin ropa interior me pone mas excitada aun, como les pasa a muchas mujeres, que seguro ellas me entienden.

Me agaché para buscar el cafe y de pronto y sin haber escuchado nada note una mano restregarme el coño, deduje que era la de mi hijo pero no me dí ni la vuelta para comprobarlo, solo podría ser el o mi marido que llegase antes de lo pensado, pero en cualquier caso los dos tienen permiso para sobarme el coño cuando quieran así que disfruté del momento.

Solo me di cuenta que era mi hijo cuando desde atrás se acerco a mi oído y mostrándome la mano toda chorreando me dijo “no sabia que mi madre fuese tan puta, mira como estas”, solo ver como tenia la mano supe lo que tenia que hacer, saque mi lengua y me dispuse a lamerla para saborear mi propia corrida, mientras lamia su mano note como algo duro y caliente se iba metiendo dentro de mi culo sin demasiado esfuerzo.

Al acabar de maltratar mi ojete con el dildo aun lo tenia abierto así que la polla de mi hijo entró como un cuchillo caliente en mantequilla, estaba duro, notaba como ardía ese capullo dentro de mi, estaba follando a su madre de nuevo, creo que el se ponía muy cerdo solo de pensar como su madre se dejaba follar por su hijo sin oponerse.

Yo en el fondo quería protestar, decirle que eso no estaba bien, que no podiamios seguir así, pero el morbo, puterío y placer podían conmigo, me había emputecido, ya no era dueña de mis actos, me gustaba demasiado como para desaprovechar todo aquello.

Yo seguía de pie pero agachada en la cocina, con las piernas algo abiertas, con la camiseta en la cintura y las tetas balanceándose ya fuera de ella porque se habían salido por los lados, el detrás de mi bombeando dentro de mi dolorido y maltrecho culo sin parar y cada vez con mas furia, como si quisiera destrozarmelo a la vez que me llamaba “zorra, puta, guarra, marrana, fulana…”, a mi me gustaba que me insultara mientras a mi también se me iba la lengua y le llamaba “maricón, que no sabia follar a una puta como yo y que tendría que buscar la ayuda de alguien para correrme, que con el no tenia suficiente”.

Eso a el lo ponía mas furioso y me empezó a azotar el culo hasta provocarme dolor, también me golpeaba con la mano abierta en las tetas por los lados. Si me agachaba mas y miraba por debajo de mi veía como de mi coño caían goterones de flujo al suelo, a veces quedaban colgados de el por lo espesos que eran, incluso llegue a estirar la mano en varias ocasiones para cogerlos con la palma de mi mano y llevármelos a la boca para saborearlos, mientras veía al final de mi como los huevos se movían y rebotaban en mi coño.

Yo ya llevaba dos o tres corridas, tenia un charco en el suelo debajo de mi de tanto flujo como caía pero con el calentón, los insultos y todo el ruido que estábamos haciendo no nos habíamos percatado de un detalle del que no caímos hasta escuchar “mamaaaaaa que coño estais haciendo?, sois unos putos cerdos y depravados”, estaba claro que mi hija Neli al final había decidido venir de vacaciones sin avisar, había venido ella y su gran perro, menos mal que no había venido con el marido, aun que el impacto habría sido el mismo.

Me quise levantar pero mi hijo no me dejó, con una mano en mi cabeza evitó que me levantase y con la otra en mi cintura no dejó que me separara de el, yo solo miraba a mi hija de reojo y creía que iba a salir de allí corriendo, que era lo de esperar, pero no.

Allí quedó de pie apoyada en el marco de la puerta mirando como mi hijo me perforaba una y otra vez el culo, yo notaba como mi hijo la sacaba entera de mi culo dejando el agujero totalmente abierto y de pronto me la volvía a calzar entera hasta los huevos, entraba que parecía que me llegaba al estomago, eso antes no lo hacia así que me supuse que era para exhibir el rabo en todo su esplendor y que su hermana viese el boquete que dejaba en mi.

Estaba claro que mi hijo era un autentico depravado pero me di cuenta que Neli estaba fija mirando y ya no nos insultaba, simplemente estaba con la boca abierta y de vez en cuando se mordía uno de los lados del labio inferior, cosa que solía hacer yo cuando estaba cerda, lo que hace la genética eh.

Jose - que hermanita, ¿te gusta lo que ves?

Neli – Si, es como la mas depravada de las pelis porno pero en directo

Ahí comprendí que ella era tan caliente y puta como yo, lo llevaba en la sangre. Cuando miré de nuevo para ella la vi con la mano debajo de la minifalda sobándose el coño por dentro de las bragas, como le estorbaban metió las manos por los lados de la minifalda y se bajo las bragas hasta los tobillos, alzando un pie y después el otro se las sacó, ese acto siempre me ha parecido muy sensual y me puso mas guarra aun, ya no hacia falta que mi hijo me sujetase la cabeza, ya no me iba a escapar.

Incluso empezamos de nuevo los dos con insultos y siguió azotando mi culo, mi hija ya se frotaba el coño con todo descaro y se había sacado las tetas de la camisa, menudas tetas tenia la condenada, se metía ya cuatro dedos dentro, casi le cabía la mano entera.

La muy guarra vio unos plátanos encima de la encimera, cogió el mas gordo y vi que se puso a pelarlo, la imagen de ver como se lo metía en el coño se que me iba a provocar la mayor de las corridas, cuando veo que se acerca a nosotros, mete la mano debajo de mi y ahí me percate que el plátano no era para ella, sino para mi.

Empezó a meterme la punta en el coño y a restregármelo por el clítoris, momento en el que gritaba como una loba y eché un buen chorro de corrida por el plátano y por su mano, empujo el plátano hasta dentro del todo no quedando nada fuera.

Neli – hermanito empujalo y bateselo bien, que me gustan los zumos.

Su hermano saco la polla de mi culo y me la clavó en el coño, entraba con dificultad pero al final como el plátano se fue desaciendo termino entrando hasta los huevos, mi hija tiraba de mis pezones y se lamia la mano sobre la que yo me había corrido, ella con un movimiento rápido se subió a la encimera y dejo las piernas abiertas para que viésemos como se tocaba su raja sin depilar.

Mi cabeza quedaba cerca de sus piernas, me cogió de los pelos y la acerco a su peludo coño, nunca me han gustado las mujeres pero estaba tan salida que no decía a nada que no, ella me restregaba el coño húmedo contra la cara, yo saqué la lengua y la pase por toda la raja.

Neli – Así mami comete el coño de tu hija, lame todo que vas a ver como te gusta.

El sabor no me disgustaba, era muy parecido a cuando yo me meto los dedos y los chupo, o cuando me meten una polla y luego me la como, era un sabor salado y agradable. Se lo empecé a comer y como la escena era tan caliente empezó a correrse a borbotones con un liquido blanquecino y espeso que me encargué de tragar todo mientras ella gritaba como una loca, mi hijo al ver aquello se puso mas frenético y note como el rabo que tenia dentro empezaba a convulsionar dentro de mi vaciando los huevos a través de el, no noté el calorcito de la corrida en el coño por la pasta que allí tenia, pero me empezó a correr por las piernas junto con grumos del plátano.

Mi hijo salio de mi y me mando sentar en una mesita que tenemos en la cocina, puse un pie en cada silla y quedé abierta de piernas.

Yo – Neli no decías que te gustaba el zumo? Prueba este y veras, come tu ración.

Neli – pero que puta eres mami, como sabes alimentarme.

Neli bajo de la encimera y se arrodilló delante de mi coño, empezó la mejor comida de coño que me dieron nunca, de vez en cuando también lo probaba mi hijo y metían los dedos a modo gancho sacando los grumos de plátano mezclados con la leche de mi hijo y mi propia corrida, luego me metían los dedos en la boca dándome a probar ese manjar que a ellos tanto les gustaba.

No pararon hasta que mi coño quedo limpio y listo para ser usado de nuevo, que fueron muchas mas veces, veia como mi familia se estaba convirtiendo en un autentico puterío y mi hijo y yo eramos los culpables.

Mas tarde y con mas calma mi hija me comentó que le gustaban los tíos, pero que se había comido unos cuantos coños a lo largo de su vida y que también le gustaban, pero que por favor no le dijese nada a Carlos, yo también le pedí que a su padre ni mu de todo esto, que seria nuestro secreto, ni que decir tiene que todos aceptamos el compromiso con tal de seguir follando como locos.

Como pude comprobar le gustaba el sexo tanto como a la puta de su madre y era igual que yo, durante ese día hubo mas sexo, mis hijos follaron en el salón, mi merienda fue una buena ración de leche caliente y al final del día terminamos exhaustos, a partir de entonces y hasta que mi marido o algún familiar llegase pusimos unas normas, bueno fue mi hijo quien las puso y nosotras aceptamos encantadas.

Seriamos unas putas en toda regla, con las normas mínimas que yo bien conocía, “cuando, como y donde quisiésemos”, siempre dispuestas a dar y recibir, nada de ropa interior para no tener dificultades, y podríamos desahogarnos como y con quien quisiéramos cada uno de nosotros, sin negarnos a dar placer, por supuesto nos dijo que nada de lavarnos, a mi hijo le apasiona el sexo sucio y tiene razón, esos olores despiertan la libido como nunca, nos ponen como perras en celo.

Aquello era una depravación total, pero a mi me apetecía la idea. Neli parecía que la idea la ponía cerdísima porque mientras el nos ponía las normas, ella se hacia un dedo espectacular con cara de viciosa.

Un beso a todos y seguiremos contando como va nuestra depravada familia.

Yooo.