Verano Caliente III
Una cosa es que me guste el porno cañero y otra meterme en una relación real de ese tipo. Una vez que ya estuve dentro decidí entregarme a Nico los pocos días que nos quedaban. (fetichismo, sumisión y/o amor)
Día 5.
Me levanto cachondo. Más de lo normal quiero decir. Recuerdo la cita que tengo por la noche y se me hace la boca agua. Nunca he estado tan sexual. Para olvidarme un poco voy a pasar el día por ahí. Iré a la playa y haré alguna ruta por los acantilados.
Antes de ponerme en marcha me paro a desayunar en una terraza cercana. Pido un buen desayuno completo y repaso los turistas que están allí sentados. Hay un grupo de 4, creo que holandeses que me comienza a poner malo. Todos con chanclas y todos con un 4de pie como mínimo. Por un momento me veo de rodillas pasando la lengua de un pie a otro. Hay morenos y rubios pero todos son guapos.
El corazón se me dispara el ver al otro lado de la terraza a Nico con sus padres. Lleva las gafas de sol y su sonrisa blanca destaca sobre su tez oscura. No puedo dejar de mirar de reojo.
El hijo de puta es realmente guapo. El pelo largo en una coleta y su barba de varios días le dan un aspecto desaliñado que lo hace todavía más interesante.
Sus padres están sentados de espalda. Nico no deja de charlar. Veo que lleva sus eternas Converse. El rabo me da un respingo. Sé que debo irme pero no quiero dejar de observarlo. Reúno las fuerzas para ponerme de pie. - Voy a mear y directo a la playa. Seguro que por la noche tengo bastante.-
Entro en el baño. La puerta de retrete pone que está fuera de servicio. Me pongo a mear en los urinarios. Oigo la puerta abrirse. Me incomoda porque me cuesta mear delante de desconocidos.
Me concentro. Cierro levemente los ojos y por fin sigo meando. Miro al frente para no perder la concentración. Noto una presencia a mi derecha. Miro de reojo y era Nico con su eterna sonrisa de cabrón. Se sujeta el rabo morcillón. Yo le sonrío pero él se mantiene callado. Sólo se oye su chorro que comienza a caer con fuerza. Yo miro para abajo con el corazón a mil pensando en la posibilidad de que alguien más entre.
Me coge la mano y la lleva a su rabo. Lo meneo mientras sigue meando. Con su mano me coloca la mía con la palma abierta bajo su chorro. Me sigue meando la mano unos segundos más.
Se sacude la polla sobre mi mano que no he movido de su sitio. Noto las últimas gotas caer.
Me mira ya con algo más que una sonrisa. Directamente se está descojonando de mí.
Con un gesto me dice que me vaya mientras se mete la polla en el slip, hoy blanco. Yo voy directo al lavamanos pero él inmóvil me mira serio y niega con la cabeza.
No estoy seguro de entenderlo bien pero no quiero estropear ese juego que tanto le gusta. Me coloco la camiseta y antes de salir del baño me detengo, lo miro y me llevo un dedo a la boca metiendo y sacándolo. Me siento un poco puta calentando a su macho pero a estas alturas con Nico ya no me da vergüenza nada.
Salgo del baño con el sabor de su meada en la boca. Menos mal que esto tiene su fin en las vacaciones porque no sé lo que este cerdo haría de mí.
Voy a camino de la playa. Hay algo de atasco y no detenemos de vez en cuando. Sin pensarlo me llevo la mano a la cara y me llega el olor a Nico. El rabo se me pone duro y estoy tan cachondo que pienso en pararme para hacer un pajote.
El tráfico y fluye así que sigo mi camino y por fin llego a la playa. Me tiro en la arena y siento mucha calma. La playa es más bien familiar pero como siempre haya algún papá joven y algún niñato a los que les haría un favor. Hace unos días esto sería sólo un pensamiento pero sé que hoy de verdad lo haría.
Son las 8 así que comienzo a recoger para irme a casa. Me he bañado varias veces pero al recoger la sombrilla de mi mano llegó su olor. De ahí el recuerdo de la cita de esta noche y tengo que echarme un rato más en la toalla hasta que se me pase el empalme.
En los semáforos aprovecho para meterme los dedos de la mano en la boca. Me siento un cerdo y tengo ganas de serlo de nuevo. Quiero darle a Nico una noche que no olvide. Me gustaría saber si recordará las guarradas que me hace. Yo creo que está experimentando conmigo pero igual es un amo con experiencia. Llego a casa, me ducho, ceno y espero que sea la hora feliz.
A las diez Nico llega a casa, se despelota en su cuarto sin mirar siquiera al mío. Se vuelve a poner unos calzoncillos grises que tiene tirados por el suelo y unos calcetines que huele antes.
A las once y pongo un bañador tipo speedo, cojo la toalla y subo a la piscina. No hay nadie pero hay luz dentro del agua que ilumina levemente la terraza. Al final de todas las hamacas hay un pequeño entrante que no se ve desde la entrada. Me siento en una hamaca que hay en el hueco y me fijo que estoy respirando fuerte por la excitación.
En la espera comienzo a pajearme sin darme cuenta. Me subo el bañador para evitar tentaciones. Siento como mi culo se mueve excitado. Me llevo un dedo y lo toco para sentir la convulsión del ojete. Me ensalivo dos dedos y de nuevo me toco el ojete haciendo presión. Poco a poco van entrando. Quiero dilatar para poder dejar que me folle como quiera. Sigo jugando con mis dedos y me sorprendo de lo tragón que está mi culo.
Suena la puerta metálica. Alzo la vista y le veo llegar con el pelo mojado, la camiseta con manchas oscuras por las axilas, unas calzonas azules y muy sueltas y sus zapatillas negras de correr.
Llega a mi altura. Yo sigo tendido en la hamaca. Se coloca sobre mí y deja caer un salivazo que me cae en la barbilla.
Di que eres mi puta y di qué es lo que quieres- Su voz es grave y esta vez no me sonríe.
Soy tu puta- digo con timidez y miedo a oír esas palabras en voz alta.
Y ¿qué quieres? – me repregunta con cierta agresividad. Yo me quedo parado mirándole y no sé qué responder pero intuyo que debería saberlo.
¿No sabes lo que quieres? Es muy fácil perro tú quieres lo que quiera yo- Quiero darle de bofetadas y besarlo apasionadamente, las dos cosas a la vez. Caigo en la cuenta y creo que con esa pista ya sé la contraseña que espera.
-Quiero que me mees y limpiártela después.- No lo es realmente pero estoy dispuesto a hacer lo que mi macho quiera.
Se sentó en la hamaca. Yo me puse a sus pies y lo descalcé sintiendo todo el aroma de sus zapas y calcetines después de correr. Olían especialmente porque creo que se puso los que ya había usado para correr otro día. Aprieto sus pies haciéndole un masaje y notando como los dedos se me llenan de la humedad de su sudor. Se relaja en la hamaca y se deja caer por el respaldo. Muerdo su planta, sus dedos, su talón. Siento su olor y su sabor. Siento también lo cachondo que está. Le quitó un calcetín. Me lo paso por la cara mientras me observa con cara de satisfacción. Me da un cachete con su enorme pie. Me gusta, me pone más cachondo. Ahora lo lleva a mi boca e intenta meterlo entero. Tengo cuatro dedos enormes que llegan al final. Sigue empujando. Me están follando la boca con un pie sudado. Lo mete y lo saca con fuerza.
Me empuja por la nuca y me lleva a la otra zapatilla. Le descalzo y de nuevo con su pie en mi nuca hace que meta la nariz es su zapatilla caliente y húmeda. Me tiene por lo menos un minuto esnifando esencia. Siento su mano en mi culo. Me lo estruja y me da dos cachetes que hacen que sienta calor. Mete la mano en el bañador y juega con mi culo. Introduce un dedo, dos y cuando me muevo porque me molesta me da de nuevo un cachete en el culo. No me gusta que me peguen pero ahora gimo con su manotazo.
Le quito el otro calcetín y lamo su pie intentando limpiarle el sudor. Entre los dedos su sabor aumenta y de vez en cuando le entran cosquillas y agita el pie. Me gusta tenerlo cachondo.
Se sienta me coge por el pelo y me lleva a su axila. El olor a tío es increíble y el rabo se me pone a reventar. Se pone la camiseta tras la nunca y deja libre su pecho lleno de vello húmedo. Yo paso de su sobaco a su pezón. Noto que le gusta y sigo lamiendo y pruebo a morder. – Se agita, sigue pero ahí- me digo y salto a morder el otro pezón que sabe salado. Sigo lamiendo bajando por su torso. Llego a su ombligo y meto la lengua mientras le miro. – Pero qué zorra eres- Le sonrió y sigo por los pelillos que me llevan a su rabo.
Mira el teléfono. Se pone de pie y se apoya en la barandilla de hormigón. Yo me coloco a su lado y miramos las vistas. A ver si estas alturas se pone romántico.
- Ahora te agachas me bajas el pantalón y hueles mi culo. Después el gallumbo y no pares hasta que yo te lo diga-
La idea me sonó muy bien. Él mirando asomando por la azotea y yo limpiándole el culo.
Me pongo de rodillas y acaricio sus piernas notando su humedad que es mayor tras la rodilla. Bajo su pantalón y meto la nariz en sus slips grises y reciclados. Joder que olor a macho más intenso. La raja de culo estaba sudada y el slip tenía una mancha vertical que me dediqué a lamer. Su olor era la leche. Pasé la lengua para que notara la presión en su ojete. No dijo nada y siguió mirando al infinito. Cuando ya su slip estaba mojado por la mi saliva. Se lo bajé. Su culo desprendía calor. También un fuerte olor a macho sudado. Comencé besándole los cachetes. De vez en cuando tenía cosquillas y se movía. Después besé su raja de arriba abajo notando como creía la intensidad de su olor.
Sonó un teléfono y me sobresalté. Nico con una mano cogió el teléfono y con la otra me aplastó contra su culo.
- ¿Qué tal guapa? Yo muy bien. Vengo de correr y a ver si me doy una ducha que huelo que apesto. Y tú ¿cómo va el día?- Todavía tiene la cara de jugar diciendo esas cosas mientras habla.
Me detengo en su ojete. Está húmedo. Le paso la lengua despacio con intención de hacerle cosquillas.
- Yo también cari. Tengo ganas de verte. Bueno de verte y de… ya sabes. Que llevo aquí una semana a palo seco y las pajas no son lo mismo- . El muy hijo de puta seguía jugando. Saco la lengua me alejo como un torero y voy a meter el estoque lo más profundo posible. Mi lengua entra más que antes y a Nico se le escapa un gemido que le cuesta explicar a su novia. Su ano está bastante dilatado y responde a mis lengüetazos.
Entre su ojete y su vello encuentro uno de sus dedos jugando. Roza el ojete y ahora mi boca. Me lo mete hasta el fondo llenándolo de saliva. Se lo lleva al culo y lo hace desaparecer dentro. Yo me vuelvo loco y le doy lengua a su ojete atravesado por el dedo. Lo saca y vuelve a meterlo en mi boca. Su sabor es extraño pero es de Nico y me gusta. Lo lleno de saliva y vuelve a metérselo en el ojete.
Juega unos segundos y ahora se mete dos. Me encantaría follarlo ahora mismo mientras habla con su novia.
Por fin de despide mientras yo sigo lamiendo sus dedos que entran y salen de su culo. Con el juego su ojete ha quedado más abierto y ahora puedo meter más lengua. Me deja que siga lamiendo.
En silencio me corro mientras pongo todo lo dura que puedo la lengua para penetrarle por el culo con ella. Nota mi leche en su gemelo. Lo levanta y me lo acerca. Yo le limpio y él lanza un lapo que cae casi en su talón. Voy hacia él y lo saboreo.
Se gira. Se coloca de espaldas a la pared de modo que puede ver la puerta de entrada. Me mira y se queda quieto como esperando algo por mi parte. Me siento otra vez descolocado. Como antes cuando esperaba que le dijese. – Méame en la boca y después te la limpio- .
En cuanto lo oye sonríe y me dice. -Has tardado los dos días que te di- Se baja la calzona el slip y apunta con su rabo arrugado a mi boca. Abro la boca y espero.
No se da prisa y me da tiempo a arrepentirme pero por otro lado quiero servirle y que disfrute de mí todo lo posible. No será amor pero será encoñamiento.
Un chorro caliente salta mi boca para caer después por cuello. Sonríe ampliamente y sigue meando lo que a mí me parecen varios minutos.
Cuando acaba se queda quieto. Yo trago por primera vez sintiendo ese sabor intenso. Un último chorro sale propulsado a mi garganta. Me siento muy zorra.
Me da su calcetín sudado para limpiarme la cara y evitar que me escuezan los ojos.
Se echa en la hamaca. Me coge del pelo y se lleva a su entrepierna. Sus pelotas apestan a sudor y el rabo a meado. Paso la lengua para apreciar su sabor.
Retira sus manos y me deja hacer. Es la primera vez que le puedo chupar sin que me diga dónde y cómo hacerlo. Sus pelotas están llenas. Me gusta sentirlas mojadas y limpiarlas quedándome con su sabor en la boca. Llego hasta el perineo y lamo con desesperación mientras abre las piernas para facilitarme el acceso.
Llego a su rabo ya contento. Lo lamo para limpiarlo. Retiro la piel y me llega más olor a macho. Paso la lengua recorriendo cada pliegue y Nico se retuerce de placer. Su polla crece en mi boca y ya casi la ocupa entera. Empiezo un mete saca que le vuelve loco. La saco escupo en ella y me la clavo hasta chocar con su pubis. Estoy fuera de mí.
Le pajeo mirando su rabo hinchado. Su capullo es enorme. Lo beso con ternura. Lo lamo y lo vuelvo a meter en mi boca hasta el fondo.
Sin avisar Nico me da leche que va directamente a mi garganta. Yo aumento la velocidad y paso la lengua para degustar algo de su leche. Está con los ojos cerrados. El sudor le cae por la frente en goterones.
Con delicadeza sigo lamiendo su capullo del que cuelga alguna gota blanca. Me la meto entera en la boca y con la lengua la masajeo despacio. Nuestras miradas se cruzan.
- Ahora sí que eres mi puta. Mañana por la tarde te usaré, sobre las 6. Ten cerveza fría y un ordenador que yo me llevo el porno- Con la respiración agitada y todo el sabor de su leche asiento con la mirada y una sonrisa.
Día 6.
A noche me tuve meter en la fría ducha de la piscina para poder coger el ascensor. No era plan de encontrarse a un vecino meado y lleno de leche. Después en casa me duche para quitarme el cloro de la ducha de la piscina.
Por la mañana el sol me despierta. Es la primera mañana que solo huelo el suavizante de las sábanas al despertar. Voy a pedirle que me deje algo suyo. Yo nunca fui fetichista. Bueno nunca fui muchas cosas por eso ahora hay en AN y DN. Antes y después de Nico.
A las 6 estoy preparado. Duchado, con la cerveza en el congelador y algunas pelis hetero muy guarras seleccionadas.
Ya tarda treinta minutos y se me hacen eternos. Miro por la ventana a su habitación pero no está.
Por un momento pienso que con lo cabrón que es igual me deja tirado para humillarme y saber que le espero todo cachondo.
Me distraigo abriendo un perfil en una aplicación móvil de estas de follar. Normalmente nunca pongo nada en los campos que te pide pero ahora puedo decir cosas que me gustan. Cuando lo releo veo que todo son cosas que he hecho con Nico.
Llega casi a las siete. Le abro y entra sin decirme una palabra. Se sienta en la cama matrimonial que es donde he puesto el ordenador y queda mirando la película que he puesto que incluye alguna escena bi.
Se tira en la cama y pone su sucias Converse sobre la sábana. Nota mi mirada en ellas y con un gesto me hace descalzarle. Sus calcetines tobilleros blancos huelen a suavizante pero las zapatillas huelen a sudor diario. Se las quito y también los calcetines.
Me pide algo para beber y le llevo una cerveza que se bebe apenas en un trago. Me pide otra.
Llego con ella a la habitación y está sólo con unos slips en la cama. Me gusta verlo tirado ignorándome como si estuviera solo en su casa.
Le doy la cerveza y me tumba sobre su pecho mirando hacia él. Toma un poco de cerveza y lo lanza hacia mi cara. Abro la boca y empiezo a notar el sabor de la cerveza pasada por su boca. Estas guarradas me ponen a mil.
Se acaba la cerveza de otro trago y en la misma postura me escupe. Otra cosa que nunca me gustó pero que le permito a Nico. Saboreo sus lapos y le miro para que vea que me gusta.
Me aparta a un lado. Y sale de la habitación sin decir nada. Yo me quedo esperando a que regrese.
Lo hace con un pepino en la mano.
- Tengo hambre porque no he comido pero claro esto hay que hacerlo- Se golpea la mano con el pepino como si fuera una porra policial y me dice. –Pide una pizza. Tengo hambre. Barbacoa mediana para mí. Y cerveza esa que tienes es un puta mierda-
Cuando vuelvo de hacer su pedido se está pajeando con la peli. Me arrodillo al lado de la cama. Coge una gota de su capullo y la acerca a mi boca. Yo saco la lengua y envuelvo el dedo saboreándolo.
Si cipote no deja de gotear. Me acerca a él. Saco la lengua y la paso despacio llevándome hilillos de precum que quedan colgando de mi boca. Le miro y está fascinado con la escena.
Tira de mí y me subo a la cama a cuatro patas. Se coloca detrás y saca el pepino untado creo que en aceite. Me baja el bóxer y me comienza a meter la verdura poco a poco. No me gusta pero me dejo. Siento como me llena. Lo agita y me quejo y gimo a la vez. Lo vuelve a hacer y vuelvo a gemir.
Me coloca el bóxer de nuevo pero me ha dejado metido el pepino en el culo.
Se echa en la cama y coloca su paquete delante de mí. Lo lamo despacio llegando a sus ingles donde sale el vello de las pelotas. Después voy por la costura superior lamiendo su barriga.
Se baja los slips hasta la rodilla y su rabo queda apoyado en el muslo.
Lo trabajo con la lengua transversalmente viendo cómo crece. El cipote vuelve a gotear y yo vuelvo a limpiarlo saboreando con tranquilidad. Sigo lamiendo rabo mientras sus venas se comienzan a marcar.
- Quítate eso del culo y siéntate aquí- Señala a su rabo ya hinchado a más no poder.
Me pongo de pie y después me doy la vuelta para ofrecerle espectáculo. A estas alturas no me importa ser así de calentón. Me bajo el bóxer y sostengo el pepino. Lo dejo salir un poco y me lo meto. No es fácil estar de pie sobre el colchón pero empiezo a ser un profesional.
- Menudo hijo de puta como tiene el ojete de dilatado. Y después decías que no te la iba a poder meter- Saco del todo el pepino y me quedo inmóvil ofreciéndole la vista.
Me doy la vuelta y poco a poco comienzo a sentarme. Siento su cipote duro que se desliza. Comienzo a moverme arriba y abajo. Creo que para que disfrute debo tenerlo en rozamiento todo el rato.
Ya casi siento toda la polla dentro cuando me coge por los hombros y me hace sentarme con toda mi fuerza sobre la polla. Pego un grito que le asusta. Mi mira con cara de pocos amigos y me da una sonada bofetada. Me quedo paralizado sentado sobre su polla. Me me atrapa por los hombros y apoyando los pies en el colchón comienzo una brutal follada como no me habían dado antes.
Siento un escalofrío que me recorre todo el cuerpo. Sudo y sigue a lo suyo mirándome fijamente.
Me coge por las axilas y me quita literalmente de encima.
- Han llamado. ¿No lo has oído?- Corriendo, me pongo un bañador y abro la puerta. Es un repartidor de pizza. Le digo que se ha equivocado. Cierro y me doy cuenta del pedido para Nico. Vuelvo a abrirle y pedirle perdón cuando aparece Nico solo con su calzona marcando cipote por la puerta. Me dice al oído que me ponga en la cama a cuatro patas. Le doy el dinero y le obedezco.
Oigo como le dice. - ¿Tienes un momento tío? Entra mejor que quiero comentarte algo - Yo sólo le vi un momento pero parecía un chaval de unos 25 años con el pelo largo y rizado, barba a cachos y un pendiente con un candado. Era casi tan alto como Nico pero más delgaducho.
Cierran la puerta.
Mira, tengo aquí una puta del copón. Le he dado caña pero quiere más ¿sabes?. Y he pensado que al verte cansado y sudoroso que igual te apetecía relajarte un rato- El tono de vendedor que ponía el hijo de puta.
Verás nano es que tengo novia y termino ahora el turno- Responde el chaval con una voz de chulo de barrio importante.
Como veas tío pero la cosa es que la perra no sólo te la mama puedes hace cualquier cerdada que se te ocurra; lapos, mearla, lamer pies, culo sudado… Yo también tengo novia pero después de ver tanto porno ya quería hacer alguna cerdada y las tías no se suelen dejar. ¿No te lo quieres petar? – Supongo que Nico acaba de señalar hacia mí porque oigo como se acercan sus pasos.
Estoy terminando de domesticarlo y se me ha ocurrido que esta puta debe hacer lo que yo diga incluido follarse a quien yo le diga.- Noto una mano delgada sobre mi culo mientras permanezco a cuatro.
Igual me lo peto nano. Mi chica no le acaba de molar y a mí me flipa meterla la churra en un agujero bien apretado.- Explica el recién llegado.
Como veas. La cosa es que me obedece a mí. Yo se lo digo y él te complace. Por cierto lo único es que para ponerlo cachondo y que te lo puedas follar me molaría que te limpiara el culo. El olor a machote lo pone muy cerdo- Miro por debajo de mi brazo la cara del pizzero que se queda extrañado y encoge los hombros.
Perro abajo. Vas a atender a mi colega como tú sabes.- De un salto me pongo de rodillas junto a la cama mientras el niñato ya se está despelotando.
Deja que te ayude que para eso está- Le dice Nico. El chaval es estira en la cama. Le desato las botas de trabajar y las saco con algo de esfuerzo. Los calcetines están medio arrugados en el tobillo. El olor a currante me viene a la nariz y hace que me ponga cachondo. No estoy pensando nada de lo que ocurre sólo viviéndolo. Lamo su planta con fuerza para que lo sienta y noto como se relaja.
Le quito el calcetín y a pesar de tener pinta de guarrillo sus pies están cuidados. Saco la lengua y la paso por ellos de arriba a abajo. El cabroncete se lo pasa pipa por los gemidos que emite.
Miro a Nico que me observa sentado en el otro pico de la cama. Como nadie me dice nada yo sigo lamiendo los dos pies un buen rato. Cada vez saben menos y están más mojados.
El tío comienza a quitarse la camiseta que llevaba y los pantalones esos que tanto calor deben dar sobre todo en verano en la moto. Le ayudo tirando de ellos y me encuentro unas piernas delgadas y velludas y unos slips de dibujos variados que apenas aguantan sus cojones oscuros.
Miro a Nico y cuando me voy a lanzar a la entrepierna del muchacho le pide que se dé la vuelta.
Miro las plantas de sus pies. Sus piernas delgadas y fibradas y finalmente su culo que se sale algo de los estirados slips. Con un gesto Nico me da su aprobación y me acerco al slip. El olor es fuerte. Muy diferente al de Nico. Huele a sudor pero muy fuerte. El culo tiene también vello pero además había pasado montado 8 horas en la moto. Una mano me aplasta contra el ojete del chaval que noto al tocarlo con la nariz. La humedad y el olor dulzón lo llena todo dentro de aquel culo. Sigo aspirando el slip y siento palpitar el culo del chaval. Nico estira la tela dejándome paso al ojete. Lo tocó con la lengua y el tío tiene un espasmo. Sigo dándole lengua y el cabrón comienza a relajarse permitiendo ir más allá con la lengua.
Veo de reojo la polla de Nico muy contenta. El cabrón me estaba haciendo pasar una prueba para ser su puta. El chaval tiene su cara en el colchón y se le oye respirar rápido. Nico me ofrece un dedo, se lo ensalivo y él se lo clava al niñato sin piedad. Sigo dando lengua mientras el dedo entra y sale. Se lo vuelvo ensalivar y ahora le mete dos dedos. Su culo se queda quieto y comienza a quejarse. Nico saca sus dedos y manteniendo el culo abierto me lanza contra él. Yo meto la lengua, lo absorbo y le escupo. Su propietario sigue gimiendo como un animal.
Bueno tío pues ya está. La puta está cachonda a tope. ¿Qué quieres?- Le dice Nico mientras me aparta del culo y el chaval se da la vuelta.
¿Lo que quiera?- Por primera vez veo con claridad la cara del chaval. Es guapo pero sobre todo tiene cara de cabroncete. Nico le matiza que lo que quiera pero dentro de un orden. El chaval se lo piensa.
Como ha visto a hacer a Nico me tira del pelo poniéndome a cuatro patas sobre la cama. Me rodea y me la mete hasta el fondo. Supongo que por la sesión anterior mi culo se lo permite. El chaval me folla sin parar diciendo palabras sueltas, se pone rígido y anuncia que se corre. Los dos miramos a Nico que a su vez no nos la aguanta y mira por la ventana. Siento la inundación mientras el chaval suda a mares sobre mi espalda. Sigue dentro aunque poco a poco noto que se desinfla. Me echo en la cama con él encima y miro con reprobación a Nico que me devuelve una sonrisa de cabrón.
- Hala nano. Los slips son de recuerdo para este. Vístete y pírate a ver a tu chica.- Le espeta Nico al pobre chaval que todavía estaba respirando fuerte. Aprieto el culo para poder caminar y le indico el baño y después la puerta. En la habitación que huele mucho a sexo Nico está tirado viendo más porno.
Me pone a cuatro patas y me pide que expulse. Coloca debajo el slip del pizzero y recoge su leche limpiando mi culo. Después me lo pone delante de la cara y me dice – Recuerdo de estas vacaciones- Se ríe de su gracia. La leche del chaval me regala su aroma.
De pronto Nico se sienta frente a mí me coge por la nuca y me mira fijamente. Sólo hay dulzura en su mirada. – Mira tío, me lo he pasado genial contigo. Hemos hecho muchas cerdadas que quería.- Su acento gallego crece por momentos.
- La verdad es que has sido todo un descubrimiento. Yo de normal follo una vez a la semana y siempre con la misma. Espero que te lo hayas pasado tan bien como yo.-
Después de varios días obedeciéndole por fin salía a flote su personalidad y era mucho mejor de lo que esperaba. Me dio un pico muy suave y lento y se comenzó a vestir.
- Oye he quedado con mis padres en que te dejamos la llaves en el buzón para que no tengas que madrugar tanto- Por primera vez una amabilidad. Se lo agradezco y ahora me planteo como despedirnos. Nico lo tienes más claro, dice “ciao” y se va. No me salen las palabras para detenerle. Me gustaría explicarle lo que han sido estos días con él. Lo que he disfrutado y me he conocido a mí mismo.
Voy a mi habitación y nada más entrar recibo un impacto de algo en mi pecho. Miro a lo lejos y es Nico. Miro al suelo y son sus medias de correr. Las cojo y me las llevo la nariz. Es esencia de Nico. Creo que esta si es la despedida. Me acuesto sin volver a verle.
Me despierta algo en mitad de la noche. Un ruido en la habitación. Veo luz en la ventana de Nico. Me incorporo y le veo haciendo la maleta. De nuevo tira algo que entra volando hasta mi cama. Es un slip blanco y usado. Y antes me había tirado otro que veo ahora en el suelo.
Encendí el mechero para que supiera que le observaba. Hizo el gesto de siempre pero acompañado de otros que decían que sus padres ya estaban levantados. Eso significa que ya no lo voy a catar más. Me invade un sentimiento raro de nostalgia.
Nico me mira fijamente y sonríe como teniendo una ocurrencia perversa de las suyas. Recoge del suelo un slip, se baja el pantalón y se hace una paja de pie frente a mí. Este tío es un salido, un guarro y me tiene a mil una vez más. En unos minutos se corre en el slip abundantemente, hace una bola y lo lanza entrando por mi ventana. Lo cojo su olor me pone cachondo otra vez. Lo desenrollo, miro a Nico y le paso la lengua mientras sigo mirándole. Me tira un beso, recoge su mochila y sale del cuarto.
Voy a dejar de escribir por hoy porque me siento triste. Pensé que simplemente me había vuelto un cerdo pero creo que realmente me he enamorado de Nico.