Verano Azul (Chanquete se folla a Desi)
- ¡déjame subir Chanquete! que necesito hablar con alguien!
-¡Chanquete! ¡Chanquete!
Una femenina y chavalesca voz suena al lado del en el peñasco varado barco de Chanquete, el centenario marino que se ha retirado a pasar sus últimos días viviendo en el barco como lo ha hecho durante practicamente toda la vida, pero ahora está este barco colgado en la ladera de una montaña cual si fuera un caro chalet de alto standing. Cuestan media docena más de gritos de la lenticulada chavala para que quien espera que los oiga salga a la cubierta superior a ver quien es.
-Chanquete: ¡bofff! quien es a estas horas?
Chanquete parece salir un poco malhumorado despertado hoy domingo día del señor a las 8 de la mañana, pero cuando reconoce la inicialmente maldicha personalidad que lo llama, una amistosa sonrisa aflora en la cara del viejo marino. Y es que la persona en cuestión es la llamada Desi, su gran, junto al resto de la tropa, amiga.
-Chanquete: ¡hola Desi! qué me traes a estas horas?
Dice el retirado pescador desde la cubierta de la que se siente orgulloso náutica vivienda.
-Desi: ¡déjame subir! por favor! ¡que quiero hablar con alguien!
-Chanquete: ¡claro hija! toma la llave!
El pescador lanza una pesada llave hasta el césped donde se encuentra la niña para que sea esta la que mismamente abra la puerta situada en la quilla del barco y pueda subir. Mientras oye los viejos hierros de la cerradura, las bisagras y los escalones del barco, Chanquete vuelve a acomodarse como estaba antes de su depertar en su particular e intransferible querido sillón. Por fin la chica llega a donde se encuentra.
-Desi: ¡Chanquete! querido Chanquete. Estoy muy triste, he sido engañada por las personas que más quiero y desearía fundirme ahora mismo como los que se fundieron hierros necesarios para hacer tu barco.
-Chanquete: ay va, no seas fatal pequeña, que miles, no, millones de personas darían todo lo que tienen para encontrarse ahora mismo dentro de ese cuerpo tan bonito que tienes tú.
-Desi: pero que he sido engañada, por unas de las personas en que más confiaba. Pancho y Javi, habíamos organizado una especie de juego en que haríamos parejas, entre yo, Bea, Pancho y Javi. Cada uno y cada una tenía que escoger un chico o una chica entre los otros. Y los dos, ¡Chanquete! los dos han escogido a Bea! Y nadie, nadie me ha escogido a mi! Cómo pueden haberme jugado esta mala pasada! Esto no se hace a un amiga. Creía que estaba teniendo este verano los mejores amigos que había tenido nunca pero ha sido todo falso. Toda la amistad era humo y nadie me quería como amiga y me lo han tirado por la cara! Buuuuuuuh!
La muchacha estalla a llorar en la falda del viejo marino que no se sorprende del tiérnamente roto corazón de la muchacha, hubiendo visto en su vida centenares de veces más malas pasadas que ha jugado y le han jugado diferentes personas.
-Chanquete: ay va... pequeña.. no te apenes.
Dice el marino acariciando la tierna frente de la chica.
-Chanquete: como te vas a deprimir por una bobada así... si supieras las cosas que he visto y la gente las ha soportado como se soportan unas pocas gotas de lluvia te reirías de estar llorando por esto.
-Desi: ¡buuuuuh! pero que han sido muy malos! buuuuuh! hasta se han reído cuando hemos desdoblado los papeles y se ha visto que los dos habían elegido a Bea, ¡buuuuh!
-Chanquete: ay princesa, tendrás 15 años en tu DNI, pero dentro de esta cabezita tan mona que tienes no llegas ni a la mitad.
Dice el marino sonriéndose a si mismo y tratando de contagiar su felicidad burlándose de aquella que desea se burle de si misma.
-Desi: ¡buuuuuuuh! tú tampoco me quieres! buuuuuh! no me quiere nadie! ¡buuuuuuuuh!
El experimentado hombre detecta que se le ha ido la lengua con su intentona de jocoso comentario y ha conseguido este todo lo contrario. Tratando de poner un parche al hiriente mal hablar que se le ha escapado suelta otro que intenta sí haga reír la chavala.
-Chanquete: claro que te quiero princesa, y te quiero como eres.
Dice ahora el pescador tomando la cabeza de su llorona y elevándola para mirarla a los ojos.
-Chanquete: te quiero como mujer de quince que eres sea cual sea la edad que ponga en tu DNI.
El irracional comentario distrae un instante la depresiva mente de la chavala lo suficiente para que el marino le pellizque cariñosamente un moflete y le suelte otra gracieta.
-Chanquete: siempre vas a tener quince años, desde ahora hasta que cumplas cien cada verano vendrás a Nerja y jugarás conmigo y con el montón de gente que conocerás cada año.
El lloro de la muchacha es detenido permanéntemente gracias a las ondas sonoras que suelta su humilde tutor y las sonrisas que saliendo de la hirsuta cara del viejo pescador son contagiadas a la tierna faz de la muchacha de 15 años.
-Desi: no digas bobadas otra vez, el año que viene ya no tendré 15 años, por no decirte el siguiente y por no decirte de aquí 100 años. Ya me estás engañando, sé que me estás engañando pero gracias ¡Chanquete!
Dice la chavala ahora esbozando una anplia sonrisa y lanzándose a abrazar a su segundo padre.
-Desi: en una cosa tienes razón y es que aunque pasen 100 años te seguiré queriendo como te quiero con quince.
-Chanquete: ¿aunque pasen 100? je je, creo que ya de aquí a 50 años no quedará mucho a que querer de mi. Como mucho un poco de polvo y algún hueso seco.
-Desi: ¡ja ja ja ja ja!
El desagradable comentario que haría llorar a alguna muchacha de 20 años es tomado en completa broma por la, acostumbrada al humor negro del pescador, chavala.
-Desi: ¿ya me estás engañando otra vez? Si tú siempre dices que cuando te mueras quieres volver al mar, para reencarnarte en un pez y poder volver a surcar los siete mares eternamente.
-Chanquete: sí claro, en un pez o en una peza. ¡Cuchicuchicuchi!
Dice bromista el viejo pescador sorprendiendo a la muchacha con unas veloces manos que le hacen cosquillas en la barriga.
-Desi: ¡ja ja ja ja ja! ay para! ja ja ja ja!
El pescador se detiene pues considera alcanzado de sobras el primer objetivo que se propuso que era dejar de llorar la niña.
-Chanquete: ¡curada, ya estás curada! no vas a volver a llorar nunca más, como mínimo hoy.
-Desi: je je, no, tranquilo, hoy no voy a volver a llorar.
-Chanquete: bueno pues ahora me explicas mejor lo que te ha pasado. ¿Qué pasó con Pancho y Javi?
-Desi: pues a ver; organizamos un juego que consistía en que los cuatro, escribiéramos el nombre del chico o chica que nos gustaba en un papel. Y después leíamos esos papeles y las parejas quedaban hechas. Yo he escrito que me gustaba Pancho, y Bea ha escrito, cuando los hemos mirado, que le gustaba Javi. Pero los dos, Pancho y Javi
han escrito que les gustaba Bea, a los dos, y yo me he puesto muy triste porque no gustaba a nadie.
-Chanquete: eso de que no le gustas a nadie no lo tengas tan creído. Pero bueno, continúa.
-Desi: pues que entonces como había una pareja que coincidían los dos, Bea y Javi, esta quedaba hecha ya. Y íbamos a hacer que Pancho se había equivocado y me quería escoger a mi, y entonces volvería a quedar todo cuerdo. Pero Pancho, no sé por qué, ha dicho que no, que no se había equivocado y que había escogido a Bea, y que se quería ir con ella igualmente. Y entonces yo me he enfadado mucho porque Bea decía que si los dos le habían escogido a ella tenía que irse con los dos. Cuando sólo puede irse con uno. Y hemos tenido una discusión muy fuerte porque yo quería con Pancho, Pancho quería con Bea, Javi también quería con Bea y Bea
quería con los dos, con los dos a la vez!
-Chanquete: ¿y? se han ido, los tres juntos?
-Desi: sí, se han ido a pasear por el bosque y yo quería ir con ellos, aunque no fuera con Pancho. Pero me han dicho que no podía ir porque se iban a ir los dos con ella y hemos empezado a insultarnos y gritarnos y casi que nos pegamos Bea y yo.
-Chanquete: ja ja ja ja.
Sin pensar en la importancia que representa el dilema para la muchacha, Chanquete deja ir unas pocas carcajadas riendo interiormente a quijada batiente acerca del "cruel" desengaño que ha tenido Desi con su pandilla.
-Desi: no te rías, Chanquete, que lo he pasado muy mal..
-Chanquete: ay sí, perdona, es que estaba pensando en otra cosa. No te escuchaba.
-Desi: ah bueno, sigo. Pues Bea y yo hemos terminado, no volveremos a ser amigas y nos hemos jurado odio eterno. Y con Javi y Pancho... pues casi que lo mismo, porque mientras Bea y yo nos peleábamos ellos se reían y decían que estaba loca y que no querían conmigo por eso. Y ha sido ahí que me he puesto a llorar y he empezado a correr hasta llegar aquí, al barco.
-Chanquete: ¿has empezado a correr y has llegado aquí? Pero si son casi las nueve de la mañana de domingo. ¿Cuando pasó todo esto?
-Desi: ups... ayer por la tarde.
-Chanquete: ¿y has empezado a correr el sábado por la tarde y has llegado a mi barco el domingo por la mañana?
-Desi: esto pues, sí. Pero no he pasado frío, porque estamos en verano y hace igualmente calor por la noche.
-Chanquete: ay Dios mío, vaya mozalbeta que estás hecha, tus padres y todo el pueblo te deben estar buscando. A ver si llega la guardia civil aquí al barco y se te llevan a prisión.
-Desi: ¡qué dices! ¿pueden hacer eso?
-Chanquete: no, tranquila. He tenido también mis escapadas en la adolescencia y todas suelen acabar bien, aquí conmigo en el barco estás sana y salva.
-Desi: ay gracias... pero yo no quiero volver a casa, porque no quiero verme con Bea y la pandilla.
-Chanquete: tarde o temprano tendrás que volver, si no quieres seguir siendo amiga de esos tres puedes no volver a hablarles pero a casa tienes que volver.
-Desi: vale, lo haré al mediodía, pero mientras tanto quiero estar contigo.
-Chanquete: vale, ¿quieres que saque la baraja y jugamos a cartas?
-Desi: no, quiero jugar pero a otra cosa. Se trata de lo mismo a que jugábamos ayer con Bea y Pancho. Los dos tomamos un papel y escribimos en él con quien queremos. Después los desdoblamos a la vez y sabremos con quien quiere el otro.
Chanquete ha vivido a lo largo de su vida muchas experiencias con mujeres, eso le ha confiado experiencia en su conocimiento. Pero ese conocimiento ha sido muchas veces en que no hay manera de entender por qué hacen lo que hacen en ocasiones. Ahora esta muchacha le está proponiendo un absurdo juego en que sólo se puede marcar el tanto de una manera y a la vez lo hace con presunta ingenuidad. Finalmente Chanquete da por no hábil pensar en qué quiere la chica y como va a acabar este juego y deja ir la lengua tal como salga.
-Chanquete: ¿estás segura de lo que dices?
-Desi: sí, ya verás, es muy fácil.
La muchacha se levanta y no tarda en encontrar un librete de post-it junto a un lápiz en un pequeño estante.
-Desi: esto nos irá bien.
Se vuelve a sentar al lado del marino y arranca un par de papelitos del librete para entregar uno a Chanquete.
-Desi: ahora tienes que escribir en este papel quien te gusta, y yo haré lo mismo y después miraremos los dos a la vez encima la mesa.
-Chanquete: vale, parece fácil.
Primero y ocultándolo con una mano es Desi la que escribe el nombre de su ídolo en el papel, después le entrega el lápiz a Chanquete y este, trata de parecer que oculta algo con la mano cuando escribe encima de su ficha.
-Desi: vale, ya está. Ahora tú me das tu papel y yo te doy el mío y lo miramos a la vez.
El lesionado marino da su papel en la misma mano de la muchacha que le entrega el suyo. Abre el secreto papel que ha escrito esta esbozando una leve sonrisa de presunción de sorpresa. La muchacha mira igualmente el que le ha sido entregado papel y Chanquete sufre admiración de los torrentes de ingenuidad que contempla cuando esta estalla en sorpresa;
-Desi: ¡soy yooooo!
Desi se levanta y se sienta encima de la falda del veterano pescador gritando contínuamente alegrías y vítores por su supuesta victoria en el amor.
-Desi: ¡te gusto! ¡te gusto! y tú también me gustas a mi. Oh qué feliz que soy, quien lo iba a pensar que el más honorable pescador de Nerja me quiere!
-Chanquete: je je, yo ya te lo he dicho siempre que te quería.
Dice el pescador tomando con cariño la cadera de la sentada encima suyo muchacha.
-Desi: pero esto es diferente, porque no me quieres como amiga sino como algo más, ¡y yo quiero lo mismo contigo!
-Chanquete: pues... eso parece.
Dice el marino y ahora no recibe otra ingenua respuesta sino que la chavala se queda presta mirándolo a los ojos. La muchacha al estar sentada encima del marino parece llevar las riendas y es ella la que se acerca lentamente a los curtidos labios de Chanquete y los hidrata con su propia saliva salida de esa lengua que también entra dentro de su boca. El primer beso entre el marino y la veraneante se hace de la única abismálmente tierna manera que se puede dar en un beso de dos personas que han compartido tanto y tanto. Desi no resulta ser en la decidida relación tan pueril como parecía antes y sus manos son las primeras en desabrochar una prenda del otro jugador cuando le pasa las manos por el abierto cuello de la camisa de Chanquete y le acaricia los blancos pelos del jubilado pescador. Es curiosamente Chanquete el que debe continuarle el juego y siguiendo las normas de la pequeña le mete las manos por debajo la camiseta y le descubre unos incipientes pechos que aún tendrán que ser amasados por muchas manos para crecer como es debido. Sorprendiéndole de nuevo Desi se aparta un instante y se saca la camiseta para tirarla al piso. Se vuelve a acercar a Chanquete y se sienta de nuevo encima de él para posar la punta de sus tetitas a la altura de los curtidos labios. Chanquete es obediente con su niña y le chupa las tetitas como desea esta.
-Desi: mmmm, qué bien sabe, papito.
-Chanquete: quien lo iba a decir, estás hecha un buen elemento.
-Desi: ¿qué quieres decir? que soy un putón?
-Chanquete: no, no, por supuesto que no.
-Desi: ja ja ja, tranqui que lo decía en broma, sigue chupando sigue.
Débiles nieblas de estupor visitan la trabajada mente del marino haciéndose él mismo preguntas acerca de la supuesta honradez de la que creía santa chavala. Cuando oye gemir esta al chupar de su boca da por sentado que tan santita no era la bonita Desi.
-Desi: mmm, oh síí, chanquetito, te reencarnarás en medusa... oh qué bien lo chupas.. mmm.
Mientras la chavala es chupada por el viejo, no pierde el tiempo y se desabrocha los tejanos. Se levanta de improviso y con alguna que otra dificultad se saca los prietos pantalones. Debajo lleva unas bonitas braguitas de flores.
Que agrada al marino ver como se saca dilucidando un peludito chocho con los mismos pelos que tendría un chaval de 15 años en la perilla.
-Chanquete: eres hermosísima.
-Desi: tú también, ja ja ja ja.
Dice la muchacha dando un toque al paquete del pescador.
-Chanquete: ja ja ja, no te rías de mi.
-Desi: venga va, sácate los pantalones.
Chanquete se levanta y sin mucha dificultad tira al suelo los abombados pantalones. No espera la muchacha que este se siente y estando derecho su pareja se arrodilla ante él y le mama la polla.
-Desi: gooorbl.
-Chanquete: mmmm, qué putita eres.
-Desi: goooorbl, goooorbl, gooorbl.
La verga entra y sale casi entéramente de la boca de la muchacha y eso le hace perder al pescador todo el cuidado que tendría con una virgencita y, le toma la cabeza para cuando está su verga casi entera dentro de la boca, apretarle la nuca y que entre hasta el fondo.
-Desi: goooooorb, gooooooorbl, tjo, mmmm, ten un poco de cuidado bribón, goooooorbl, goooooorbl.
Desi mama a su ídolo unos minutos maravillosos, pero cuando los gemires del pescador dilucidan que tiene este un límite, escupe la polla y dándose la vuelta ante el sillón le dice.
-Desi: venga papá, hazme tuya.
-Chanquete: encantado.
Chanquete se aproxima a la girada Desi e hincándole la verga en la trasera panocha no se está por muchos miramientos y se la mete toda.
-Desi: ooooooooh.
Chanquete cree provado que no se enfrenta con una cuidadosa virgencita y por ello no se está por ternuras y empieza a follar la niña con el vigor del que tiene que gozar pues los años le van haciendo perder cada vez más cosas.
-Desi: oooooh, ooooooh, ooooh, oooooh, ¡Chanquete!, ¡quete! ¡quete! ¡dale! ¡dale! ¡ooooooh! ¡ooooooh!
-plas- -plas- -plas- -plas-
La cintura del marino impacta contra las nalgas de la chavala surgiendo otro sonido más que acompaña los vibrantes gemidos que exala esta.
-Desi: mmm, síí, quien lo iba a decir, coges mejor que el padre Albert.... esto que Javi..
-Chanquete: ¿qué, qué dices?
-Desi: nada, nada, que coges muy bien, y potente, mmm, ooh, ooh.
-plas- -plas- -plas- -plas-
El santo Chanquete folla a su discípula durante 20 minutos más. No es una heróica cogida pero sí lo suficiente para que se establezca entre ambos una confianza que hará durar mucho más tiempo y calidad la casta relación de amigos que tenían desde hace unos cuantos veranos. Como contó Desi; con Bea, Javi y Pablo dejan de ser amigos. Y pasada la tenue reñina paternal por la escapada de Desi, esta recupera su libertad para el resto del verano. Pasándolo casi íntegramente en el barco de Chanquete, moviéndose sospechosamente este barco de un lado a otro por aquel que lo mirara desde el suelo, algúna que otra mañana, tarde o noche veraniega.