Verano antes de la universidad

Elena se despide de su pueblo antes de irse con su prima a la ciudad

-¡¡¡¿¿¿PERO QUÉ COJONES ES ESTO???!!!

La polla de Rafa salió de mi húmedo coñito y yo, a cuatro patas en el sofá, levanté los ojos asustada mirando a mi padre con el rostro desencajado en la puerta del salón.

Rafa empezó a recoger su ropa lo más rápido que podía y yo me cubría las tetas con la cara ardiendo por la excitación de hace un momento y la vergüenza que sufro ahora mientras mi padre gritaba a Rafa que saliera "de su puta casa echando leches".

Para cuando Rafa se fue de casa yo ya había empezado a llorar por la que se me venía encima. Rafa ni siquiera era mi novio, es un amigo con quien me suelo enrollar de vez en cuando pero ese día nos había dado el calentón y no pude evitar dejar que me chara un buen polvo.

Papá volvió de cerrar la puerta de casa y se me quedó mirando con una cara que me hizo temblar. Jamás había visto a mi padre mirarme con tanto desprecio. Se quedó allí sin decir nada mientras su princesita seguía desnuda en el sofá, con los muslos mojados y cruzados para no mostrarle a mi papi mi coño, los brazos sobres mis pechos pequeños, suaves y redondos y la melena negra despeinada y cubriéndome parte de mi cara cubierta de lágrimas.

Tras unos minutos eternos, mi padre se dio media vuelta, cogió las llaves de casa y salió dando un portazo.

Me fui a la ducha secándome las lágrimas y pensando cómo iba a librarme de una situación así. Perdí la virginidad poco después de cumplir los 16 años y estoy seguro de que mi padre sabe que suelo salir con chicos pero esta vez me había colado pero bien. Era la primera vez que follaba en casa y no se me ocurre nada mejor que hacerlo en el salón. El problema es que cuando un chico me pone cachonda ya empiezo a dejarme hacer y no puedo parar. En la zona de Ronda, mi pueblo, donde vivo soy bastante "popular" por este motivo. Al principio me afectó saber los rumores, totalmente ciertos, que circulaban sobre mi pero poco a poco empecé a aprovecharlos para follar con cualquiera que se me antojara.

Salí de la ducha, me fui a mi habitación y llamé a mi prima Rocio.

Rocio era mi mi mejor amiga, mi confidente, la chica con la que descubrí mi despertar sexual. Aprendimos a besar haciéndolo entre nosotras, veíamos porno juntas para descubrir el sexo, nos masturbábamos juntas cuando descubrimos el placer que daba (algunas veces la una a la otra) y guardábamos en su habitación nuestro dildo con el que aprendimos a hacer mamadas. Incluso una vez hicimos una pequeña orgía con unos gemelos de nuestro curso. Ahora con 18 años estábamos planeando irnos a vivir juntas cuando entráramos en la universidad en la ciudad.

Como era verano me puse una camiseta corta y unas braguitas y me eché en la cama con el móvil mientras esperaba a que me cogiera la llamada.

- Hola cariño.- Me dijo.

- Hola prima. No sabes lo que me ha pasado.

- Cuéntame.

- Estaba follando con Rafa y mi padre nos ha pillado.

- ¡¿Cómoooo?!- Me dijo entre risitas.

- Tía no te rías. No se que hacer.- Dije yo con las lágrimas de nuevo aflorando.

- Pero prima, es que tienes que cerrar la puerta jajajaja.

- Estábamos en el salón.

- ¡Ostras! ¿Y en que postura?

Empecé a sonreir. Mi prima es única. Nadie me hubiera preguntando eso con lo que le estaba contando.

- Mira que eres. Estaba a cuatro patas en el sofá grande.

- ¿Culo o coño?

- Coño, coño. Aún no habíamos llegado al culo.

- Jajajajaj. Bueno, ¿y qué pasa?

- ¿Cómo que qué pasa? Mi padre está hecho una furia. Ha echado a Rafa insultándole y suerte que no le ha dado una paliza.

- ¿Y qué te ha dicho?

- Nada se me ha quedado mirando con rabia y se ha ido.

- Se habrá ido al bar.

Seguramente tendría razón. Desde que mi madre muriera hace dos años mi padre iba con demasiada frecuencia al bar.

- Seguramente.

- Pues duérmete temprano y así evitas la pelea hasta mañana que estará más calmado.

- ¿Pero y qué le digo, qué hago?

- Tú déjale hablar a él y pon tu mejor cara de niña buena. Que se desahogue y tú le prometes que no volverá  a pasar y ya está. No te agobies cariño.

- Vale, pues me voy a cenar y a dormir como las niñas buenas. Mañana hablamos. Te quiero.

- Yo también te quiero.

Un fuerte ruido me despertó en mitad de la noche.

- ¡Joder! Me cago en la puta. Jajajaaja, puta mesa.

Mi padre había vuelto. Miré el reloj. Las dos de la mañana. Perfecto, ya no habría bronca hoy. Además por el tono de su voz estaba bastante borracho.

De repente escuché como se habría la puerta de mi habitación.

" Ay no, ay no, date cuenta de que estoy dormida y vete por favor"

Yo me hacía la dormida boca abajo con la cabeza girada al lado contario de la puerta asi que no podía ver a mi padre. Escuché su respiración cada vez más cerca y recé para que no me despertara y me echara la bronca.

- Aquí está. Mi princesita.

Mi padre hablaba como para si, así que yo seguí fingiendo.

- La zorrita de mi niña. Follando en mi salón.

Un escalofrio recorrió mi cuerpo. Mi padre jamás me había hablado así.

- Yo sin follar desde la muerte de Claudia y ella abriéndose de piernas con medio colegio. Yo respentando a mi mujer, en paz descanse, y la puta de nuestra hija recibiendo pollazos de un crío de mierda en nuestra casa.

Estaba alucinando. Sólo esperaba que con este numerito, la bronca de mañana fuera más suave.

- Y ahora aquí, durmiendo con esas braguitas de niña, como si nunca hubiera roto un plato.

Me estremecí cuando mi padre empezó a acariciarme el pelo.

- No sabes las ganas que tengo de que te vayas a la universidad para traerme guarras a casa. Si, eso es. Tal vez hasta me traiga a una putita adolescente con un culito como el tuyo.

Mi padre se estaba viniendo arriba. Es cierto que era un hombre muy guapo y con mucha clase para vestir pero desde que murió mi madre se había abandonado un poco por el dolor y tenía una barriga más que considerable.

- Si, una putita con un culo como éste es lo que necesito.

Casi grito de la impresión cuando la mano de mi papi se posó sobre mi nalga. Pensé en hacer como que me despertaba pero no quería enfrentarme a la situación de decirle a mi padre que porqué me estaba metiendo mano mientras dormía. Me dejé hacer esperando a que acabara de desahogarse y se fuera.

- Que culito más suave. Ahora entiendo las ganas con la que ese mierdecilla estaba follándote en mi sofá.

La mano de mi padre se deslizaba de una nalga a otra y me daba suaves apretones en el culo. Empecé a excitarme y, conociéndome, ya sabía que me iba a dejar hacer. No podía evitarlo. Me repugnaba que mi padre que sobara pensando que estaba dormida pero me ponía cachonda que un hombre maduro me prestara sus atenciones.

Entonces escuché el sonido de una bragueta abriéndose.

- Que ganas tengo de follarme un bonito culo como el tuyo. Me voy a poner las botas con la de putas que hay en este pueblo. A alguna rubita adolescente. Me la traeré a tu cama y la enculare en la misma postura que estás tú.

Los sonidos de la polla de mi padre mientras se masturbaba tocándome y mirándome me estaban poniendo a cien. Notaba como mi braguita se mojaba y esperaba que mi padre no me moviera para verme por delante.

- Eso es rubia, mueve tu culo tragón, te estoy reventando puta. Vas a ver lo que es un hombre de verdad.

Dios que cachonda estaba. Mi papi se estaba haciendo una paja de campeonato tocándome mientras se follaba a una rubia imaginaria.

- Si, así puta, preparate que ya viene. Te voy a llenar entera de leche guarra.

Solté un pequeño suspiro cuando la corrida de mi padre empezó a caer sobre mis nalgas y mis bragas mientras él gemía. No me lo podía creer. Se había corrido sobre mi. Salió de mi habitación y yo eché la mano hacia atrás. Pasé los dedos por mi culito y se llenarón de la corrida caliente de mi querido papi. Llevé los dedos hacía mi nariz y aspiré captando el olor de su corrida. Mi coño estaba a esas alturas encharcado. Volví a quedarme quieta cuando oí a papá entrar de nuevo en mi habitación. Volví a tocarme el culo pero esta vez me estaba limpiando con algo. Cuando terminó salió y cerró la puerta.

Me puse boca arriba en la cama y me llevé de nuevo los dedos con restos de semen a mi nariz. Aspiraba mientras metía la otra mano bajo mis braguitas y me empecé a masturbar. Me entraron tres dedos sin problema por lo mojada que estaba. Apenas un minuto después ya estaba a punto de correrme. Arqueé la espalda y me corrí como pocas veces en mi vida mientras me metía los dedos llenos de semen en la boca. Menuda gozada. Cuando mi respiración se calmó me volví a dormir.

Me desperté un poco más tarde de lo habitual y bajé a desayunar. Mi padre estaba terminando su desayuno y me miró cuando entré al comedor.

- Buenos días papi.

- Buenos días dormilona. Estaba a punto de irme al restaurante.- Mi padre es cocinero y propietario de un restaurante de bastante éxito en Ronda.

- Ah vale. Bien.- Dios mio, no era casi capaz de hablar con él.

Se levantó y me dio un beso en la mejilla que hizo que se me pusiera la carne de gallina.

- Cariño, respecto a lo de ayer...- Me puse en tensión.- Entiendo que tengas novio y demás pero no vuelvas a traer un chico a esta casa ¿Entendido?

- Si papi. Lo siento mucho.

- Muy bien. Hasta la noche cielo.

Cuando Rocio me preguntó más tarde que tal la bronca le dije que su idea había salido bien y sólo me dio una advertencia.

Dos días más tarde, papá llegó borracho a casa de nuevo y volvió a correrse sobre mi culo.

El verano seguía pasando y las visitas nocturnas de papá seguían produciéndose. Cada noche, me iba a la cama expectante de si iba a recibir la corrida de papá en mi culito. Cada vez que pasaba, en cuanto cerraba la puerta yo me masturbaba y tenía unos orgasmos brutales. Seguía viéndome con algunos follamigos pero era con papi en mi mente con quien tenía mis mejores orgasmos. Disfrutaba tremendamente cuando después de correrse me limpiaba con cuidado. Además de todo esto, me pasaba todo el día cachonda. El morbo de lo que pasaba con papá me estaba volviendo loca y tenía la mente más sucia que nunca. Empezaba a interpretar casi cualquier situación como un preámbulo al sexo y me estaba volviendo muy accesible con cualquiera que fuera cariñoso conmigo.

Una mañana, mientras desayunábamos, me dijo que íbamos a comer a casa de mi tío Jaime. Jaime no era mi tío de verdad, era el mejor amigo de mi padre desde el instituto y yo lo quería muchísimo. Su hija y yo habíamos sido muy amigas de pequeñas hasta que murió en el mismo incendio que mi madre junto con su madre y esposa de tito Jaime.

Así que cerca de las dos de la tarde estaba llamando a la puerta de Jaime. Llevaba unos vaqueros cortos y una camiseta de tirantes negra sin sujetador. Tenía menos pecho en aquellos tiempos, se mantenían firmes y hacía mucha calor. Tio Jaime sonrió radiante cuando me vio.

- Elena cuanto tiempo. Estás preciosa cariño.- Me dijo abrazándome muy tiernamente.

- Hola tito. Si que hace tiempo. Deberíamos quedar más a menudo.

- Bueno, ya sabes, tu padre y yo...

Se refería a lo doloroso que les resultaba a ambos verse después del incendio. Ya quedaban un par de veces al año y parecía que sólo por mantener el contacto.

- Ya lo sé tito.- Le dije besándole en la mejilla.

Apenas entramos en casa, mi padre le llamó por teléfono y le dijo que no podía venir, que tenía mucho lío y que lo dejaban para más adelante. Jaime me lo dijo muy apenado.

- Bueno tito, ya que estoy aquí podemos comer juntos ¿no?

Una sonrisa apareció en su rostro y comprendí lo sólo que se debía sentir. Me sentí un poco mal por no haberle visitado más a menudo y pensé en cambiar eso. Mientras Jaime terminaba la comida miré por el salón. Numerosas fotos de su hija y de su esposa adornaban el lugar. Era muy deprimente.

Comimos y nos sentamos en el sofá a charlar un poco. Le hablé de mis estudios, de que había conseguido nota para entrar en veterinaria, del piso que habíamos alquilado mi prima y yo para vivir juntas en Málaga y cosas así. De repente unas lágrimas afloraron en su ojos y me di cuenta de lo insensible que había sido.

- Tito, los siento, yo...

- No pasa nada Elena. Me alegro mucho por ti. Es que de repente me he imaginado a ti y a Lidia juntas en la universidad y...

Me senté de lado en sus rodillas y le abracé.

- Yo también la echo mucho de menos tito.

- Aún la veo como hace 12 años. Tan pequeña. Tan divertida. Después de tantos años, cada vez que me doy un baño empiezo a llorar al recordar cuando la bañaba a ella y acababa todo lleno de agua.

Mientras me hablaba, colocó su mano en mi rodilla. Ya está. No fue nada más. Su mano en mi rodilla. Pero ya os he contado mi estado en ese verano por culpa de las visitas de mi padre. Mi mente calenturienta empezó a pensar en otra cosa y...

- Ven tito.- Le dije levantándome y cogiéndole de la mano mientras notaba como mis pezones se endurecían.

- ¿Dónde vamos Elena?

- Quiero que me bañes.- ¡Joder! Es que ni pensaba en lo que decía.

- ¿Que dices Elena?

- Quiero que me bañes. Como la bañabas a ella. No voy a irme de aquí dejándote tan triste.

- Tranquila, no pasa nada. Es sólo por recordar. Déjalo. Además no estaría bien.

- Sólo vas a bañarme tito.- Le dije dando un suave tirón de su mano.

Jaime se levantó y subimos al baño del piso de arriba. Cuando entramos, me quité la camiseta y me giré mostrándole mis tetas adolescentes a mi tío.

- Elena no, vamos a dejarlo.- Me dijo muy turbado.

- Por favor tito. Lleva demasiado tiempo deprimido. Quiero ser tu niñita. Que no te sientas tan sólo. Nunca le diré nada a nadie. Además con mi padre las cosas están un pco raras y me he sentido muy a gusto hablando contigo.

Quizás había sido un poco bestia proponiéndole ocupar el lugar de su querida hija con la connotación tan diferente que iba a tener aquello pero vivía desde hace semanas en un estado de excitación permanente.

Miré a Jaime que estaba totalemente rojo. Un hombre de 41 años, la edad de mi padre, casi sin pelo y con una barriga enorme. Y aún así deseaba que tocara mi cuerpo desnudo. Me di la vuelta y me bajé los pantalones junto con las bragas. Cogí un taburete de plástico que había en el baño, lo coloqué en la bañera y me senté mirándole con cara de inocencia.

Mi tio se dejó llevar. Se subió las mangas de la camisa y se sentó en el borde de la bañera. Mi respiración empezó a acelerarse. Abrió el grifo y reguló la temperatura. Solté un suspiro cuando el agua cayó sobre mi pecho y mis piernas. Jaime cogió el gel y se echó un poco en la mano. No me pasó desapercibido que no usara la esponja. Empezó a frotarme los hombros mientras nos mirábamos a los ojos. Me invadió una sensación de felicidad cuando vi la sonrisa de su rostro.

- Bueno, ¿y cuándo os vais de Ronda?

Me encantó que actuara con normalidad. Era lo que quería. Ser la niñita que él necesitaba.

- Pues el curso empieza a principios de Septiembre y nos vamos dos días antes para preparar un poco el piso.

- Tened cuidado al principio que ya sabes que la ciudad no es como el pueblo cariño.- Me aconsejó mientras pasaba su mano entre mis tetas y noté una palpitación en el coño.

- Claro que si.

Y así seguimos. Le comenté sobre las asignaturas que tenía, que pensaba buscar un trabajo de fin de semana, lo nerviosa que me ponñia empezar la carrera...

Sus manos ya enjabonaban mis tetas con mucha delicadeza. Mis pezones estaban más duros que nunca y tenía que hacer grandes esfuerzos para no gemir cuando las palmas de sus manos pasaban sobre ellos enjabonándome. Siguió bajando por mi barriga y yo entrebrí las piernas. Vi como tito Jaime tragaba saliva. Sus manos siguieron bajando por mi cuerpo y empezó a enjabonarme los muslos. No se acercó mucho a mi coñito pero me di cuenta de cómo lo miraba.

Cuando acabamos por delante me di la vuelta en el taburete. Me enjabonó la espalda y después me puse de pie en la bañera. Con mi culito a la altutra de su cara, Jaime empezó a enjabonármelo. Sonreí de espaldas a él cuando me apretaba las nalgas disimuladamente. Después me enjabonó las piernas, me aclaró con agua tibia y terminamos.

Cogió una toalla y cuando salí me envolvió con ella. Me sentía fenomenal. Ningún hombre me había echo sentir así de bien.

-¿Qué tal el baño?

- Me ha gustado mucho tito.- Le dí un tierno beso en los labios. - Me gustaría mucho repetirlo.

- A mi también.

Retiró la toalla y me quedé desnuda y de pie mientras terminaba de secarme. En ese momento vi el bulto de su pantalón. Me mordí el labio pero lo dejé estar. Me había gustado mucho la experiencia y quería que cuando lo repitieramos fuera igual de bonito. Y follármelo haría que la situación cambiara.

Cuando terminó de secarme me dijo que me dejaba que me vistiera tranquila y él me esperaría abajo. Cuando cerró la puerta me apoyé con una mano en el lavabo, me abrí de piernas y empecé a masturbarme con la otra. Me corrí en un par de minutos. Cogí las braguitas para vestirme pero pensé que serían un bonito regalo para mi tío. Pasé la parte interior de las bragas un par de veces por mi coño para limpiar mis fluidos, las dejé en el suelo, me vestí y bajé.

Nos despedimos con un beso en la mejilla y un abrazo y le prometí que la semana siguiente volvería a comer con él.

Durante la vuelta a casa volví a excitarme mientras imaginaba a Jaime con mis bragas en la nariz mientras se masturbaba.

Iba como flotando. Me había convertido en la musa sexual de dos hombres maduros. Tenía que agradecerle a mi padre este nuevo fetiche. Fui a una tienda de ropa y me compré las braguitas más infantiles que encontré. Esa noche iba a hacerme la dormida boca arriba.

Poco después de entrar en casa llegó mi padre. Me desilusioné un poco porque no parecía que fuera a ir al bar aquella noche. Decidí darlo todo. Le conté que al final me había quedado a comer con Jaime y estuvimos hablando de la universidad. "Mientras me tocaba las tetas" pensé para mí. Después le dije que iba a ducharme.

Subí al baño y abrí la ducha. Ni siquiera entré, no me apetecía bañarme de nuevo en menos de tres horas. Empecé a tocarme un poco mientras hacía tiempo. Después cogí unas de mis braguitas y repetí la operación del baño de Jaime. Las pasé por mi coño y las dejé en el suelo. Nunca dejo la ropa tirada por el baño pero necesitaba motivar un poco a papá. Me puse una camiseta corta y un pantalón corto de una tela muy fina. Sin braguitas ni sujetador.

Bajé al salón y vi a papá con una cerveza en la mano viendo la tele.

- ¿Que dan?

- Una de Seagal.

-Guay.

Mi padre y sus películas de viejas glorias del cine. Un puto rollazo. Pero no estaba allí por la película.

Mi padre estaba en su sillón frente al televisor. Yo me tumbé en uno de los sofas laterales de espaldas a la tele. Cogí el móvil y me puse a jugar a un juego mientras abría y cerraba mis piernas. Hacía como que no, pero veía a mi padre echar vistazos a mi entrepierna donde aquella tela tan fina se me pegaba y maracaba un poco de coño. Terminó su cerveza y fue a por otra. Mientras iba hacia la cocina me coloqué el pantalón para marcar coñito todo lo que pudiera.

Ni siquiera había terminado la película cuando papá me dijo que se iba un rato al bar. Solía ir una o dos veces por semana y nunca dos días seguidos.

Después de irse subí a mi habitación sonriendo por el empeño de mi padre de emborracharse para tener una excusa para meterme mano. Tampoco quería convertirlo en un alcohólico, pero sólo quedaba un mes de verano y quería aprovecharlo.

Ya en la tienda había decidido las braguitas de esa noche. Unas rosa pálido con una fresa justo encima del coño. Me puse además una camiseta blanca con corazoncitos de varios colores de hace años. Me quedaba algo ceñida pero tanto mejor. Bajé a ver la televisión un rato para hacer tiempo y sobre medianoche subí a mi cama. Me tumbé nerviosa boca arriba. Esa noche iba a tener que esforzarme para fingir que estaba durmiendo. Estuve con el móvil esperando para no dormirme. Si me dormía posiblemente acabaría boca abajo o de lado, no me gusta dormir en esa postura.

El corazón se me aceleró cuando escuché la puerta de casa.

- Hola Cristina.- Dijo mi padre cuando entró en mi habitación con su inconfundible deje de borrachera. Cristina era el nombre que le había puesto papá a la rubia de sus fantasías. Recuerdo la primera vez que me llamó así para evadirse de que estaba abusando de su hijita dormida.

- Vaya, vaya, así que esta noche quieres por delante ¿verdad zorrita?

"Ya lo creo papi"

- Que braguitas más bonitas me traes hoy putita.- Comentaba mientras pasaba un dedo sobre mi coñito.

Se juntaron el esfuerzo por no sonreir por mi acierto con mi ropa interior y el escalofrío de notar su dedo.

- Joder que duro me tienes ya. Hoy te voy a follar como un loco.

El sonido de su bragueta bajándose. El sonido de su polla mientras se pajeaba observándome. Su mano acariciando mi cuerpo.

De repente pasó algo que no me esperaba. Papá empezó a subirme despacio mi camiseta. Noté el movimiento del colchón cuando se apoyó en él para subir mi camiseta por encima de mis tetas. Intentaba controlar mi respiración cuando su mano agarró una de mis tetas y la empezó a estrujar con suavidad.

- Dios que tetitas tienes. Menuda delicia Cristina.

El sonido de su paja se incrementó mientras yo intenaba permanecer calmada.

- Voy a follarte como te mereces y luego voy a correrme en esas tetas adolescentes.- Dijo dándome un pellizco en el pezón que me hizo fruncir ligermanete los labios para reprimir un gemido.

- Vaya, vaya, mi putita se está mojando. ¿Quieres mi polla verdad?

Aquella era la parte que más temía pero salió bien. Mi padre pensó, o quiso pensar, que me estaba excitando sin despertarme.

El colchón volvió a su posición cuando papá se levantó de nuevo. Lo escuché moverse mientras intentaba adivinar donde iba. Poco después noté de nuevo el movimiento del colchón, esta vez en la zona de mis pies.

- Vamos a ver que tienes aquí.

Se me puso la carne de gallina cuando papá apartó mis braguitas a un lado y me acariciaba el coño con sus dedos.

- Joder Cristina, como te has puesto.

Aquello era una agonía. Mi coño palpitaba de expectación y sus dedos moviéndose arriba y abajo por mi raja eran una tortura. Papá me abrió un poco más las piernas con cuidado.

- Te voy a dar lo tuyo putita.

Entreabrí la boca de sorpresa cuando papi empezó a restregar su cipote por mi coñito.

- Que mojada estás guarra, como me pone.

Entonces empezó a empujar con suavidad. Joder, mi padre iba a follarme. Joder, yo quería que mi padre me follara. Su polla empezó a meterse en mi coño mojado con toda la facilidad del mundo.

- Coño nena, estás ardiendo.

Papi empezó a follarme muy lentamente. Yo dejaba escapar inaudibles suspiros mientras la polla de papi me llevaba al cielo.

No duró mucho. La metió y la sacó lentamente cinco o seis veces y sacó su polla de mi interior. De nuevo el colchón volvió a su forma habitual y escuché a papá masturbándose cerca de mi.

- Te voy a llenar las tetas de leche. Eso es lo que quieres ¿verdad zorrita?

"Si papi, bañame las tetas"

Por primera vez en mi vida tuve un orgasmo sin que nadie ni nada tocara mi coñito cuando recibí el primer trallazo de la corrida de papi en mis tetas. Intenaba controlar los temblores de mis piernas mientras papá seguía corríendose sobre mi. Dos trallazos de semen caliente en mis tetas y uno final que cayó sobre mi cuello y la camiseta.

Después me limpió, me colocó la camiseta y las braguitas y se fue. Cinco minutos después tuve un nuevo orgasmo con mi manita.

Cuando desperté sonreí al ver la mancha en mi camiseta.

Cuando llegó agosto mi padre dejó al cargo del restaurante al segundo de cocina para coger vacaciones. Las noches que me visitaba me la metía en el coño sin importarle la postura en la que estaba "durmiendo". Me gustaba mucho cuando yo estaba boca abajo y me sobaba el culo mientras me follaba muy despacio. Nunca se corrió dentro de mi aunque yo dejaba mis píldoras anticoceptivas a la vista por si le apetecía hacerlo. A esas alturas yo ya sabía que mi padre era cosciente de que yo estaba despierta cuando abusaba de mi. Ninguno de los dos decía nada para mantener el juego. Ya no llegaba borracho a mi dormitorio y seguía llamándome Cristina.

Todas las semanas iba a comer casa de mi tito Jaime para que me bañara. Esperaba ansiosa a que me mandara el mensaje diciéndome el día que podíamos vernos.

Las últimas semanas antes de irnos del pueblo, Rocio y yo fuimos "despidiéndonos" de los chicos de Ronda. No paré de follar durante todo agosto.

Llegó el último día en Ronda.

Mi prima y yo quedamos para hacerles una visita sorpresa a los gemelos de clase. Ya habíamos estado con ellos unos días antes, pero como sus padres estaban fuera de vacaciones decidimos repetir. Llegamos a su casa y llamamos a la puerta. Marcos abrió despeinado y con cara de recién despertado.

-¡Vaya! Hola guapas, que sorpresa.

-Ja,ja. La sorpresa aún no ha empezado.- Dijo Rocio entrando en la casa.

Yo entré detrás de ella, cogí a Marcos de la mano y subimos a la habitación de los gemelos. Eran unos chicos guapísimos, delgados y definidos pero sin mucho músculo. Me gustan mucho los hombres así. Al entrar en la habitación Jorge seguía durmiendo. Rocio subió en la cama echándose encima de él y empezó a besarle los labios.

- Vaya, quién se despertara así siempre.- Dijo Jorge agarrando el culo de Rocio.

Mientras Rocio y Jorge se enrollaban en la cama, Marcos y yo les imitamos de pie. Estaba cachondísima e impaciente por empezar lo que teníamos pensado.

Los gemelos eran con quien Rocio y yo hicimos una orgía el año anterior. Mi prima y yo sólo nos habíamos enrollado para aprender a hacerlo y alguna vez nos habíamos masturbado la una a la otra viendo porno pero el día de la orgía hicimos de todo. Despues de ese no habíamos vuelto a hacer nada más pero hoy íbamos a repetir.

Aparté a marcos de mi lado y cogí de la mano a Rocio, la puse de pie y empecé a comerle la boca con ansia mientras le apretaba las tetas. Rocio tienes unas tetas estupendas, bastante más gordas que las mias y con su cuerpo delgado lucen espectaculares. Marcos se sentó en el borde de la cama de su hermano y los gemelos observaban embobados el espectáculo. Habíamos follado con ellos más veces, pero no habíamos vuelto a hacer nada entre nosotras. Le quité la camiseta a Rocio y ella se desabrochó el sujetador. Con esas tetazas era imposible que mi prima fuera sin sujetador como yo. Bajé la cabeza y empecé a lamer su pezón mirándo fijamente a los chicos.

- Desnudaos.- Dijo mi prima mientras me sujetaba la cabeza contra sus tetas.

Los gemelos la obedecieron y tardaron segundos en estar en pelotas uno a cada lado del otro.

- Elena diles lo que vamos a hacer hoy.- Me dijo mientras  me quitaba la camiseta y pellizcaba mis pezones.

- Uy, algo muy divertido. Primero vamos a mamaros la polla lo más sucio que podamos pero el que aguante sin correrse nos follará después a las dos mientras hacemos todo tipo de cerdadas lésbicas. ¿Qué os parece?

- Estupendo.

- Genial. ¿Empezamos?

Rocio se rió con mi teta en la boca y me quitó los pantalones. Por supuesto, no llevaba nada debajo.

- Bueno, elegid quien quiere que se la chupe a quien.- Decía mientras yo terminaba de desnudarla a ella.

Los gemelos ya tenían las pollas como una piedra. Se miraron y decidieron jugársela a piedra, papel y tijera. Marcos ganó. Eligió a mi prima y eso que hace unos minutos estaba con sus manos en mi culo y comiéndome la boca. Fue un grave error. Rocio era mucho mejor mamadora que yo. Aunque realmente daba igual, por supuesto que nos íbamos a follar a los dos pero nos pareció una idea divertida.

Mi prima y yo nos dimos un último beso y cada una se arrodilló delante de su polla. Agarré la polla de Jorge y noté como palpitaba en mi manita. Bajé la cabeza y empecé por lamerle los huevos. Miré de reojo y mi prima ya tenía la polla de Marcos llena de babas y metiéndosela lentamente en la garganta. "Puta"

Sin perder más tiempo empecé a dejar caer saliva sobre la polla de Jorge y empecé a mamársela con ganas. le apretaba los huevos con una mano y bajaba y subía la cabeza tragándome su polla hasta la mitad mientras la saliva se escurría por la comisura de mis labios y llenaba su polla y sus huevos. Ya os dije que teníamos en casa de mi prima un dildo bastante largo  gordo para practicar las mamadas y teníamos bastante práctica.

La habitación se llenó con los sonidos de nuestras gargantas, los sorbeteos de nuestras bocas y los resoplidos de los chicos aguántando  la corrida todo lo que podían. Miré de reojo a mi prima y me puse cerdísima al ver sus tetazas meciéndose con el movimiento de la mamada.

Poco después Marcos empezó a gemir más fuerte. Volví a mirar a mi prima y vi como sonreía mientras el semen se le escurría de la comisura de los labios recorriendo la polla de Marcos y acabando en sus huevos.

- Vaya, parece que tenemos ganador.- Dije sacándome la polla de Jorge de la boca.

Me levanté y agarré a mi prima de la mano para ponerla en pie a ella también. Busqué su boca y me correspondió besándome con los restos de la corrida de Marcos en sus labios. La lleve a la otra cama de los gemelos y la tumbé boca arriba. Pasé una pierna sobre ella y me tumbé sobre su cuerpo en la postura del 69. Volví a comerle el coño a mi prima un año después mientras echaba la mano hacia atrás para tocar el lateral de una de sus tetazas. Rocio me estaba devorando el coño con maestría y supe que pronto me iba a correr en su boquita. Puse más empeño en mi comida de coño y unos minutos depués las dos empezamos a gemir y a corrernos. Seguimos lamiéndonos la una a la otra y yo levanté la mirada buscando a Jorge.

- ¿Te vas a quedar ahí o vas a venir a reclamar tu premio?

Se levantó como un resorte y vino a subirse a la cama quedando su polla frente a mi cara. La engullí con ansia un par de veces y la dirigí a la entrada de Rocio. Jorge empezó a follársela y mi primita empezó a gemir en mi coño. Lo tenía tan sensible que iba a conseguir que me corriera de nuevo sólo con su aliento. Me incorporé y coloqué las rodillas a los lados de la cabeza de Rocio, me agarré las tetas y miré hacia Marcos con una cara de puta acojonante mientras él se masturbaba de nuevo empalmado desde la otra cama. Pobrecito, todavía tenía que sufrir un poco más.

Jorge se inclinó hacia adelante mientras seguía embistiendo a mi prima con fuerza. Rocio ya no gemía, directamente gritaba en mi coño mientras Jorge empezaba a comerme las tetas. Después me di la vuelta y me tumbé sobre Rocio. Empecé a comerle la boca mientras notaba como la polla de Jorge entraba en mi coño y volvía a salir. Estaba alternando entre los dos coñitos que tenía a su disposición. Joder cómo follaba el muy cabrón. Lo iba a echar mucho de menos.

Nos levantamos las dos y miré a Rocio a los ojos. Llegó el momento. Tumbamos a Jorge y me clavé su polla en el coño cabalgándole con ganas. Rocio se puso de pie arrimando su coño a mi boca.

-¿Cómo vas Marcos? ¿Porqué no vienes y le metes tu preciosa polla a  mi prima en el culo?

Segundos después noté la mano ensalivada de Marcos acariciándome mi culito y la presión de su cipote cuando empezó a ensarta mi agujero libre. Los gemelos se acompasaron y empezaron a hacerme un doblete espectacular. Ya no podía comerle el coño a mi prima. No paraba de gritar de placer mientras aquellos dos machos me reventaban mis dos agujeros. Roció volvió a dejarse caer en la cama y le comía la boca a Jorge. El olor a sexo en la habitación era embriagador.

Después de volver a correrme, me saqué la polla de Jorge del coño y Marcos sacó la suya. Le tocaba a mi primita una buena follada. Esta vez fue Jorge el que se ocupó de su culo tumbado en la cama con mi prima encima de espaldas a él y Marcos follándole el coño de frente mientras se agarraba a sus tetazas. Me sorprendía que Jorge aún no se hubiera corrido. Le habíamos dejado un rato de relax durante el 69 para que bajara su excitación poco después de su mamada pero no esperaba que aún no se hubiera corrido. Poco después de este pensamiento yo estaba con tres dedos dentro de mi coño mirando como reventaban a mi prima y Jorge empezó a resoplar.

- Espera,no te corras!

Al escucharme, Rocio se incorporó y nos pusimos las dos de rodillas en el suelo. Los chicos se pudieron frente a nosotras pajeándose. Nosotras los mirábamos con nuestra mejor cara de puta y las lenguas fuera. Jorge descargó una cantidad de semen espectacular sobre nuestras caras. Soltaba un trallazo en mi cara y cambiaba para soltar el siguiente sobre Rocio. Cinco lefazos después de dejó caer en la cama satisfecho mientras nosotras jugábamos con su semen para animar a Marcos a que repitiera. Aguantó un poco más ya que se había corrido una vez hasta que estalló sobre nosotras. Su carga fue considerablemente menor pero acabamos llenas de semen. Se tumbó en su cama mientras nosotras seguíamos jugando con nuestras bocas de rodillas en el suelo y pajeándonos la una y la otra hasta que nos corrimos.

- Bueno, vamos a ducharnos- Dije levantándome.

- Ve tú, yo no me voy de aquí con un dos a uno.

Se levantó y empezó a mamarle la polla semi erecta a Jorge. En unos minutos ya estaba subida encima cabalgándole con ganas mientras yo sonreía e iba al baño. Estab en la ducha cuando apareció con una sonrisa de oreja a oreja y se metió conmigo.

- Que puta, que rápido.

- He tenido que emplearme a fondo jajaja. Además le he dicho que tenía prisa y que no me desaprovechara jajaja.

- Jajaja que perra estás hecha. Oye, a estos dos tenemos que darles la dirección del piso.

- Me has leido el pensamiento.

Nos depedimos y prometieron venir de Sevilla, donde ellos iban a estudiar, a visitarnos. Mi prima y yo nos despedimos poco después, confirmando la hora en que me recogía en su coche al día siguiente para irnos a Málaga y nos separamos.

Fui a casa de mi tío Jaime para despedirme.

Encuanto abrió la puerta, la cara se le iluminó al verme. Desde que me bañaba estaba mucho más animado, incluso había adelgaado un poco. Entré y le besé en los labios y empecé a subir hacia el baño mientras mi tito me seguía. Por primera vez le pdí que me desnudara. Como todo lo que hacía, Jaime me desnudó con delicadeza, acariciando mi cuerpo y haciéndome estremecer. El taburete ya estaba en la bañera y ocupé mi lugar. Empezó a enjabonarme con sus habilidosas manos mientras me decía lo mucho que iba a extrañarme. Después de secarme le agarré de la mano y lo llevé a su habitación. Allí totalemnte desnuda empecé a desnudarle a él. Lo notaba muy cohibido pero unos susurros y unas caricias y se dejó hacer. Le dije que se sentara en una silla y yo me tumbé en su cama.

- Esta es mi despedida especial para tí, tito. Quiero tocarme contigo. Vamos mastúrbate conmigo, no seas tímido.

Me agarré las tetas y abrí las piernas completamente para que mi tito viera mi coñito depilado en todo su esplendor. Le miraba a los ojos moviendo las caderas sin soltarme las tetas y mi tío empezó a acariciarse la polla. Tenía una polla bastante pequeña pero a mi me encantaba verlo así por primera vez. Bajé mi mano a mi coño y empecé a acariciarmelo. Mi tío empezó a masturbarse con dos dedos mirándo fijamente mi cuerpo desnudo. Mis dedos empezaron a introducirse en mi agujero y con la otra mano me pellizcaba los pezones.

-¿Te gusta tito? ¿Te gusta mi coñito?¿Te gustan mis tetas?- Le decía entre gemidos.

- Dios, Elena, me encatas toda tú.

- Córrete tito. Por favor, quiero correrme viendo tu polla echando leche.

Nunca había usado ese lenguaje con él y se excitó muchísimo. Empezó a resoplar y me corrí viendo su polla eyacular ante la visión de mi cuerpo adolescente.

Nos volvimos a vestir y bajamos a despedirnos. Frente a la puerta nos abrazamos y busque su boca para darle unos besitos cariñosos. Mi tito bajó sus manos hasta mi culito y yo las volví a subir hasta mi cintura. Me estaba gustando tener un maduro un poco sumiso.

- Cuando venga en vacaciones te prometo que vendré a visitarte, tito.- Le dije acariciando su cara.

- ¿Crees que podremos repetir lo de hoy?

- Mmm. Vendré muy temprano y me pasaré el día desnuda contigo ¿vale?

- Estupendo cariño.

- Adios tito.- Me despedí volviendo a besarle.

Estaba llegando a casa cuando me llegó un mensaje de mi padre. Iba a pasarse por el bar. Las piernas me temblaron cuando lo leí. Esta noche me iban a volver a follar.

Al igual que con mi tio, pensé algo especial para papá. Cuando se acercaba la medianoche cogí ya estaba en la cama con mis braguitas de niña y mi camiseta corta. Cogí de la cómoda un plug anal con la base en forma de corazón con crsitales rosa y me lo metí en la boca. Era mi juguete con el que empecé a dilatarme el ano hace poco más de dos años.

Cuando escuché la puerta de casa, me lo metí en el culo, me subí las braguitas y me puse boca abajo fingiendo dormir.

- Hola Cristina. He venido a despedirme.- Dijo al entrar mientras yo empezaba a mojarme.

- Vas a abandonarme putita. Voy a echar de menos tu culito.

Papá me acarició el culo y de repente retiró la mano. Había notado mi juguetito.

Lo escuché moverse por la habitación y se colocó detrás de mi. Empezó a bajar mis braguitas lentamente hasta la mitad de mis piernas.

- Vaya, vaya. Que sorpresa de despedida tan bonita me has preparado zorrita.

Empezó a presionar el plug sobre mi ano mientras yo suspiraba sobre la almohada. Por su voz firme me di cuenta de que papá no había bebido, sólo quería que estuviera preparada cuando llegara. Empecé a escuchar el sonido de su polla pajeándose mientras papi jugaba con mi plug. Poco después lo sacó mientras yo reprimía un gemido con mi almohada.

- Voy a follarme tu culito de puta adolescente.

"Si joder, es todo tuyo"

Mantuve mi cara pegada a la almohada mientras el cipote de papi se abría paso por mi ano. Lo metía y lo sacaba lentamente como siempre que me follaba para mantener la ilusión de que estaba dormida.

"Esta noche no papá"

Levanté poco a poco el culo y fui metiéndome su polla hasta el fondo, entonces comencé a moverme follándome la polla de mi papi.

- Oh, joder Elena, joder.- Suspiraba.

- Me llamo Cristina. Fóllame, cabrón, fóllame con todas tus fuerzas. Revienta mi culito adolescente.

- Si, Cristina, sii. prepárate puta, voy a follarte bien follada.

Papá me agarró de las caderas y empezó a follarme con fuerza. Bajé mi mano y empecé a acariciarme el coño mientras los pollazos de papá me llevaban al paraíso.

- Que puta eres Cristina. Te voy a echar de menos zorra. Me encanta correrme sobre tu cuerpo.

- Eres un puto pervertido. Podría ser tu hija. Vamos sigue así, estoy a punto. Aaaahhh.

Empecé a correrme a lo bestia. Me desplomé en la cama mientras papá seguía embistiéndome. Poco después sacó la polla de mi culo y noté su corrida caliente caer sobre mis nalgas y mi espalda.

Papá me limpió como cada vez. Cuando acabó me incorporé y le agarré de la mano para impedir que se fuera. Se metió en mi cama y dormimod desnudos y abrazados.

Una cosa estaba muy clara. Iba a echar muchísimo de menos mi pueblo.

elenasaga3@gmail.com