Verano

Amante de la lycra,speedos,short de nylon,una de las tantas historias reales.

Verano

Un típico dia de verano, Mar del Plata, con su sol a pleno bañaba las rocas de una playa chica. Tranquilamente ondee la lona para dejarla caer sobre la irregular piedra. Me despoje de la remera y el liviano pantalón, dejando mi cuerpo solo cubierto con un slip de lycra típica malla de natación azul enmarcada por dos pequeñas tiras rojas a los costados. El bronceador comenzó a deslizarce por toda la piel, masajeado suavemente por mis manos. Una vez listo me tendí a disfrutar del sol y seguir acentuando el bronceado de la piel.

Pasados algunos minutos, gire, para de espaldas poder obervar que a cierta distancia, un hombre de unos 30 años largos, sentado frente a mí me observaba. Algo canoso, de cuerpo bronceado, de musculatura definida, movía lenta y suavemente su mano derecha por un bulto amarillo brilloso de lycra.

Mis ojos ya no pestañearon, fijos comían aquel paquete que crecía más y más bajo la tela, dibujando perfectamente. Podía recorrer con la mirada una gruesa cabeza de un tronco igual.

Sin pensarlo mis nalgas se apretaron, friccionando mi ya erecta pija sobre la lona y como traviesa, la cabeza asomo por sobre el borde del slip.

Sin mas con su palma masturbaba por sobre la tela, metío su mano y rápidamente se pajeo sosteniendo sus testículos con la otra mano por sobre el short, libero su tronco y llevando su dedo índice a la boca lo chupo lentamente para bajar a su tetilla que acariciaba, su miembro saltaba intentando liberarce de su opresión amarilla.

El calor de la roca se fundía con mi verga que seguía apretando sobre ella como queriendo penetrar en su dura superficie. Mire a mí alrededor, nadie más, fue cuando decidido me senté y liberando solo parte de mi miembro ensalive mi mano para acariciar todo mi bulto. La lycra azul brillo aun más, esa suave y delgada tela incrementaba más la excitación que sentía al ver como ya frente a mi una venosa y húmeda pija se sostenía por su base con la lycra ajustando y arrugada, apretaba bajo sus bolas.

Los ojos no pestañeaban, fijos uno en el otro dejaban apreciar el delirio de este juego bouyerista.

Sin más se levanto y con paso firme se sentó a mi lado, sin palabra tomo mi mano y pronto esta acariciaba su bulto suave, caliente, latiente bajo esa piel brillosa de fina lycra, me beso con la misma suavidad con que me tocaba mis nalgas y mi verga. Bajo para, en mordisco lamer mis tetillas. Un rayo recorrío mi espalda, los párpados se cerraron y un gemido partío de mi boca.

Loco por los sentidos, sin pensar nada me sumergí sobre su bulto, mi cara se hundía, la lengua lamía, más y más ahogaba la boca en un mar amarillo, el calor emanaba a raudales, saltaba de a momentos su miembro bajo la tela y me detuve, gemí casi en grito. Un dedo pudo abrirce camino y bombeaba seguro en mi ano, ya no podía más y con los dientes le abrí paso a esa roja cabeza que se perdío en jugar con mi lengua dentro de la boca.

_SI…DIOS…!!!.

Fue todo lo que emitío, mientras todo su pedazo se escondía dentro de la boca, la nariz rozaba su bello pubico y en un mismo ritmo dedo y boca bombeaban en partes distintas, en cuerpos distintos.

El placer de sentir el brillo de la tela rozar mi mentón, mis nalgas, todo superaba el delirio y estalle sin tocarme siquiera.

_ACABO…Y con esto, mi cara fue empujada para ser bañada por un chorro hirviente de blanco liquido. Varios espasmos recorrieron su cuerpo y en un largo suspiro, recupero el aire, levanto con su mano mi rostro me beso, abrazándonos luego, para al momento comenzar una charla que nos llevaría a perdernos en lujuria dentro de una habitación de un hotel en Mar del Plata, en un caluroso verano.