Verano
Un encuentro fortuito de un artista con su hermana
Una calurosa tarde de verano en un apartamento de la ciudad, Pablo un joven de 20 años se encontraba en el salón cómodamente en calzoncillos, dibujando en block tamaño Din A 4.
Estaba completamente absorto en sus dibujos tanto que le costó darse cuenta de que su Hermana Mónica, acababa de entrar.
- Buenas tardes Pablo.
- Buenas ─ Respondió este sin apenas apartar las vistas de lo que estaba haciendo.
Mónica que apenas le había oído y viendo sorprendida la indiferencia de su hermano pasó de largo entrando en el baño al tiempo que se la oía gritar. “Me voy a dar una ducha”.
Pablo miro con un poco de indiferencia hacia el aseo lo justo para verla entrar y volvió sobre lo que estaba haciendo.
Después de un buen rato Mónica salió del baño con una toalla envuelta alrededor del cuerpo. Pablo, que no se había percatado, no pudo aventurar que Mónica se le aproximaba. llevada por la curiosidad. “Que es lo que le tenía tan absorbido que lo le permitía ni siquiera devolver el saludo”.
Cuando se acercó lo suficiente como para ver lo que estaba haciendo se sorprendió gratamente y le dijo:
- Me encanta como dibujas.
Pablo sorprendido trato de tapar el dibujo rápido, aunque torpemente. Y le pregunto nervioso.
- ¿Qué haces?
- Intento averiguar qué te tiene tan absorto.
Pablo viendo la reacción de su hermana comenzó a relajarse y dejo que poco a poco se fuera viendo el dibujo.
- ¿No te molesta? – Pregunto preocupado.
- ¿Qué me dibujes desnuda? No para nada además lo haces fenomenal.
Pablo no se podía creer que Mónica viera con tan buenos ojos, que le dibujara. Estaba convencido de que le trataría como un pervertido.
- Aunque para no haberme visto desnuda lo has hecho muy aproximado.
- Me he basado en una foto tuya que tengo en bikini, esta tan ceñido que se puede adivinar que hay debajo. – le dijo mostrándole la foto.
- ¡Pues se te da muy bien! Pero hay pequeños detalles que tu ojo clínico no capta.
- ¿Qué detalles?
Mónica comenzó a señalar diversas partes del dibujo y manifestando “aquí” cada vez que señalaba.
- Esto que te acabo de señalar, Yo no lo tengo así y mis tetas son más bonitas.
- Con esta foto apenas se captan esos detalles.
- ¡Está bien!
Mónica se retiró unos pasos de él y dejo caer la toalla al suelo:
- Mírame bien, porque esto no va a volver a pasar.
La atención de pablo se centró en su hermana que para su sorpresa se había desnudado delante de él. Fue una sorpresa muy agradable que consiguió elevar a la temperatura de la habitación
Desde que cumplieron cierta edad, Pablo deseaba verla desnuda es secreto.
- ¡Joder Mónica! ¡Estas tremenda!
- No será para tanto.
- Si te digo la verdad, estaba deseando verte así.
Pablo se quedo maravillado tanto que dejo caer el lápiz al suelo. Mónica se agacho para recoger y Lápiz para luego depositarlo en la mano de Pablo. Un leve aroma del cuerpo de La chica pareció llegarle, impregnándole de la excitación que ella desprendía.
Mónica una vez en pie hizo un gesto con sus manos llamando la atención sobre su desnudez y con una sonrisa en sus labios pregunto:
- ¿No querías dibujarme?
- Después de ver esto, para dibujos estoy yo.
Pablo Se cubría con las manos el paquete como podía para evitar que se viera lo que acababa de pasar allí. Mónica reparo en ese detalle y sonrió incrédulamente.
- ¡Pablo! ¡Por favor! ¿Se te ha puesto dura? ¡Que soy tu hermana! ¿No te da vergüenza?
Termino de decir colocando las manos mirando al techo, con cara de no creerse lo que estaba pasando.
- Con ese cuerpo ¿Qué esperas? Que me quede tan pancho.
- ¿Tal vez? … que no seas tan cochino.
Pablo dejo el lápiz en la mesa y ojeo ese cuerpo de arriba abajo una vez más y dijo:
- Tal vez lo sea, pero es muy normal cuando uno te tiene a ti por hermana.
Mónica se miró a si misma con cara de incredulidad como quitándose importancia.
- Es un cuerpo de mujer, no veo que tiene de especial.
Pablo señalo nerviosamente en dirección al pecho de la chica y dijo:
- Para empezar ese par de tetas.
- ¿Qué tienen de especial?
Pregunto Mónica mientras se miraba Los pechos con escepticismo a la vez que los sostenía sobre sus manos.
Pablo pensaba que esta, era una imagen que no debería haber visto nunca.
- ¡Joder! Mónica no te toques así ¡Por favor!
Mónica comenzó a balancear arriba y abajo sus senos, rompiéndose a reír como una loca.
- ¿Qué pasa te pongo nervioso?
- Haz el favor de parar ¡Por favor!
Mónica siguió con sus juegos moviendo sus manos rítmicamente para seguir contoneando sus pechos.
Pablo se sentía violento de ver a su hermana hacer aquellos ademanes con las tetas, pero no podía evitar mirar cómo se pavoneaba de sus pechos frente a él.
- ¡Ya está bien ¿no?!
Pablo se levantó de la silla para intentar huir de esa situación que le ponía tan nervioso, pero Mónica se le puso delante bastante cerca para evitar que se fuera.
Al ver que le cerraba el paso Pablo intento apartarla de sí mismo.
Fue solo unos pocos segundos, pero para ambos parecía haber pasado una eternidad Las manos de Pablo acabaron sobre los pechos de Mónica.
Ambos se quedaron en silencio por un espacio de tiempo sin dar crédito a lo que acababa de pasar.
- ¡Vaya! ─ Expreso Mónica. ¿Qué te parece el Mojigato?
- ¡Perdona, Perdona yo no quería!
- No querías, pero bien que me has Sobado las tetas.
Le dijo Mónica se aproximó a él reduciendo el espacio entre ambos, Pablo por miedo a volver a tocarla de forma inapropiada intentaba mantener sus manos lejos de ella.
Mónica recostó ligeramente de lado la cabeza sobre el pecho de Pablo y lo abrazo con fuerza.
De repente Mónica se apartó un poco riéndose mientras miraba a Pablo a la cara.
- ¡No me lo puedo creer!
- ¿Qué pasa?
- Me refiero a que se te ha puesto Dura conmigo.
Sonrojado devolvió la mirada completamente con el rostro inerte sin poderse creer lo que acababa de pasar.
- ¡Perdóname Mónica, pero estas muy buena! ¡No he podido evitarlo!
Mónica dio un gran abrazo a su Hermano y con un voz cálida y cariñosa le dijo:
- No pasa nada, No te preocupes.
Le dijo Mónica.
Mónica se puso en cuclillas frente a Pablo y deslizo sus calzoncillos hasta sus tobillos y agarro firmemente el pene con su mano izquierda.
- Creo que yo tengo tantas ganas como tú.
Mónica se metió la polla de Pablo en la boca y comenzó a succionar con una habilidad que a su hermano jamás se le hubiera ocurrido pensar que tuviera tal habilidad.
- Mónica ¿Qué haces?
Mónica paro por un instante y le miro riendo.
- ¿A ti que te parece?
- Sigue ¡por favor!
Mónica se volvió a meter el miembro en la boca, Sabía muy bien como jugar con su boca provocando el máximo de placer.
Sin saber cómo Pablo había cumplido uno de sus más oscuros deseos sexuales. En un par de ocasiones estuvo a punto de correrse de lo bien que se lo estaba haciendo, pero logro contenerse.
- Bueno ya está bien no, ahora te toca a ti.
Expuso Mónica antes de tumbarse en el suelo del salón, abriéndose de piernas. Pablo Que no era la primera vez que se comía un coño, se sentía como un joven virgen ante una experta mujer.
- Bueno Pablo haber que tal te manejas entre mis muslos.
Pablo enfilo su polla frente a la boca del coño de Mónica y con mucha suavidad la penetro con muchísima facilidad.
Los dos gemían como locos
Aunque pablo siempre había en secreto que los dos acabaran así. Mónica no podía creer que lo que estaba haciendo la pusiese tan cachonda.
Pablo disfrutaba tocándole las tetas mientas la penetraba, a la vez que Mónica se mordía los labios de placer orgásmico.
Pablo metido en aquel ambiente de placer comenzó a sentir ganas de correrse y apenas pudo contenerse:
- ¡Ahhhh! – Grito Pablo.
Mónica al darse cuenta de los que había pasado aparto con un empujón a Pablo tirándolo por el suelo. Se introdujo los dedos en la vagina y se los paso por delante de la nariz.
- Joder – Dijo enfadada. No me puedo creer que te hayas corrido dentro.
- Perdóname no he podido evitarlo, estas demasiado buena y no me he podido contener.
- Tú sabes a los que nos exponemos ¿No?
- Si, me doy cuenta, Lo siento.
Mónica se levantó y miro a pablo a los ojos y justo antes de darse la vuelta le dijo:
- Voy a darme una ducha por lo menos algo hará.
FIN