Ver en la Obscuridad: Cap. 9

Nos Vemos...

-Tengo Miedo -

No he salido de mi habitación desde que entré ayer por la tarde, tampoco he hablado con nadie, ni siquiera con Andrés quien casi tumbó la puerta para que lo dejara entrar.  Todo este tiempo, todos estos meses pensando que era un egoísta y hasta ahora me doy cuenta de que todos a mi alrededor lo son, tal vez sea algo que corre en nuestra sangre, si, esa es una buena explicación, todos son unos egoístas que camuflan sus intereses diciendo que es lo mejor para mi, ¿Cómo pueden saber ellos que es lo mejor para mí? Si ni siquiera se tomaron el tiempo de preguntarme. Mi mamá, es estos momentos siento que la odio, bueno, no la odio, pero no está en los primeros lugares de la lista con las personas que quisiera tener cerca en estos momentos, “Solo quiero lo que es mejor para ti” me había dicho, ¡Si claro! Someterme a todas esas presiones y jugar conmigo, haciendome hacer  algo que no me da ninguna garantía de nada, “Siento que lo tomes así”, ¿Lo sientes? No pareciera, si lo sintieras de verdad no habrías decidido nada sin tomarme en cuenta, ¿Mis sentimientos no importan? ¿Lo que yo quiera? ¡No! Lo único que aquí importa son ustedes que ya están cansados de cargar conmigo y quieren que deje de molestarlos.

Todo comenzó ayer por la tarde cuando llegamos a mi casa luego de que mamá nos reuniera a todos de emergencia. Aparentemente nadie sabía nada, todos estaban igual de confundidos que yo o al menos eso creía, mi mamá fue la última en llegar, se le notaba ansiosa, cuando mi tía al fin la convenció de hablar, hubiese preferido que no lo hubiera hecho pocos minutos después. Mi mamá venia de la clínica donde me trataron luego del accidente, se había reunido con varios especialistas, en diferentes ocasiones por lo que escuché, nunca había dicho nada porque según ella no lo consideraba pertinente, pero ese día, luego de hablar con 6 especialistas distintos, todo fue diferente. ¿Qué lo hizo diferente? Pues, esa mañana en la reunión con mi mamá, los doctores le habían dicho que operándome, existía la posibilidad de que yo recuperara mi visión, si bien no podían asegurarlo, estaban casi seguros que la operación seria todo un éxito y mi mamá sin pensarlo dos veces, aceptó ponerme en mano de los doctores otra vez, no solo aceptó, sino que también pautó una cita para llevar a cabo dicha intervención quirúrgica tres semanas después.

De todo lo que escuché no se qué fue lo que me molestó mas. Primero: estaba el hecho de que hizo todas estas reuniones sin decirme nada, no estaban hablando de cualquier cosa que modificas cuando te cansas de verlo siempre igual, ¡No! Estaban hablando de su hijo, quien era ajeno a todo esto. Segundo: ¿Como pudo simplemente aceptar y programar una operación? si yo, el afectado, no sabía nada. Tercero: ¿Yo no cuento? ¿Yo no formo parte de esta decisión? Lo más seguro es que para ella no. No tomó en cuenta mis sentimientos, ¿ella sabía, si quiera, si yo quería hacer eso? ¡No! Y la verdad es que yo no quería, después de tanto tiempo negándome al hecho de estar ciego, cuando finalmente empecé a aceptarme, me sale con esto. Cuarto: ¿Quién le podía asegurar que yo volvería a ver? ¡Nadie! Ella misma escuchó cuando los doctores le dijeron que no existía ninguna garantía y aun así, aceptó.

···

-Sabes que te odio por convencerme de hacer esto ¿Verdad?

-Y tú sabes que yo te amo cada día más ¿Verdad? –Me preguntó en el mismo tono que yo a él.

-Andrés, de verdad, tengo miedo, no sé si quiero hacer esto.

-¿Miedo? No tienes por qué temer Gustavo, con el favor de Dios, todo va a salir bien.

-¿Y qué pasa si no?

-Bueno… continuaremos como hasta ahora –admitió resignado- y haremos como si esto nunca hubiese pasado.

-Pero el caso es que si habrá pasado, Tengo miedo de que esto no funcione y tengo miedo de cómo reaccione al darme cuenta de que no funcionó.

-Yo estaré ahí para calmarte, hare todo lo que he hecho otra vez si es necesario.

-¿Y no es mejor evitarnos todo eso? Mira, yo ya sé como soy cuando  me frustro, no quiero hacerte pasar por eso de nuevo.

-Y yo también se cómo eres, por lo tanto no dejaré que te pongas así otra vez… nunca –me besó.

-¿Y si no regreso? ¿Qué pasará si no salgo de ese quirófano?

-Eso no pasará.

-¿Cómo puedes estar tan seguro?

-Mi corazón me lo dice –tomo mi mano- toca, ¿Sientes como late? –Colocó mi mano en su pecho- Lo hace por ti, él me dice que vamos a salir bien de todo esto.

-A veces te pasas de cursi con todas esas cosas que me dices. –le dije tratando de sonreír, estaba demasiado nervioso, como nunca lo había estado.

-Es porque tú me inspirar el ser cursi, este amor tan grande que te tengo me hace decirte todo esto.

-Te amo –le solté.

-Te amo –me abrazó- Ven, déjame ayudarte a colocarte esta sexy bata de hospital. –bromeó.

-No te burles, una de las cosas que más odio de hacer esto son estas estúpidas batas. Para que hacen usarlas si al final no cubren nada, por detrás se ve mi trasero y por adelante no hay que hacer mayor esfuerzo para poder ver lo que hay, si mal no recuerdo estas batas son claras.

-Bastante claras en realidad… ¡Hey no te de pena! –se dio cuenta de la reacción que su respuesta causó en mi.

-Me siento estúpido –dije finalmente con la bata puesta.

-Te vez extremadamente sexy –bromeó.

-No me digas que ahora tienes una fantasía sexual de hacerlo con alguien vestido de enfermo –le recriminé divertido.

-Mi única fantasía sexual es hacerlo contigo –me dijo muy cerca del oído.

-¡Hey! Cálmate, este no es el lugar. –dije separándome de él.

-¿Y por qué no? Estamos solos en esta habitación. Al menos mientras no entre mi tía. –se pegó a mi nuevamente.

-Andrés… No. –tenia la piel de gallina.

-Tranquilo, no pretendo hacer nada –me calmó- una de las indicaciones es que tienes que estar totalmente calmado. Esto, muy a tu pesar, tendrá que quedar para después porque sé que cuando estás conmigo no hay forma de calmarte –bromeó.

-Tan modesto como siempre.

-¿Y por que querría ser modesto? Lo que digo es bastante cierto. –me besó- la modestia es algo a lo que recurrimos cuando no queremos hacer sentir mal a alguien con nuestros logros.

-En eso tienes razón –admití.

-Siempre la tengo –bromeó.

-Tengo miedo –dije un rato después.

-No tienes por qué tenerlo. Esto es lo que pasara: Tú, como la persona valiente que eres, entraras a ese quirófano voluntariamente, y yo, estaré allá afuera con mi tía toda la noche, y mañana bien temprano, iré a comprar un arreglo de esos hechos con frutas que tanto te gustan, el más grande en toda la tienda. Y cuando despiertes yo estaré aquí a tu lado, sosteniendo tu mano y peleando con las enfermeras que insistirán con hacerme salir. –esto último nos hizo reír a ambos.

-Sigo insistiendo en que no puedes estar tan seguro.

-Y yo sigo insistiendo en que si lo estoy.

-¿Cuánto tiempo falta? –pregunté resignado.

-Aun nos quedan 45 minutos para estar juntos, bien podríamos utilizarlos de otra manera, pero tú no quieres.

-Sabes que no puedo – me sonrojé.

-Sí, es solo que me gusta molestarte –bromeó.

-¿Puedo pedirte un favor?

-El que quieras.

-Cuida a Estrella por mí, tu sabes, en caso de…

-En caso de nada –me interrumpió- ¡No puede ser! ¡¿Ahora te preocupas por Estrella?! –cambio el rumbo de la conversación.

-Si, como que finalmente le agarré cariño a esa necia.

-Eso es porque es tan necia y en ocasiones tan insoportable como tú –bromeó.

-Yo no soy insoportable.

-Si, en ocasiones lo eres, como ahora por ejemplo.

-Y entonces... ¿Por qué me soportas? –supuse la respuesta.

-Porque te amo –acerté.

-Y yo a ti –le correspondí.

-Viéndolo bien, esas batas son demasiado claritas, deberías taparte, al menos mientras este yo aquí, ten algo de vergüenza –bromeó, luego de algunos minutos en silencio.

-¿Por qué? ¿Me veo muy feo? –le pregunte riendo.

-Todo lo contrario, te ves bien, demasiado bien. Y esa marca en tu pecho te hace ver mejor.

-¿Qué marca? – estaba confundido.

-La que te dejé el otro días, mientras… tu sabes –empezó a reír.

-¡¿Qué?! ¿Me dejaste una marca? ¿Estás loco? ¡Qué vergüenza! – mi respuesta lo hizo reír aun más fuerte.

-¡Cálmate! Tampoco es taaan –No me gustó como enfatizó esa palabra- grande, además, así estamos a mano por las marcas que tú me hiciste con tus uñas en mi espalda.

-¡Eso fue tu culpa! Yo te dije que pararas –le dije ya más calmado.

-Y ambos sabíamos que no lo decías en serio –Él seguía riendo.

Habían pasado ya las tres semanas, y Andrés, como siempre, me había logrado convencer, al fin y al cabo tenía razón en algo que dijo: lo peor que podría pasar es que siguiera estando ciego aun después de la operación, no tenía nada que perder, pero en cambio, si tenía mucho que ganar, por mucho que me negara a admitirlo, en el fondo, quería recuperar la vista para ver a Andrés,  sus sonrisas, sus caras de confusión, la forma en la que sus ojos se agrandan cuando algo le sorprende, pero sobretodo, quería ver en él ese famoso brillo en los ojos que tienen las personas cuando están enamoradas, ese mismo que él me había dicho que tenían mis ojos. Ese día lo pasamos juntos, incluso me quede a dormir con él la noche anterior y ahora estábamos hablando por última vez antes de la operación, que estaba programada para las 11:20pm, al parecer, esa era la única hora donde estaban todos los doctores involucrados disponibles.

-¿Cómo estás? – me pregunto más serio luego de unos minuto, estábamos sentados sobre la camilla abrazados.

-Horriblemente nervioso, es como si algo malo fuera a pasar, ¿sabes?, esa desagradable sensación en la boca del estomago, es como un mal presentimiento.

-Saca todas esas absurdas ideas de tu perversa cabecita –su comentario me causó gracia.

-Es que, no es algo que pueda evitar, estoy a punto de entrar a un quirófano, es normal que me sienta así.

-En realidad falta bastante tiempo todavía, no entiendo porque tengo que salir de aquí tan temprano si la operación es a las 11. Pero se a que te refieres –retomo el hilo de la conversación- es normal, supongo, que te sientas así.

-¿Tú no dices que hay que prestar atención a todas las señales que nos da el universo? –reí.

-Sí, pero tú siempre me dices que no debo interpretar todo como una señal –él estaba calmado- además, eres testigo fiel de que a veces, me he equivocado horriblemente con ellas.

-Sí, pero esta vez, creo que deberíamos prestar atención. Algo me lo dice –mis nervios cada vez aumentaban más.

-Gustavo –puso sus manos una a cada lado de mi cabeza- cálmate, no pasara nada –me besó.

-¿Y entonces para que me voy a operar? –Bromeé.

-Sabes a que me refiero –sentenció.

Estuvimos así, besándonos por varios minutos hasta que entró mi mamá a la habitación, habían acordado que ella estaría conmigo los últimos minutos del horario de visita. Al principio no nos dijo nada mientras colocaba unas cosas en el mueble de la habitación, pero nada podría ser perfecto.

-Bueno, un trato es un trato, me toca a mí compartir con mi hijo, así que Andrés, afuera.

-Pero tía, si quiere yo puedo quedarme en silencio, ni Gustavo me va a sentir –le rogó.

-¡No! Nosotros hicimos un trato, así que ya debes irte, me diste tu palabra –le reclamó.

-Y él la va a cumplir – le contesté yo- Andrés, por favor déjame a solas con mamá –le dije a este con todo el pesar de mi alma.

-Ya escuchaste, vamos galán, afuera. –le dijo mi mamá más tranquila.

-Eh…–me besó- Bueno –tomó mis manos-, nos vemos.

-Nos vemos –Yo apreté con fuerza las de él y le sonreí.

-Andrés… -Escuche a mi mamá regañarlo, el beso mi frente y dejó a mi mamá llevarlo hasta la puerta,  se detuvo antes de salir.

-Te Amo –me dijo.

-Te Amo –contesté


¡Hooooola! ¡Gracias por llegar hasta aqui! ;)

Primero que nada: De verdad lo siento mucho y les pido disculpas por mi pequeño retraso, todo fue debido al problema repentino que les comente en la entrega anterior y que gracias a dios ya logre solucionar.

Ahora, Muchisimas graicias a todas las personas que han leido y seguido mi historia, muchisimas gracias por sus comentarios y criticas, espero no decepcionarlos con el final, que podria ser o no, el clichè que la mayoria espera.

Con respecto al la siguiente entrega, quiero decirles que tratare de publicarla con la misma rapidez que los capitulos anteriores, pero, queria pedirles que si alguno tiene dudas sobre los personajes, y que pasara con ellos, les pido que me dejen un comentario, aqui o en mi correo ( eeergatedijequeno@gmail.com ) para intentar aclararlas en el siguiente cap, el cual serà a modo de capitulo final y epilogo, en este capitulo se contara todo tiempo despues.

¡Comenten, valoren y escribanme! ¡Quiero saber su opinion!

¡Hasta la proxima!

PD: Aurora, como he diho con anterioridad, mi historia tiene su parte de fantasia, aunque no se como seria la reaccion de la familia al enterarse de una relacion homosexual entre dos primos, puedo decirte que conozco varios casos de parejas de primos heterosexuales que son apoyadas o al menos aceptadas xD. Muchisimas gracias por siempre comentar! (Y) ¡Saludos!