Ver en la Obscuridad: Cap. 5

¿Por qué eres así conmigo? No tienes porque hacerlo, si crees que me lo debes, no, no tienes porque hacerlo.

¡Hooola! Aqui estoy con un nuevo capitulo, esta vez me salio un poco mas corto, pero creo que esta bien porque este y el siguiente narran el mismo dia, espero les guste. Tambien quiero informarles que este capitulo completa la primera parte de la historia.

-¿Por qué lo haces?-

Cuando salí de la reunión del grupo ya Andrés me estaba esperando afuera de la iglesia, no me pregunto nada, pero por su risa nerviosa y su respiración, pude adivinar que se moría por preguntarme. Me guió hasta el auto –tomándome de la mano- y cuando estuvimos adentro de este, por fin habló.

-Aunque muero de ganas por saber, no…

-Gracias.

-¿Cómo?

-Gracias, por esto, por traerme a este grupo, gracias por todo, de verdad, muchísimas gracias…

-no me agradezcas –me interrumpió- no es necesario. ¿Qué quieres almorzar? –cambio de tema.

-No sé, la verdad no sé si tengo hambre ahorita, lo que tú quieras para mí está bien.

-¿Seguro? –su voz se escuchó demasiado tierna.

-Sí, tranquilo. Además, no sé porque pero creo que cada vez que salimos comemos lo que a mí me gusta, nunca vamos a un sitio que tú quieras.

-Bueno eso es porque yo como lo que sea, en cambio tú eres demasiado necio con la comida. –dijo de forma divertida, tenía razón.

-si no lo hubieses dicho así, me habría molestado –solté una risa- pero ya en serio ¿Qué quieres comer TÙ?

-Bueno, creo que no te había dicho, pero tengo dos meses en un gimnasio por las noches y una dieta a tiempo completo…

-¿Estas en un gimnasio? –Pregunté asombrado- la última vez que te vi estabas bastante bien –solté de repente- no entiendo para que…

-¡Ya va! ¿Qué dijiste?

-¿Qué? – pregunte confundido.

-“La última vez que te vi estabas bastante bien” ¿Te gustaba como estaba? –me di cuenta de lo que había dicho.

-No me mal interpretes, me refiero a que yo no considero que necesites ir a un gimnasio. –trate de disimular mi descuido.

-aja vamos a creerte –se dio cuenta-  y sí, voy a un gimnasio por las noches, es que me gusta alguien y bueno quiero ponerme “Bonito” para impresionar a esa persona. – Nótese que dijo “Persona” y no “Chica”- pero continuemos, como te decía, el gimnasio no me molesta pero la dieta me está matando –risas- y bueno, si estás de acuerdo me gustaría, no, me encantaría –corrigió- comer pizza hoy.

Luego de 20minutos llegamos a una pizzería muy conocida por las combinaciones de ingredientes en sus pizzas, estaba llena, había gente esperando, pero gracias a las ventajas de ser ciego –sarcasmo- nos dejaron pasar a sentarnos de primero y casi nadie protestó.

-¿Escuchaste como la señora que estaba de primera en la fila insinuó que finges estar ciego? –Andrés estaba muriendo de risas.

-¿en serio? –Yo también reía- no me di cuenta.

-Buenas tardes, ¿Qué desean Ordenar? –nos interrumpió el camarero.

-Tráiganos una pizza grande de carne mechada por favor.

-Ni loco pienses que yo voy a comer eso. –le interrumpí rápidamente.

-¿Por qué? ¿Qué tiene?

-Eso es incomible, ¡Andrés por favor!

-Viste que si eres necio –reímos los dos- traiga entonces una 4 estaciones. –le dijo al camarero.

-pequeña por favor –le indique yo.

-¿Entonces cambio la de carne mechada por pequeña también? –pregunto el muchacho confundido.

-¡No! Esa tráigala grande.

-Ok, en unos minutos les traigo sus pizzas.

-¿Es en serio? ¿Una pizza grande para ti solo? –le recriminé.

-Mira, tengo siglos sin probar una pizza, además el hambre me está matando, no me juzgues. –fingió nostalgia.

Después de su comentario ambos empezamos a reír, luego pasamos los minutos hablando de cualquier cosa hasta que llegaron las pizzas junto a un par de coca colas que Andrés pidió para los 2 –estaba decidido a acabar con la dieta- Andrés hizo –a pesar de la mala cara del muchacho- que nos dieran las pizzas para llevar porque decidió que había un mejor lugar donde almorzar.

Cuando llegamos lo reconocí automáticamente, el sonido del agua en el rio solo podía ser de ahí, solo había un lugar así en la ciudad. Es un parque bastante conocido al que había ido con Andrés en el pasado, en realidad solo había ido una vez, la vez que Andrés cerró -por última y definitiva- el capítulo de Daniela. Caminamos varios metros hasta la que supongo era la “Cabaña” que a Andrés le gustaba, y al llegar pude confirmarlo, esa cabaña estaba al lado de un estanque y se oía a los patos bañarse.

-¡Listo! Llegamos, déjame ir un momento  a comprar otros refrescos porque estos ya están calientes, ¿Vas a querer algo más?

-¡Sí! Que te apures, tengo hambre.

-jajaja ya va, espérame un momento.

Andrés regreso a los pocos minutos con dos malteadas de Oreo porque según él no consiguió refrescos, supe que era mentira porque de tantos kioscos en el parque ¿Ninguno iba a tener? Además él sabía que me encanta esa malteada. Comíamos en silencio,  yo apenas llevaba dos rebanadas de mi pizza y el ya había comido la mitad de la suya, quería hablar con él pero no sabía cómo comenzar.

-¿Cuánto gastaste en las malteadas? –pregunte tranquilo.

-No vas a comenzar otra vez –se divertía- ya te dije que no me tienes que pagar nada.

-A veces siento que gastas demasiado dinero en mí.

-Y es cierto, te antojas de unas cosas… -ambos reímos- pero no me molesta.

-Pero yo quisiera pagarte, al menos una parte.

-Tranquilo, de verdad, no tienes que hacerlo. Me gusta gastar mi dinero contigo. –me dio un pequeño golpe en el brazo.

-No deberías, es tuyo.

-Mira, el dinero se hizo para gastarse, además en algo tengo que gastar el dinero que gano y el que me deposita mi papá en su empeño de tapar su ausencia en mi niñez con dinero.

-Si lo dices así suena hasta bonito –reí- pero no deberías.

-No me molesta gastar mi dinero porque lo gasto contigo y no por ti, fin de la discusión –finalizo divertido.

-¿Por qué lo haces? –comencé nuevamente.

-¿Por qué hago qué? –estaba confundido.

-¿Por qué lo haces? –Repetí- ¿Por qué eres así conmigo? No tienes porque hacerlo, si crees que me lo debes, no, no tienes porque hacerlo. –le solté sin pensar.

-¿Disculpa? –él sabia a que me refería.

-Quiero decir, quiero saber por qué haces todo esto, porque te tomas esto, mi situación, ¿por qué te lo tomas tan personal? Sé que crees que debes hacerlo por lo que paso hace unos años atrás, pero no estás obligado, siéntete libre de dejar de hacerlo cuando quieras. Si yo te ayudé en su debido momento fue porque quise y porque me preocupo por ti, no para que luego me debieras un favor. De verdad, mira yo se que tu no lo haces con esas intenciones pero no puedo evitar sentirme exageradamente bien cuando estoy contigo y mal cuando no lo estoy, no quiero creer cosas que no son y….

-A ver –me detuvo- Primero que nada, saca todas esas absurdas ideas de tu perversa cabecita. –Soltó una pequeña risa-  Si yo hago todo esto es porque me nace hacerlo, no me siento obligado a nada. Si bien antes de todo esto, antes del accidente, cuando comencé a invitarte a salir conmigo y mis amigos, fue porque mi tía me pidió que aprovechara nuestra cercanía para hacerte salir un poco más, pero eso no duro mucho, seguí haciéndolo porque me gusta, me gusta pasar tiempo contigo. Tardé en darme cuenta por toda la confusión que la muerte de Daniela causó en mí, cuando me hiciste, –hizo una pausa- cuando me obligaste a salir del encierro de 3 días que llevaba y entre los dos escribimos esa carta donde le decía a Daniela como me sentía, y le reclamábamos todo lo que hizo, y que luego vinimos y quemamos en esta misma cabaña, me di cuenta de todo.

-Andrés, no…

-¡Déjame terminar! –Me calló- Aunque me di cuenta, no quise hacer nada porque lo que me pasaba no era posible, no podía ser posible. No dije nada y preferí continuar con nuestras vidas porque consideré que era lo mejor, pero la noche del accidente, cuando pensé que podía perderte, cuando no sabía si saldrías vivo de ese quirófano, me decidí a hablar contigo, sin importar tu respuesta tenía que decírtelo, pero luego comenzaste con tu mala actitud, y te comprendo, es perfectamente normal que te cerraras así luego de lo que te pasó, pero cuando llegó el cumpleaños de mi tía y me dijeron que no había salido ni un solo día de tu habitación, no pude soportarlo y por eso te traté como te traté, por mi cabeza pasó que tal vez querías hacer lo mismo que ella, pensé que querías hacer lo mismo que Daniela y no puede soportar la idea.

-Yo no creo…

-Gustavo, por favor. Déjame terminar. Esa tarde cuando te vi, si bien me asuste por la sangre en tu mano, me sentí profundamente feliz y orgulloso de ti, en ese momento supe que valía la pena seguir luchando contigo, por ti. Cuando te lleve a la heladería, me sentí feliz de saber que gracias a mí, estabas sonriendo. Aunque a veces te comportas grosero, al punto de ser insoportable, yo siempre estaré aquí, no porque te deba algo sino porque quiero, ¿Entiendes? Lo hago porque quiero.

-Andrés…

-Gustavo ¡Cállate! –Me sorprendió su respuesta, debo admitirlo- Mira, yo siempre he creído que las cosas pasan por algo y aunque me he equivocado varias veces con algunas señales que me da el universo –ambos reímos-, estoy completamente seguro de que esta señal es la correcta. No sé qué sería si no hubiera sucedido lo de Daniela, pero creo que tal vez, por triste que sea, creo que tal vez fue algo que tenía que pasar para que esto sucediera. Si no hubiese sido por todo eso, no habría notado la maravillosa persona que eres, y lo maravilloso que me hacer ser a mí. Esto es algo que ni por ella sentí, solo cuando estoy contigo me parece flotar, lo siento si no te gusta, se que odias todo lo cursi, pero así me haces sentir. Gustavo, date cuenta, me gust…

-Andrés no te entiendo…

-Supongo que el accidente dañó un poco más que tus ojos –bromeó- ¿acaso eres tonto? ¿Todo esto que te he dicho y no puedes sumar 2+2?... ¿Cómo lo digo? –Pausa- ¡Ya sé! Tu pregunta inicial fue “¿Por qué lo hago? Pues… -pausa- Lo hago porque Te Amo.


En los comentarios de la entrega anterior me preguntarion que si esta historia es real o no. Pues, podria decir que es mitad y mitad, algunas de las cosas que escribo me han pasado a mi o a personas que conozco, es decir, algunos de los personajes si existen.

¡Gracias por leerme, comentarme y valorarme!

Descarga este capitulo mas un pequeño adelanto del siguiente en a-venezuelan-guy.tumblr.com