Ver en la Obscuridad: Cap. 4
Gracias por dejarme hacer esto por ti...
¡Hola! Aqui estoy otra vez con una nueva entrega. Este capitulo se basa mas en Gustavo que en la relacion de este con su primo, de todas formas, este cap. abre el camino para lo que pasara despues.
Muchisimas gracias por leerme. Gracias por sus comentarios, de verdad los aprecio. Con respecto al comentario de Albany en la entrega anterior: creo que se porque lo dices, eso fue un error de transcripcion, la verdadera palabra era "Colocas", me disculpo por eso y te doy las gracias por hacermelo saber. Ahora si, el 4to capitulo:
-Agradecido-
Desde el episodio de la heladería, mi trato con Andrés iba cada vez mejor, en más de dos semanas me había visitado casi todas las noches, solo había faltado dos veces y los fines de semana porque me visitaba en el día. Incluso llamaba a la casa para hablarle a mi mamá y preguntarle cómo estaba yo, mi mamá trataba de disimular y no decirme que era él para que no me molestara por la cantidad de atención que ponía en mí, pero solo bastaba con levantar cualquier otro de los teléfonos que hay en la casa sin hacer ruido para saber con quien hablaba y de que.
Mi relación con todos iba mejorando, hasta con Alberto, con quien me disculpe de forma sincera, ahora que lo pensaba con la cabeza fría el no tuvo la culpa del accidente, porque eso fue, un accidente, por lo tanto tampoco merecía los insultos y groserías que le había dicho –gritado- en los primeros días post-accidente. Gracias a la mejora de mi comportamiento, mi familia estaba unida otra vez, ya que mi hermana Diana había dejado de venir todos los días por todos los desplantes que le hacía a Alberto.
El domingo por la tarde, fuimos a una comida en casa de mi tía Marta. Aunque todo fue muy agradable y lo disfruté bastante, hubo algo que me dejó pensando, en realidad fue un simple comentario hecho por mi mamá, pero gracias a mi mala costumbre de pensar demasiado las cosas, dicho comentario tuvo toda la semana en mi cabeza, me tenia pensando cosas que podrían o no ser ciertas, y sinceramente esperaba que fueran mentira. Mientras comíamos y hablaban de la notoria mejoría en mi humor, mi madre dejo entrever que lo que Andrés estaba haciendo por mi era devolverme un favor, como yo lo había animado a él en el pasado, ahora le tocaba a él hacer lo mismo conmigo. Si bien fue un simple comentario, este podrá ser absolutamente cierto, aunque mi relación con Andrés era buena, ciertamente él no tenía porque hacer todo esto por mí, existía -aunque fuera pequeña- la posibilidad de que Andrés estuviera pagando una deuda que él creía que tenía.
El viernes por la noche, antes de irse, Andrés me dijo que quería llevarme a un lugar –no dijo dónde- y que por favor estuviera listo a las 11am del día siguiente, que ya él había hablado con mi mamá y ella estuvo de acuerdo.
Tan puntual como siempre, a la hora prometida estaba tocando la puerta de mi cuarto, le pregunte como había entrado a la casa porque mi mamá y mis hermanas no estaban -ellas salieron temprano a hacer mercado-, él me contesto como si fuera la pregunta más estúpida del mundo, diciéndome que mi mama le había dejado la llave en el matero de la entrada. Aunque cuando llegó ya lo había hecho, insistió en peinarme nuevamente con la excusa de que yo no lo había hecho bien, luego me tomo de la mano y me llevó hasta el carro, donde por supuesto me ayudo a subirme.
A mitad del camino a donde me llevaría, paramos a desayunar, me sorprendió el hecho de que él ordeno por los dos y supo elegir entre todas las opciones del menú, la que más me gustaba. Comimos casi en absoluto silencio, le notaba nervioso, demasiado en realidad. Sentía que quería decirme algo, pero no se atrevía.
-Ok, ¿Qué te pasa? Algo te pasa, hasta yo lo noto.
-Es que, no sé cómo decir esto, creo que te molestaras conmigo. –dijo pensando que de verdad eso era posible.
-Si no me dices, no podre molestarme o no contigo. –trate de parecer relajado aunque me estaba poniendo nervioso.
-Verás –Ja!- no te había dicho nada porque quería darte la sorpresa, pero tampoco quiero llegar allá y que a ti no te guste y que te pongas mal, y que luego el sorprendido era yo.
-Andrés, primero que todo tienes que calmarte, ¿A dónde vamos?
-bueno, esta semana estuve investigando un poco, sé que hay muchas cosas que tu no dices, sobretodo porque te empeñas en creer que ninguno de nosotros –refiriéndose a mi familia- puede entenderte, creí que quizás esto podría ayudarte y bueno…
-Por favor –interrumpí- al grano, me estas poniendo nervioso.
-Eh… no tienes que ir si no quieres, no es mi intención obligarte, pero me puse en contacto con una iglesia –yo odio las iglesias-, se que no te gustan –recordó- pero esto podría ayudarte Gustavo y sabes que yo..
-Está bien, Iré.-Conteste sin pensar, él estaba demasiado nervioso y tenia que calmarlo.
-¿Ah?
-Iré –dije seguro, bueno, aparentando estarlo.
-No tienes que ir si no quieres, nadie puede obligarte.
-no tienes que obligarme, voy a ir. Mira, no sé cómo o porque lo haces pero todas las decisiones que has tomado con respecto a mí, han sido buenas decisiones y si pensaste que esto me será de ayuda es por algo. Iré –repetí.
-Gracias –se escuchaba contento- de verdad gracias por dejarme hacer esto por ti… y si te es de ayuda, el grupo no es dentro de la iglesia como tal sino en un pequeño patio trasero de esta.
-Gracias a Dios. –este comentario nos dio risa a ambos.
-Entonces vamos, comienza a las 12 y ya vamos algo tarde.
Regresamos al auto y continuamos nuestro camino a la iglesia. Hablamos poco pero pude notar que él estaba aun nervioso. Le dije que no tenia porque estarlo, que yo de verdad quería hacerlo y por lo visto eso lo calmó. Llegamos a la iglesia y el me acompaño guiándome hasta el lugar donde se reunía el grupo, pero cuando llegamos una señora nos detuvo y le dijo que él no podía pasar, solo yo. Por un momento dudó, lo calme nuevamente recordándole que estaba bien, pero que por favor no se alejara mucho, él me dijo que me esperaría en una pequeña plaza que esta frente a la iglesia.
-¿Me podrías decir tu nombre? –me preguntó la mujer que nos separó en la entrada, luego de decirle mi nombre y apellido, esta pegó un papel sobre el bolsillo de mi camisa, al lado izquierdo de mi pecho. –Ven conmigo, vamos a sentarte en una silla, ya estamos por comenzar.- Acto seguido la mujer comenzó a hablar en voz alta para que todos los presentes la escucharan –Bien, Primero que todo: Buenas tardes. Hoy, como se darán cuenta, tenemos a una nueva persona acompañándonos, él es Gustavo y es invidente, por lo que no puede leer sus nombres, así que les pediré que se presenten y le den la bienvenida.
-Bienvenido Gustavo –dijeron todos casi al mismo tiempo. Pedro, Alejandro, John, Verónica y Mariana fueron algunos de los nombre de todas las personas que se presentaron, en total fueron 11.
-Bien, por ser nuevo, no vamos a pedirte que comiences, al contrario, vamos a mostrarte como lo hacemos y si te sientes cómodo puedes hablarnos de ti. –me dijo la mujer que supongo era la coordinadora del grupo- Alejandro, quisieras comenzar el día de hoy contándole tu historia a Gustavo.
-Claro, bueno veamos… Ustedes ya me conocen pero él no –se refería a mí- así que me presentaré. Mi nombre es Alejandro Lara, tengo 20 años y soy un ex atleta, solía practicar natación y correr algunos maratones para ser más exacto. El año pasado tuve un accidente en una moto, perdí el control y caí, una camioneta le paso per encima a una de mis piernas y debido a eso, al mal estado en que quedó, tuvieron que amputármela. Fue mi pierna Izquierda de hecho. Los primeros meses para mi fueron horribles, me sentía solo e inútil, creía que nadie podía comprender mi situación –mira que novedad- algunas veces hasta pensé en suicidarme, pero gracias a dios y a una maravillosa chica que ahora es mi novia, no lo hice. Aunque me encantaría tener mi pierna, no la tengo y no hay nada que pueda hacer, solo puedo tomar lo positivo de esta experiencia y seguir adelante, además si todo esto no me hubiera pasado no hubiese comenzado a pintar, puedo decir que soy bastante bueno con la pintura, deberías ver mis cuadros algún día –Me dijo, olvidando mi condición- ¡Disculpa! –Su voz denotaba vergüenza.
-Tranquilo, con el tiempo uno se acostumbra, además si le pasa a mi familia que me ve todos los días, como podrías evitarlo tú que me conoces recién, Continua tranquilo. –le dije tranquilamente, pero su comentario si me incomodó un poco.
-¿Seguro? –Asentí- Bueno, como decía: si ese accidente no hubiese ocurrido, yo jamás me habría tomado tiempo para pintar ni dos rayas –soltó una risa- y nunca me habría dado cuenta de que soy bueno en eso. Lo que quiero decir con esto es que siempre hay un lado positivo, todo lo malo trae algo bueno, a veces tarda pero siempre llega.
-Gracias por tu intervención Alejandro –lo interrumpió la señora del principio- espero le hayas escuchado Gustavo. ¿Quién quiere seguir? Momento…. ¡Tú! Mariana, continua tú, tu historia tal vez le interese a Gustavo.
-Ok, Mi nombre es Mariana Alvarado, tengo 18. Primero, tengo que decirte que ya no vengo buscando apoyo sino a apoyar, a intentar motivar a los demás con mi historia. Hace 7 años, estaba de vacaciones con mi familia en una cabaña, una noche se fue la luz y accidentalmente olvidamos apagar una de las tantas velas que encendimos, esa vela al parecer quedo muy cerca de una cortina y ahí fue donde comenzó el incendio, perdí a mi mamá esa noche. Luego, algunas semanas después, una tarde mi papá estaba friendo algo en la cocina, llamaron por teléfono y como él fue a contestar yo quería ayudarlo, busque una silla y me subí en ella para ver lo que se freía, pero tropecé el mango del sartén y me cayó el aceite encima, en una parte de la cara y el pecho, los doctores dijeron que la quemadura más grave fue en el pecho y debido a su gravedad mi seno derecho no se desarrolló más tarde cuando llego la pubertad. Entonces rellenaba el lado derecho de mis sostenes con papel o tela, pero un día en la clase de deportes en 2do año de secundaria me desmallé, y cuando unos compañeros intentaron ayudarme se dieron cuenta del relleno en mi sostén, a partir de ese día todos en el liceo se burlaban de mi y las que decían ser mis amigas me dejaron porque les daba pena. Tenía 13 años cuando paso todo eso, a diferencia de Alejandro yo si intente suicidarme una vez, tomando las pastillas para dormir de mi papá. También me cortaba: Muñecas, antebrazos, piernas, lo que fuera. Sentía que ese dolor físico ayudaba a calmar el dolor emocional. Gracias a Dios llegue a este grupo de apoyo que hizo más por mí que todos los psicólogos que me vieron, ahora tanto tiempo después puedo ayudar a personas con mi historia y además colaboro aquí en el grupo de ayuda como ayudante de Eliana –la coordinadora-.
-Y te agradezco por eso –la interrumpió Eliana- Ahora… ¿Quién quiere continuar?
-Yo –intente sonar seguro pero la voz no me salió.
-¿Disculpa?
-Yo, quiero hablar yo, claro, si me permiten.
-Por supuesto, pero ¿estás seguro?
-Si –ahora si soné seguro.
-ok, entonces adelante, somos todo oídos.
-Eh… Hola –comencé- mi nombre es Gustavo Flores, tengo 17 años. Hace casi tres meses, a causa de un accidente de tránsito perdí la visión, supongo que me golpee demasiado fuerte, la verdad no sé, no he querido preguntar la causa exacta de mi ceguera. Al igual que todos ustedes, los primeros días la pase bastante mal, no quiero decir que ahora este de maravillas pero voy mejorando, esto es algo que tarde o temprano tenía que aceptar y bueno, ahí voy tratando de acostumbrarme. No sé si es correcto que diga esto aquí, pero yo nunca he sido muy cercano a dios, mucho menos en días anteriores, cuando me la pasaba recriminándole el porqué si habíamos varias personas en el carro, el único dañado fui yo, le reclamaba porque a los demás simplemente los golpeo y a mí me quitó la vista, incluso llegue a pedirle que me devolviera mi visión y se la quitara a algunos de los que estaba conmigo en el accidente. Sé que están pensando en lo egoísta que soy, y está bien porque tienen razón, no solo por mis pensamientos sino por mis acciones, estaba decidido a amargarme yo y a toda mi familia, especialmente a mi cuñado, a quien culpaba de mi ceguera ya que él iba manejando. Ahora con la cabeza más clara y mis pensamientos más calmados, me di cuenta de lo mal que estaba y poco a poco voy tratando de arreglar lo que hice.
-Se que mencionas no creer mucho en ÉL, pero ¿no te parece que deberíamos agradecer el hecho de que ya estás bien? Es decir, agradecerle por aclarar tus pensamientos y además por permitirte estar aquí con nosotros, haber perdido la vista es pequeño comparado con lo que pudo haber pasado. –me interrumpió Eliana.
-Sí, bueno… supongo que sí. Pero me gustaría agradecerle no solo él, sino también a Andrés, el muchacho que me está esperando allá afuera. Siento que sin él no podría soportar todo esto, él para mí es como la novia de Alejandro –Dije señalando a donde suponía que estaba este- a Alejandro, su novia lo ayudo a eliminar todos esos pensamientos suicidas, pues a mi Andrés ni siquiera me permitió tenerlos. Aunque por momento estuve realmente molesto con el por su forma de tratarme, ahora veo que lo hacía porque era la única manera de hacerlo. Por eso estoy buscando especialmente la forma de agradecerle a él por todo lo que ha hecho por mí, gracias a él vine hoy a este grupo, cosa que debo agradecerle también. No sé porque me está ayudando, sinceramente eso ya está dejando de importarme, pero le agradezco que lo haga.
-Se supone que no debería decir esto porque estamos en una iglesia –empezó a decir Eliana-, pero yo como creyente, creo que dios nos ama a todos sobre todas las cosas, el amor es amor, no importa de dónde o de quien venga. Pudo decir que para todos aquí están claras sus razones y espero que para ti también, pero si no lo están, escucha: Amor, esa es la razón. Por lo que comentaste se puede ver que ese muchacho te ama y por el brillo en tus ojos, sumado al rubor de tu cara, se nota que tú a él también, felicidades por eso. El amor es la base de todo, en este caso del apoyo de Andrés hacia ti. – hizo una pausa, supongo que lo del color en mis mejillas era cierto porque podía escuchar comentarios (muy bajos) sobre esto. Por un momento pensé en decirle que Andrés es mi primo y que por eso no era posible tal cosa, pero para que negarlo: me gusto escuchar eso que dijo, en el fondo quería que lo que dijo Eliana fuera verdad- Además –continuó- imagino estar en lo correcto al decir que lo hago en nombre de todos, quiero felicitarte.
-¿Felicitarme? ¿Por qué? –la interrumpí.
-Sí, te felicito porque aunque no lo creas, haz avanzado bastante rápido. Muchos, no solos los que estamos aquí presente, tardamos meses, incluso años en hacer lo que tu lograste en apenas unas semanas. Pararte aquí, hablar abiertamente con nosotros y sobretodo admitir tus errores no es un paso fácil, me atrevería a decir que es lo más difícil de todo.
-Pero no he sido yo solo, es decir, si yo estoy aquí, no es por mí, es por toda la ayuda que me ha dado Andrés.
-¡Exacto! Y por eso es que te felicito, te repito Gustavo, todo esto que estás haciendo, es algo que necesita bastante tiempo, tú lo has hecho en tan poco, el simple hecho de estar aquí y admitir todo esto, pero sobretodo, admitir que sin ayuda… Es decir, decir en voz alta que necesitaste y que aun necesitas ayuda es un gran logro, pero, aunque sin dejar de tomar en cuenta todo lo que te he dicho, hay algo mas por lo que debes sentirte muy orgulloso: te estás dejando ayudar. Ya verás que con esa actitud, la vida comenzara a sonreírte muy pronto.
¡Gracias por llegar hasta aqui!
En http://a-venezuelan-guy.tumblr.com/ puedes encontrar este capitulo para descargar, mas un pequeño avance del siguiente, esta vez -creo que- el avance dice mucho del siguiente capitulo.
Comenten y valoren.
¡Hasta la proxima!