Ventosa 6. Sentada en la mesa con piernas abiertas
Mayka vuelve con sus juguetes.
Amaneciste revoltosa, como casi todos los sábados desde que estábamos viviendo juntos. No paraste de moverte en la cama hasta conseguir lo que deseabas o lo que buscabas que realmente te he acostumbrado muy bien a los buenos placeres. Querías tu sesión de mañana sexual con una buena comida de tus pezones, bajando a tu estómago y acabando donde siempre me regalas tu primer zumo de mujer, ese jugo interno que hace que me ponga casi las pilas de inmediato, mientras tú no parabas de usar tus manos en mi entrepierna, despertando de un sueño placentero con esa manera tan enérgica que sabes hacerme hasta desear ser el mástil que te penetre hasta arrancarte tus primeros gemidos y jadeos.
Mayka estaba como todos los sábados bastante ardiente, bueno realmente estaba todos los días del año, no hacia falta que fuera fin de semana, pero como la vida no es tan maravillosa para estar a todas horas follando, aunque para ella así fuera posible hacer realidad dicha acción, pues entre el trabajo y las obligaciones diarias, apenas les daba tiempo para que tuvieran sus momentos intimos de cama como muchas otras parejas u otras personas del mundo, pero era llegar el fin de semana y su amante y fiel compañero de cama, desde que ella decidió que viviera con ella pues la acostumbro a tener sus partes intimas bien definidas. La primera y era sagrada, ya que siempre había que hacerla como buen ejercicio matutino, era el sábado. Empezando por una relajante pero enérgica acción sexual, como antes nos han comentando. Luego, tras hacer las cosas de la casa por ambas partes, tanto limpieza conjunta, como poner lavadoras, planchar (siii, todos planchamos, aunque algunos no sepan nada del tema, pero ante todo no hay una posición más provocativa tanto para el hombre como para la mujer que la plancha, porque al estar de espaldas o con la espalda descubierta y haciendo esas poses que aunque no sean provocativas sexualmente hay que pillarles el toque sexual donde se pueda y pasar una mano ligeramente por el muslo o por el cachete acompañado de una frase bastante caliente puede hacer que la plancha se enfríe más que el cuerpo que recibe tanto la caricia como la frase) y cualquier otra obligación casera que siempre se deja para el fin de semana, por tanto, ella, Mayka, tras su maravilloso despertar tuvo la idea que siempre ha querido hacer y era reventar el planchado o el momento maldito con una hermosa y lujuriosa ensalivada de rodillas delante de él, a través de la tabla de planchar y sin que pueda concentrarse mucho en esa tediosa obligación, aunque también lo puede hacer el hombre a la mujer, ya sea por delante o por detrás, simplemente con que abra las piernas es suficiente para que tenga un rico y delicioso manjar entre las piernas, pero Mayka quería hoy tener a su chico completamente excitado todo el día, por eso, sin cortarse un pelo, se puso de rodillas enfrente de él. Aunque la posición de ella era algo complicada hay que tener en cuenta que la mesa de planchar no era la típica en forma de X sino que era de cuatro patas, por tanto para ella incluso era perfecta para hacer lo que quería.
Mayka sabía que aunque él estuviera pendiente de toda la ropa para planchar no la perdía de vista, principalmente porque aparte de estar completamente desnuda y yendo de un lado para otro de la casa, también sabía que de reojo él sabía en todo momento donde se encontraba ella, por eso cuando se puso de rodillas frente a él y al poner sus manos en el suelo sin perder la vista fijada en la parte que si dejaba ver esa mesa de planchar pues ese hombre sabría que iba ha hacer esa mujer. Sobre todo cuando empezó a gatear a pasos lentos y contoneando todo su cuerpo como si fuera una felina que se adentra en un matorral esperando a que su presa se despiste para atacarle. Ella se puso debajo la mesa de planchar en donde estaba el montón de ropa y la plancha. Enfrente tenia las piernas de ese hombre, su hombre, que iban a ser la presa de ella en breves instantes. Él sabía que ella no estaba debajo de la mesa para mirar las patas y ver como estaba compuesta, sino que tramaba algo bastante excitante, pero no se quito de su posición.
Cuando noto como las manos de ella empezaban a tocar sus tobillos le entraron como un cosquilleo bastante agradable y entonces paro de planchar esa camisa de ella, la cual si no estaba atento podría incluso estropear, y no hay cosa peor en la vida que destrozar una ropa de una mujer, sobre todo si es la que le has regalado y se la pone siempre como recuerdo de ese objeto y esa persona. Por ello, cuando noto las manos de ella suavemente acariciar sus tobillos, separó de la plancha esa camisa, incluso apago la máquina y la dejo en su cubículo para reposar todo el calor que estaba desprendiendo. Aunque ahora el calor lo tenía en sus tobillos y empezaban a subir por sus muslos a la par que subían las manos delicadas y calientes de esa felina. Cuando llego a sus rodillas y noto como ambas manos entraban dentro de esos pantalones cortos que llevaba puesto dicho hombre, él ya sabía que cualquier movimiento que hiciera sería la perdición suya, ya que la felina atacaría rápidamente sobre su presa y en estas cuestiones es mejor quedarse quieto e ir notando como van surgiendo los acontecimientos.
Mayka salio de su escondite y se sentó justo entre medias de las dos piernas de él. Sabía que no le podría ver pero ella tenía ante sí ese ejemplar a su entera disposición, con sus manos metidas dentro de ese pantalón corto, acercándose sigilosa y lentamente sobre esa presa que incluso empezaba a tener ya efectos de que deseaba crecer. Ese método nunca le fallaba a ella y era lo que quería, que su presa se pusiera incluso algo nerviosa y creciera ante lo que se avecinaba. Por eso cuando ella acerco su boca (no para oler el miedo que estaba practicando sino para sentir ese crecimiento) fue cuando lentamente acerco sus dientes a esa parte del hombre que ya empezaba a crecer y pronunciarse y entonces cuando él noto esos dientes de la felina sobre su parte erguida solo pudo soltar de su boca un gemido. Para ella era su victoria, esa alarma en la cual sabía perfectamente que estaba entregado al placer del miedo. Él sabía que después de esa pequeña incisión de unos dientes que ya sabía como mordían iban a tener otro disfruto que le encantaba experimentar. Pero ella hoy estaba juguetona por lo que separó su boca de su presa. Saco las manos del interior de ese pantalón corto y salio de entre las piernas de ese hombre que seguía erguido e inmovilizado. Presa del miedo placentero que se le escapaba de nuevo. Maika se levanto y dando una palmada en ese precioso culo que tenía casi comprimido y erguido, se alojo de ese hombre que estaba con una tremenda erección y sin corta ni perezosa se alejo hacia el salón con alguna que otra risa. Había conseguido su objetivo. Distraer su tarea y que estuviera pendiente de ella.
Cuando el hombre pudo volver a su tarea de planchar y tras comprobar que esa erección había disminuido pensó en como devolver ese extraño ataque sin llegar a completar por esa mujer que hoy estaba realmente divertida y alegre, por lo que sin oír nada de ella durante unos instantes quiso comprobar que era realmente lo que estaba haciendo o tramando, por eso fue al salón y esto fue lo que vio ante sus ojos atónitos.
Mayka sentada en el extremo de la mesa del comedor, de roble macizo.
Totalmente desnuda.
Con sus piernas abiertas y apoyadas ambas en el cojín de dos sillas.
Enseñando su cuerpo totalmente expuesto.
Mirando a su presa con cara de vicio.
Sacando su lengua de su boca y relamiendo sus labios.
Sus manos estaban apoyadas detrás de sus muslos, en la mesa.
Vamos, que ella le estaba enseñando toda su delantera, abierta y esperando a que su presa llegará y atacará.
El hombre se quedo con sus brazos en jarra viendo el espectáculo que su amiga, amante, amada, compañera y actual pareja le estaba brindando, por eso, cuando ambos quedaron quietos mirando sus cuerpos fue cuando sin esperar ninguno de los dos salto esa chispa que solo salta cuando el encuentro está tan cargado que solo una mirada dice todo.
La mirada de Mayka hacia su chico decía que deseaba que la devorará, pero antes que comprendiera porque estaba en dicha postura.
La mirada de aquel hombre decía que ella hoy quería tener guerra sexual, tanta guerra que todo lo que hiciera él por impedir dicha lucha de sexos sería motivo para que ella distrajera su atención.
Mayka movió un poco su cadera e incluso saco un poco su sexo y entonces levanto ligeramente y a escaso un centímetro de la mesa su cuerpo y vio como tenia algo metido en su vagina. Era la ventosa que siempre jugaba antes, durante y después de tener sexo con su chico. Pero estaba completamente metida dentro de ella, y estamos hablando de una ventosa que medía más de veinte y cinco centímetros. Con una base simulando los testículos del órgano sexual del hombre y con un espesor de unos dos centímetros, que se perdía dentro del cuerpo de ella.
No es que fuera asombro ver como el cuerpo de esa belleza de la naturaleza se tragaba semejante juguete sexual sino la posé en la que ella se encontraba, exponiendo todo para que él no pudiera resistir sus impulsos animales y más después de haber atraído toda su atención, por lo que se acerco a ella y sin decir nada, acerco sus dedos a los labios de ella. Metió tres dedos dentro de su boca, porque ella abrió para saborear lo que le estaba introduciendo. Con la otra mano acerco sus dedos a los labios que estaban completamente mojados y acariciando el clítoris, le apretó suavemente para que ella empezará a gemir del placer que esos dedos, de ambas manos le estaban trasmitiendo. Ya no eran el miedo de antes, ahora estaban completamente llenos de pasión, de deseo, de provocación y más cuando separando los dedos del clítoris recibió ella ese azote que le hizo pegar un pequeño salto en esa mesa, por lo que al dejar la mano pegada a ese clítoris hinchado hizo que el cuerpo de ella pudiera bajar y tragarse de nuevo ese juguete que la estaba taladrando por dentro. Ella, cuando recibió el azote que no se lo esperaba, aparte de pegar ese salto también hizo que su mandíbula se cerrara e hizo que los dedos se quedaran dentro, pero él bajo un poco su mano y así abrió la boca de ella y sacando los dedos que tenían marcados tanto los dientes de su dentadura de arriba como de abajo, no se lo pensó dos veces y le azoto ambas tetas, una vez rápida y casi de refilón en ambos pezones y luego con toda la mano cerrada en ambas tetas, hasta que los pezones se pusieron tan duros como los diamantes que siempre tenia cuando estaba a punto de tener el orgasmo.
Volvió a meter su mano dentro de la boca de Mayka, solo tres dedos, ya que cuatro era algo doloroso y forzaba la comisura de su boca. Volvió a pellizcar ahora el clítoris con más intensidad. Ella sabia perfectamente que le tocaba hacer y era recibir de nuevo un azote, pero no sabia con que intensidad vendría esta vez aunque deseaba que fuera incluso más fuerte o brusco que el anterior.
Cuando noto como los dedos dejaban de pellizcar su órgano sexual abrió incluso más sus piernas para recibir su premio y así fue como recibió el azote que sonó en todo el salón.
Cualquier persona que hubiera oído ese chasquido, diría que se habría roto algo, pero no se rompió nada.
De la boca de Mayka salio un quejido de dolor. Ya no era un gemido. No era un jadeo. Era un quejido ya que le había hecho daño pero ese dolor que recibió se transmitió en placer, ya que su cuerpo de nuevo pego un empujón hacía arriba de la posición en la que se encontraba, incluso con más altura y se pudo ver ahora parte de la mitad de ese juguete, todo brillante por los jugos que ella estaba manando de su interior, pero como él hizo el mismo gesto con sus dedos dentro de la boca de ella, bajo de nuevo y trago todo por su vagina.
Este ejercicio sexual a veces lo hacían en diferentes momentos de su vida sexual así como en diferentes posiciones pero está era en la que ella conseguía tener un fuerte y espectacular orgasmo, por eso, cada vez que su chico le azotaba su clítoris, ella pegaba ese bote a veces más corto y otras más alto y con ese movimiento hubo un momento en que guiñando su ojo le hizo saber que ya estaba teniendo uno maravilloso orgasmo que solo se pudo notar cuando ese liquido blanco empezó a impregnar esa madera de la mesa.
Mayka, tras acabar de temblar todo su cuerpo, se podría haber quedado quieta y esperando a que su hombre la ayudará a que sacará su juguete, pero realmente quería poner a mil a su chico por lo que abriendo su boca y dejando que él dejará de notar la vibración del cuerpo de su chica con ese orgasmo a través de su boca, la abrió pero enseguida la cerro y sin dejar que sacará los dedos, empezó a mover su cadera en círculos como haciendo ver que deseaba más.
Claro que ella quería más. Quería poner a ese hombre tan salido que la penetrará en dicho sitio, pero ella tenia su ventosa introducida completamente, con una base que le estaba rozando su ano y que solo le quedaba su boca para que pudiera meter su herramienta que ya estaba de nuevo erguida, y deseaba tener todo para ella. A su chico excitado. A su juguete taladrando y encima con ganas de más, por eso cuando él al intentar sacar sus dedos de la boca de ella no pudo, le hizo bajar la cabeza de ella hasta la cintura de él. Entonces Maika soltó la presa de los dedos de su chico de su boca. Bajo el pantalón corto hasta las rodillas. Bajo el bóxer a medio muslo. Y abriendo toda su boca se trago parte del miembro de él, pero no le entraba toda por eso cuando él agarro de la cabeza de ella y empujo fue cuando al fin estaba ensartada por sus dos sitios más calientes y húmedos.
Mayka empezó a mover su cadera y como ya había tenido un fuerte orgasmo pues pronto le vino otro por eso no paro de mover su culo de arriba hacia abajo hasta hacer ese sonido tan celestial para muchas mujeres que es el chapoteo que hacen los muslos y culo cuando las están follando ya sea a cuatro patas, o están cabalgando pero en este caso era ella contra su ventosa y la mesa del comedor. Mientras le estaban agarrando su cabeza para empezar a follar su boca, lentamente y ella al notar como entraba y salia de su boca ese miembro que por momentos se iba poniendo incluso más duro pues volvió a tener otro orgasmo pero aunque sentía que se podría ahogar por las convulsiones dentro de ella, no paro de mover su culo, no dejo que parará de entrar y salir de su boca esa presa que llevaba rato provocando. No dejo que su garganta hiciera esas arcadas que son tan placenteras y agobiantes, y sobre todo cuando con sus manos agarro los glúteos de su chico para hacerle ver que deseaba seguir siendo follada por su boca.
Estuvieron en dicha posición hasta que su chico le lleno su garganta y parte de su boca de la leche que llevaba poco tiempo dentro de él, aunque realmente habían pasado ya más de cuatro orgasmos de ella es decir casi hora y media y cuando noto como explotaba dentro de su garganta, entonces fue cuando acelero tanto su culo subiendo y bajando por su ventosa, incluso dejo que su chico le follará muy rápida su boca y garganta y fue cuando empezó a salir de la boca de ella, casi por la comisura esa mezcla de saliva, babas y la leche de su chico.
Cuando ese hombre saco de la boca de ella su herramienta, estaba en modo de casi flacidez por eso, cuando hizo que Maika se incorporará, tenia los ojos casi llenos de lágrimas, todo el cuerpo de ella sudando y de sus piernas estaba un continuo temblor por esos maravillosos y encadenados orgasmos.
Ayudo a Mayka a sacarse la ventosa que estaba completamente blanca, de todos los orgasmos que había recibido. La agarro de sus piernas y espalda y se la llevo en brazos a la cama, en donde la dejo reposando, mientras él la abrazaba en modo cucharilla, pero claro, algunos hombres cuando su miembro toca el culo de su chica, pues vuelven ponerse excitados. Este hombre es lo que le pasaba, que tras haber tenido un maravilloso orgasmo dentro de la boca de su chica, pues volvió a tomar vida y por eso, agarrando uno de los cachetes del culo de ella, metió su polla y la dejo que ella hiciera lo que realmente quería y era continuar su sesión de sexo, por eso cuando movió el culo en gesto de seguir, no se corto ni un pelo y le introdujo todo lo medio erguido que estaba dentro de sus abultados labios y en cuanto noto ella que entraba en donde antes había estado su ventosa, solo pudo soltar un gemido de placer.
Estuvieron en dicha posición bastante tiempo porque como les pasa a muchos hombres, tras el primer orgasmos se tarda en tener otro y eso a ella como a muchas mujeres les encanta que les duren tanto rato dentro, pues hasta que su chico no le inundo su vagina de leche caliente ella no paró de tener más orgasmos.
Mayka no paraba de recibir orgasmo, vibraciones, porque sabia que su chico ahora al menos durante un par de horas la estaría dando sexo frenético, sexo duro, cambiando de postura y alguna incluso de las tradicionales, pero como muchas mujeres en cuanto la puso en la posición de cuatro patas aunque era dos, sus rodillas, porque el pecho de ella y sus brazos estaban tumbados contra las sabanas, pues volvió a tener la oportunidad de vibrar con los envites y casi empotraciones que le daba en su culo.
Su chico no pudo aguantar mucho más y sin decirla nada porque es como le gusta a ella recibir su premio, pues solo noto que los golpes eran cada vez más fuertes hasta llegar a notar como le atravesaba de nuevo ese río caliente que salia de las entrañas de ese hombre que cada vez que inundaba el interior de su chica se dejaba media vida para ello. Entonces Mayka abría todo lo que podía sus piernas, dejaba que la destrozará, porque aunque no os lo creéis, acabar esos maravillosos polvos con sexo fuerte es uno de los placeres celestiales de los humanos.
Mayka dejo que su cuerpo cayera completamente agotado y lleno de orgasmos en la cama. Su chico por todo el esfuerzo, cayó encima del cuerpo de su chica. Ella al notar como caía encima de ella quiso hacer el gesto de levantar su culo para así poder meter más lo que ya tenia y él sin poder aguantar más le dio el ultimo empujón haciendo que ella volviera a tener otro orgasmo. Y se quedaron pegado, recuperando sus alientos mientras ella besaba los dedos de su chico que se estaba intentando meter en su boca, mientras él le besaba la nuca y parte de la espalda, y aunque no es posible creerlo pero volvieron a ponerse excitados solo con esos besos, caricias y jadeos, pero sus cuerpos pedían tener un tiempo de recuperación, tan corto como ha durado este relato en leerse.