Venta agresiva

Reunión de trabajo con final inesperado

La reunión había comenzado y a los diez minutos se incorporó parte del grupo de producción, entre ellos había una mujer de cierta edad, de nombre Silvia, elegante y atractiva, clásica y algo atrevida, la blusa blanca tenia los botones desabrochados justos para dejar entrever la puntilla de una lencería cara y un canalillo prometedor, sin embargo nada se igualó al momento en que hicimos contacto visual, ojos color avellana con algún matiz verdoso, una boca carnosa y entreabierta, sentí una puntada en los genitales, distinguí que en sus mejillas cierto rubor. Volví a la presentación y a los deberes de ese momento, repetí las argumentaciones de tantas otras veces y llegado el momento me preparé para la andanada de preguntas, todos se mostraron interesados y conformes con las respuestas que ordenadamente enviaba a cada uno de los que preguntó, le llegó el turno a ella y soltó la pregunta que siempre temía contestar

Ella- siguen teniendo vedada su actividad comercial en los USA? Parte de nuestra ingeniería tiene clientes norteamericanos que no verían con buenos ojos que un proveedor nuestro estuviera investigado por saltarse normas internacionales

Yo- era cierto hasta hace tres meses, si consulta la lista de proveedores extranjeros admitidos para actividades estratégicas vera nuestro nombre incluido

Le lance el móvil con el navegador abierto en la pagina del departamento de estado donde estaba la dichosa lista y se dio por satisfecha, cerro el navegador y debió ver algo que la hizo ruborizarse de nuevo ligeramente, me dio el móvil en la mano, detecte un perfume particular Aqua de Gio y note que su piel se erizaba al tacto de mis dedos en su muñeca. Siguieron las preguntas y finalmente nos levantamos de la reunión, dejamos pendientes algunos primeros trabajos para evaluarnos y di la reunión por buena, me despedí dando la mano a todos, cuando llego el turno de ella, extendí el dedo índice para rozar su muñeca y tomar su pulso, estaba alterada, nos dijimos adiós pero entre nuestros ojos se dibujó un interrogante.

Volví al hotel, estaba cansado y era tarde, de repente me di cuenta que había dejado el maletín en la sala de reuniones, cogí un taxi y recé para que tuvieran las puertas abiertas, eran las 8 de la tarde y en recepción me atendió el vigilante, me dijo que esperara y que bajaría con el maletín. Mi sorpresa fue ver a aquella mujer con su elegante vestido de ejecutiva, esta vez con la americana puesta y dos maletines, uno era el mío.

Ella - Espero que para los pedidos tengan más atención que para los maletines

Me atrevería? Joder el triunfo es para los valientes

Yo - Podría parecer una falta de atención oooo?

Ella - Oooo? Que

Yo - Un intento de volver a verla

De nuevo el rubor en sus mejillas

Ella - No sabe quien soy, puedo estar casada o tener pareja

Yo - No lleva anillo de compromiso o matrimonio y su mirada es la de una mujer resolutiva acostumbrada a luchar en un mundo de hombres, donde pocos pueden estar a su altura como profesional

Ella - Como sabe eso?

Yo - Al contrario que sus compañeros, cuando preguntó usted, los demás callaron, eso es respeto entre iguales

Ella - es posible

Yo - muy posible y no se acelera en una conversación o discusión, pero su pulso se aceleró al devolverme el móvil, no es así?

Ella- está muy seguro de si mismo o es un fantasma que ve cosas que no existen

Yo - puede que parte de las dos cosas, pero podemos discutirlo detrás de una copa si no tiene nada mejor que hacer

El juego dio comienzo, no nos dejamos de mirar a los ojos durante toda la conversación y el vigilante no nos quitaba la vista de encima, esperé callado su respuesta sin dejar de sostener su mirada

Ella - tengo cosas que hacer, no le conozco y me parece atrevido

Yo - Fascinante, una excusa, una incógnita y un prejuicio en una sola frase. (a por todas) Le voy a evitar la incertidumbre, lo que tiene que hacer es menos interesante, mi nombre es Armando y si, soy atrevido a veces

Ella - A veces?

Yo - Cuando merece la pena, venga a tomar una copa y podemos poner una mesa de por medio si le hace sentir más segura

Ella - Bien, conozco un sitio con licores excelentes donde podemos hablar tranquilos

Yo - Perfecto, llamo a un taxi

Ella- No se preocupe, le llevo en mi coche si no le asusta que conduzca una mujer

Yo - Pregúntemelo cuando lleguemos.

En 20 minutos llegamos a un bar con una enorme terraza que daba a la costa, vino el camarero a la mesa y pedimos dos copas

Ella - No suelo hacer esto

Yo - Yo tampoco

Ella - No lo parece

Yo - No se olvida montar en bici de un día para otro

Ella - tampoco habla ni se mueve como la mayoría de los hombres al conversar con una desconocida

Yo - muy pocas mujeres son capaces de sostenerme la mirada como lo hace usted, Silvia, añadiendo un matiz de desafío en su gesto

Se quitó la americana y volví a ver su pecho aprisionado en la blusa blanca, solo que ahora además de canalillo se notaban sus pezones a través de la tela, los debía tener durísimos, mi bragueta empezó a sentir presión.

Ella - eso lo dirá mucho

Yo - me hubiera gustado pero mucho menos de lo que crees, si me permites el tuteo

Me saque la americana y remangue las mangas dejando ver el brazo musculado y venoso, sus pupilas se dilataron

Ella - es soltero, casado, divorciado,…

Yo - divorciado desde hace 10 años y tu?

Ella - divorciada hace 4 años, tienes novia?

Yo - no desde hace dos años y tu?

Ella - amigos para salir y pasar el rato, nada serio, no quiero nada serio

Yo - amas tu libertad o no quieres sentir dolor o decepción

Ella - como todos no?

Yo - casi todos

Ella - tu no?

Yo - no tengo prisa pero soy más de tener una relación con alguien que me quiera y que yo quiera, no me gusta estar solo y el sexo cuando hay algo más, es increíble

Ella - uy, que rápido vás?

Yo - no soy rápido soy sincero

Ella - no te lo tienes un poco creído?

Yo - no, se lo que quiero y no me asusta reconocerlo

Ella - y que quieres?

Yo - conocerte mejor

Ella - porque yo?

Yo - porque cuando te vi, saltaron todas mis alarmas y también saltaron las tuyas

Ella - como lo sabes?

Yo - pequeños detalles que indicaban cierta inquietud en la mesa, una mesa en la que lo único distinto era mi presencia

Ella - tu crees que voy a caer a tus pies?

Yo - no, ahora mismo, tal vez en un futuro cercano soy paciente

Apuró su copa y se dispuso a levantarse, me levanté con ella, le ofrecí la americana

Ella - gracias, por hoy es suficiente, estuvo bien

Cuando se iba le sujete el brazo y la bese en la boca

Yo - más que bien, no crees

Soltó el maletín, me besó, son pasión, con lengua, con hambre, correspodí pasando un brazo por su cintura y cogiendo su cuello delicadamente, aquel beso no era propio de personas que se acababan de conocer, más bien de amantes que se reencuentran tras una ausencia. Nos miramos a los ojos y sabíamos lo que quieriamos.

Nos dirigimos a su coche, dentro nos volvimos a besar, le indique el nombre del hotel y nos dirigimos allí, subiendo en el ascensor hasta la tercera planta, nos besamos durante el trayecto, era una locura, nos despeinamos, se nos revolvió la ropa, nuestra respiración se complicaba, entramos en la habitación y nos besamos cerrando la puerta sin mirar. No nos decíamos nada solo besarnos, nuestras manos empezaron a volar sobre el cuerpo del otro, hacía mucho tiempo que no tenía esta calentura y por como respondía Silvia a mis caricias ella también pasaba una temporada de sequia. Me desabrocho la camisa, yo baje su falda, joder, el sueño de cualquiera unas piernas largas, torneadas, enfundadas en medias blancas con un ligero blanco, tanga justito para tapar el triangulo de su pubis, algo de barriga muy sexy y un sujetador sin relleno conteniendo un par de tetas increíbles, lo desabroche mientras bajaba mi camisa desnudando mi torso, besaba mi pecho cuando libere un par de pechos naturales algo caidos pero perfectamente rematados por dos pezones puntiagudos sobre aureolas de color marrón claro, me apropie de ese par de tetas como un bebe hambriento mientras ella echaba su cabeza hacia atrás en un largo suspiro, llené mis pulmones del aroma de su perfume y su piel, era embriagador.

Ella - oh diossss!!!

Lo estaba disfrutando y cuando empezó a sobar mi paquete meti una mano dentro de ese tanga, encontré un charco de pasión muy caliente, muy lubricado y acaricie con un dedo toda aquella zona, despacio con la presión justa, arquea su espalda me abraza contra su pecho muy fuerte y me susurra al oído

Ella - me corrooooooo

Succioné sus pechos, frote su coño mojado y torturé su clítoris hasta que un rio de flujo empezó a salir de su rajita y viajaba pierna abajo hasta sus zapatos de tacón

Ella - eres un cabrón, me he corrido como una quinceañera solo con tus manos

Yo - no ha hecho más que empezar

Le quite el tanga, me quite los pantalones y nos tumbamos en la cama, ella se apropió de mi polla hinchada, caliente y dura, yo no paraba de frotar su coño con la mano metiendo un dedo de vez en cuando, se retorcía, gemía, respiraba pesadamente en mi oreja, notaba su aliento ardiente en mi cara, estaba cada vez más duro, no podía cerrar su mano alrededor de mi polla, apretaba más, yo frotaba más, mi boca iba de sus tetas a sus labios y viceversa

Ella - dios, me voy a volver a correr, joder, aaaaaaaah

Con los zapatos, las medias y el ligero puestos, me coloque encima, apunte el capullo a su coño y la empecé a penetrar, abrió mucho los ojos, estaba muy apretada, hacía tiempo que no recibía visitas y la iba abriendo, lento pero sin parar, al llegar al fondo volvió a estallar en un orgasmo que hizo que se arqueara de nuevo, echando la cabeza hacia atrás cerrando los ojos gimiendo sin control a cada embestida

Ella - no puedo, no puedo aguantar aaaaaaaah, me estás volviendo loca, que me haceeeees, diooooooos

Yo - Lo que deseabas desde que me viste en la reunión, quisiste follarme según me viste, quisiste follarme mientras me besabas y ahora sabes que las sensaciones que sentias en tus tripas eran acertadas

Ella - eres un cabronazo, fóllame Armando, fóllame, hazme lo que quieras, así, así, así, asiiiiiiiiaaaaaaaaaaaagh, diosssss

Cuando se estaba corriendo por enésima vez, la incorporé y la puse a 4 patas de cara al espejo del armario le puse el culo en pompa, le agarre de su pelo largo y rizado, la empalé el coño sin miramientos hasta el fondo

Yo - Mira como te follo, ves tus tetas enormes moverse? oyes como suenan mis huevos cuando golpean tu clítoris?

Ella - siiiiiii, me encanta, me voy a correr otra vez, dios, fóllame duro, soy tu perra, follameeeeeeeeee

Perdimos la noción del tiempo, mientras no paraba de penetrar aquella diosa suplicante, sentí como se acercaba mi eyaculación, le di la vuelta

Yo - abre la boca saca tu lengua, aquí tienes tu premio

Obediente se puso a lamer tumbada boca arriba la polla, los huevos las ingles, el culo, totalmente desbocada, hambrienta,… eyacule en su cara, en su boca, en su cuello en sus tetas, limpio con sus manos cada gota que se llevo a la boca, succiono la polla más relajada para dejarla totalmente limpia

Ella - me encanta, adoro este sabor, este olor, dios que me has hecho, nunca he follado asi, nuca me han follado asi, ha sido como si no pudiera dejar de correrme, dioooooooos,…

Me acerque a su cara bese su mejilla

Yo- Te he hecho mía Silvia y esto es solo el comienzo

Puse la cara entre sus piernas y empecé a besar todo su monte de venus, sus ingles, su coño, de fuera hacia adentro, dando golpecitos en su clítoris, agarrando sus nalgas y sus pezones alternativamente, apretándolos fuerte, se retorcía, jadeaba, gemía, suspiraba después de cada temblor, uno detrás de otro, convulsionaba, agarraba mi cabeza y empujaba su coño contra mi cara frotándose.

Ella- diooooooos, siiiiiiii, siiiiiiii, aaaaaaaaaah

Todo aquello hizo revivir mi entrepierna y cuando estaba dura a más no poder, me puse boca abajo

Yo- cabálgame ahora

Se subió encima, se fue clavando poco a poco y empezó a moverse, apenas había resistencia estaba muy lubricada, agarraba sus tetazas, retorcía sus pezones, no paraba de gemir, respirar fuerte, gritar, desde abajo yo la empujaba, ella saltaba como si cabalgara un potro mecánico, volvió a explotar por dentro, note como sus jugos inundaban mi vientre, mis piernas, estábamos nadando en flujo, ella no podía parar y yo menos

Ella - si, siii, me encanta que me folles, me encanta como me follas, te gusta? Eeeh di te gusta?

Yo - claro que si, eres toda una puta

Ella- si soy tu puta, soy tu putita y quiero que me folles siempre, no te salgas nunca, ooooooooh dios!!!! Aaaaaaah!!!!

Se derrumbó casi sin aire, en mi pecho, susurrando a mi oreja te quiero, soy tuya, soy tuya, hazme lo que quieras

Yo - quiero volver a verte y te daré instrucciones, mientras, vamos a descansar Silvia, fue un día muy largo.