Venirse arriba. Y terminar abajo.CAPITULO SEGUNDO.
Comienzan las aventuras con mi Secretaria. Me vengo a arriba.
Venirse arriba. Y terminar abajo.
CAPITULO SEGUNDO. - LA LLEGADA DE MI SECRETARIA.
Así estuve hasta que apareció ella. Mi Secretaria. Mi ruina.
Luego, pues nada, nos distanciamos… Ya sabes que me lie con mi secretaria. Bueno la verdad es que nos distanciamos por su culpa, se metió por medio. Lo tuvo fácil. Jovencita, guapa. Delgadita, con un tipín precioso. Además, coqueta, simpática… Y yo subido como nunca. Si, había pasado de ser el cornudo apaleado y engañado, a ser el rey follador. No había ninguna que se me resistiera. Me las follaba, me obedecían sin rechistar… Me daba igual gorda que delgada, morena que rubia…
Y mira que ella me lo advirtió… No te fíes de esa niña… tienes una edad… solo va por ti por tu dinero… etc… Y yo, envenenado de soberbia pensé que solo era envidia que estaba celosa… Y la prueba la tenía con mi secretaria. Si. Con ella.
Me estaba follando a una niñita preciosa. Que estaba más buena que un queso… Y me la follaba cuando y como me apetecía. Me bastaban dos caricias y la tenía apoyando los codos en la mesa, con el culito “p’atrás”, dejándose bajar las bragas para que la metiera mi polla y empezara a gemir de placer.
Con ella también lo hice. Claro que lo hice. Con mi secretaria fue "más fácil" y "distinto".
Se lo conté un día muy pedo. -. ¿En serio meabas “a la gorda”? me dijo muriéndose a carcajadas.
Y ahí quedó la cosa. Pensé que se había olvidado, pero no.... Tiempo después, una noche en un hotel quiso probar.
Muertos de risa fuimos a la bañera. Pero... No solo quería que la meara dentro del coñito, quería más....
La muy puta se partica el culo de risa. Tenía la misma carita que tiene las niñas traviesas cuando hablan de caca, pedo, culo…. Se tapaba la boca mientras se reía…
Me tumbé y se subió encima: se metió ella sola la polla y la meé en el coño. Me costó trabajo. Sobre todo, por la postura. Intenta meter la polla fofa a una tía que está encima de ti sentada…
Ella mientras yo intentaba meterla la colita fofa, se tocaba el coño. Vamos que se lo acariciaba, se masturbaba. La muy zorra cuando terminé de mear, se incorporó. La polla naturalmente se salió. Y salió mi pis de su agujero. Me auto duché con mi meada. Pensé que se había terminado todo, pero no. “Me toca”, dijo sonriendo. Se puso a mear encima de mis huevos... Moviendo las caderas para dirigir su meada.
No paraba de reírse, pero ahora la cara ya no era de la niñita tímida y traviesa. Era … por un momento me pareció ver un gesto de prepotencia, de sadismo, de control….
Menuda meada. Eso sí era una meada…. Parecían litros y litros…
Me gustó, para qué negarlo.
Al día siguiente pidió más. Flipé con la niñita. Se metió en la bañera, y dijo: “vamos empieza”. Me colocó frente a ella. Apunté en su dirección y empecé. Pero ella no quiso hacerme nada a mí, solo quería que yo la meara de arriba a abajo.
Lo repetimos varias veces. Bueno casi todos los días.
Una noche me la estaba chupando y eyaculé todo sobre su cara y sus tetitas. Claro… toda sucia… Se metió en la ducha, se arrodilló y levantándose las tetitas dijo: -. empieza cabrón, riégame. Llegó a cogerme la polla y auto dirigirse la meada. Si como si fuera el teléfono de la ducha. Apretaba la boca y los ojos para que no la entrara. Con la otra mano se masturbaba. La duché entera. Desde la cabeza. Era el primer día que me insultaba, pero no le di importancia. Estaba encantado y súper excitado.
Cuando terminé me miraba lúbrica, obscena. La besé. Luego la lavé. La limpié suavemente con una esponja.
Esa noche cuando fui a la cama me la encontré apoyada la cabeza en la almohada y con los riñones en pompa… su voz era lasciva y cargada de lujuria, a lo mejor era hasta… ¿maligna? No sé. -. “Vamos cornudo…. Cabrón” … Me decía mientras se abría las nalgas.
Podía ver perfectamente asomar por debajo su coñito y su mano moviéndose a toda velocidad. Pero, sobre todo, veía su culito. Los dos agujeros…
-. “Métemela cornudo” … No reaccioné… -. “Vamos… así se pondría Merche para Dani… así te pondrían los cuernos” …. (Merche era mi mujer y Dani era el tío con el que la pillé follando en casa, en mi cama, con el que se fue) Me dolió, para qué se lo habría contado. Me arrepentí.
Furioso le azoté el culo, sus preciosas nalgas… Y la muy puta se reía y me provocaba… -. “fóllame maricón” …” Desvírgame el culo hijo de puta” … La embestí con fuerza. Con todas mis fuerzas. La sujeté las caderas mientras la perforaba el culito haciéndola gritar. Gritaba. Mordía la almohada. Aullaba. Pero no era de dolor… La estaba gustando. Y me espoleaba, me provocaba…. -. “Vamos cornudo… córrete dentro” ….
Fue un polvo brutal…. “Para ser un viejo cornudo me tienes muy bien follada”… Me dijo abrazada a mi antes de dormir. Lleno de orgullo no le di ninguna importancia a lo de cornudo. Solo me quedé con lo de tenerla bien follada.
Sin darme cuenta, cada día empujaba un poco más. Y yo cada día más y más colado por esa niña traviesas. Claro, me sentía maravillosamente. Además, era como rejuvenecer cada vez que estaba con ella. Ya no era tan mierda. Ni mi mujer me había puesto los cuernos y se había pirado con otro. Ya no tenía dudas de que yo follaba bien… No dudaba de mi hombría. Todo lo contrario. Estaba con una chica mucho más joven que yo y además la tenía encantada, y sobre todo la tenía bien follada. Ella lo decía.
¿Que qué me hacía ella a mí? Parecido. Ya te lo he dicho. Se subía encima de mí y me meaba los huevos o… me ponía a cuatro patas, se subía a caballo y se meaba sobre mi espalda… o …
Sí, me da algo de vergüenza contártelo…. También me duchaba, se subía encima de mí, ponía su chocho en mi cabeza y me “lavaba” … Luego me echaba el champú…Algunos días tenía que esperar un poco, hasta que la volvían a entrar ganas, para que me lo aclarara. Juegos de niña decía….
El caso es que yo la daba todos sus caprichos, hacia y me sometía a todas sus travesuras. Algunas infantiles, inocentes… y otras no tanto. Me tenía completamente embobado. A su merced. Pero yo no era consciente de ello.
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