Venganza (y2)
Lo que empezó como una venganza se vuelve lujuria y pasión sin límites.
Así nos quedamos un rato, recuperando el resuello, ellos tranquilos disfrutando la experiencia, yo por mi parte, dando vueltas a lo que había pasado y poco a poco regodeándome en ello, sentía que algo en mí había cambiado, miraba sin ningún tipo de rubor tanto el coño de Sara como la polla de Andrés, y ambos me excitaban…. De repente sonó el timbre de la puerta, instintivamente los miré pidiendo que me soltaran ya era bastante, pero ellos no hicieron ningún caso y Sara, completamente desnuda abrió la puerta. A los pocos segundos el salón de mi cuñada estaba lleno de gente, con ellos dos desnudos, yo atado a aquél maldito artilugio que impedía cualquier movimiento y dejaba mi culo y mi polla al uso indiscriminado que quien quisiera. Los nuevos eran Cristina, Pedro e Inma que entraron riendo, comentando algo de la sorpresa que les esperaba y de repente se quedaron mirándome y Cristina la más rápida o atrevida, una amiga de Sara, rubita de grandes pechos, aunque estaba algo delgada, fue la que se acercó por detrás y sin mediar palabra me propinó sendos azotes en cada cachete, pasando después su mano por el canalillo de mi culo para finalmente introducir un par de dedos en mi dilatado culo, aquello provocó dos cosas risas generalizadas ante el comentario de Cristina “Joder como le habéis dejado el culo!...” y que se despertara en mi interior de nuevo una sensación de placer que me provocó una inmediata erección. Detalle que no pasó desapercibido a Cristina que comenzó a masturbarme… “Guau…. Parece que le gusta…. Mira como se le está poniendo de dura…” Nuevas risas….
En estas estábamos, cuando fue Pedro, quien empezó a desnudarse, besando mientras tanto a Sara, que iba ayudándole a quitarse la ropa, por otro lado Andrés e Inma iban haciendo lo propio, Cristina seguía a lo suyo que era barrenar mi culo con sus dedos y seguir masturbándome lenta y suavemente. Algo golpeó mi cara, era el rabo de Pedro, un tipo alto y algo desgarbado, moreno de piel y con una polla descomunal. La sostenía Sara con ambas manos y me la lanzaba contra la cara, era oscura, y miraba hacia el tacho desafiante, no tardo Sara en restregarla contra mi boca, diciendo: “hoy es tu día de suerte…. “ y metiéndola hasta la garganta, no tardó Pedro en empezar a follarme la boca mientras besaba como un poseso a Sara y a Cristina que había dejado sus trabajos manuales en mi culo y se unía, también ya desnuda, a las bocas que se comían a besos….
Por su parte Andrés tenía su cabeza entre las piernas de Inma, que gemía de placer y abría sus piernas todo lo que era capaz para dejar a Andrés hacer… y por los gemidos parece que lo hacía muy bien. Yo por mi parte seguía comiéndome la polla de Pedro, que de vez en cuando me provocaba alguna arcada de lo profundo que llegaba. Cristina por su parte se había arrodillado y estaba a mi lado, masturbando a Sara por todos sus agujeros, mientras que las manos de Pedro estrujaban sus pechos.
Éramos seis bestias entregadas a satisfacer sus deseos, todo parecía estar permitido, Andrés con su boca llena de los jugos de Inma, se unió a Sara y a Pedro que seguían comiéndose las bocas entre gemidos y lenguas que se entrelazaban.
En ese momento Inma, se tumbó boca abajo sobre mi espalda, note sus pechos en mi espalda, con sus piernas a horcajadas sobre mi cabeza, Cristina sacó la polla de mi boca y la dirigió al coño de Inma, y se la fue introduciendo lentamente, hasta que sus pelotas chocaron contra mi cabeza, sentía la respiración de Inma acelerarse sobre mi espalda, clavarse su pezones en mi piel…. Dios que placer, Cristina horadaba mi boca con su lengua, metida entre las piernas de Pedro e Inma. La deseaba, quería follarla, pero en mi situación sólo podía esperar acontecimientos, no podía provocarlos. En pocos minutos el ritmo de Pedro se fue acelerando, al ritmo de la respiración de Inma, que empezó a pedir….. “!Por el culo, quiero esa polla en mi culo….!.” Y por los movimientos de ambos supuse que habían cambiado de agujero, y ahora el ritmo era igual de frenético pero las palabras de Cristina, diciendo: “¡Pártela en dos….! Vamos hasta el fondo…” Sumaban aún más morbo a mi situación.
Por fin, Pedro sacó su polla del culo de Inma, justo en el momento en que se corría sobre nuestras caras, fueron cuatro o cinco disparos de leche, a cada cual más intenso, entonces apareció la cabeza de Andrés a nuestro lado, cogió la polla de Pedro y lentamente se dedicó a limpiarla, recorriendo cada centímetro de polla con su lengua. Cuando hubo terminado se dejaron caer en el sillón, mientras Inma seguía tumbada sobre mí y Cristina y Sara, en el suelo justo debajo de mi cabeza de intercambiaban un sesenta y nueve perfecto. Al fondo Andrés seguía dando buena cuenta de Pedro, que se dejaba hacer, yo veía el culo de Andrés y Sara que se dio cuenta de ello, no dudó en empezar a juguetear con el ano de Andrés, que se agachó un poco más para facilitar la invasión.
Yo notaba como de mi rabo no paraba de salir líquido pre-seminal, era un goteo constante, Inma desde su posición en mi espalda jugaba a arañar mis glúteos, y a pasar sus manos por mis pelotas, creo que de seguir así iba a correrme sin necesidad de más….
En esos pensamientos estaba cuando Pedro de nuevo en forma se levantó, se colocó detrás de Andrés y de un solo empujón le clavo todo su mástil, oí a Andrés quejarse y yo en el fondo me alegré de su dolor, era mi pequeña venganza, que se transformó en envidia cuando sus quejas se convirtieron en gemidos de placer. Por su parte, Sara, no sé de donde, apareció con un arnés, con un consolador que imitaba una polla negra en color y dimensiones, se la ofreció a Cristina, que la lamió y preparó y ambas de pusieron tras Pedro y entre risas pícaras y comentarios obscenos le taladraron el ojete. Era un trenecito perfecto, todos se acomodaron a un ritmo que poco a poco iba variando en velocidad. Las manos de Cristina recorrían el sexo y el culo de Sara y de vez en cuando se masturbaba a sí misma.
Inma por su parte había cambiado de objetivo y tumbada en el suelo me estaba haciendo una mamada increíble, su lengua daba golpecitos sobre mi glande, sus manos estrujaban mis huevos, no iba a aguantar mucho…. Y debió darse cuenta por que se paró en seco, entonces el trenecito se descompuso y Pedro me miró, sonrió y se dirigió a mi trasero, no tardé mucho en saber con qué intenciones, cuando la cabeza de su pollón empezó a empujar sobre mi ano, sin oponer resistencia le dejé hacer y pude sentirle entrar hasta mis entrañas, el dolor fue grande en un principio, pero en poco tiempo, una explosión de placer estalló en lo más profundo de mí. EL muy cabrón sabía medir los tiempos y cuando comprendió que mi culo estaba dilatado, se dedicó a sacarla entera y meterla de golpe, entre los jaleos de los demás que en ese momento me di cuenta, nos habían rodeado para no perder detalle. “¿Quieres sentirte bien ensartado, cuñadito?. Pues abre la boca”. E introdujo aquel enorme consolador que acababa de salir del culo de Pedro en mi boca y sin ningún miramiento comenzó a follarme la boca. Fue en ese instante cuando me soltaron manos y pies, esperando mi reacción que no fue otra que agarrar aquel falo negro y sujetarlo para facilitar su introducción en mi boca. Y sonreir, ante la alegría de todos, las últimas embestidas de Pedro culminaron con su corrida sobre mi espalda, noté su cálido semen recorrerla y la lengua de Inma limpiándome mientras Pedro volvía a atacar mi trasero….. sólo unas embestidas más antes de que su miembro se pusiera morcillón.
Por fin pude levantarme, sentía las piernas adormecidas, pero aún así, agarré a Cristina por la cintura, la obligué a doblarse hacia delante y allí en medio de todos, la penetré sin ningún complejo, quería sentir su cálido y suave interior en mi polla, me regocijé con las embestidas que le daba y ella me pedía más…. “Muy bien, pues tómala por detrás..” Y sin darle tiempo a reaccionar y con el rabo completamente empapado por sus jugos, la ensarté por el culo, quería hacerme fuerte, hacerles sentir lo que durante horas había sentido yo, pero el placer fue mucho más fuerte que el ajuste de cuentas y preferí gozar junto, que ella llevara el ritmo, Sara me abrazó por detrás y pellizco mis pezones, suave pero firmemente, revolviendo mis deseos, no esperé mucho para rellenar el culo de Cristina de mi leche, me retorcía sobre ella vaciándome en cada descarga, estaba tocando el éxtasis con los dedos….
Cuando recuperé la cordura, Andrés montaba a Inma y Sara le montaba a él, esto no parecía tener fin, hasta que Andrés se corrió sobre el vientre e Inma y Sara tenía un orgasmo sobre la espalda de Andrés. Absorto en esta visión note que alguien se adueñaba de mi polla, era la boca de Pedro, que luchaba por volver a revivirla. A base de un buen trabajo fue poniéndose dura de nuevo….
“Como premio a lo bien que te has portado tendrás la oportunidad de gozar de dos culos muy especiales.”, me susurró Sara al oído, mientras Andrés y Pedro de ponían a cuatro patas delante de mi, con las hábiles manos de Cristina e Inma preparando sus culos, lubricantes, dedos, lametazos, y mi polla de nuevo como una piedra, ¡Era demasiado!. Me arrodillé y me propuse taladrar a los que me lo habían hecho a mi antes…. Apoyé mi glande en el ano de Andrés y recordando su trabajo, se la metí de un solo golpe, pude ver mi polla enterrarse en su culo, le agarré por la caderas y comencé a darle fuerte, él aguantaba bien mis embestidas, pero tenía que dedicarle también mis cariños a Pedro, así es que la saqué de un culo y seguí con el otro. Tenía el culito más estrecho, y me gustaba más, pero Andrés había sido el primero y no lo debía olvidar así es que volví a su culo, así estuve un buen rato de un a otro embelesado en las caricias y masturbaciones que se estaban dedicando las chicas. Estaba próximo el fin y decidí que Andrés debía llevarse en su interior todo lo que tenía para él. Así es que me corrí en el interior de su culo, se lo llené por completo, hasta que rebosó por los laterales de mi polla y goteó al suelo….
Uffff! Yo no podía más y ellos parecía que tampoco, porque Sara se fue a la cocina y volvió con unas cervezas y algo de picar, todo nos tiramos sobre la bebida y la comida con el mismo ansia con el que antes nos habíamos tirado sobre los sexos de los demás. Por un momento no se oyó una palabra, seis personas desnudas, que se habían disfrutado hasta el climax y, que ahora compartían comida y bebida.
Tras el refrigerio era hora de partir, se me había hecho muy tarde y debía volver a casa, Sara me acompañó hasta la puerta, me preguntó si no quería quedarme más.
- No, por hoy creo que ya he tenido bastante….
- Por hoy? - me preguntó ella.
- Hombre, si no tenéis algo en contra me gustaría que no fuera la primera y la última vez. Todo lo que ha pasado aquí ya lo habéis hecho antes. Para vosotros era una más…”.
- Ya veremos…. De momento quédate con estos recuerdos… ¿y quien sabe? Quizás otro día volvamos a vernos así…. Da recuerdos a mi hermana….
Y cerró la puerta a mi espalda. No se si seguirían mucho más rato, pero me fui sabiendo que ahora era alguien distinto, no se si mejor o peor…. Pero distinto, seguro.