Venganza femenina
Pampa y Martin se consideran superiores acosando a compañeras, pero pronto sabrán las consecuencias
Pampa y Martin eran compañeros de colegio, ambos tenían catorce años y cursaban con compañeros más chicos (dado que ambos habían repetido la cursada durante tres periodos consecutivos.)
Eran bastante cómplices y hacían lo que la mayoría de los varones adolescentes hacen, jugaban al futbol, compartían el club de natación, hablaban de mujeres, y obviamente se masturbaban a dúo, la mayoría de las pajas se las dedicaban a compañeras de cursada, las cuales apenas empezaban a desarrollarse físicamente. Eran usuales los chistes de Martin a Pampa durante esos momentos, haciendo referencia a que el pito de Pampa parecía un monje antes de pararse, haciendo referencia a que, a diferencia del suyo, el de su amigo no estaba circuncidado. A lo que Pampa respondía descubriendo el glande frente a su amigo.
Una tarde durante el recreo de la escuela, ambos ingresaron al baño, y se pusieron a mear.
-Veo que sos un sucio pendejo. Dijo Martin
-ehhh? ¿Qué decís boludo? Respondió Pampa
-Por lo menos pela el cuerito para mear
-Así te gusta? Dijo Pampa riéndose y tirando la piel para atrás
-Che Martin, que buenas se están poniendo Bárbara y Florencia
-Tremendas, encima en remera se nota que les están creciendo las tetitas
-Las viste en la clase de gimnasia? ¿Con el pantalón ajustado?
-Sí, no pare de pensar en cómo les chuparía el agujero del culo jajajaj
-Pampa, ellas viven cerca del camino que agarramos cuando salimos, vayamos con ellas, y si te animas a tocarle el culo a Florencia, te presto la play por un mes seguido
-Sabes que perdes Tincho. ¿Cómo no me voy a animar????
A ambos el dialogo les produjo una erección
Por otra parte, Bárbara y Florencia eran primas, hacía pocos días que ambas con poco tiempo de diferencia habían comenzado a menstruar y estaban en pleno comienzo de convertirse en mujeres, a diferencia de Martin y Pampa nunca se habían visto desnudas entre ellas, eso no es común entre chicas.
Terminada la clase, ambos varones insistieron en acompañarlas de regreso. Hablaron cosas insignificantes durante las seis cuadras de trayecto, a ellos solo les interesaba cumplir su apuesta.
Cuando se estaban por despedir los cuatro, Martin empujo a Bárbara y Florencia, al querer ayudarla no se dio cuenta que ya Pampa le estaba tocando el culo, y con suma velocidad no olvido pasar la mano por la concha de la pre adolescente chica
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Acto seguido ambas se abrazaron y lloraron mientras los dos chicos escapaban corriendo. La escena fue vista sin que nadie lo notara por Nadia, la hermana mayor de Bárbara.
Nadia tenía 18 años, era flaca y toda una mujer a la que pocos hombres se le resistían, tenía el cabello largo y castaño, pechos acordes a un cuerpo flaco y una cola deseada por todos los varones que la miraban. Y así, de a poco, sabiendo de sus dotes femeninos planeo la venganza para Martin y Pampa.
Una tarde, cuando los dos varones acosadores volvían de la escuela, soltó a propósito su perro.
Vestía ella una bata que le marcaba el comienzo de las tetas y al cruzarse con ellos, les pidió ayuda para recuperar a su mascota
Ambos chicos se miraron y sabían que harían todo para complacer a Nadia, ella lo sabía, conocía como toda mujer lo manipulable que es un hombre y más si se le insinuaba el busto desnudo femenino.
Cuando ambos volvieron con la misión cumplida, Nadia los abrazo, apoyando una teta en cada pecho de cada uno de los varones.
El pantalón del uniforme escolar no les ayudaba a disimular la erección a ambos. Nadia supo que era el momento. Les guiño un ojo y los invito a pasar.
Abrió tres porrones de cerveza para brindar los tres y les dijo que les estaba agradecida, que serían recompensados.
Pampa y Martin no lo podían creer, no sabían de que iba la recompensa, pero todas las posibles fantasías pasaban por sus cabezas, por las cuatro.
Entre tanto ella puso 3 clonazepam de 2 mg en cada cerveza de ambos sin que estos lo advirtieran.
Transcurridos un poco más de treinta minutos, ambos adolescentes a penas se podían mantener en pie, Nadia los invito a recostarse en su habitación para que descansen.
Las camas eran de una plaza, y los dos amigos se acostaron boca arriba en cada una de ellas.
Cuando ambos chicos dormían profundamente, Nadia, con mucho cuidado les ato a cada uno de ellos los brazos a los barrotes de la cama y con mucho cuidado les saco los pantalones para atar cada tobillo a cada extremo, quedando ambos en remera y calzoncillos.
Las pre adolescentes primas vivían a cuatro casas una y la otra justo enfrente, Nadia, sin darles explicaciones les dijo que la siguieran.
Tanto Bárbara como Florencia no entendían la urgencia del llamado de su prima, pero accedieron a su pedido, sabiendo que solo y por indicación de su prima mayor ingresaran a la habitación cuando ellas les indique.
-Primitas, tienen que saber un par de cosas acerca del cuerpo de los hombres, cuando las llame entren las dos.
Nadia despertó después de un rato a cada chico con un beso en la boca.
-Que haces flaca? ¿Estamos atados? dijo Pampa
-Si chicos, es que me gusta jugar.
Con ambos adolescentes atados y en paños menores Nadia procedió a desnudarse, ellos no sabían si mirarle las tetas o la concha, tuvieron ambos una erección de inmediato.
Nadia saco un cúter de un cajón, lo cual aterro a los chicos.
-Es para cortarles los calzones sin desatarlos nada más, no les va a pasar nada jajá
Ellos dos sabían lo terrorífico de estar imposibilitados de moverse frente a una mujer con un elemento cortante en la mano.
Pero no se les bajaban los penes a pesar de eso.
Nadia desnuda, se puso sobre el ahora desnudo pampa, lo beso y mientras lo acariciaba aprovecho la urgencia por eyacular del chico para darle un rodillazo muy fuerte en los huevos sin que este lo esperara. El grito de dolor masculino fue tremendo, y para no darle más pistas ni tiempo a Martin, se abalanzó sobre él, que sin éxito buscaba resistirse, pero para sorpresa de él, no hubo rodillazo ni patada en los genitales, se los empezó a tocar con suavidad, jugando con las bolitas de él, se quitó el elástico que le sujetaba el cabello y lo estiro para soltarlo como golpe contra los testículos del otro chico.
-Bárbara, Florencia, pasen
-No quiero que nunca más un chico se aproveche de ustedes
Ambas pre adolescentes al ingresar no podían creer lo que veían, sus agresores casi llorando y desnudos.
- ¿Bueno primitas, habían visto un pito alguna vez?
-No, respondieron ambas
Nadia les dijo que observaran los penes y testículos de ambos amigos.
-Prima, los pititos no son iguales entre ellos. Dijo Bárbara
-Tenes razón Barbi, ahora te explico eso
-Pero primero deben saber esto.
-Quiero que cada una toque la bolsita de piel que tienen ellos abajo del pitulin
La cara de los chicos explicaba con creces su humillación
-Hay dos bolitas adentro prima Nadia. Dijo Florencia
-Exacto Flor, y como veras (aprovechando que estaba desnuda) señalo su vagina, nosotras las mujeres no tenemos esas bolitas, las cuales hacen que los chicos tengan mas músculos y fuerza que nosotras.
Las chicas asintieron.
¿O no machitos? Interpelo Nadia a ambos varones
Ellos no sabían que decir, por lo que la explicación acerca del punto viril continuo.
-Flor y Barbi, desnúdense.
Tímidamente las primas acataron la orden
-somos tres mujeres, a nosotras no nos cuelga nada entre las piernas.
Por eso somos más “débiles”
Pero…esas bolitas y el pitulin los hace a ellos muchas más débiles
-como? Pregunto Florencia desconcertada
Quiero que ambas elijan uno de los huevitos de cada uno y los empiecen a apretar
Los chicos suplicaron que no, lo cual hizo reír a las chicas.
Los torpes dedos apretando los testículos de ambos hizo que las tres primas empiecen a disfrutar ver los gestos de dolor masculinos
-Bueno primitas, si a nosotras nos quieren agarrar o pellizcar abajo, no tienen como hacerlo, y no hay nada tan débil en nuestro cuerpo como lo sensible que son los huevos.
-Si están en la calle y las quieren forzar, nunca se nieguen a un beso, y mientras se les pone duro el pito, ellos ya no piensan, ni miden las consecuencias. Ese es el momento ideal para el rodillazo nuestro, justo en las bolas.
-Ahora vuelvo a la pregunta de Barbi
Como verán Pampa y Martin, siendo los dos varones a la vez tienen el pito distinto
Bueno, explicado esto, a los que tengan el pitulin como Pampa, les recomiendo hacer esto.
Nadia bajo la piel del prepucio del adolescente
-Ahora si lo tienen iguales dijo Florencia
-Si Flor, así se pela y esto que voy a hacer no les duele tanto como pegarles en los huevos, pero si para que sepan que las mujeres les manejamos el pito
Nadia empezó a bajar el cuerito cada vez mas
-Les duele el pito también si una se lo pela mucho así
¿Ven? Y Bajo la piel con fuerza mientras el chico suplicaba que se detenga
-Si una está muy enojada puede pelar la piel de un tirón y ya verán el resultado.
Bueno, una apretada más en las bolitas de ellos y espero que hayan aprendido lo básico de los varones, ya sea en su urgencia por tocarnos, pero fundamentalmente lo débiles que son por tener algo que los pone a llorar con un rodillazo nuestro, o el miedo de que les pelemos el pitito más de la cuenta
Las tres sonrieron cómplices y satisfechas mientras pampa y Martin se dieron cuenta de la superioridad mental y física femenina…Continuara