Venganza

Como destrozaron mi matrimonio

VENGANZA

-         Me vengaré, juro que me vengaré aunque sea lo último que haga en mi vida.

Lo conseguimos, Julio se giró hacia mí y repitió exultante, lo conseguimos Alfredo. Me llamo Alfredo, tengo veinticinco años y trabajo en uno de los más importantes bancos de este país. Soy auditor interno de la entidad y mi trabajo consiste en conocer todo lo que se cuece internamente en el banco y en sus filiales en diferentes países del mundo.

Julio es un compañero del banco, casado con Marga, trabaja en mi misma sección, y aunque él tiene treinta y dos años hemos congeniado a la perfección, podría decirse que somos uña y carne, casi como hermanos.

Tendí mi mano a Julio y nos abrazamos eufóricos de satisfacción. Más de un duro año de trabajo había llegado a su fin. En nuestra condición de auditores internos del banco, Julio y yo, investigamos una serie de descuadres en los balances y unas salidas de dinero sin ninguna explicación, descubriendo que nuestro superior jerárquico, Don Guillermo xxx, era el responsable de todo ello.

Fruto de nuestro esfuerzo destapamos que tras Don Guillermo, como le gustaba que le llamasen, había una persona adicta al juego, la cocaína y las orgías.

Pusimos en conocimiento del Presidente del banco y del consejo el resultado de nuestras investigaciones, siendo remitido todo ello al juzgado. Don Guillermo fue condenado, finalmente, a ocho años de prisión.

Venga Alfredo dijo Julio, esto hay que celebrarlo, además las chicas nos están esperando. Es cierto contesté. Salimos del juzgado y nos dirigimos al restaurante donde nos esperaban.

Entramos en el bar y allí se encontraban nuestras chicas. Una vez más me percaté en el contraste evidente. Por un lado, mi novia Alba, veintiséis años, metro setenta y cinco de estatura, delgada, morena de pelo largo y piernas interminables, talla 95 de pecho, una diosa al menos para mí, enfermera en uno de los hospitales privados más prestigiosos de este país.

Por otro lado, Marga la esposa de Julio, nunca supe su edad más de treinta evidente, morena de pelo corto y lacio, bastante entrada en carnes. Eso sí muy simpática y confidente de mi novia.

Marga: hemos visto las noticias, ocho años le han caído a ese cabrón dijo a punto de explotar de gozo. Esto hay que celebrarlo. Pasamos al restaurante, la comida fue muy amena y finalmente acabamos brindando: POR EL FUTURO.

Cinco años más tarde

La vida nos sonreía. Alba y yo habíamos contraído matrimonio un año antes. Fruto del caso Don Guillermo fui ascendido a su puesto como jefe superior de auditores internos y adjunto a la presidencia del banco. Alba también escaló en su trabajo siendo nombrada jefa de enfermeras del hospital. Nuestra situación económica era envidiable, vivíamos en un chalet de lujo, apartamento en la costa, cabaña de pesca en la montaña y cuatro coches de última gama a cada cual más ostentoso (los buenos coches son mi pasión). Pero algo no funcionaba lo presentía.

En el trabajo las cosas no iban bien. Un grupo de inversión extranjero contrató los servicios de nuestro banco para hacer negocios petrolíferos en los países árabes y en los mares del norte. La inversión fue un rotundo fracaso, los clientes perdieron millones de euros y al investigar lo sucedido, Julio y yo, descubrimos movimientos sospechosos de dinero hacia paraísos fiscales sin que fuese capaz de descubrir al responsable de todo ello.

Con mi esposa las cosas tampoco estaban bien. Por culpa de mi trabajo y mis frecuentes viajes al extranjero tenía a mi esposa bastante desatendida, últimamente la encontraba rara, inquieta y algo distante.

Estaba sumido en mis pensamientos cuando apareció mi esposa. ¿No estarás otra vez dándole vueltas al trabajo? me preguntó Alba. No cariño, estaba pensando en ti, últimamente te noto lejana y distante contesté. ¿Te ocurre algo, te preocupa algo?, le pregunte.

Su respuesta fue un NO rotundo y categórico, pero algo en mi interior me decía que Alba me estaba mintiendo. Lo cierto, continué, es que no me apetece ir el fin de semana de pesca con Julio, prefiero quedarme contigo.

Alba me contestó diciendo que ese era el fin de semana de pesca de los chicos, que era una tradición nuestra, que era una forma de desconectar del trabajo y no se cuantas más chorradas. Después de dar un beso a mi esposa y dar una palmada a su formidable culo, cogí el petate y fui a buscar a Julio.

Después de un par de horas de viaje hablando de nuestras mujeres, trabajo y fútbol llegamos a mi cabaña. Pasamos un sábado estupendo de pesca y regresamos a la cabaña bastante tarde. Tras cenar Julio comentó que se encontraba bastante casado y se iba a la cama ya que queríamos madrugar al día siguiente.

Subí a mi habitación y me dí una ducha reparadora, realmente la necesitaba. Al salir del cuarto de baño noté que la cosa no iba bien, una sombra se movió rápidamente detrás de mí y sentí el dulce aroma del cloroformo en mis fosas nasales.

No se cuanto tiempo transcurrió, me desperté desorientado y al recuperar plenamente la consciencia me percaté que estaba completamente desnudo esposado al cabecero de la cama.

Vaya! el bello durmiente ya ha despertado, reconocí al momento la voz de Julio.

Julio, exclamé, que pasa ¿porqué me has esposado al cabecero de la cama?, si es una broma no tiene ninguna gracia. Suéltame grité.

Cállate hijo puta sino quieres que te dé dos hostias, gritó Julio. En ese mismo instante sonó el móvil de mi compañero. Julio salió de mi dormitorio y apenas pude escuchar la conversación.

Al poco rato volvió, intenté hablar pero Julio me ordenó callar de un grito. Nunca le había visto así, no entendía nada. ¿Quieres respuestas? dijo encendiendo un habano y sirviéndose una copa de mi mejor coñac, pues las vas a tener.

Oí pasos provenientes de la escalera y la puerta del dormitorio se abrió. Apareció una persona de unos sesenta años, calva y gorda. No puede ser grité, Don Guillermo.

Hola Alfredito dijo con voz socarrona. No puede ser exclamé, tu estas en la cárcel. Veo que me has reconocido, si debería estar en prisión pero eso puede arreglarse con dinero y unos buenos leguleyos contesto riéndose a carcajadas.

Me volví hacia Julio casi gritando, Julio ¿Qué es todo esto?. Julio se rió sonoramente y dirigiéndose a Don Guillermo le ofreció uno de mis cohibas y una copa de mi espléndido coñac.

Resultaba evidente que era Don Guillermo quien ostentaba el mando de la situación y mirándome comentó: mira Alfredito ahora mismo no tengo muchas ganas de darte explicaciones y sacando un dvd se lo entregó a Julio. Ponlo en el aparato y así este hijo de puta tendrá todas las respuestas.

Julio encendió la televisión e introdujo el dvd. Aparecieron las imágenes de Don Guillermo, Julio y Marga, sentados en un amplio sofá delante de una mesa con tres copas de vino. Don Guillermo tomó la palabra:

“Hola cabroncete. Cuando estés viendo esta cinta estarás esposado a los barrotes de tu cama de forja haciéndote un sinfín de preguntas. Juré venganza contra ti el mismo día del juicio. He pasado cuatro años en un penal rumiando mi odio y mi venganza. No pasó ni un día en el que no pensase en ti, en como hacerte pagar lo que me has hecho. Pero un día la suerte me sonrió, Julio tu fiel subordinado en el banco me hizo una visita al penal, pero bueno de eso ya hablaremos”.

Volví mi mirada a Julio, presta atención maldito bastardo dijo en un tono amenazante. Ahora era Julio quién empezó a hablar:

Julio: “Alfredo, mi querido Alfredo, como te ha sonreído la vida. Después de desenmascarar a Don Guillermo te ascendieron en el banco. Te dieron su puesto y te nombraron adjunto del presidente. Sabías perfectamente que ese puesto era ideal para mí, incluso te sorprendiste con el nombramiento porque yo llevaba muchos más años que tú en el banco. Al principio me alegré muchísimo por ti, pero pronto el dinero se te subió a la cabeza, chalet de lujo, apartamento en la playa, viajes, coches de alta gama, cabaña en la montaña. La vida te sonreía y me alegré por ti, pero cambiaste y mucho. Tu nuevo cargo se te subió a la cabeza, delante de mí hiciste gala de tu nuevo status, de tu poder, de tu riqueza. Lo pase muy mal y llegué a superarlo para seguir siendo tu fiel colaborador. Pero hubo un hecho que hizo que mi fidelidad al banco y a tí se transformase en odio pero creo que es mejor que te lo explique Marga”.

Marga: “Hola Alfredo, sorprendido verdad. Julio estaba muy ilusionado con su posible ascenso tras resolver el caso de Don Guillermo. Cuando te lo dieron a ti, mi esposo se sorprendió muy negativamente, ese puesto tenía que haber sido para mi marido y no para ti. Animé a Julio a superar ese desengaño, pero los ojos se me abrieron estando un día con la puta de tu esposa. Tomábamos café y en la televisión apareció la imagen del director gerente del banco. A Alba, involuntariamente, se le escapó que el director general era su tío. Ese fue el motivo por el que te ofrecieron a ti el ascenso y no a mi marido, enchufismo. No sabía si contárselo a Julio pero finalmente lo hice, mi esposo cayó en una profunda depresión, de la cual, ni tú que eras su mejor amigo te diste cuenta. Durante todo este tiempo Julio y yo os hemos odiado, a ti por tu enchufismo y a tu esposa, como la odio, tan guapa, tan vanidosa, haciendo todo tipo de ostentaciones, siempre con los últimos vestidos de los mejores modistos y con los bolsos más caros de la ciudad, con su esbelta figura, siempre haciendo ostentación de su riqueza y mirándonos a nosotros como si fuésemos unos pobres desgraciados.

Todo eso no es cierto grité. Calla hijo de puta y continúa viendo la grabación que ahora se pone interesante dijo Julio. Fue Don Guillermo quién tomo nuevamente la palabra:

Don Guillermo: “Bien, bien, bien Alfredito. Hace un año Julio me visitó en la cárcel. Me expuso su plan. Hacer fracasar las inversiones del grupo extranjero y desviar muchísimo dinero a paraísos fiscales, pero para eso Julio necesitaba contactos, mis contactos. Has estado investigando las irregularidades, buscando al culpable y lo tenías sentado a tu lado. Nos hubiese gustado tener algo más de tiempo pero los hechos se estaban precipitando y hemos tenido que adelantar nuestra venganza”.

Julio eres un maldito bastardo grité, Julio se levantó y me propinó una hostia en el estómago que me dejó totalmente acurrucado en posición fetal. Don Guillermo me tiró del pelo y dijo: continúa viendo la grabación hijo de perra.

Don Guillermo: “Pues bien Alfredito, esto es lo que une a estas tres almas descarriadas, nuestro afán de venganza, y ten por seguro que nos vamos a vengar donde más te duele, con Alba, nos vamos a follar a tu esposa. Menuda hembra tienes en casa maldito cabrón, que nalgas y que tetazas se gasta la muy puta. Recuerdo aquella cena del consejo de administración cuando la presentaste en sociedad, que cuerpo, que aroma a hembra desprendía. Tuve ocasión de bailar con ella y de apretarme a su lindo cuerpecito pero la muy zorra se separaba de mí”.

Acto seguido Don Guillermo, Julio y Marga se levantaron del sofá, cogieron sus copas de vino y brindaron: POR LA VENGANZA, POR ALBA Y ALFREDITO, mientras reían con estruendosas carcajadas,

Hijos de perra dejar a Alba en paz, no la toquéis malditos bastardos grité. Don Guillermo agarrándome del pelo y mirándome a los ojos pronunció una frase que hoy en día aún retumba en mis oídos: YA NOS HEMOS FOLLADO A TU ESPOSA.

¿Qué? exclamé. Ya nos hemos follado a tu linda mujercita dijo Don Guillermo soltando una carcajada, y tengo que decirte que se porta como una verdadera perra en la cama, seguro que ha gozado más que contigo. Dentro vídeo dijo Don Guillermo dirigiéndose a Julio.

En la televisión apareció el dormitorio vacío de nuestra casa, la puerta se abrió entrando dos mujeres, mi esposa Alba y Marga.

Ha sido un día duro de compras, voy al aseo dijo mi mujer. Es cierto, estoy agotada dijo Marga sentándose en nuestra cama matrimonial. ¿Podrías traerme un zumo de naranja?, que no soy tu esclava respondió Marga. Venga, por favor dijo Alba. Está bien dijo Marga mientras mi esposa entraba en el cuarto de baño.

Marga bajó las escalera de nuestro dúplex, fue a la cocina, abrió la nevera y sacó una jarra de zumo de naranja. De su bolso de mano sacó un pequeño frasco de un color cristalino. Marga se dirigió hacia la cámara y dijo:

Marga: “Hola Alfredo, a estas horas ya habrás visto la primera parte del vídeo. Espero que te haya gustado. Aprovechando que la semana pasada estabais los dos de viaje y tenemos llaves del chalet instalamos cámaras por toda la casa. Ves este frasquito, es un potente afrodisíaco que mezclado con cocaína hace que la líbido se dispare causando sus efectos en pocos minutos. Voy a echar unas gotitas en el zumo de tu querida esposa y comprobarás como se transforma en una verdadera zorra en celo”.

Marga vertió varias gotas en el zumo de naranja de Alba y tras reírse con sorna volvió al dormitorio. Toma cariño dijo Marga entregando el vaso de zumo a mi esposa. Alba se lo bebió de dos grandes tragos. Delicioso y fresco comentó mi mujer.

Las dos chicas sacaron los vestidos de las bolsas y entre risas y carcajadas los extendieron encima de la cama. Son realmente preciosos dijo Marga, que envidia que puedas llevarlos. Si fueses al gimnasio como yo no tendrías problemas para ponértelos dijo mi mujer.

Al poco rato Alba empezó a balbucear, casi no podía articular las palabras. ¿Te ocurre algo querida? dijo Marga. No, no contestó Alba, me siento rara y tengo mucho calor. Túmbate en la cama bonita, túmbate y descansa un poco dijo Marga. Marga tiró los vestidos al suelo y cogiendo por los pies a mi esposa la tumbó boca abajo en nuestra cama matrimonial.

Las manos de Marga comenzaron a acariciar la espalda de mi esposa, te daré un masaje para que te relajes. Sus manos se posaron sobre los hombros de mi esposa y apretaron con fuerza, Alba gimió, las manos fueron deslizándose por la espalda de mi esposa.

Eres realmente preciosa y tienes un cuerpo de escándalo susurró Marga al oído de Alba, dándole un mordisquito en el lóbulo de su oreja. Me haces daño balbuceó mi mujer. Las manos de Alba se volvieron más audaces, de la espalda de mi esposa pasaron a sus nalgas sobándolas y magreándolas con total impunidad, nuevamente Alba empezó a gemir. Que culo tienes putita susurró Marga al oído de mi esposa, voy a desabrocharte el vestido para que no tengas tanto calor.

Con una de sus manos Marga continuaba magreando la espalda de mi esposa mientras que con la otro comenzó a bajar la cremallera de la espalda del vestido de mi esposa. En un último gesto de lucidez Alba intentó darse la vuelta, pero Marga tras propinar un formidable cachete en las nalgas de mi mujer bajó la cremallera del vestido hasta la cintura.

Esto no está bien dijo mi esposa, estamos casadas. No te preocupes cariño, Alfredo se encuentra de viaje y Julio trabajando en el banco, nadie se enterará de esto, será nuestro secreto dijo Marga. Marga giró la cabeza de mi esposa y la propino un beso húmedo, las lenguas de las dos mujeres se entrelazaron y sus salivas se mezclaron.

Marga aprovechándose de la indefensión de mi esposa le sacó el vestido dejando a Alba boca abajo en tanga y sujetador. Que culo tiene esa zorra exclamó Don Guillermo dirigiéndose a mí, que cuerpazo de verdadera puta.

Las manos de Marga nuevamente se deslizaron por el deseable cuerpo de mi esposa, acariciaron su espalda y desabrochó el sujetador de Alba lanzándolo contra la pared. Así me gustas puta dijo Marga. Alba no paraba de gemir ante las caricias de su compañera de cama y Marga percatándose del estado de mi esposa cogió una de sus manos y la deslizó en la entrepierna de mi mujer.

Que húmeda estas, zorra dijo Marga llevándose a la boca el dedo que había penetrado a mi esposa y que bien sabes puta. Después de propinar un nuevo nalgazo a mi mujer, Marga arrancó el tanga de mi esposa y lo tiró con desesperación.

Date la vuelta perra y abre las piernas para mí, como lo hacen las putas como tú, grito Marga. Alba, dócilmente, obedeció su orden y Marga se puso en cima de ella. Que tetas tienes cabrona y como una desesperada Marga se abalanzó sobre ellas. Marga apretó, estrujó las tetas y los pezones de Alba, los mordió causando varios moratones mientras mi esposa gritando de tanto placer se dejaba ordeñar por quien se pensaba que era su íntima amiga.

Marga descendió con su lengua besando la tripa de mi esposa, su ombligo hasta llegar al coño de Alba, depilado con un pequeño triangulito de bello púbico. Que bien huele Alba y sin más metió la lengua en el sexo de mi querida mujercita. Marga era una verdadera artista comiendo el coño de mi esposa, las paredes vaginales estaban llenas de flujo que Marga tragó con deseo. Pronto llego a su clítoris mordiéndolo suavemente provocando un gran gemido por parte de Alba. Mi esposa jadeaba como una perra en celo agarrando la cabeza de Marga para que no se separase de su mojadísimo coño.

¿Te gusta perra?, Alba no pudo contestar. Contesta zorra gritó Marga propinando un nalgazo a mi linda mujercita, ¿estas caliente puta?, quieres que te folle verdad, contesta hija de perra gritó Marga mientras pellizcaba con fuerza los pezones de mi esposa.

Fóllame gritó al fin Alba fuera de si, fóllame te lo suplico. Marga mirando hacia la cámara con una sonrisa de satisfacción se levantó de la cama, se desnudó rápidamente dejando a la vista sus flácidas carnes, abrió una de las bolsas, sacó un arnés con una verga de unos veinte centímetros y se lo puso. Mientras Alba se masturbaba Marga puso el arnés a la altura de la cara de mi esposa.

Mastúrbate puta, mastúrbate grito Marga fuera de sí. Marga comenzó a restregar el vergón de latex por la cara de mi linda mujercita, la propino varios vergazos. Marga metió dos dedos en el coño de mi esposa y totalmente empapados de sus flujos los restregó por la verga de plástico.

Abre la boca perrita ordenó autoritariamente marga. Alba abrió la boca y el enorme pollón bañado en los flujos de mi mujer penetró hasta lo más hondo de su garganta. Traga perra gritaba fuera de sí marga, cómetelo puta y de un fuerte empujón lo metió hasta la garganta de mi esposa. Alba apenas podía respirar, se agitaba y lloraba mientras Marga le follaba la boca insultándola y humillándola.

Marga sacó el arnés de la boca de mi mujer, se puso sobre ella abriéndola las piernas y pasando la verga de plástico, con gran lentitud y parsimonia, por los húmedos labios vaginales de Alba preguntó: ¿quieres que te folle perra?, ¿quieres que te reviente el coño?, contesta zorra, contesta. Alba totalmente fuera de sí suplicó y se humilló delante de quien hasta hace bien poco pensaba que era su íntima y fiel amiga, fóllame Marga, soy tu perra, fóllame por favor te lo suplico. ¿Qué hacemos con tu esposo mi querida Marga?, eres una respetable y fiel esposa.

Párteme Marga por favor, fóllame como los perros follan a las perras. Marga mirando a la cámara con una sonrisa de satisfacción penetró violentamente, de un solo golpe, el coño de Alba. Marga empezó un mete saca brutal, bombeaba a mi esposa mientras Alba gritaba y gemía como una yegua montada por su macho.

Mira, pero si el muy cabrón está totalmente empalmado y mojado dijo entre carcajadas Don Guillermo a Julio. Era cierto, mi verga estaba totalmente tiesa y gotas de líquido preseminal manchaban mis slips. Al final va a tener alma de cornudo dijo Julio, parece que le excita ver como se follan a su linda mujercita.

Mientras tanto la escena continuaba, Marga penetraba y bombeaba violentamente a mi esposa, gritando obscenidades e insultando y humillando a Alba, transcurridos unos minutos mi esposa se arqueó, cruzó las piernas sobre la cintura de Marga y tuvo el mayor orgasmo de su vida, los espasmos de Alba eran violentos y se agitaba mientras gemía como una actriz en una película porno. Córrete zorra, ramera córrete para mi hija de puta gritaba Marga fuera de sí.

Marga sacó el arnés del sexo de mi esposa. La cámara enfocó a Marga riéndose a carcajadas y luego tomó un primer plano del coño de Alba totalmente dilatado, gran cantidad de flujo salía de su coño mojando la entrepierna y las nalgas de mi esposa. Alba quedó totalmente extenuada sobre la cama, acurrucada, hecha un ovillo.

Hijos de puta grité, desatarme, no os denunciaré, no contaré nada por favor, os lo suplico, tengo que volver a mi casa. Don Guillermo y Julio se miraron y rieron estruendosamente. Alfredito, Alfredito, dijo Don Guillermo con sorna, pero si esto no ha hecho más que comenzar, sigue viendo la televisión que a veces resulta muy instructiva.

La escena no había acabado. Mi esposa tumbada sobre la cama, jadeante y sudorosa, Marga riéndose y mirando a la cámara gritó: chicos, chicos, vuestro turno.

La puerta se abrió y entraron en nuestro dormitorio, completamente desnudos Don Guillermo y Julio. Ambos se masturbaban, la polla de Julio no era gran cosa pero la de Don Guillermo era impresionante, mediría unos dieciocho centímetros, gruesa, muy gruesa y venosa.

Don Guillermo cogió el tanga de mi esposa, lo olió y lamió con deleite para finalmente enrollárselo en su verga y masturbarse con él. Don Guillermo se volvió a la cámara y dijo: Alfredito, Alfredito, pero que pedazo de hembra tienes en casa, seguro que no eres capaz de dejarla satisfecho, pero bueno para eso estamos aquí.

Hijos de puta grite. Don Guillermo se levantó y sin articular palabra me dio un sonoro bofetón. Don Guillermo y Julio se desnudaron y empezaron a masturbarse junto a mi lado en la cama.

La grabación continuaba. Don Guillermo se acerco a mi esposa y con mucha delicadeza le acarició sus negros cabellos. Hola Alba, ¿me reconoces?, si Don Guillermo contestó mi mujer. Estas muy caliente, ¿verdad?, si contestó Alba. ¿Quieres que Julio y yo te follemos?, mi esposa no contestó. Don Guillermo repitió la pregunta en tono más imperativo. Si por favor follarme, montarme como la perra que soy.

Don Guillermo no podía ocultar su enorme satisfacción. ¿Tuviste algún novio antes que tu esposo?, no, contesto Alba. ¿Y alguna infidelidad cuando erais novios o después de casarte?, no, contestó mi mujer. ¿Y si estuviese tu maridito aquí mismo que le dirías?. La cámara enfocó un primer plano del rostro de mi esposa. Si mi esposo estuviese aquí le diría que tu peor enemigo y tu mejor amigo van a follarme ahora mismo, y voy a portarme con ellos como lo hacen las zorras con sus clientes.

Don Guillermo y Julio estallaron en carcajadas. En el vídeo Marga se había sentado en mi butacón preferido y abierta de piernas comenzó a masturbarse, sabía que su protagonismo había pasado y era el momento de Don Guillermo y Julio.

Don Guillermo comenzó a sobar los pechos de mi esposa. Que tetas tienes Alba que suerte tiene el marica de tu esposo. Por su parte, Julio tampoco estaba ocioso y pajeándose aprovechó para acariciar las nalgas de mi esposa.

A cada insulto, a cada humillación por parte de Don Guillermo mi verga crecía más y más empapando mi boxer.

Alba continuaba tumbada sobre nuestra cama nupcial. Las manazas de Don Guillermo se posaron en los tobillos de Alba y comenzó a subirlas por el cuerpo de mi adorable mujercita. Esas manos de Oscar sobaron con verdadero deleite  las piernas y muslos de Alba, luego sus nalgas y finalmente subieron por el vientre de mi mujer para agarrar alternativamente sus tetas y pezones.

Una mueca desencajada de satisfacción cubría el rostro de Don Guillermo. Que tetas tienes puta, que pezones y este asqueroso viejo te las está ordeñando. Alba te vas a comer mi verga, me la vas a poner muy dura para que pueda follarte como una hembra como tu se merece y no como lo habrá hecho el marica de tu esposo.

Julio cogió en volandas a mi esposa, la bajó de la cama y la arrodilló delante de Don Guillermo, Alba abrió la boca con la intención de comer ese pedazo de carne. Julio cogió la enorme verga de Don Guillermo y propinó unos fuertes pollazos en el rostro de mi esposa mientras disfrutaba de la escena.

Don Guillermo agarró de la cabeza a mi mujer y de una fuerte embestida metió su enorme pollón en la boca de Alba. Mi esposa no podía respirar y tuvo grandes arcadas. Alba totalmente entregada al nuevo mundo de sensaciones, como una buena perra lamía la verga de aquel viejo degenerado, acariciando sus grandes cojones durante un buen rato.

Para ya perra, dijo Don Guillermo, no quiero correrme todavía. Abre las piernas Alba, ordenó el viejo. Alba abrió sus piernas y no pudo evitar introducir dedos en su empapado coño y empezó a suspirar y gemir como una verdadera putita.

Don Guillermo se encontraba al borde del éxtasis, Alba cogió la enorme verga y lentamente se la introdujo en su coño, el glande del pollón de Don Guillermo se abrió paso por los labios vaginales de coño de mi mujer. Luego su tronco poco a poco entró en el sexo de Alba hasta que sus cojones chocaron con la entrepierna de mi esposa.

Que coño más estrechito tienes puta, como se nota que tu maridito nunca te ha dado lo que una hembra como tu necesitas. Julio, gritó Don Guillermo, que coño mas delicioso y estrechito tiene esta zorra, prepárame su culito. Toma ramera de mierda, puta, humillaba Don Guillermo a mi esposa a partir de ahora esta es la verga que te va a follar cuando quiera.

Soy tu perra y tu mi macho, dijo Alba exhalando suspiros de placer. Que prieta estás zorra, tu maridito es un pichafloja que no sabe follarte, díselo dijo Don Guillermo. Eres un cornudo pichafloja Alfredo, nunca has sabido follarme, ha tenido que ser este viejo verde y degenerado quien me folle como un verdadero hombre y no tú, dijo mi mujer.

Julio recogiendo los jugos de mi esposa y de su macho comenzó a dilatar el virgen ano de mi esposa, metió dos dedos, luego tres. Alba se retorcía como una perra mientras su coño era taladrado por la enorme verga de Don Guillermo y su culo perforado por los sabios dedos de Julio. Ya está gritó Julio, Don Guillermo salió del coño de Alba y de un solo golpe, con su tremendo pollón, desvirgó el ano de mi amada esposa.

Julio de un solo golpe introdujo su polla en el coño de mi mujer. Los dos machos se acoplaron en las entrañas de Alba, sus insultos y humillaciones hacia mi persona excitaban aún más si cabe a mi esposa. Los dos machos bombearon a mi esposa sin ningún tipo de compasión

Me corro gritaron al unísono Don Guillermo y Julio. El trío se corrió a la vez proporcionando a mi linda mujercita un orgasmo bestial, ríos de leche inundaron las entrañas de mi esposa, su vagina y sus intestinos. Marga levantándose del butacón masajeó los huevos de los dos machos para que dejaran toda su leche dentro de Alba.

Pasado un rato, los dos machos alfa desmontaron a mi mujer. Un primer plano me permitió ver como la leche salía del coño de mi esposa manchando su sexo, su entrepierna, su culo y las sábanas de nuestra cama de matrimonio.

Don Guillermo y Julio hicieron que mi esposa dejase sus vergas bien relucientes. La cogieron en volandas y la llevaron a nuestro jacuzzi, allí Don Guillermo, Julio y Marga mearon sobre el deseable cuerpo de mi esposa. La pantalla quedó en negro.

Bien, bien, dijo Don Guillermo, sino quieres que este vídeo salga a la luz lo primero que vas a hacer es firmar estos documentos. Julio abrió su portafolios y quitándome una de las esposas me los hizo leer. No podía firmar esos documentos, eran mi perdición, iba a firmar unos recibos y contratos que demostrarían que las desastrosas inversiones y las salidas de dinero a paraísos fiscales iban a mi nombre.

Tuve que firmar esos documentos, Julio me chantajeó con subir el vídeo de la orgía de mi esposa a Internet. Los firmé, no tenía opción.

Antes de irse, Don Guillermo y Julio no desaprovecharon la ocasión. Me hicieron tomar el mismo brebaje que a Alba y me rompieron el culo hasta que se cansaron, lo grabaron también en vídeo, mejor no os lo cuento.

Epílogo

Escribo desde la prisión. Julio no desaprovechó la oportunidad y entregó la documentación al banco, la policía me detuvo, ingresé en prisión provisional, mis bienes fueron embargados y subastados, lo perdí todo. Julio fue promocionado a mi puesto y compró mi casa.

Alba, chantajeada con su vídeo siguió viviendo en nuestra antigua casa, ahora de Julio, en compañía de su esposa y de Don Guillermo. Tuvo que dejar su trabajo y sirve de chacha y perra a sus nuevos amos-

Alba vino a visitarme hace dos semanas, está embarazada, Don Guillermo y Julio la han follado todo lo que han querido, Marga les dijo a esos dos indeseables cuales eran sus días más fértiles y la preñaron. Mi mujer no sabe quien es el padre ya que no se van a hacer la prueba de paternidad.

Mis compañero de prisión al ver a Alba embarazada empezaron a llamarme el cornudo. El vídeo en el que Don Guillermo y Don Julio me follaban y rompían el culo fue subido a Internet. Todas las noches un par de presos vienen y me follan hasta cansarse.

Saludos

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