Venganza de chicas (Parte 3)
Julia va a recibir la venganza de Silvia, la hermana de su exnovio, por lo que la tendrá que obedecer en todo y su humillación no alcanzará limites.
Por favor se debe leer previamente el relato “Venganza de chicas (Parte 1) y (Parte 2)” ya que son la primera y segunda parte y este relato es una continuación.
Julia seguía tumbada, desnuda, con la moral hundida, mientras lloraba desconsoladamente. Aparecieron de nuevo las cuatro por la habitación:
- “Deja de llorar como una niña, que esto no ha acabado” Dejo Vero cogiendola del brazo para levantarla y haciendola un gesto, la hizo que se fuera del salón con ella.
Fueron a la habitación de Silvia, y Vero ,sin perder el tiempo, se tumbó boca arriba quitandose el pantalón y la braguita. Mientras se quitaba la ropa, la dijo:
- “No te pensarás que iba a ser la única a la que no la ibas a dar el placer de comerla el chochito verdad? Venga… estás tardando”
Julia no dijo nada, se arrodilló subida a la cama en frente de Vero como una obediente lesbiana sumisa sin poder mirar a cara a su “ama” debido a la vergüenza.
Vero sonrió y levantando su pierna izquierda, enganchó alrededor del cuello a Julia para atraerla hacia su tesoro bien depilado que tenía entre sus muslos.
Por desgracia, empezaba a estar acostumbrada a dar placer mediante sexo oral a personas de su mismo sexo, eso no quitaba su repulsión y asco a partes iguales que le producía, pero sabía que no tenía posibilidad de rechazo.
Mientras pensaba sobre eso y evitaba las arcadas, el coño de Vero se iba mojando de forma acelerada, pero seguía sin satisfacer a Vero, ya que notaba que seguía siendo una novata en el arte de dar placer. Así que deslizó su mano para llegar al coño y abrirlo con sus dedos:
- “No te cortes putita, sabes lo que quiero y ahí es donde necesito que me lamas y chupes. No me hagas cabrearme”
Julia temblaba, Vero era más exigente que Pilar o Silvia, tenía ganas de huir, escapar y llorar a solas, pero no podía. La apertura que le hizo con los dedos Julia, mostraba un derrame de fluido que lentamente acariciaba la cara de Julia.
Vero se impacientaba, así que con la pierna sacudió a Julia, tirando de ella al centro de su coño, ésta cedió y puso su cara sobre su coño abierto y expectante, frotando con la nariz su clítoris grande, mientras su lengua lamía y limpiaba el pegajoso fluido que emanaba del coño.
- “Ufff, que zorrita eres, no pares sigue sigue…” Decía Vero mientras se empezaba a retorcer en la cama de placer.
Julia seguía con los ojos cerrados mientras lamía y la daba placer, no tenía escapatoria ya que seguía presa de la pierna de Vero y lo único que podía seguir haciendo era seguir chupando de ese lugar, lo que aumentaba que fluyera aún más y aumentara el olor a coño excitado que la estaba anestesiando cada vez más.
Pero por desgracia esto no saciaba a Vero, liberó a Julia y levanto sus rodillas para pegarlas en su pecho, mostrando su trasero para decirla:
- “Que siga esa lengua por mi culo, lámelo como a ti te gusta, hazme correrme zorra”
Vero mantenía sus piernas hacia atrás con sus rodillas apretando sus pechos mientras gemía de placer cuando la lengua de Julia acariciaba de forma continua su culo y su cara se mantenía en la humedad de su coño.
A punto de correrse, Vero bajó las piernas y cerró los muslos con fuerza para atrapar la cabeza de Julia, aprovechó para agarrarla del pelo y forzarla a llevarla hacia su clítoris con bastante agresividad hasta que empezó poco a poco a bajar la intensidad de su ritmo, aflojando sus muslos y terminando de correrse en la cara de su “chica”.
Pasados más de dos minutos en el que Vero se mantenía bocaarriba relajada tras el orgasmo y Julia al final de la cama, intentando no ocupar mucho espacio ni emitir ningún ruido, Vero rompió el silencio, diciendola:
- “Al final me voy a enamorar de ti, llevaba tiempo sin sentir un placer igual”
Julia no entró en la provocación y no contestó. Lo que provocó una sonrisa de superioridad en Vero, la hizo levantarse de la cama para vestirse ella otra vez con sus braga y pantalón y volver al salón.
Aparecieron las dos, Julia a gatas como Vero la habia ordenado y ella con una cara de satisfacción que deslumbraba al llegar.
- “Solo quedas tú Valen, no sabes lo que te pierdes”
- “No se… no me llama la atención. Me gustan en exceso las pollas”
- “Pruebalo anda, que aún puedes. Va a hacer lo que pidas ¿a qué si?” Dijo Vero mientras le daba una patada a Julia para que contestara.
- “Si, Valentina, haré lo que tú pidas”
- “De momento voy a aguantar, no os preocupeis, ya tendremos tiempo”
A pesar de la presión popular, Valentina se mantuvo firme en no hacer actos lésbicos con Julia. Silvia tomó la palabra:
- “Sientate en el sofa, que vamos a grabarte un vídeo de despedida” Dijo Silvia indicandola donde debía ir.
Julia asintió y se levantó del suelo para ir hacia el sofá. Se sentó (seguía desnuda) y la indicaron como colocarse, con piernas abiertas para que se le pudiera ver todo el coño depilado y manos en la nuca.
Valentina se puso en frente de ella para grabar, pero con la distancia suficiente para captar todo su cuerpo desnudo y Silvia (al lado de la cámara para no desviar en exceso su mirada) le dijo que le iba a decir preguntas que ella debía contestar. La obligaron a no responder con un sí o un no, sino que debía además recalcar lo que debía hacer.
- “Hola Julia, dinos ¿por qué estás en esta situación?”
- “He sido una zorra, y este es el castigo que debo pagar”
- “¿Alguna vez has hecho actos lésbicos?”
- “Hasta ayer, no”
- “¿Volverás a hacerlos?”
- “No”
- “¿Estás segura? Creo que unas amigas tuyas, a las que las debes mucho respeto y admiración, no están de acuerdo con esa negación”
- “Perdón, solo lo haré si mis 4 amas me lo piden”
- “Muy bien, ¿Te ha gustado? ¿Te gustaría que una chica te hiciera lo que tú has hecho?”
- “Si a ellas les ha gustado, a mi también. No es necesario que me lo hagan a mi”
- “Te estamos viendo desnuda, ¿Te gusta exhibirte como estás haciendo ahora?”
- “No me gusta, pero debo obedecer”
- “¿Por qué no tenías el coño afeitado? ¿Nunca te lo habías planteado?”
- “Nunca había pensado hacerlo”
- “A partir de ahora queremos que te lo afeites una vez por semana, y si en cualquier momento te exigimos foto, lo enviarás sin dudar ¿está claro?”
- “Si, me afeitaré el coño una vez por semana y os enviaré foto cuando me lo pidais”
- “Sobre tus tetitas poco que hacer… ya que son pequeñitas… ¿Te gustaría que fueran más grandes?”
- “Si, como todas, pero por desgracia son pequeñas”
- “Toma, pone esto en los pezones mientras seguimos la charla” La tiraron dos pinzas a la cara, que no pudo esquivar. Una vez puestas en los pezones con su consiguiente cara de dolor, volvió a poner las manos en la nuca.
- “A partir de ahora vas a utilizar el relleno de silicona para aparentar más y usar escotes más vistosos ¿está claro?”
- “Si, ahora usaré relleno y vestiré con escotes”
- “De todas las tetas que tienes en frente ¿Cuáles son las que más te gustan y te dan envidia?”
- “Todas son mejores que las mías”
- “Esa no es la pregunta que te he hecho, decide cuales son las mejores”
- “Si me tuviera que decidir me decantaría por las de Verónica”
- “¿Por qué?”
- “Porque son las que mejor se adaptan a su cuerpo, parecen firmes y con un tamaño justo”
- “¿Te gustaría verlas?”
- “No es necesario”
- “¿Te las comerías?”
- “Si ella quiere, haría lo que me pidiera”
- “¿Por qué no te gustan las mías?”
- “No he dicho eso, solo quería decir que las de Veronica me parecen las mejores”
- “¿Vas a ser una buena chica a partir de ahora?”
- “Si, he aprendido la lección”
- “Si en algún momento te pedimos algo, ¿vas a poner algún problema?”
- “No, obedeceré en lo que me digais”
- “Quiero que seas consciente que si en algún momento vas en contra nuestra por la espalda, lo que ha pasado aquí será solo el comienzo ¿está claro?”
- “Lo sé, os juro que seré una buena chica”
- “Vamos a terminar este video con una demostración de como hay que comerse una polla ¿está claro?”
La hicieron colocarse de rodillas encima del sofá, con las manos sin bajar de la nuca. Verónica se acercó a ella para grabarla en plenitud la cara, mientras Silvia, que manejaba la polla de plástico la fue follando por la cara, captando solo la mano de ésta.
Pasados unos minutos de sexo oral con el juguete, y tras varias arcadas, ya que Silvia intento averiguar hasta donde podía llegar, terminaron la grabación, a pesar de que ya lo había leído y entendía que esto no iba a tener fin, le explicaron los siguientes pasos a seguir:
- “Mira, ahora te vas a ir, eres libre, pero hemos creado un grupo de whatsapp las cuatro contigo, en cualquier momento que te necesitemos, te queremos con nosotras, no habrá peros ni excusas ¿está entendido?” Dijo Silvia de forma chulesca.
Julia asintió, no le quedaba otra. Le devolvieron su ropa y pertenencias y la insistieron que podía hacer ahora lo que quisiera, pero si contactaba con la policia u otas personas para atentar contra ellas, iban a tener repercusiones. Julia estaba desolada, no tenía pruebas y ellas en cambio tenían un arsenal de material para hundirla la poca dignidad que le podía quedar por lo que tenía asumido que debía obedecer aunque eso también significara su fin.
Julia se vistió y cogió su bolso, hizo un amago de revisar si llevaba todo dentro pero quiso ser precavida y evitar más cabreos de los necesarios por lo que asumió que todo estaría en orden.
Pilar acompañó a Julia a casa ya que le pillaba de paso, los 10 minutos de trayecto a su casa lo hicieron bajo una conversación bastante fría que siempre iniciaba Pilar:
- “Como te comenté, poco a poco se van saciando… Espero que vaya terminando poco a poco”
- “No se… tú sabrás… deja de hablar en tercera persona por favor, que tú eres parte”
- “Como te dije, puedo ser tu mejor amiga con ellas. Yo soy del grupo y por eso estoy involucrada pero no te quiero hacer daño como ellas. Por favor creeme”
- “Tus actos hablan por ti”
- “Mira, querían seguir hasta mañana, he conseguido bajar la tensión y que te den libertad. No me creas si quieres, no lo hago por caerte bien”
- “Entiendo que debo darte las gracias”
- “No me las des, no hace falta. Solo quiero que no me temas, no te haré más daño y estoy intentando ayudarte”
- “Gracias, no tendrías por que hacerlo”
- “Te recomiendo que seas fuerte y olvides todo. Cuando estos días pasen, podrás denunciar o buscar venganza pero me temo que no tienes pruebas y ellas tienen material suficiente para hundirte aún más. Pero, haz lo que quieras”
Se despidieron antes de llegar a la casa, cuando Julia cruzó la esquina y se dispuso a sacar las llaves del portal, empezó a llorar y no paró hasta estar sola en casa. Por suerte, sus padres no estaban en casa, los fines de semana solían marcharse a la casa de campo que tenían en las afueras, lo que era un alivio ya que iba a tener una soledad deseada para intentar recomponerse y no dar explicaciones a nadie.
Por favor, como en la primera y segunda parte comenté, es mi primer relato y me gustaría conocer sus impresiones. Tienen mi email (garcialexre@gmail.com) a su disposición ¡Disfruten!