Venganza a mi suegra ( II )

La segunda parte de la venganza de un yerno a la tiranía de su suegra. Continuará...

VENGANZA  A  MI  SUEGRA  ( II )

Los domingos en lo que mi esposa trabajaba eran bien aburridos, me levantaba tarde y enredando por la casa la mañana se iba pasando, pero las tardes… las tardes eran soporíferas. `` Podía llamar a mi suegra y pasar un buen rato ‘’, me dije, pero tampoco quería abusar, después de lo vivido el día anterior, a sus 67 años la pobre estaría deshecha, me contesté a mí mismo.

Recogí a Lucía en el trabajo para ir a comer a casa de sus padres como cada domingo, el cocido dominguero en invierno y la paella en verano eran sagradas, hacía buen día en septiembre, tocó paella. Durante la comida mi suegra vociferaba con el marido.

CM: Pepe, me ha llamado Margarita de la aldea, tiene un montón de huevos, tomates y pimientos, para que vayamos esta tarde a buscarlos, se le van a estropear

PP: esta tarde ¿? Ni lo sueñes, esta tarde juega el Barça, si se estropean que los tire. Si no, que te lleve Fran que estará solo.

CM: Ya, claro, Fran te va a hacer todos los días tus obligaciones, he dicho que me llevas y punto

Me pareció una insinuación en toda regla, mi mundo se abrió ante mis ojos

F: Claro que la llevo, Camila, deje al hombre ver el partido

CM: No puede ser, Fran, si no es la liga es la Champions y si no lo que se le ocurra, está hecho un vago, no podemos consentirlo

F: Yo la llevo, mujer, así vemos cómo van los castaños, ya pronto es la época y a lo mejor cogemos alguna castañita.

Dejamos a Lucía en el trabajo y nos fuimos en mi coche a la aldea, a unos 20 km de distancia montaña arriba. El ritual no variaba, silencio absoluto. Pero a medio camino, al empinarse el terreno, mi suegra rompió el hielo

CM: Fran, a ver si encuentras un hueco para aparcar, tengo que orinar, no llego a la aldea.

F: Arrimo a la cuneta, si quiere

CM: Qué pasa, que en esta carretera no te sabes los caminos estrechos ¿?

F: Jajaja, no mucho, no

CM: Pues al pasar esas peñas puedes meterte unos metros, por ahí atajábamos con los carros de niñas.

Acaté la orden, tomé el camino, eran como dos senderos separados por matojos en el medio, arrimé a la izquierda, Camila se bajó con prisa, se meaba de verdad, dándome la espalda, con pudor, se bajó las bragas y se puso en cuclillas apoyando su mano contra un pino, enseguida se oyó el chorro salir, sonaba como un grifo abierto y hacía surco en el sendero de arena, no pude menos, desde mi posición al lado del coche le veía asomar sus nalgas blancas bajo la falda, me pudo el instinto, cuando oí que el chorro bajaba de volumen y el río dejaba de circular por el camino, me saqué un pañuelo de papel, me le acerqué por detrás, me incliné como ella y metí la mano por debajo de sus nalgas, desde la espalda, déjeme a mí, le dije, yo la limpio.

CM: No hijo, por Dios, qué vergüenza, ya hicimos ayer suficientes locuras, se acabó el tema.

F: Schusss, no se lo pido, se lo ordeno¡¡ Yo la limpio.

CM: Fran, por favor, ya pagué ayer mi penitencia, por eso no quería que me trajeras, sabía que querrías más. Y no, de verdad, con lo de ayer te llegó.

No le hice ni caso, sin dejarla levantar le llevé la mano al chocho, primero le limpié los restos con el papel y enseguida lo dejé caer restregando mi mano en la pelambrera. Las ideas se amontonaban en mi cabeza, me encantaba disfrutar de esa vieja y sobre todo llevarla a mi terreno, no tardó en emitir los primeros gemidos y quejas, `` esto no está bien, lo sabes, no está bien ‘’, yo seguía a lo mío haciéndole una mojada paja trasera.

Acabaron las quejas con la excitación, solo gemidos se escuchaban. Y mi mente se iluminó, no te muevas de esa posición, espera 1 minuto ‘’ le dije. Me fui al coche, abrí el maletero y cogí el plumero que utilizaba para quitarle el polvo al salpicadero del coche, su mango siempre me había llamado la atención, era de madera barnizado, grueso y largo, unos 20 cm, redondeada la punta, de él salían unas tiras de plumas artificiales de colores, rosa, azul, blanco y verde. Regresé junto a mi suegra, levanta le dije, apoya las manos contra el árbol y agáchate un poco, separa las piernas. Al hacerlo, vi cómo se estiraban a los lados las bragas que aún llevaba colgadas a los tobillos, eran blancas, en el centro se apreciaba una mancha amarillenta, si ya venía caliente la vieja ¡¡ ‘’ me dije.

Escupí al mango y se lo fui acercando, le separé los empapados labios vaginales no lo dedos y se lo posé en la entrada, `` que es eso,  se nota frío ‘’ me dijo,

F: Va a ser una buena chica y se va a tragar por el coñito lo que yo le meta, y sin rechistar

Se lo fui metiendo poco a poco, tampoco quería lastimarla, centímetro a centímetro lo alojé en sus entrañas, apenas protestaba, `` estás loco, Fran, estás loco ‘’, solo me decía.

La imagen era inverosímil, mi casta suegra con las manos apoyadas en un árbol, agachada con las piernas abiertas y las bragas en lo tobillos, saliéndole del coño un floreado abalorio de largas plumas de colores, no pude menos, me saqué el móvil y le hice varias fotos. Comencé el mete y saca, dentro y fuera, dentro y fuera, ya le gustaba a la muy zorra, ´´ dale, dale ‘’, se atrevió a decir minutos después, estaba gozando. No tardó en empezar con el tembleque, sácalo, deja que me salga ‘’, me dijo, al hacerlo, tras escucharse un nítido choff ‘’ se corrió a chorros, las dos primeras andanadas fueron directas a sus bragas, las siguientes por los muslos abajo. La dejé incorporarse y al intentar vestirse vio el estropicio que se había formado en la braga

CM: Joder, Fran, cómo me has puesto, y ahora qué hago con esto ¿?

F: Qué cómo la he puesto yo ¿? Usted se ha corrido solita, jajaja

CM: Para tirarlas, hijo, para tirarlas. Aquí se quedan

F: Mejor, así hasta llegar a la aldea voy viendo el paisaje

CM: Qué paisaje ¿?

F: Ese peludo que tiene usted entre las piernas y me vuelve loco

CM: No, si… si lo que no pase a mí no le pasa a nadie ¡¡

Con la falda subida, enseñándome y toqueteándole el coño fuimos hasta la aldea. Se entretuvo charlando con su amiga Margarita mientras yo cargaba el coche, `` abre las ventanas de la casa para que se oree un poco cuando termines ‘’, me dijo. Así lo hice, me asomé por una de las ventanas observando la charla de las viejas, cuando se despidieron subió a la casa

CM: Bueno, solucionado, cerramos y nos vamos

F: Cerrar, cerramos, pero aún no nos vamos. Claro, cómo usted ya se ha quedado a gusto con el plumero, jajaja

CM: No, si sabía yo que el viaje acababa en verbena ¡¡

Me acerqué a ella y empecé a comerle la boca, me correspondió, al separar nuestros labios me decía, `` Fran, algo rápido, que la gente habla ‘’ la llevé entre besos hasta la mesa del salón que estaba cubierta por una vieja sábana como el resto de los muebles, hice que apoyara los codos en ella dándome la espalda, le subí la falda y sin la dificultad de las bragas derramadas se la metí hasta el fondo, qué salto dio al sentirla ¡¡

F: Le gusta ¿?

CM: Sí, hijo, más que el plumero

Me estaba matando de gusto la vieja, ella también gozaba, las palabras que me dijo la delataron y encendieron otra luz en mi mente

CM: Agggg, qué gusto me das, hazme lo que quieras, Fran, lo que quieras

F: Lo que quieras es mucho decir, mire que soy muy pedichón

CM: Aggg, me encanta esto. Lo que quieras es lo que quieras, hijo

Después de restregársela en círculos interiores haciéndola bramar, me separé, tal y como ella estaba me agaché, le abrí las nalgas y por primera vez le vi el ojete abierto, un agujero chiquito y estrecho con las canales algo oscurecidas, me acerqué y lo olí, no era desagradable, le hinqué la lengua en él y se lo empecé a chupar y llenar de saliva

CM: Qué haces, hombre, eso es el ojete, no seas guarro¡¡

No hice caso, seguí a la faena haciéndole un beso negro en condiciones, bandido, qué bandido eres ‘’ me decía, vas a saber lo que te va a hacer el bandido ‘’, me dije a mí mismo.

Me levanté y sin ningún tipo de dilatación y sin más lubricante que mi lengua le acerqué la polla al culo, cuando hice el primer intento de meterle el capullo dio un respingo y me preguntó

CM: Qué me vas a hacer ¿? Con eso no, ni se te ocurra que me partes en dos, nada ha entrado por ahí jamás.

F: Lo siento, ha dicho lo que quiera, y lo que quiero es esto, su culo, se lo he comido y ahora voy a entrar

CM: Pero hombre, no ves que eso duele un montón ¡¡

F: Será solo al principio, después le gustará, confíe en mí.

CM: Ya, y ahora me vas a decir que si no es por las buenas será por las malas, verdad ¿?

F: Verdad

Ella sola se puso de nuevo en posición, qué sea lo que Dios quiera ‘’, dijo entre dientes. Me eché saliva en el capullo y se lo metí, gritó de dolor, fui compasivo, dejé que se acostumbrara a él, cuando observé que se relajaba se la metí hasta la mitad. Nooooo, dijo, me matas ¡¡ ‘’  `` Nadie se muere por esto, mujer, ‘’ le contesté mientras se lo enterraba en el fondo.

CM: No aguanto, Fran, te juro que no aguanto, sácala por Dios ¡¡

Le hice caso, la saqué, no quise decirle que mi polla salió manchada de sangre, me arde ‘’, dijo al sentirse liberada, me volví a agachar y le escupí en el ojete, la embadurné y fui dilatándola con los dedos, eso es otra cosa ‘’, decía la muy zorra, después de juguetear con tres dedos en su recto volví a la carga, las quejas fueron menos, esto es de locos, de locos ‘’, era su única expresión. Yo estaba en las nubes, no recordaba haber sentido mi polla tan apretada, el placer era máximo, inicié un bombeo rápido, gustoso, ´´ me voy a correr ‘’, le dije y la muy guarra me contestó extasiada, sí, mi amor, llénamelo de leche ‘’. Dicho y hecho, al oír esa petición me corrí como un cosaco, la llené de verdad, como ella me pidió.

CM: Se ha quedado tranquilo el nene ¿?

F: Muy tranquilo, me ha encantado follar su culo

CM: Me has hecho daño de verdad, que lo sepas, el final… no ha estado mal, pero cuando has entrado he estado a punto de desmayarme.

Joder, Fran, estoy sangrando ( dijo al limpiarse con el papel higiénico que le traje del aseo )

F: Claro, la he desvirgado, jajaja. No se preocupe, no es nada.

CM: Pues la verdad es que ese agujero lo has desvirgado, madre mía, a mi edad ¡¡ De dónde sacas estas ideas ¿? Primero el plumero y ahora me rompes el ojete, menuda tarde me has dado ¿?

F: Me vienen solas a la cabeza, jajaja

CM: A mi hija también se la metes por ahí ¿?

F: Algunas veces, ella no es tan quejica como usted, jajaja, la lubrico bien y le gusta

CM: Claro, a ella lubricante y a mí a pelo, como a las cabras ¡¡

F: Jajaja