Venganza a mi suegra
Un yerno humillado encuentra en el chantaje su venganza con la suegra.
VENGANZA A MI SUEGRA
Nunca me pude imaginar que el más ínfimo de mis pensamientos impuros se iba a dirigir a mi suegra. Era un ser ruin, despreciable, mal educada, siempre de malhumor. Desde que empecé a salir con única hija, Lucía, mi relación con ella fue un calvario, bueno, la mía y la de todo el mundo menos su niñita. A Pepe, mi suegro, le trataba como un trapo, inútil era el adjetivo preferido que le dedicaba cien veces al día. A mí… algo parecido.
Se llama Camila, tiene 67 años y cobra la merecida pensión, como ella dice, su marido es 10 años mayor y el hombre ya está para el arrastre. Le sobran algunos kilos, sin llegar a estar gorda, buen culo y grandes tetas que siempre supuse caídas, pelo largo rizado, no muy alta, nunca ha quitado el sentido a los hombres, pero para su edad, se deja ver.
El regalo de boda que mis suegros nos hicieron era como una condena, un gran regalo, eso sí, pero de cara penitencia. Se compraron un gran chalet pareado en una urbanización, y a su hija le regalaron el izquierdo. Vecinos de por vida, la vieja se entrometía día y noche en nuestros asuntos.
Era de misa diaria, todos los días lloviera o calentase iba a misa de siete con sus amigas, otras putas litúrgicas igual que ella, al salir, chocolate con churros en invierno y heladito en verano. Mientras tanto, el marido haciendo en casa las tareas que diariamente la vieja le ordenaba voz en grito.
Todo saltó por los aires un sábado por la mañana, yo trabajaba, aunque era algo inusual, me habían quedado unos informes por pasar y no quise dejarlos para el lunes, mi mujer, en su trabajo de dependienta en una tienda de moda del pueblo.
Estaba a lo mío cuando un aviso me entró al móvil, aviso de intrusión, decía la aplicación de Prosegur, a los pocos segundos… alarma desconectada, decía un segundo aviso. Entré en la aplicación, ya casi estaba acabando las tareas, le di a opción video y allí en el salón me encontré a la individua, colocaba los cojines del sofá y estiraba las mantas. Tanto a ella como a mi esposa siempre les dije que la cámara solo funcionaba con la alarma encendida, al principio hasta yo creí que era así, pero un día descubrí lo contrario por casualidad. Seguí atento al video entre risas, sabedor de que ella no sospechaba de mi vigilancia, cuando de pronto algo me enfadó, detrás de ella apareció Sultán, un asqueroso y mal encarado pastor alemán con más años que el hilo negro, va soltando pelos por doquier, nos odiamos mutuamente.
Ella estaba agachada de espaldas a la cámara y el chucho le punteaba la falda por detrás mientras colocaba el sofá, oí su voz en el audio, quieto, le dijo, eres un avaricioso… espera un poco y te dejo ‘’. Yo no tenía ni idea a que se refería, una galleta o algo de comer, supuse. Al minuto, la vieja se sienta en el sofá y se deslizada hasta el borde, se sube la bata de cuadros gris que llevaba y deja a la vista una enorme braga negra, el can la observaba sentado inmóvil sobre las patas de atrás, de pronto, se retira las bragas hacia un lado y deja a la vista la mayor pelambrera de pelos negros que yo haya visto, una de mis pasiones, los coños peludos, se dio unos toquecitos en la pelvis y llamó al perro,
toma Sultán, a ver si te gusta ‘’, se oía. El perro, fiel como un Lazarillo se acercó, le olisqueó el coño y sacó su descomunal lengua, parecía un filete de kilo, con ella se puso a rechupar como loco el coño de la señora, ella apoyaba el cuello y la cabeza en el respaldo trasero del sofá y le hablaba
CM: Bien, Sultán, cada día lo haces mejor, otro poquito, no pares ahora
Chupa que te chupa estuvo el bicho más de diez minutos hasta que la suegra empezó a convulsionar dando saltitos en el sillón y a gritar, `` tómala, toma la corrida de mami ¡¡ ‘’
Cuando se calmó, se colocó las bragas, se levantó acariciando la cabeza del chucho mientras le decía, `` bien hecho, Sultán, bien hecho ‘’, se encaminó a la entrada, encendió de nuevo la alarma y salió de casa.
Yo estaba flipando, alucinando por lo vivido, mi suegra, mi santa suegra se beneficiaba al perro¡¡
Durante el fin de semana no pensaba en otra cosa más que en el perrito y en el coño peludo de mi suegra, el de su hija pagó mi calentón al menos cuatro veces.
Y fue durante la comida familiar del domingo cuando puse mi plan en acción
CM: Fran, eres un vago, tienes el jardín a barbecho, el garaje manga por hombro y tu despacho es una leonera, no sé qué habrá visto la tonta de mi hija en ti¡¡
LC: Mamá, ya vale¡¡
CM: Ya vale, no, Lucía, es un desastre de hombre igual que tu padre¡¡
La paciencia tiene un límite, y la mía se agotó en aquella comida, tras tomar en silencio el café, mi suegro se durmió en el sofá y Lucía se fue a casa, voy enseguida le dije. Pero no lo hice, me fui a la cocina a encontrarme con Camila
CM: Por lo menos podías haber traído las tazas, no ¿? Vago, que eres un vago
F: He preferido traer otra cosa, qué le parece si se sienta y se lo enseño
Secándose las manos con un paño se sentó, cogí el móvil y se lo mostré, baja el volumen, me dijo llorando. Bórralo, me dijo en cuanto terminó.
F: No importa que lo borre, lo tengo grabado en el ordenador, esta tarde se lo mandaré por whassap a sus santas amigas, a su hija y a su marido, para que vean la perfecta mujer que es usted.
CM: Eres un hijo de puta y sé que no lo harás, y sabes por qué, porque te mato, te juro que mueres.
F: Tiene razón, no lo haré, y sabe usted por qué ¿? Pues porque va a ser una chica buena y aceptar todas mis condiciones.
CM: Tus condiciones ¿? Quién coño te has creído tú para ponerme condiciones ¿?
F: Pues el que puede arruinarle la vida, acabar con su afamada reputación y hacerla irse a vivir a mil kilómetros de aquí, donde nadie la conozca, pero tranquila, también allí enseñaré su precioso video, no tiene que estar muy bien visto que una santa baronesa se deje comer el coño por su perrito y le felicite por hacerla correrse.
CM: Eres un guarro, un pervertido, a mí no me hables así ¡¡
F: Quiere oír mis condiciones o me plantó en el ordenador ¿?
CM: Qué coño quieres, desgraciado ¡¡
F: Primera, se acabaron los insultos y vejaciones a mí y a su marido, entendido ¿?
CM: Entendido, lo intentaré
F: No lo intentará, lo hará ¡¡ Segunda, a partir de este momento estará usted a mi disposición y hará todo lo que le pida, y todo es absolutamente todo¡¡
CM: Todo ¿? Con respecto a que ¿?
F: Con respecto a lo que me salga de la polla, y le aseguro que de ahí me salen locas ideas
CM: Ni lo sueñes, no me ha tocado más hombre que mi marido y así moriré¡¡
F: Puede ser, pero morirá usted siendo para todos la zorra del pueblo, la puta que se folla a los perros, se lo juro, no tendré compasión como usted no la ha tenido conmigo en diez años.
CM: Haz lo que quieras, pero no dejaré que me humilles
F: Mire, Camila, me voy a descansar, piénselo, retomaremos esta conversación en otro momento. Pero sepa una cosa, le juro que no me temblará el pulso.
Dejé pasar unos días, el miércoles se me presentó la ocasión, mi suegro era muy futbolero y su equipo jugaba la Champions en Ucrania, el partido era a las siete, él iría al bar de la peña como siempre y hasta las nueve no regresaría, mi mujer también salía de trabajar en el comercio a esa hora, lo recogería y vendrían juntos. La vieja estaría sola, no iba a misa los días que no quedaba nadie en las casas, decía que los ladrones acechaban siempre.
Desde el domingo mis ideas habían cambiado, no iba a pedirle cosas amenazando con enseñar el video, las cogería yo por la fuerza, lo que me apeteciese, estaba seguro que ella no me delataría por temor a quedar en evidencia. Si intentaba hacerlo por las buenas nos pasaríamos el tiempo entre insultos, amenazas y negociaciones, y esa tarde… tiempo no tenía mucho.
Guardé el coche en el garaje, me armé de valor y toque al timbre, quién es ¿? Se oyó al otro lado de la puerta, soy Fran, abra, contesté seco.
CM: Qué quieres ¿? No tienes casa ¿?
F: Vengo a recoger lo mío
CM: Y qué coño hay tuyo en esta casa, idiota ¿?
F: Usted, vengo a por usted¡¡
No le di tiempo a contestar, le solté un bofetón que se oyó en toda la casa, le puse la mano en la mandíbula apretando la cara, cerré la puerta de la calle con el talón y sujeta la llevé a la cocina, va a hacer lo que yo diga y sin protestar, le grité antes de darle el segundo bofetón
CM: Puedes matarme si quieres, pero no lo haré y llamaré a la Guardia Civil ahora mismo¡¡
No le hice ni caso, la apoyé contra la encimera y sujetándola empecé a besuquearle el cuello
CM: Suelta, cabrón, eres un pervertido y me estás lastimando
Ya no había vuelta atrás, la situación me excitaba, ni yo mismo me reconocía, estaba empalmado como un burro, estaba a punto de cumplir una de mis fantasías y mi polla estaba mil. La agarré por los pelos hasta hincarla de rodillas
F: Suélteme el cinturón y desabroche el pantalón
CM: Una mierda¡¡
Le di otro bofetón, este con más fuerza si cabe, hágalo o la mallo a palos ¡¡
Agarrada por los pelos lo hizo y ante ella apareció mi polla saltando como un resorte, `` Dios mío, pero esto qué es ¿? ‘’, dijo al verla
F: Le gusta, ehh
CM: Piensa en mi hija, no puedes hacerle esto, va a ser un escándalo¡¡
F: No meta a su hija en esto, la amo con locura, esto es solo sexo, entre usted y yo, debe de estar muy necesitada para recurrir a un perro, yo calmaré sus deseos
CM: No quiero que calmes nada, cabrón, quiero que me sueltes y te vayas a tu casa
F: Métasela en la boca de una vez, y ojito con morderla, le juro que se arrepentirá. Chúpemela ¡¡
La llevé con la mano hasta la polla, sentí sus labios cerrados en ella, con cierta repulsa fue abriendo la boca y se la fue metiendo, comenzó a chupar, desorientada, notaba el roce de sus dientes, solo lengua y labios, le ordené, y poco a poco me empezó a hacer una rica felación, me gustaba y creo que a ella también, a los pocos minutos se la sacó de la boca, me miró desde el suelo y me dijo
CM: Hala, ya está, con esto pago mi deuda, borra el video y vete.
No sabe lo que dice ‘’, le contesté, la levanté y de un empujón la apoyé en la mesa de la cocina de espaldas a mí, la agarré fuerte contra la encimera, le levanté la bata y pude ver sus blancas bragas ocultando su culo regordete, le sujetaba el cuello con la mano izquierda presionándole la cabeza contra la mesa, con la derecha le iba bajando las bragas como podía,
me haces daño joder ‘’, me dijo,la suelto si se está quieta, de usted depende ‘’, contesté,
vale, y acaba de una vez, te arrepentirás de esto ‘’.
La solté, bajé del todo las bragas hasta quitárselas por los tobillos, estaban limpias pero se notaba una mancha de húmedo líquido transparente, está lubricando, me dije. Toqué su sexo con mi capullo, estaba ardiendo, con cuidado, por favor, no estoy acostumbrada a esa enormidad ‘’, me dijo. Se agarró al borde de la mesa con las dos manos, como previendo lo que se le venía encima, apunté al centro de su chocho agarrándome la polla con la mano, se la coloqué y la penetré hasta el fondo de sus entrañas sin compasión. Dio un grito aterrador,
sácala, por Dios, me partes en dos¡¡ ‘’ berreó, se la dejé al fondo, para que se acostumbrara a su tamaño, sentí que al poco se relajaba, comencé el bombeo, primero despacio, poco a poco más rápido hasta convertirse en una follada en toda regla. `` Le gusta ¿? ‘’ Pregunté al sentir sus gemidos, no contestó, seguí y seguí, ufff, ufff, bramaba cada poco, hasta que noté como las piernas le temblaban y daba saltitos, aggggg, dijo, se estaba corriendo, antes de que terminara con su gemido aceleré, ‘’ ya, ya ‘’, me decía y me vacié dentro de ella, la mayor corrida que recuerdo de mi polla, al sentir mi leche caliente y mi pene embadurnando su interior de nuevo los saltos y temblores regresaron, de nuevo se corrió.
La saqué, sonó un choff y de su coño salió un borbotón de esperma que se depositó sobre sus caídas bragas, me guardé mi bicha sin limpiar y me vestí. Ella, sin mediar palabra se incorporó, cogió las bragas del suelo y se las puso en su encharcado coño, se vistió, me miró y me dijo, `` vete ¡¡ ‘’ Esta vez obedecí, no dije ni palabra y me fui a mi casa.
Apenas coincidimos en toda la semana, ni el más comentario de mi mujer ni de su marido al respecto, todo iba según planeé. La excitación de esa noche la pagó mi mujer que se llevó unas buenas raciones de sexo cada noche, pero en mi mente no había otra cosa que el ardiente y peludo chocho de mi suegra, la deseaba otra vez, no era su cuerpo, ni su cara lo que me atraía, era el conjunto, toda ella, la excitación del forzamiento, el saber que había disfrutado al menos dos veces, su silencio, su vestirse en silencio dejando mi semilla en su interior sin intentar limpiarse. Tenía que volver a la carga.
Y ese día fue el sábado, mi esposa se fue a las nueve treinta al trabajo, salía a las dos, estaba a la expectativa, sabía de sus movimientos después de tantos años de vecinos, a las diez menos cuarto pasaba el panadero y ella salía a recoger el suyo y el nuestro, salí a su encuentro en cuanto el hombre arrancó la furgoneta
F: Buenos días, a las diez te quiero en mi casa
CM: Eso no te lo crees ni tú
F: Tú misma, te estaré esperando, tu marido está en la huerta hasta la hora de comer, no se te ocurra fallar.
Estaba en el salón, pendiente del reloj, deseoso e impaciente, eran las diez y media y no había ni rastro de su presencia, si a menos cuarto no viene salgo a buscarla, me dije, no hizo falta, minutos antes sentí como metían la llave en la cerradura y abrían la puerta. Apareció en el salón, se había cambiado de ropa, traía una camiseta blanca y pantalón vaquero, como protegiéndose.
CM: Qué quieres, Fran ¿? Quiero que dejes tus locuras, lo del miércoles lo pagarás, no sé cómo pero te lo haré pagar
F: Pues tu coño no pareció quejarse mucho, te corriste un par de veces
CM: Una cosa es la reacción de mi cuerpo, y otra cosa es mi cabeza, me violaste, Fran, violaste a tu suegra.
F: Lo sé, y me encantó, por los años de humillaciones e insultos que llevo aguantando.
CM: Mira, no he dicho nada a nadie lo dejamos así, borras el video, no se repetirá, lo juro. Pero esto se acabó, soy la madre de tu mujer, ella te quiere.
F: Y yo a ella, ya le he dicho que esto no tiene nada que ver con su hija, es la única vez que he estado con otra mujer, siempre la he respetado. Pero la deseo a usted, lo siento, no sé qué tiene que me atrae muchísimo, y si no la tengo por las buenas será por las malas.
CM: No me hagas esto, Fran, siempre he sido fiel a Pepe.
F: Esto no es ser infiel, es solo sexo, sexo secreto. No me diga que no disfrutó
CM: Te repito que las reacciones de mi cuerpo no pude reprimirlas, no soy de piedra, pero no deseé lo que me hiciste, me forzaste y golpeaste.
F: No se volverá a repetir, será todo consentido, quiero disfrutar de usted, la necesito
CM: Pero si tienes a mi hija con un cuerpazo y guapísima, qué más quieres ¿?
F: A usted. Me excita mucho, la deseo, quiero que sea mía otra vez.
Me acerqué a ella despacio, la agarré por la cintura e intenté besarla, me hizo la cobra y se retiró.
F: Por las buenas o por las malas, usted elige.
No contestó, estuvo unos minutos con la cabeza girada mirando a la pared, le agarré por el pelo pero sin lastimarla, le giré la cabeza hasta que me miró, usted elige ‘’, le pregunté de nuevo.
Por las buenas ‘’, contestó susurrando, no la he oído bien ‘’, inquirí,
por las buenas, Fran, por las buenas ‘’, me dijo.
Llevé mis labios a los suyos, un pico, dos, tres, solo me miraba, saqué la lengua pero su boca no se abrió, me retiré y la miré desde unos 20 cm atrás, bajó la mirada en silencio, volví a la carga y esta vez sí, la abrió y sacó la lengua a pasear, nos dimos un buen morreo, largo y apasionado, mi suegra suspiraba, sin soltar sus labios la fui llevando hasta la mesa y la apoyé frente a ella, ya gemía la viejita. Al sepárame un poco vi que de sus ojos salían un par de lágrimas
F: Qué le pasa ¿? Estoy siendo cariñoso¡¡
CM: Lo sé hijo, lo sé, no es eso, es que… qué vergüenza¡¡
F: A ver, vergüenza de que, seamos francos
CM: Me gustas, Fran, a mí también me excitas, me encantó lo que me hiciste en la cocina, hasta que me forzaras me gustó ¡¡ joder¡¡ qué vergüenza, eres el marido de mi niña ¡¡
F: Disfrutemos, Camila, el uno del otro, déjese llevar, y olvide a su hija, la amo, esto no interferirá en nuestra relación ni en nuestros sentimientos.
Arrinconada contra la mesa de salón, Camila se dejó hacer, correspondía a los besos de su yerno, a sus caricias, le fui subiendo la camiseta hasta dejarle los pechos con el sujetador a la vista, ahí me detuvo
CM: No me quites la camiseta, llevo las axilas sin depilar y me da cosa¡¡
F: Mejor, eso me gusta, los sobacos y el coño bien peludos, me pone a cien, eso me encanta de usted, con que se afeite las piernas es suficiente
Le quité la camiseta y para demostrar mis palabras le subí un brazo, hinqué mi boca en la pelambrera de su axila, olía un poco a sudor, no mucho, lo suficiente para excitarme más, repetí la operación con el otro brazo, pareció gustarle. Le desabroché el sostén y sus tetas cayeron sin remedio, eran grandes, blandas y caídas por la edad, pero con una aureola y un pezón negro que parecía un dedal de coser, me encantó chuparlos y morderlos
CM: Me gusta esto, Fran, enséñame cosas, haré lo que me pidas, pero tengo muy poca experiencia, con Pepe el misionero y se acabó, la del sultán es la única lengua que me ha lamido
F: Se ha follado al perro, se la ha metido ¿?
CM: No por Dios, jamás ¡¡
F: Le gustó que yo la follara ¿?
CM: Sí, la tienes enorme, me llenaste toda, la sentía en el estómago y cuando te corriste… ufff, casi me desmayo
La bajé el pantalón y las bragas dejándola en pelotas, la senté en la mesa con las piernas flexionadas y la espalda apoyada, tenía aquel bicho peludo a mi disposición, le voy a comer el coño ‘’, le dije,
puede que te huela mal, me duché anoche ‘’, contestó. No le hice caso y me lancé a por él, estaba mojado, sabroso, olía a hembra y algo a orín, pero me encantaba, fue darle tres o cuatro chupetones fuertes y pasó lo inesperado, ni ella misma sabía que era capaz de ello, empezó a temblar sobre la mesa como si le diera un ataque, gritaba, `` agggg, qué me pasa, qué me pasa¡¡ ‘’ y soltó uno, dos, tres chorrazos de flujo por su sexo que me impregnaron, salpicaron mi cara, mi pelo, mi pecho y dejaron un importante charco en el suelo. La dejé recuperarse, exhausta, agotada.
CM: Lo siento, hijo, nunca me había pasado esto, no sé lo que es
F: Se ha corrido en toda regla, Camila, es una eyaculación femenina por la excitación, es usted una privilegiada, pocas mujeres lo consiguen.
CM: A mi hija también le pasa ¿?
F: No, su hija se corre muy bien y moja la cama, pero no a chorros.
Corté la conversación y según la tenía la penetré sin dilación, fuerte, hasta el fondo. Aggg, gritó, `` me matas, Fran, me matas de gusto ‘’.
Dos veces tuve que salirme antes de correrme, las dos por lo mismo, estrujaba su coño con mi mano y mi suegra entre gritos soltaba cataratas de flujo. Cuando por fin la llené de esperma consiguió calmarse.
Repitió el ritual del miércoles, otra vez en silencio, sin comentar la jugada, se puso las bragas y el sostén, sin limpiarse, se vistió, fue a la cocina y pasó la fregona. Se encaminó a la puerta y al llegar al pasillo se giró y me dijo, `` adiós Fran, ya me avisarás ‘’.
Me tenía loco, lo reconozco, no había llegado a la calle y ya me la habría follado otra vez. Recogí a mi mujer en el trabajo tras ducharme y vinimos a comer a casa de sus padres. Todos estaban tan tranquilos, Camila se había cambiado y parecía haberse duchado, llevaba un vestido por las rodillas, viejo, muy usado, con tres botones desabrochados que al agacharse para servir la comida dejaba ver su sujetador y parte de sus senos dejándome tontito.
Comimos sin novedad, sin insultos ni reproches, hacía buen día y mi mujer y su padre bajaron al jardín al sol, yo había ido al servicio, al regresar a la cocina vi a mi suegra asomada a la ventana hablando con mi mujer que escuchaba desde el jardín. Estaba de espaldas a mí, con el culo hacia atrás, en pompa, de nuevo me excitó la situación.
No me corté, a hurtadillas y agachado, gateando como un bebé llegué hasta ella, vi que sorprendida me miraba de refilón, pero en silencio, me senté bajo ella con la espalda en la pared bajo la ventana, no se me veía desde el exterior, le subí el vestido y cerró las piernas dándome un pequeño manotazo, no hice caso, metí la mano y ella receptiva abrió las piernas, le separé las bragas a un lado, eran negras, se había cambiado, su coño peludo quedó a mi merced, no pude menos, me lo llevé a la boca y chupé, comí, succioné con pasión. Su voz se entrecortaba, estás bien, mamá ‘’, se oía decir a mi esposa,
sí, sí, hija, mejor imposible ‘’, contestó la vieja. Ha salido Fran del aseo ‘’, preguntó Lucía,
creo que sí, déjalo, estará haciendo algo importante ‘’, le dijo la madre.
Fue la comida de coño más excitante que he hecho en mi vida, el morbo de la situación me llegó, casi a correrme, aguanté como pude, me retiré hasta la mesa, me apoyé y me saqué la polla, llamé a mi suegra con el pito en la mano, por favor ‘’, le dije cuando me miró,
no te muevas hija, dame un minuto , gritó al jardín.
Estás loco Fran, eres un salido ‘’, me dijo, se agachó sin ponerse de rodillas, se metió la polla en la boca y tras cuatro o cinco chupadas se lo llené de esperma. Se lo tragó entero, todo, se levantó, se pasó el dorso de la mano por la boca y me dijo, te habrás quedado a gusto, bandido, anda, vete al sofá que va a subir Lucía’’,
gracias ‘’, le contesté.
Tras llevar a mi esposa al trabajo saqué a pasear a Sultán, me reía al verle sacara la lengua, cuando regresé a casa estaban mis suegros en la puerta, Pepe había sacado el coche, estaban discutiendo y al llegar a ellos les dije, `` haya paz ¡¡ ‘’
PP: Tú te crees, a estas horas se le ocurre bajar al Carrefour, justo cuando yo iba a ir a la peña
CM: Tengo que hacer compra, te lo llevo diciendo desde ayer.
F: Camila, deje que vaya el hombre a la peña, habrá partida, yo la bajo, ya que está su coche afuera vamos en él.
CM: No hijo, no te molestes, que apechugue¡¡
F: No es ninguna molestia, yo la bajo.
Y así hicimos, solté al perro y nos fuimos en el coche de Pepe, en silencio, sin mediar palabra. La situación era excitante y el ir en silencio hacía que mi imaginación se disparase, mis hormonas también. Dicho y hecho, recordé mis andanzas de juventud, cuando Lucía y yo hurgábamos por los caminos vecinales en busca de escondites para tener sexo de novios. No me lo pensé, en cuanto llegó el ramal lo tomé, enseguida apareció un camino de tierra lleno de baches, cogí por él y a unos 200 m, entre varios robles aparqué el coche, Camila no había abierto la boca ni siquiera al desviarme. Al apagar el motor habló, solo dijo una palabra, un monosílabo
CM: Y ¿?
F: Bájese del coche, quítese las bragas, súbase el vestido y apóyese en el capó, cuando lo haya hecho todo me llama.
Abrió la puerta sin decir ni mu, la cerró, se quitó las bragas y las lanzó contra el parabrisas, se subió el vestido y se recostó sobre el motor del coche apoyando su pecho en él, ven Fran ‘’, gritó. Yo estaba como un burro, me bajé y me posicioné tras ella, me agarré el pito y se lo ensarté en el coño, ya estaba babeante, me agarré a su cintura y me la follé con deseo, qué gusto me daba esa vieja, entraba y salía como poseso, no tardó en gritarme,
me viene, Fran, me viene como antes, déjalo salir ¡¡ ‘’ se la saqué y solo con ponerle la mano en el chocho le salieron chorros por doquier, `` sigue ‘’, me dijo cuándo se calmó, se la clavé y minutos después acabé en su interior.
De nuevo se hizo el silencio, se acomodó la ropa y al irse a poner las bragas la detuve.
F: No se las ponga, me las voy a llevar de recuerdo
CM: Hijo, te las doy al subir de vuelta si quieres, ahora tienen que evitar que tu leche me baje por los muslos, no te parece ¿?
Nos sentamos en el coche y al arrancar puso su mano sobre la mía
CM: Fran, ya sé qué haremos siempre lo que quieras y cuando quieras, estoy dispuesta y mentalizada, soy tu esclava, pero quería pedirte un pequeño favor.
F: Dígame
CM: Cuando acabes de follarme te importaría darme un beso cuando me vista ¿? No quiero sentirme como una puta vieja usada.
Me acerqué a ella y le di un morreo, la besaré siempre que usted quiera ‘’, le dije,
gracias hijo, gracias ‘’. `` Oye, jajaja, tres corridas llevas hoy, no te quejarás de tu suegra ¡¡ jajaja ‘’
F: Y la caña pescando, jajajaja
Se nos hizo tarde al subir y ya fuimos directos a recoger a Lucía, entre risas le contamos lo ocurrido para ir al Carrefour con Pepe, y de repente dijo, oye, no os habréis olvidado de comprar leche ¿? ‘’
No hija, no ‘’, contestó la madre, `` de leche vamos hoy bien servidos, jajaja ‘’.