Vengándome? de Sheila

Me iba a vengar de Sheila, pero se me adelanta para "motivarme" y que todo sea mas excitante

Mi historia con Sheila:

Primera Parte: https://www.todorelatos.com/relato/136728/

Segunda Parte: https://www.todorelatos.com/relato/136777/

Fue una siesta corta pero intensa, me quedé profundamente dormido pero enseguida me desperté. No sé si habré soñado o no, no tengo recuerdos, lo que si tenía es una nueva erección. Seguía con la camisa de fuerza puesta, mis ojos tapados por el antifaz y el tapón anal puesto y vibrando reteniendo el semen de Sheila dentro mío. No sabía si Sheila seguía durmiendo, o siquiera al lado mío, me moví un poco como pude para ver si la encontraba y con mi cara roce sus pechos. Sheila se despertó también de la breve siesta y me subió levemente el antifaz volviendo a recuperar la visión. Allí estaba ella, tumbada de costado, sus pechos perfectos apuntaban a mis ojos mientras una de sus manos acariciaba mi pierna e iba subiendo poco a poco a agarrarme mi dura polla.

“No te sacias nunca?” – me preguntó. Miré inmediatamente para abajo y descubrí que ella también tenía una nueva erección a lo que respondí: “Lo mismo pregunto”, ella sonrió y me contestó: “Bueno, no te puedo dejar así”. Acto seguido, me empezó a pasar la lengua suavemente por el capullo de mi polla, tan suavemente que me desesperaba. Pasaba la lengua por el orificio de la uretra, luego le daba una vuelta al capullo y volvía a repetir. Tenía toda la zona tan sensible que me debatía entre el gusto infinito y el dolor profudo. Luego de estar 5 minutos así, con la otra mano me agarro fuertemente los huevos y se la empezó a tragar, muy despacio, toda la extensión de mi polla. Cuando llegó al final, agarró el tapón anal y lo fue moviendo hacia adentro y afuera sin dejarlo salir completamente mientras repetía el movimiento con su cabeza. Lo hacía con una cadencia lenta pero constante, mano en el tapón, la otra en los huevos y su cabeza arriba y abajo. Estuvo otros 5 minutos con esa cadencia lenta, hasta que cambio el ritmo y ahora lo hacía a una gran velocidad, no pasaron 30 segundos del cambio de velocidad que nuevamente empecé a sentir el orgasmo cerca y poco segundos después volvía a descargar mi semen (ya no tan abundante) en su boca. Esta chica me iba a matar a orgasmos, quedé rendido, disfrutando ese momento infinito de relax post orgásmico mientras Sheila me decía al oído: “lo siento nene, pero me tengo que ir a trabajar”. Miré su erección y con la cabeza le hice un gesto señalándola y diciéndole:

Yo: “pero así no te puedes ir..”

Sheila sonriendo me contesto: “sabes, me encanta estar así. Fue una noche increíble y disfrute una barbaridad, pero también me gusta quedarme un poco caliente, voy a estar pensando en ti todo el día y cuando te vuelva a ver voy a tener muchas más ganas.”

En ese momento me acuerdo que pensé que “para gustos los colores” pero por otro lado me alivié ya que estaba molido, yo también tenía un día complicado por delante y como yo ya estaba satisfecho, era algo que me ahorraba. Le puse cara como que no entendía mucho el concepto y le dije “OK”.

En ese momento algo se cruzó por su cabeza, puso cara de haber tenido una idea y poco a poco se le dibujó una amplia sonrisa en el rostro. Empecé a pensar que mi plan de tranquilidad se había arruinado cuando me dijo: “espera aquí un segundo que ya vuelvo”, acto seguido me volvió a colocar el antifaz y se levantó de la cama de un salto. Pensé que íbamos a seguir de fiesta pero lo que escuché fue la puerta de mi apartamento, sus pasos por el pasillo y la puerta de su apartamento. Luego de unos 5 minutos volvió.

Sentándose en la cama me dijo: “sabes, me diste una idea, quiero motivarte para que tu venganza sea muy buena y creo que nada mejor que te quedes muy caliente para cuando nos volvamos a ver”. No entendía muy bien que era lo que Sheila pretendía, yo estaba más que satisfecho y dudaba mucho que pudiera tener otra erección y en todo caso, de volver a tener otra erección, tampoco iba a durar mucho como para dejarme caliente.

Sentí que se sentó encima de mis muslos, paso una anilla por la base de mis huevos y luego siento que a esa anilla le está insertando algo, parecen ser como unas barritas que quedan perpendiculares al aro que coloco anteriormente y luego sobre estas parece colocar otro pedazo de aro por encima. Luego siento que manipula mi flácido pene y lo desliza por un trozo de plástico el cual quedan bastante justo, y ese trozo de plástico lo traba con las barritas que coloco anteriormente en el aro que rodea mis huevos. Ahora me doy cuenta de lo que llevo puesto, me ha colocado un cinturón de castidad!!!. Lo último que siento es un clic, que supongo que es un pequeño candado.

Me saca el antifaz y puedo ver lo que me ha puesto, nunca lo había usado pero si lo había visto. Es un cinturón de castidad de acrílico transparente que me queda realmente apretado. Se acerca a mi cara me da un profundo beso y me dice “un par de días nada más, en cuanto nos volvamos a ver te lo saco y dejo que te vengues de mi”. No dudo de que sería un juego excitante y no creo que un par de días me moleste llevarlo, pero hay un problema y se lo comento tranquilamente “No vamos a poder, viajo mañana a Alemania por trabajo y estaré 8 días fuera, si quieres, a la vuelta lo hacemos”. Sheila pone cara de pensativa, como haciendo cálculos y me dice “8 días es más interesante que 2, nos vemos a la vuelta!”. Acto seguido Sheila me empieza a desabrochar la camisa de fuerza y cuando esta por la mitad, me da un beso fugaz y me dice “nos vemos en unos días, que disfrutes” y sale corriendo a su apartamento. Intento gritarle que no, lucho para desatarme rápidamente pero me cuesta, tardo otros 5 minutos en poder sacarme todo, me pongo un pantalón corto para ir hasta su apartamento, pero a pesar de tocarle el timbre repetidamente no me contesta y al salir una de las vecinas de abajo para ver qué pasaba, desisto de mis intentos y me vuelvo para mi casa.

Me meto en la ducha para asearme de toda la noche, me saco el tapón anal que aun tenia puesto y un hilo blanco sale de mi orificio, había olvidado que Sheila había dejado su semen ahí. Me termino de duchar y me voy a trabajar que tengo un día complicado.

El día transcurre normalmente, tengo mucho trabajo preparando el viaje de mañana y casi no me doy cuenta del aparato hasta que decido ir al baño a hacer pis. Ahí me doy cuenta que tengo que ir a uno de los cubículos y hacerlo sentado. Maldiciendo a Sheila lo hago. El día finaliza y llego a casa. Paso por el depto. De Sheila, pero por más que toco el timbre no aparece. Me estoy empezando a enojar, no me quiero ir con esto puesto mañana a Alemania y sigue sin atenderme. Me voy para casa, para preparar de terminar las cosas del viaje. Si bien, durante todo el día estuve relajado gracias a los múltiples orgasmos de la noche anterior, ahora con la tranquilidad de casa noto como poco a poco mi pene empieza a endurecerse. Pero no puede, llega a un tope y luego viene el dolor de la prisión de plástico. La sensación empieza a ser cíclica, me éxito, mi pene se quiere poner en erección, dolor, relajación y vuelta a comenzar.

Por la noche la cosa fue aún peor, el mismo ciclo, pero en ningún momento puedo descansar bien. Me relajo, me duermo, comienzo a soñar con diferentes escenas eróticas, me despierto del dolor de una erección truncadas, me relajo, me duermo y vuelta a empezar. Cuando el reloj marca las 7 de la mañana, el despertador suena y me despierto con la sensación de no haber descansado nada, con dolor y excitado. Me levanto y antes de salir a tomar el tren, intento nuevamente pasar por el apartamento de Sheila.

Obviamente, la muy puta, no contesta. Resignado me voy para la estación. Intento descansar algo en el viaje pero me es muy difícil, los intentos de erección son cada vez más frecuentes, nunca me había percatado la cantidad de veces que ante cualquier estimulación el pene se intenta parar, tal vez sea solo unas imperceptibles pequeñas erecciones, pero con el cacharro este puesto, nada pasa desapercibido. Llego al hotel, me doy otra ducha intentando despejarme pero es complicado, voy a cenar e intento dormir, o mejor dicho tirarme en la cama para descasar, mañana tengo un día lleno de reuniones.

La noche transcurre aun peor de lo que esperaba, no logro conciliar el sueño más de 30 minutos seguidos, apenas empiezo a soñar algo, me despierto con un intento de erección. La noche pasa, el día arranca, el espejo me devuelve una imagen muy demacrada de mí mismo, me ducho y me dispongo a arrancar con las reuniones. Tengo la sensación de que todo el mundo sabe mi secreto, pero en la realidad nadie se da cuenta, lo que si se dan cuenta es que estoy sumamente irritable. La gente me mira con miedo por como vengo reaccionando, intentan no discutir conmigo y a la hora de los descansos ni siquiera se me acercan.

Llego al cuarto día de trabajo, y realmente ya me es difícil concentrarme más de 15 minutos, creo que la cantidad de leche acumulada en mis huevos se me está subiendo al cerebro, miro a cada mujer que se me cruza y me quedo embobado. Lo peor llega la quinta noche, tengo unas ojeras muy visibles y ya ni siquiera pienso en vengarme de alguna manera especial, solo quiero llegar y enterrar mi pene en el culo de Sheila hasta que pida por favor que pare. Prácticamente no como nada, pero me obligo a bajar a cenar algo el restaurante del hotel.

Estoy cenando solo en la barra cuando al lado mío se sienta uno de mis clásicos ligues cuando voy Alemania, una de las gerentes de la empresa a la que hago consultoría, que siempre que voy terminamos teniendo mucha marcha. A esta chica, Ingrid, la van los juegos duros, le encante que al ate y es una de esas personas que disfruta en el límite del placer y dolor, sin entrar en detalle por que daría para otro relato, en varias ocasiones le he tenido atada, suspendida del techo, totalmente inmovilizada, alternando azotes, pinzas en sus pezones y labios vaginales con un vibrador a baja potencia en su clítoris. Le he tenido así durante cerca de 1 hora y la muy perra entra en un ciclo espiral de querer más dolor hasta que finalmente decido que se corra, en varias oportunidades es incapaz de controlar su vejiga y terminado corriéndose y meandose encima. Se pueden dar una idea de cómo es nuestra relación y lo que en mí, en ese momento, provoco su presencia. Iba a decir erección instantánea, pero en mi caso, lo que provoco, fue dolor instantáneo. Me preguntó por mi irritabilidad estos días, y por mi aspecto bastante demacrado, a lo que conteste que tenía mucho trabajo, que estaba muy presionado, pero que no pasaba nada. Me consultó si quería su ayuda para “relajarme” a lo que le contesté que “gracias, pero no, me voy a dormir que estoy muerto” mentí sin más opciones. Al escuchar mi respuesta, se me acerca a mi oreja, la chupa descaradamente y mientras su mano va subiendo por mi muslo me pregunta “estas seguro?”, justo cuando termina de decir esa frase, su mano se encuentra con algo duro, pero no es lo que ella esperaba, lo palpa bien con los dedos y veo es su rostro que se va formando una sonrisa. Me empieza a sobar los huevos de una forma muy suave por encima del pantalón, quiero reaccionar, pero no puedo. Demasiada leche junta acumulada no me permite moverme. Ella me dice “por fin alguien te enseño lo que a mi tanto me gusta, ahora entiendo por qué estas así, cuantos días llevas con esto?” “5 días” le contesto. Me mira con picardía y sin aflojar la mano de mis huevos tira de ellos, me levanto y la sigo como un zombie en dirección a mi habitación. En cuanto llegamos, ella se desnuda, se tira en la cama y me dice “esta vez te toca darme placer directo”, sin pensarlo 2 veces, me tiro a lamer ese clítoris inflamado, recorro varias veces el trayecto desde su ano hasta su clítoris, luego mi dedo anular juguetea con su ano, y mientras chupo enérgicamente su clítoris, presiono el dedo y la penetro hasta el fondo en su ojete con mi dedo, un par de chupadas más y llega de forma rápida y violenta.

Sin saber lo que hago bien, porque ya no estoy pensando, solo siento dolor y excitación me saco los pantalones, me subo encima de ella y le pongo mi polla encerrada a la altura de su boca, ella comienza a reírse y ahí me doy cuenta de lo ridícula de mi postura, no puedo hacer nada. Igualmente ella comienza a lamerme los testículos y alterna chupando mi ano, lo cual me provoca iguales sensaciones de dolor y placer. Un dedo se introduce en mi culo mientras su boca lame mis huevos y una gran cantidad de líquido preseminal sale de mi encerrada polla, sale mucho líquido, casi como si estuviera acabando pero sin el placer. Ella relame todo y de repente, me empuja y me dice “bueno, ya te dejo bien calentito para quien te haya puesto eso disfrute de vos, ciao!” y se levanta rápidamente, se viste y se va. Me quedo en la cama, rendido, con un profundo dolor y humillado.

Si las anteriores noches fueron duras, esta noche fue lo peor que recuerdo. Desesperado a las 4 de la mañana, envío un mail a la empresa diciendo que me ha surgido una emergencia familiar, que lo siento mucho pero me tengo que volver a Bilbao. Junto mis cosas y me voy desesperado para la estación, tengo un viaje largo, primero un trayecto corto a Paris y cambio de estación para llegar a Bilbao, espero llegar ese mismo día a la noche. Intento visualizar algún tipo de venganza pero no puedo, solo quiero llegar y que me saque el cacharro este, ya no me importa nada más.

Llego a Bilbao por la noche, ni siquiera me molesto en dejar mis cosas en el mi apartamento, voy directo al apartamento de Sheila, golpeo y golpeo, pero no hay nadie. Resignado voy a mi casa, dejo mis cosas, me voy a duchar con abundante agua fría, cuando estoy saliendo de la ducha escucho la puerta del apartamento de Sheila, es tarde, cerca de la 1 de la mañana, me pongo un pantalón corto, una remera y voy hasta lo de Sheila. Golpeo la puerta y me abre otra chica que no es Sheila. Impactante morena, alta, con mucho mas curvas que Sheila y apenas un poquito más rellena que no le quita nada de su atractivo, al contrario, tiene unas tetas de infarto y si bien la estoy viendo de frente, esas amplias caderas solo pueden ocultar un culo magnifico. Unas botas de caña alta hasta las rodillas, una mini, medias de rejilla y un top ajustado es lo que lleva puesto. Se me presenta como Patricia, “amiga” de Sheila, yo me presento tartamudeando diciendo que soy el vecino, que necesito hablar urgentemente con Sheila y ella me hace pasar.

Me dice que Sheila está en el baño, que se fue a cambiar por que recién llegaron de fiesta, me agarra de la mano y me hace sentar en el sillón. Otra vez mi cabeza se apaga, me quedo mirando sus pechos, lo poco que pienso es que la “amiga” también es un transexual pero a esta altura no me importa nada, capaz me metí en la boca del lobo, pero la cantidad de leche acumulada en mis huevos no me deja razonar, creo que solo puedo dar gracias que no esté babeando.

Escucho pasos de tacos, y allí esta Sheila, parece que llegué justo para la fiesta, porque ella viene vestida con un catsuit violeta, botas de 12cm hasta la rodilla, un corset que le hace una figura imposible, y debajo por un cierre asoma su polla erecta. Al verme se queda sorprendida, claramente no me esperaba y se iba a enfiestar con Patricia. Se acerca hacia mí caminando de forma felina, mientras patricia me toma por detrás y me empieza a dar besos en el cuello y con una mano me acaricia mi polla. Patricia descubre rápidamente lo que llevo puesto, la mira a Sheila y sonríe, Patricia me dice: “ahora entiendo tu urgencia, no te preocupes papi, te vamos a sacar toda la leche”. Yo en ese momento estoy en trance, apenas puedo reaccionar a lo que sucede, rápidamente me quedo sin ropa, aun sentado en el sofá Sheila se sube al mismo y me deja su polla a la altura de mi boca, Patricia se arrodilla entre mis piernas y empieza a lamer mis huevos y mi ano. Pierdo la noción del tiempo y de lo que ocurre a mi alrededor, el dolor en mi polla es insoportable y Sheila mueve sus caderas a un ritmo frenético agarrándome de la nuca, cuando está a punto de acabar, se baja, me da la vuelta y quedo apoyado con mi pecho al respaldo del sillón, siento el tacto suave y frio del lubricante y posteriormente el dura polla de Sheila. Patricia, se levanta, la da la vuelta al sillón y de debajo de la minifalda saca una enorme verga dura y venosa, no es que tenga mucha experiencia en pollas, pero esta es la más grande que vi, sobre todo muy gruesa y sin muchos preámbulos me la mete en la boca. Entre las 2 comienzan un ritmo demoledor, por adelante y por detrás. La primera en estallar es Sheila, siento los ráfagas de leche inundar mi culo, al poco tiempo, patricia me agarra por la nuca y me la hace tragar toda hasta la garganta y ahí mismo acaba entre gritos. Caigo en el sillón derrumbado, soy un muñeco de trapo, no puedo pensar en nada, la vista se me nubla del dolor en mi polla y en mis huevos. Me dejan solo en el sillón, veo venir a Sheila con una llave y en ese momento noto como Patricia que se posiciona al lado mío, besándome el cuello y magreando mis huevos. Sheila me libera del cinturón y la erección es instantánea, nunca me había visto mi pene tan grande, tan inflamado y venoso, pareciera a punto de explotar. Las 2 se arrodillan entre mis piernas y me empiezan a chupar la polla, los huevos, el año, el perineo, se pelean entre ellas, luego se coordinan, frenan, aceleran, vuelven a frenar, me están matando, me revuelvo en el sillón desesperado por acabar pero no me dejan. Patricia se levanta y se desliza detrás de mí, ahora es ella la que está sentada en el sillón y yo quedo debajo de ella, se lo que viene, me va a insertar ese pedazo de polla en mi culo, ya nada me importa, lo apunta en mi orificio y yo me dejo caer empalmándome violentamente, empiezo a cabalgar a Patricia mientras Sheila se traga mi polla hasta la garganta. Y en ese momento siento todo a cámara lenta, una sensación que extrañaba empieza a crecer en mi entrepierna, recorre toda mi espina como un rayo y llega a mi cerebro, estallo en la boca de Sheila. Debo escupir cercar de 8 o 9 latigazos muy abundantes de leche, porque Sheila lo quiere tragar todo pero no puede, parte sale por la comisura de sus labios.

Yo caigo rendido, semi desmayado después de acabar de semejante manera, patricia sale de adentro mío, y busca a Sheila para comerle la boca con mi semen, se besan durante 2 o 3 minutos compartiendo mi corrida. Sheila que ya estaba lista nuevamente, pone a Patricia de rodillas y la penetra furiosamente mientras le agarra el pelo y la “fuerza” a tragar mi polla, a pesar de haber acabado hace poco, sigo caliente y vuelvo a tener una erección. La imagen es deliciosa y me recreo en ella. Sheila con su catsuit y su corset, bombeando en el culo de Patricia, mientras patricia me hace una mamada exquisita.

No quiero acabar otra vez con una mamada, quiero un culo para romper así que saco a Patricia de la mamada y cambio posición con Sheila, ahora soy yo el que se la clava a Patricia. Y cuando pensaba que Sheila se la iba a dar a Patricia para que se la chupe, Sheila se pone detrás de mí y me penetra, generando un trencito en el cual yo soy el vagón del medio. Nunca había probado nada igual, tanto placer cada vez que se la saco del culo a Patricia, me empalo con el pene de Sheila y ese movimiento de vaivén me lleva al éxtasis, acabo otra vez de forma increíble, las contracciones de mi culo hacen que Sheila acabe también. Sheila se sienta en el sillón y yo caigo encima de Patricia totalmente rendido, la cual me besa y luego me dice al oído “no querías vengarte de Sheila?” Le hago señales con la cabeza afirmativamente y me dice “yo la sujeto por detrás y tu colócale el cinturón de castidad, que tenga un poco de su medicina”. Patricia se levanta para ir al baño, yo me acerco hacia el cinturón, lo recojo sin que Sheila se dé cuenta y cuando Patricia vuelve toma por detrás a Sheila, inmovilizándole los brazos por detrás de la espalda y yo me tiro encima de ella poniéndole el cinturón. Sheila no se resiste mucho, piensa que es un juego, pero una vez que cierro el candado, sé que comienza mi venganza y que Sheilano se va a correr en mucho tiempo.

Patricia, se viste y nos saluda a los dos y me dice “deja a esta puta mucho tiempo sin correrse, se lo merece”, me rio y le respondo afirmativamente. Me acuesto con Sheila en la cama y después de 6 noches puedo dormir bien. Sueño con Sheila vestida de mucama francesa, con su cinturón de castidad puesto, haciendo las tareas del hogar, recibiendo azotes en su culo por hacer algo mal y tragando mi semen todos los días de desayuno, me despierto por fin descansado, Sheila sigue durmiendo al lado mío, me levanto, me doy una ducha y la despierto a Sheila con mi polla en su boca, me mira sorprendido y comienzo literalmente a follarme su boca, no duro mucho, 5 minutos y le lleno la boca de leche. “tu desayuno” le digo. Acto seguido, me levanto, me cambio y le digo “bueno, me tengo que ir, nos vemos a mi vuelta”. Con cara de preocupación me pregunta “espera, como que a la vuelta? A donde te vas?”, “De vuelta a Alemania, le contesto”, “nos vemos en 10 días, chau!” y me voy cerrado su puerta.

Continuará…

Nota del autor: si te gusto el relato deja un comentario. Gracias!