Vendiendo mi virgo (spin-off)

"Os voy a dar un maletín lleno de billetes cuando te devuelva a tu novieta desvirgada… pero será cuando quiera, no después de un miserable polvo."

  • ¿Karla y Gregor?
  • Si
  • Venga, va, dejaos de chorradas y decidme vuestro nombre real. A mi no me van estas tonterías y es una pasta para que me vengais con gelipolleces
  • Es… Carmen y Sergio

El tipo cambió el semblante, seguía igual de nervioso que cuando entró a aquel impresionante salón. No era para menos: era una mansión que impone desde que pasas la verja, tienes la sensación de miles de ojos vigilando el deambular del coche hasta la entrada, digna de las películas de rancio abolengo, escalinata, porteros impecablemente vestidos… porteros o armarios de cara impasible que te siguen con la mirada.

La chica no abrió la boca mientras conducía a la abrumada pareja, hacia el interior, hacia ese impresionante salón donde esperaba Mario… Don Mario.

La chica no resistió darle un codazo al novio para que dejara de mirarle a ese culo que a casi un metro del suelo se bamboleaba ante ellos. El culo y el resto, un semitransparente vestido que dejaba poco a la imaginación, la ausencia de ropa interior alimentaba la sensación de vértigo,, también las largas piernas en equilibrio perfecto sobre 10 cms de tacón repiqueteando en el gres al ritmo de la cintura… imposible apartar la mirada, por más que le molestase a Carmen.

Don Mario ni siquiera se molestó en levantarse. Acariciaba la cabeza de una contundente hembra, morena, de labios carnosos y moldeada con curvas sin fín que descansaba en su regazo… inspiraba la sensación de ser una mascota y un deseo incontrolable en la entrepierna de Sergio.

Cuando su guía les invitó a sentarse Sergio no solo descubrió unos pechos poderosos coronados de una amplia aureola, sino un peculiar collar metálico al cuello con tres argollas al que no se le apreciaba cierre alguno, sino que parecía de una sola pieza, soldado… un collar tan reluciente como el de la estupenda mujer arrodillada a los pies de Don Mario.

  • Pues no estas mal, Carmen… pero ¿por qué crees que tu virginidad vale los 10.000 euros?
  • No… no. Son 20.000
  • No hablaba contigo chaval ¿o es que tu novia es muda?

Ambos se sonrojaron. El autocontrol que venían ensayando desde que subieron al coche se iba desmoronando… si no lo había hecho ya.

  • E-eran 20.000 - repitió ella, temblorosa
  • A mi me han dicho alguien que se la ofreciste por 10.000.
  • No, bueno… dijimos 12.000
  • 20.000? 12.000? me queriais engañar… ¿quieres regatear por tu virginidad, preciosa?
  • No… es que ella…
  • ¡Que te calles ostias! Ya hablaré contigo ahora quiero oírla a ella, ver como se mueve esa boca que me va a comer la polla

La frase generó un impacto en la sala, la pareja se quedó muda, ojos abiertos, el corazón acelerado que en Carmen delataba el movimiento de sus tetas… hasta la "mascota" levantó la cabeza del regazo de su dueño.

  • A ver, chaval.. yo no voy a regatear como un puto vendedor de mercadillo. Mi única oferta son 15.000€ si la chiquilla ésta los vale.
  • Yo… es la virginidad solo…
  • ¿Me tomas el pelo, tío? No te voy a dar 15.000€ solo por meter mi polla y rasgarle el himen ¿estáis tontos o me tomáis por gilipollas?
  • Nosotros… es que lo que queríamos...

Carmen no sabía qué hacer con la cabeza, la movía de un lado a otro, la bajaba, miraba al techo… aunque no habían caído lágrimas por su rostro si se veía como se iban almacenando en sus ojos mientras su novio hablaba… o “negociaba”

  • Vosotros queréis 15.000€ y yo os los puedo dar. Me importa una mierda vuestras condiciones, la pasta es mía y la gasto como quiero… vuestros culos están sentados sobre sillas que valen más que eso, solo porque quise que me las hiciesen como me salía del capullo. Sillas como esas solo hay en este salón, no existen en resto del puto mundo. ¿Me vas captando?
  • Yo… no entiendo… ¿entonces?
  • Entonces os voy a dar un maletín lleno de billetes cuando te devuelva a tu novieta desvirgada… pero será cuando quiera, no después de un miserable polvo. He desvirgado decenas de putillas, algunas más jóvenes que ella y muchas no me han costado un puto euro… solo por participar en una de mis partys.
  • Pero.. no puede ser… ¿cuánto tiempo…?
  • El que me dé la gana, claro

La cara de Carmen evidenciaba el terror que le invadía cuando entendió que su novio y Don Mario hablaban de ella como si fuese un objeto

  • Tranquilo, me aburro pronto de las pijitas estas… pocas llegan a los 4-5 días. Aunque si la tuya pasara de la semana esos quince mil pueden alcanzar las seis cifras.

Sergio sintió que su cuerpo se le rebelaba. Aguantó como pudo la sensación de vómito que le atenazaba la garganta mientras Carmen le miraba, llorando, incapaz de pronunciar una palabra.

  • Lo mismo hasta te la compro.
  • NOOOO!!!

El grito salió de la garganta de Carmen incontrolado… Su cara era de puro terror

  • Tranquila niña, no me dedico a la trata… pero si le pillas el gusto y eres una buena puta tu novio tendría pasta para el resto de sus días si sabe administrarse y tú también...

Sergio cogió con fuerza la mano de Carmen en un intento de calmarla y ambos enmudecieron mientras Mario seguía hablando

  • Pero eso es improbable, jeje… solo ha pasado dos veces y no creas que a disgusto de ellas. No te diré nombres porque seguro que los habeis oido en la tele o el Hola… ¡Y basta de cháchara, caray! que tengo muchos compromisos. ¡A ver la mercancía!

La pareja se miró extrañada, como escudriñando la mentalidad del otro o el significado de esas palabras.

  • ¿Que no entendeis? ¿estais tontos? a ver, quiero verte en bolas Carmen… u os largais que ya he perdido demasiado el tiempo.

Apretandose la mano, se miraban sin atreverse a moverse ni decir nada.

  • ¿Estais sordos?

La mirada de Carmen fue de Mario a Sergio, como esperando su aprobación. Luego agachó la cabeza y se levantó.

  • No preciosa no, que te desnude tu chico, me gustará más. Judith, coge el móvil.

La “mascota” se apartó un poco, sin levantarse, para tomar el iphone que había encima de una mesita tras ella y enfocó a la pareja.

  • No… no, fotos no.
  • ¿Estais gilipollas? no son fotos, es un video. ¿O acaso no entendéis lo que os he dicho de que las normas las pongo yo?

Ambos se miraron, de pie, desconcertados.

  • Pero no os preocupeis. Ese video es solo para mi uso personal y el de un puñado de amigos, jamás llegará a internet. También os pasaré una copia que no podéis divulgar sino queréis tener un lío legal tan gordo que no tendrías pasta para pagarme hasta el fin de vuestros días…. Pero ¡empezad de una puta vez o largaos, joder! ¿quereis los 15000 euros?

La pareja se mira dubitativa, tristona pero pronto se encaran. Sergio toma los faldones del suéter mientras Carmen levanta los brazos ruborizada.

La prenda pronto acaba sobre la silla mientras Judith se acerca a ellos, grabando el sujetador que mantiene un pecho que late con fuerza y bajando hacia las manos de Sergio mientras éste baja la cremallera de la cadera y deja sin falda a su pareja.

Carmen se vuelve hacia Mauro, Don Mauro, moviendo nerviosa las manos, no sabe si ponerlas sobre su cuerpo para medio-ocultar el tanga y el sujetador de encaje o dejarlas reposando a los lados…

  • Desnuda… ¿no sabes que es desnuda?

Ahora Carmen ya sabe que es inútil taparse, mientras su novio le despoja de sujetador y la baja el tanga no hace el más mínimo amago de taparse sus gruesos pezones o la escasa mata de pelo que puebla su entrepierna

  • Ven

Es una orden, seca, tajante, sin discusión. Esa joven desnuda y ruborizada avanza hacia el hombre que la escanea con la vista poco antes de hacerlo con las manos… pellizca levemente los pezones, desciende hasta enredarse en su pelo púbico y entrar su dedo en la gruta de Carmen.

  • No me gusta el pelo ahí, te lo tendras que quitar

Ahora amasa sus nalgas haciéndola girar para quedar de cara a su novio, un leve azote interrumpe el silencio de la sala.

  • Ben!, ven… jeje! siempre me divierte decir eso.

Ben es un armario, un tipo de metro noventa de amplios brazos y espalda que la pareja acaba de descubrir ahora pues permanecía inmóvil junto la puerta de entrada, como si de un mueble más se tratase. Sus movimientos son precisos, de atleta, impasibles como su rostro.

  • Chúpasela

El rostro de la pareja cambia de inmediato

  • NO…. eso no es... - exclama Sergio mientras su novia se encoge e intenta alejarse de la mano de Don Mauro
  • ¿Qué hostias es eso de “no”? - replica con rostro severo - esta puta va a hacer lo que yo le diga con quien yo diga ...si no lo tenéis claro ya podéis dejar de tocarme los huevos y largaos.

Carmen se acerca a la silla para coger la ropa y proteger su desnudez mientras Sergio intenta calmarla acariciando su hombro

  • Solo es su virgo
  • ¿Otra vez volveis a lo mismo? ¿crees que algún imbécil te va a dar 15.000 crujas por pegar un polvo a tu tía? ¡Ni que fuese la Beyoncé!

Sin atreverse a vestirse aun, la chica se cobija en los brazos de su novio que le acaricia con la mirada perdida en el hombre del sillón.

  • ¿Cuantas ofertas teneis ya, parejita? ¿Alguna?... ¿Ninguna, verdad? - rie Mauro mientras saca del cajón de la cercana mesita un fajo de billetes y los agita.
  • ¿Quereis 15.000 euros como éstos?

Las miradas de la pareja reflejan sus  dudas: se miran, miran a Mauro, sus billetes, Ben, Judith que sigue grabando…

  • Pues si ya lo tienes claro, ponte de rodillas, saca la polla de Ben y demuestrame que vales lo que voy a pagar por tí!

Carmen se va separando del abrazo de su marido y acercándose hacia el hombre que permanece inmutable  a pocos pasos de ellos

  • Tenemos que hablar
  • Bueno, tú hablas pero ella que vaya usando la boca para algo más útil… no, no te agaches, de rodillas, que llegas bien.

La chica, vencida, obedece. Posa su mirada en la bragueta que tiene a pocos centímetros de sus cara y comienza a abrirla, hurga en su interior y libera un trozo de carne oscuro, grueso aunque no firme… lo mueves con su mano hasta la nueva orden…

  • Con la bocaaa… ¿No sabes hacer una mamada? Ahora veras que pronto crece cuando la chupes… Ben cógele la cabeza para marcar el ritmo… pero no le tapes la cara que si no no salen buenos planos.

Judith también se ha arrodillado junto a ellos para grabar la escena: las manazas de Ben cubren por completo la cabeza de la chica, solo se ven sus mofletes hinchándose y deshinchándose y esos ojos llorosos a ratos cerrados a ratos perdidos en la base de la polla que la invade.

  • Esto no… ésto no era lo que queríamos…
  • ¿Cómo que no? Es más de lo que querías. Eran y 10 y van a ser 15.000
  • Doce...
  • ¿15 no son más que doce? jajajaja…. está bien. Esta bien buena la tía y le pone interés y ganas… Ben, ¿por qué no intentas ver si le cabe más?
  • No, por favor…
  • No te preocupes, chala, Ben es un buen tipo… trataremos muy bien a tu chica pero… ya nos lo agradecerás cuando te la devolvamos ¿alguna vez te ha hecho una garganta profunda? Después de practicar con Ben podrá hasta lamerte los huevos mientras te la come… además te la dejaremos abierta por todas partes, jeje…
  • Por el culo, no, por…
  • ¡Ostias que no! ¿qué quieres? ¿desvirgarlo tú? ¡Ni lo sueñes! ahora que se que lo tiene sin estrenar no pienso dejarlo estar… como note que se lo has abierto os pagaré la mitad.

Sergio tenía sentimientos encontrados… por un lado la cabeza le daba vueltas con mil pensamientos buenos y malos… por otro el bulto de su entrepierna delataba que la situación le excitaba sobremanera.

  • Me aburro, Ben, follate la boca y descarga ya… y tú, puta. no te lo tragues todo, quiero verte la boca llena de leche.

Ahora era “el armario” el que movía sus caderas manteniendo fija la cabeza de Carmen, como si fuese una muñeca hinchable, solo los espasmos de la garganta, conteniendo las arcadas mostraba que no era de oma

Pese que apenas cambió  el semblante, la eyaculación de Ben fue evidente para todos los observadores: primero deteniendo su frenético vaivén en el interior de la boca e inmediatamente retirándola lo suficiente para que solo el capullo quedara entre los labios expulsando su contenido.

Imposible contenerlo todo… cuando las manos de Ben liberaron su cabeza, Carmen se giró hacia Mauro con la boca abierta… algunos chorretones resbalaron de su labios sobre los pechos.

  • No lo veo bien. Ven aquí y enseñamelo.

Ni siquiera hizo ademán de levantarse, caminando en cuatro y la boca abierta llegó hasta Mauro que la tomó por la barbilla levantandola

  • Muy bien, niña… Judith grabale un primer plano… está de dulce!

Se mantuvo allí, arrodillada, soportando alguna arcada mientras el móvil recorría su cara desde todos los ángulos y Mauro le acariciaba la cara, el pelo…

  • Muy bien, muy bien… ahora compártela con tu novio
  • ¡¡¡QUEEE!!! ¡¡NI DE COÑA!!

Sergio había saltado de la silla gritando, Carmen abría los ojos como platos clavandolos en los de Mauro

  • ¿No querrás que solo pringue ella, verdad? No sería justo
  • ¡Y una mierda! yo no voy a comerme la lefa de otro tío!
  • Tu mismo. Si no quieres colaborar ya os podéis largar
  • ¡¡¡LOS COJONES!!! ¡¡Has estado jugando con nosotros, eres una hijodeputa!!
  • Te perdono el insulto porque estás nervioso, pero no te pases. Tu novia ha hecho una mamada… bien pagada son 60€. Os doy eso y os largais o… compartís la leche y acordamos lo de los 15.000

Ahora era Carmen quien miraba a Sergio… pero con cara de enfado… Su novio  apartaba la cara, negaba con la cabeza y miraba de nuevo a su cada vez más irritada chica.

Finalmente cedió. Farfullando un “hijosdeputa” se acurrucó donde su novia y… se besaron. En cuanto se separaron Sergio mostraba síntomas de querer vomitar mientras Carmen… esbozaba una leve sonrisa… igual que Ben desde su recuperada posición junto la puerta.

  • Cabrones! Qué asco ¡Y lo habéis grabado! ¡Borra eso!
  • Ahora ya sabes lo que siente tu novia cuando se bebe tu leche… porque te hace bebertela, ¿verdad? - la sonrisa de Carmen fue la mejor respuesta - además.. ¡que tiene mucha proteina! jajaja.

El semblante de Sergio era de evidente enfado y constantemente limpiaba su saliva con el dorso de la mano

  • Ya está bien de gilipolleces, ¿cómo acabamos ésto?
  • ¿Tomas pastillas, Carmen?
  • No, yo…
  • Tiene que ser con condón
  • Ufff! que cansino… yo follo a pelo, a mi no me pone una goma nadie y a mis amigos… que decidan ellos
  • Pero… yo no tomo…
  • Pues ya sabes, si no quieres quedarte preñada tendrás que empezar.  ¿Cuando te tiene que venir la regla?
  • Yo… la semana que viene
  • ¿A qué coño viene eso?
  • Tranqui tio… serenate o lárgate… largaos. Me sobran tías. Me importa una mierda el virgo de tu tía pero creo que vosotros sí que quereis los 15000…

De cualquier modo os dejo tiempo para pensarlo: mañana te vas al ginecólogo o al planning a que te receten la “antibaby”, después de la regla empiezas a tomarlas y nos vemos a los 14 días… si te has despistado en el tema vas a tener serios problemas para descubrir quién es el padre de tu hijo, mmmm * Entonces, ¿nos vamos? * Si… ¿quien sabe? a lo mejor en este tiempo encontrais un imbécil que os de los 15.000 por un polvo * ¿Y ya está? * ¿Qué esperas? ¿quieres los 60€ de la mamada? Eh! espera!

Carmen había cogido el tanga para ponerselo…

  • Toma, 500€, con eso te puedes comprar ropa nueva..
  • Pero…
  • Si, ésta la dejas aquí
  • ¡No voy a ir desnuda!
  • ¿Porqué no? habeis venido en coche, ¿no?... pero si no quereis los 500...

La pareja se miró… y Sergio cogió la chaqueta para tirársela por encima.

  • No, no, no… de aquí sales en bolas… una vez dentro del coche ya te pones lo que quieras, pero hasta el coche quiero verte… y supongo que mis empleados también.

Sergio cogió los 500 de un zarpazo y abrazando a Carmen salieron del salón, en la puerta seguía la misma mujer que los acompañó hasta allí, ..con el mismo casi-vestido

Mauro se levantó del sillón por primera vez y se encaminó hacia el ventanal para ver cómo la pareja llegaba hasta el coche…

Judith se acercó al él. Le entregó el móvil donde comenzaba a reproducirse el video que había grabado, luego se arrodilló ante él, abrió su bragueta y…

Nota: No tengo pensado continuar la saga… salvo que me convenzais, cada cual que le de el final que quiera.