Vendido por mi hermana (4 y fin)

Final del relaro de mi esclavitud forzada por mi hermana, al final me vendió a una tía nuestra.

Vendido por mi hermana (4) y fin

Una vez mi hermana ya estaba limpia, gracias a mi lengua en su culo me dijo que había estado pensando en la oferta de nuestra tía, para ser el esclavo de ella y su hija y si podía sacarle aparte de la finca que ya tenía como pago a mi mitad de esclavo, pues se conformaría con un coche lujoso y algo de dinero, entonces no le importaría que yo pasase a ser propiedad de ellas.

Siempre odié que mi hermana se hubiera hecho cargo de mi y me hubiera esclavizado a su antojo, también recuerdo cuando me vendió a aquella ranchera que tanto daño me hizo, pero al recuperarme Lugo sentí una especie de amor por ella, debe ser como cuando el perro entre más le pegan mas quiere a su propietario y eso era lo que me estaba pasando con mi cruel hermana, que entre mas daños me hacía, parecía que más la adoraba. Por eso cuado me dijo que iba a volver a venderme y esta vez a mi tía, sentía una angustia terrible, parecía mentira pero después de todo lo que mi hermana me había hecho, quería estar con ella.

-Lamento decirte que he llegado a un acuerdo con nuestra tía, pasarás a ser propiedad de su cuadra, gracias a que te he domado bien y te tengo muy domesticado voy a cobrar lo que quiero, o sea un coche y una buena cantidad de dinero. Pero te advierto que como reciba una sola queja de las que ahora van a ser tus dueñas te vas a arrepentir en lo que te resta de vida. Te he dicho muchas veces que no me mires como a tu hermana sino como a tu propietaria, por lo tanto tengo derecho a venderte y da gracias a que te vendo a un familiar, imagina tu vida si te vendiese a un maricón. Tu nueva dueña tiene pensado en alquilarte como caballo por horas, creo que lo vas a pasar muy mal, tu prima también piensa en alquilarte como retrete para sus amigas, yo no voy a permitirte que te salgas fuera del plato, tienes que obedecerlas en todo. Si alguna vez vuelves a ser de mi propiedad te recompensare dejando que me limpies el culo cada vez que cague.

-Cuando llegó mi tía ya yo estaba preparado, con el collar y el candado puesto y también con el cinturón de castidad que mi hermana me puso en su día. Mi tía me puso unas bridas muy dolorosas pues el bocado me hacía mucho daño en la boca y también me puso una silla de montar y luego sin más se montó encima mío y me hizo galopar hasta un cobertizo que estaba como a dos kilómetros de allí, ella llevaba puestas unas espuelas de rodillo muy fino que solía aplicarme con frecuencia en mis nalgas, yo iba sangrando por todo el camino pero a ella parecía no importarle, era más, utilizaba sin ninguna rezón su látigo para hacerme comprender que ella era la que mandaba, yo ya no podía más, estaba a punto de derrumbarme, pero sabía que ese era mi destino final, por lo menos de momento.

Con esto termino la historia y si surge algo nuevo la pensaré si tiene continuación. Quiero darle las gracias a las personas que me han escrito dándome ánimos. Seguiré con otras historias que tengo pendientes, aunque ésta era la que más me gustaba.